La basura, los ferrys y el turismo de cetáceos amenazan al calderón gris
El número de ejemplares avistados en la Isla se sitúa en 378, pero se estima una población mayor
La población de calderones grises (Grampus griseus) en Fuerteventura se cifraba en 130 animales en 2016. Nueve años después, se han documentado 378 ejemplares, aunque se estima que el número podría ser mayor. Sin embargo, esta familia de cetáceos no se libra de las amenazas que sacuden los océanos en el siglo XXI. La basura marina, el tránsito de embarcaciones de alta velocidad y el turismo de avistamiento de cetáceos amenazan la pervivencia de una especie que ha encontrado en la Isla un remanso de tranquilidad, incluso para criar.
Alberto Sarabia y María Rodríguez son dos rostros amigos para la familia de calderones grises que transitan por el norte de la Isla. Ambos son biólogos marinos. En 2016, Alberto comenzó un monitoreo de cetáceos en Fuerteventura, gracias a una beca del Cabildo. Su investigación sentó las bases de cómo tomar los datos en la Isla y cómo iniciar un catálogo de foto-identificación del calderón gris en aguas del norte.
“Nos encontramos con resultados muy prometedores. Vimos posible estar ante una población residente de calderones grises por lo que decidimos continuar con la labor de investigación”, señala. Empujado por este interés y con el apoyo de otros entusiastas de los cetáceos, crearon la Asociación Calderones Grises en Fuerteventura en 2019. La organización sentó sus cimientos en tres objetivos: la investigación, la educación ambiental y la conciencia ciudadana.
Los proyectos de la asociación, dice Alberto, “tienen un fuerte componente participativo. Las personas pueden subir a bordo durante las campañas de avistamiento. De esta forma, ven cómo tomamos los datos en el barco, pero también cómo se puede mejorar nuestro entorno a través de la recogida o la pesca de basura marina”.
En 2016 cifró el número de calderones grises en 130. Casi una década después y gracias a los avances en su estudio, el dato es de 378, aunque no para de crecer. “Tenemos fotografiada su aleta para poder llevar el seguimiento. Es como la huella dactilar. Estos cetáceos tienen marcas en las aletas. Esos signos en la piel nos ayudan a hacer el seguimiento”, explica.
Con el objetivo de ampliar la información sobre la dinámica poblacional, distribución espacio-temporal, uso del hábitat, patrones de comportamiento y amenazas de la especie, los voluntarios de la asociación llevaron a cabo ocho campañas de seguimiento y foto-identificación en aguas del noreste de Fuerteventura durante las diferentes estaciones del año. En concreto, de septiembre de 2023 a junio de 2024.
En total, se identificaron nueve especies de cetáceos y dos de tortugas marinas. El calderón gris fue la más avistada, con hasta 15 encuentros durante las 32 salidas de campo.
Residentes y visitantes
El número de calderones grises inventariado hasta el momento está dividido en tres grupos: los candidatos a residentes, que son los que tienen un mayor número de recapturas, los transeúntes y los visitantes. “El porcentaje de residentes es muy bajo. Hemos visto que, en estos nueve años, hay animales que hemos observado en los últimos seis años”, indica María.
Muchas empresas de avistamiento de cetáceos incumplen la normativa
El calderón gris es una especie frecuente en las aguas de Fuerteventura. Sin embargo, Alberto aclara que, si bien existen algunos datos en campañas de pequeña envergadura acerca de su estacionalidad y presencia anual, “todavía es escasa la información relativa a su ecología trófica, estructura social y patrones de residencia, entre otros aspectos de su biología”.
La asociación trabaja en dos espacios marinos protegidos: la Zona de Especial Conservación Sebadales de Corralejo y el Área Lugar de Interés Comunitario (LIC) espacio marino del oriente, un punto clave tanto para cetáceos como para tortugas marinas.
Más allá del recuento, se realizan estimaciones de abundancia para conocer los parámetros de población de la especie en este área. Se trata, explica María, de “hacer un cálculo estadístico de cuántos calderones grises caben en nuestras aguas y saber cuál podría ser el tamaño de la población”.
