MIGRACIONES

La odisea que no cesa: Fuerteventura recibe 383 inmigrantes en lo que va de año

La Dirección Insular de la Administración General del Estado niega un repunte en la llegada de pateras y las ONG de acogida aseguran estar a “tope”

Fotos: Carlos de Saá.
Eloy Vera 1 COMENTARIOS 19/02/2021 - 07:14

Un total de 383 personas inmigrantes, según datos de Cruz Roja, llegaron en patera a Fuerteventura en lo que va de año, la mayoría en enero, que con 349 inmigrantes fue el mes con mayor número desde que se reabrió la ruta canaria desde África, a finales de 2019. En total, fueron siete las embarcaciones que arribaron a las costas de la Isla en enero y una en febrero.

Desde la Dirección Insular de la Administración General del Estado, descartan que exista un repunte en la llegada de pateras, aunque reconocen estar “justitos” con las plazas de acogida. Las ONG que los acogen aseguran estar “a tope”. La primera de las embarcaciones de 2021, una neumática, llegó el pasado 3 de enero. A bordo viajaban 71 personas de origen subsahariano.

El goteo de pateras continuó durante todo enero hasta llegar a siete, el mayor número que recogen las estadísticas desde que se reabrió la ruta canaria con parada en la Isla en 2019. Solo se recuerda un número similar de embarcaciones en enero y octubre de 2020, cuando llegaron seis embarcaciones cada mes. En aquellas ocasiones, el número de personas fue menor al de enero de este año.

La mayoría de las pateras que llegan a Fuerteventura parten de El Aaiún y, en menor medida, de Tarfaya. En su interior, viajan subsaharianos de Senegal, Guinea Conakry, Costa de Marfil, Gambia o Malí, un país envuelto en un conflicto interno y una escalada de violencia desde 2012, que hizo que ACNUR, el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados, emitiera, en julio de 2019, nuevas directrices en las que insta a los estados a brindar protección internacional a quienes huyen del país.

En la última patera enero, la que llegó el día 30, llegaron nueve magrebíes a Caleta de Fuste, remolcados por un barco de recreo que los encontró en alta mar. La embarcación no fue detectada por el Sistema Integrado de Vigilancia Exterior (SIVE). En las embarcaciones de enero, también viajaban mujeres del África subsahariana, algunas de ellas, embarazadas o con hijos pequeños.

El 10 de febrero fue rescatada otra embarcación por la Salvamar, con 34 inmigrantes a bordo (25 hombres, cinco mujeres, un menor de 17 años y tres niños de entre 10 y 12 años). Procedían de Guinea Conakry, Islas Comoras, Senegal y Gambia. Habían salido de El Aaiún en una lancha neumática de cinco metros. Una de las mujeres tuvo que ser evacuada al Hospital.

El director insular de la Administración del Estado, Domingo Fuentes, califica de “episodio puntual” el incremento de pateras experimentado en enero y compara la llegada de pateras con la de otros meses, como enero de 2020, cuando arribaron a la Isla seis embarcaciones. “Hay muchos factores que intervienen en la llegada, como el estado de la mar o el control que ejerzan las autoridades marroquíes y el Frontex (la Agencia Europea de la Guardia de Fronteras y Costas)”, explica.

El pastor Ángel Manuel Hernández de Misión Cristiana Moderna, una de las organizaciones que acoge a personas inmigrantes en Fuerteventura junto a Cruz Roja, va un poco más allá y no descarta que el aumento de la llegada de embarcaciones a Fuerteventura esté relacionado con que haya corrido la voz de que está habiendo repatriaciones en Gran Canaria. “Supongo que eso hará que busquen otras vías y lugares. Ellos piensan que por aquí pueden continuar el viaje hacia Europa, pero estamos igual que en Gran Canaria”, asegura.

Domingo Fuentes reconoce que “estamos en la era de las tecnologías de la información y la comunicación. Ellos tienen móviles con los que se comunican y corren bulos que pueden dar pie a que las mafias que trafican con seres humanos les convenzan de que es más fácil irse a Gran Canaria o a Fuerteventura, cuando esa no es la realidad”.