Durante las campañas 2023-2024, se logró foto-identificar a 105 individuos de calderón gris, de los que el 60,95 por ciento fueron recapturas. Estos datos, sumados a la información recopilada por la Asociación Calderones Grises en Fuerteventura entre los años 2016-2024, permitieron obtener una mejor estima de abundancia de 483 individuos utilizando las aletas del lado derecho con un error muy bajo.
Alberto asegura que este cetáceo tiene una forma “muy particular” de comportarse. “Está estudiado que tienen una manera de segregarse en función de la edad y el sexo. Por tanto, cuando te encuentras con un grupo, lo más probable es que todos sus miembros tengan la misma edad o sexo”.
María Rodríguez y Alberto Sarabia. Foto: Carlos de Saá.
Lugar de cría
Durante los meses de otoño, sobre todo septiembre y octubre, es muy frecuente ver a grupos de madres con crías en aguas de Fuerteventura. “Esto indica que podría ser una zona importante para la reproducción y cría de la especie”, apunta María. De 15 avistamientos de calderón gris el año pasado, seis eran grupos de madres con cría.
El ruido de las embarcaciones les genera cambios de comportamiento y estrés
Las aguas de Fuerteventura se han convertido en un oasis para los cetáceos. En medio de este paraíso surgen amenazas que, de no controlarse, pondrían en jaque la supervivencia del calderón gris en aguas de la Isla.
Durante la campaña 2023-2024, los miembros de la Asociación identificaron varios núcleos de basura marina en el área de estudio. En términos porcentuales, un 48,2 por ciento correspondía a plásticos blandos, bolsas y envoltorios, un 12,3 a rafias de plástico y un 9,95 a botellas de plástico.
Alberto explica que las rafias de plástico son un elemento de origen terrestre. Son, aclara, “las que envuelven los sacos de pienso de las ganaderías y el heno. Muchas veces estos sacos acaban en los barrancos y el viento y las lluvias terminan arrastrándolos hasta el mar”. Y una vez ahí se convierten en juguete para los cetáceos y en medio de ese juego peligroso se pueden quedar enmallados.
María explica cómo la basura marina genera dos efectos muy peligrosos en los cetáceos. Uno de ellos es la ingestión. “Sabemos que los cetáceos y, en concreto, el calderón gris es vulnerable a ingerir plástico, ya sea microplásticos o de gran tamaño. Estos últimos se han encontrado en estómagos de calderones grises a los que se les han hecho necropsias”, indica.
Y añade que el otro efecto es la interacción con estos plásticos. “Durante los avistamientos, hemos registrado calderones y delfines que llevaban este tipo de rafias plásticas en las aletas o en las cabezas”.
El tráfico marítimo también tiene efectos sobre la población de cetáceos. “El ruido que genera la presencia de embarcaciones interacciona con la biología de los animales, que está relacionada con el sonido. Sus procesos vitales: comunicarse, la reproducción o la alimentación, entre otros, están basados en el sonido y en los órganos como el melón con el que cuentan para poder realizar estos procesos”, señala Alberto.
De ahí que la alta presencia de embarcaciones, las perforaciones submarinas, la minería submarina y cualquier tipo de explosiones en el mar genera un ruido que interfiere en los procesos de los cetáceos, como el cortejo, y puede ocasionar que “se vean obligados a migrar a otras zonas”.
“El ruido varía con el tipo de embarcación y con la velocidad”, apunta María. “Vemos que los barcos de alta velocidad, como los ferrys, son totalmente problemáticos. Por un lado, la velocidad hace que los animales no tengan margen de maniobra a la hora de poder escapar de la embarcación, pero también genera más ruido, lo que aumenta el estrés al que están sometidos”.
La Asociación Calderones Grises en Fuerteventura realizó un estudio para la Fundación Biodiversidad con los datos extraídos de la campaña 2023-2024. En él se analizaban los usos que se daban a la zona de estudio de este cetáceo.