Fuerteventura ha empezado a convertirse en la última esperanza o espejismo para los inmigrantes de origen magrebí que se encontraban hasta ahora alojados en hoteles de Gran Canaria. Hasta tierras majoreras han llegado en barco varios grupos de jóvenes, después de ver imposible salir desde Gran Canaria hacia el resto de España o Europa porque la Policía les impide coger un barco o un avión a la Península.

Al llegar al aeropuerto de Fuerteventura se han encontrado con el mismo impedimento de la Policía para poder coger el avión, a pesar de llevar el pasaporte en regla. Algunos de ellos han manifestado estos días a la prensa haber gastado todo el dinero que tenían en pagar un billete para viajar a la Península donde les esperan familiares. Incluso, alguno de ellos reconoció haber dormido en la calle alguna noche, en Puerto del Rosario.

El último grupo de magrebíes procedentes de Gran Canaria llegó el pasado 1 de febrero. Eran casi una veintena de personas. Al final, acabaron detenidos en la comisaría de la Policía Nacional y con una orden de expulsión para ser devueltos a Gran Canaria.

El director insular de la Administración del Estado comenta que están corriendo bulos en los que se dice que hay islas donde están más relajados los controles en puertos y aeropuertos y “eso ha dado lugar a que algunos de los que están acogidos en centros de Gran Canaria hayan venido intentado embarcar en Fuerteventura y, evidentemente, no han podido”.

El campamento de El Matorral tendrá una capacidad de 700 plazas de acogida

El incremento en la llegada de pateras el pasado mes ha puesto de nuevo el foco en el plan de acogida. En estos momentos, Cruz Roja da techo a unas 300 personas, repartidas entre un hotel de Corralejo y varios apartamentos en la capital. Por su parte, Misión Cristiana Moderna acoge a más de 340. De ellas, más de 200 se encuentran en el centro de gestión compartida, la conocida como nave del queso, un recinto con capacidad para 240 personas donde pasan la cuarentena a la que obligan los protocolos de Sanidad ante la pandemia por la COVID-19.

Por su parte, el centro de acogida de emergencia y derivación (CAED) de Misión Cristiana, con capacidad para 150, da techo a 136. Entre ellos, hay 16 jóvenes que, tras cumplir la mayoría de edad, tuvieron que abandonar el centro de menores. “En nuestro caso, estamos a tope”, reconoce el líder de Misión Cristiana Moderna.

“En Fuerteventura, los problemas de la acogida siempre están presentes porque los recursos son muy limitados”, insiste. Y pone como ejemplo las 150 plazas del CAED, un recurso del Ministerio de Migraciones que gestiona la entidad religiosa. A pesar del goteo de pateras en enero, las embarcaciones han llegado espaciadas en el tiempo, lo que ha permitido ir desalojando la nave Schengen, un recurso ubicado en el puerto de la capital, donde se practican las pruebas PCR a los recién llegados y se les realiza la filiación, por parte de la Policía. Tras pasar allí 72 horas, son derivados a la nave del queso a continuar la cuarentena.

Escasos recursos

“Si no tuviéramos la nave del queso, tendríamos un gravísimo problema en Fuerteventura. Los recursos para alojar a las personas en cuarentena tienen que ser especializados y contar con seguridad. El tema de la COVID lo complica todo y los recursos alojativos son insuficientes. Si tuviéramos más, se podría atender sin problema. Nosotros tenemos la gente y la posibilidad de atender”, apunta.

Domingo Fuentes explica que, a pesar de que especialmente en enero las pateras “no han dado un respiro, han venido espaciadas y eso ha permitido desalojar, desinfectar y preparar las salas”. En el caso de que se produjeran la llegada de varias embarcaciones el mismo día, el representante de la Delegación del Gobierno en la Isla tiene claro que se buscarían alternativas: “Lo que no haríamos es dejarlos sobre el muelle y que se junten dos, diez o veinte pateras porque estarían a la intemperie y eso no es deseable”. Sí reconoce que los recursos de acogida, en estos momentos, están “justitos”.