El turístico destacó sobre cualquier otra actividad, predominando la presencia de embarcaciones de avistamiento de cetáceos (25,3 por ciento), seguida de otras embarcaciones con actividad turística (17,8 por ciento), incluyendo barcos de línea regular al Islote de Lobos, embarcaciones tipo water-taxi, turismo pesquero, excursiones en catamarán, embarcaciones de apoyo al buceo y empresas de surf.
María comenta cómo actividades como el avistamiento de cetáceos, “se suelen relacionar con el ecoturismo, pero vemos que no es tan ecológico porque no estamos cuidando a esas poblaciones de animales que están en nuestras aguas”.
En Corralejo existen tres empresas dedicadas al avistamiento de cetáceos. El número es mucho mayor en la zona sur, operando varias empresas que suman 15 barcos. Además, hay que añadir una empresa en Caleta de Fuste y otra en Gran Tarajal. A ellas hay que sumar las que no están autorizadas, pero realizan visitas hasta el lugar donde se hallan los animales.
La legislación española incluye en el Decreto 1727/2007 como el comportamiento para observar cetáceos en un área llamada espacio móvil de protección de cetáceos. Entre otros aspectos, la normativa regula cuántos barcos puede haber a la vez en la zona, a qué distancia deben estar o cuánto tiempo y de qué manera deben efectuar las maniobras en el espacio en el que están los cetáceos.
La zona sur se salta la normativa debido, entre otras cosas, al número de empresas y embarcaciones que realizan la actividad al mismo tiempo. “En la parte norte sí se cumple en cuanto al reducido número de empresas que operan”, aunque “las velocidades, las maniobras que realizan y la distancia de aproximación a los cetáceos no siempre se ajustan a la normativa”, asegura María.
Los biólogos marinos de la asociación explican cómo este desmadre de embarcaciones hace que los cetáceos sufran cambios en su comportamiento viéndose alterados procesos habituales como el amamantar la cría o hacen que se rompa la coordinación de los grupos para alimentarse.
Además del riesgo de colisión, estas embarcaciones generan estrés en los animales. Un trabajo de investigación de la Asociación Tonina y la Universidad de La Laguna viene a concluir que los calderones tropicales del sur de Tenerife sufren estrés crónico.
En Corralejo existen tres empresas dedicadas al avistamiento
Se estudiaron dos comunidades de calderones que pueden ser avistadas en Tenerife: suroeste (Los Cristianos), donde se estima una población de 391 ejemplares, y norte (Anaga), con 98 calderones.
El estudio confirma que los calderones del sur de Tenerife están siendo visitados de forma regular por un desmedido número de embarcaciones. En la mitad de los casos sin autorización (motos de agua y barcos recreativos). Esto provoca cambios en los patrones de comportamiento de los cetáceos, disminuyendo de forma considerable sus períodos de descanso.
Se han analizado también los niveles de cortisol (hormona del estrés) acumulado de los calderones, observándose que las concentraciones de esta hormona doblan los niveles de los animales de la zona de Anaga.
En aguas de Fuerteventura, también han detectado actividades prohibidas por la normativa como acercarse en motos de agua hasta los animales. Además, recuerdan que está prohibido bañarse con cetáceos en aguas españolas, una práctica de la que algunos presumen en redes sociales.
Desde la Asociación Calderones Grises en Fuerteventura dejan claro que el avistamiento de cetáceos cumpliendo la normativa también puede tener cosas buenas. Es una actividad que, según Alberto, “si se hace bien tiene un potencial muy positivo porque permite conocer la biodiversidad y la riqueza de nuestras aguas y ver las especies en libertad, en su hábitat natural”.
Comentarios
1 Canario Jue, 19/06/2025 - 09:19
2 totoroto Jue, 19/06/2025 - 21:55
3 Anónimo Sáb, 21/06/2025 - 01:57
4 Uno de aquí Vie, 27/06/2025 - 07:31
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