Las ONG acogen, en estos momentos, a unas 600 personas inmigrantes

“Si se abriera la parte de El Matorral que va a gestionar Migraciones, estaríamos bastante desahogados porque todos los inmigrantes del hotel de Corralejo y los que están en los apartamentos en Puerto del Rosario, gestionados por Cruz Roja, serían trasladados allí”, explica.

En ese sentido, la Dirección Insular de la Administración General del Estado y las ONG de acogida miran a El Matorral con la esperanza de que su apertura ayude a descongestionar los centros y ponga fin a la acogida de hoteles, una medida que cuando se anunció produjo el malestar del presidente del Cabildo, Blas Acosta, y de la patronal turística de la Isla.

En noviembre pasado, el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones anunció la puesta en marcha de un plan de acogida, el llamado Plan Canarias, que contempla la creación de seis macrocampamentos en colegios y acuartelamientos, para realojar a los inmigrantes que estaban en los hoteles. A pesar de las previsiones, el retraso está siendo la nota predominante.

El Matorral

Parece que la apertura de El Matorral, con unas 700 plazas, es inminente. Ya se encuentran armadas las carpas con literas, los baños químicos y las salas de cuarentena y para pacientes COVID, que se han instalado en zonas del antiguo Centro de Internamiento para Extranjeros (CIE) que, debido a su buen estado, han podido aprovecharse. La intención del Gobierno central es continuar rehabilitando el antiguo cuartel y convertirlo en un centro de acogida.

Para el pastor Ángel la respuesta de Migraciones ha sido prácticamente cero

“Aún no está abierto y ya está ocupado. Ofrece 700 plazas, pero ya hay unas 600 personas en la Isla, sin contar a los menores extranjeros no acompañados”, apunta el pastor de Misión Cristiana, mientras se pregunta “qué va a solucionar El Matorral. Las pateras van a seguir llegando. Como no hagan repatriaciones o se tomen otras medidas, vamos a seguir teniendo problemas”.

Fuentes sale al paso asegurando que “hay que tener en cuenta que se está devolviendo a mucha gente a países con los que España tiene acuerdos de devolución y eso hará que se alivie, lo que pasa es que no se anuncia con notas de prensa. Es una labor que se hace sin publicidad ni propaganda”.

Domingo Fuentes y el pastor Ángel celebran la eficacia de los protocolos de inmigración creados en la Isla. “Han funcionado perfectamente y eso ha supuesto que la llegada de inmigrantes a Fuerteventura no haya sido un riesgo para inmigrantes, residentes ni turistas”, valora el director insular.

“Ha habido un tránsito de información y coordinación muy efectiva entre Cabildo, Emergencias de la Institución insular, Área de Salud, Cruz Roja, Misión Cristiana, Policía y Guardia Civil“, añade el pastor, aunque pone un pero: “La capacidad de respuesta del Ministerio de Migraciones ha sido prácticamente cero”.

APENAS LLEGAN INMIGRANTES CONTAGIADOS CON COVID

El 5 de junio de 2020 se detectó un caso de COVID entre los inmigrantes que llegaron ese día en patera a Gran Tarajal. A lo largo de ese mes fueron dando positivo más inmigrantes. Después, se supo de un foco activo en una conserva de pescado en El Aaiún, en El Sahara, de donde parten la mayoría de las personas inmigrantes que llegan a la Isla.

En los últimos meses, la situación ha cambiado y apenas llegan inmigrantes a Fuerteventura contagiados con el virus. “En estas siete pateras, la incidencia en el número de contagios ha sido mínima”, señala el director insular de la Administración del Estado, Domingo Fuentes. “Contagiados vienen muy pocos. Algunos de ellos, incluso, han pasado ya la enfermedad y llegan con los anticuerpos”, explica.

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Bravo nuestra enhorabuena!! Bienvenido seas al paraíso.... No te preocupes de nada aquí lo tendrás todo a mano y graaattiiisss....

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