SUCESOS

Interpuestas 27 denuncias por la adulteración y distribución ilegal de alimentos en Fuerteventura y Gran Canaria

Diario de Fuerteventura 4 COMENTARIOS 25/06/2019 - 13:43

Con motivo de la Operación OPSON VIII la Guardia Civil, en la Comandancia de Las Palmas, ha denunciado 27 irregularidades administrativas en las islas de Gran Canaria y Fuerteventura,  relacionadas en su mayor parte con la exposición y venta de productos alimenticios caducados, carecer de información del importador, del preceptivo número de lote, carecer de etiquetado en castellano, carecer de información sobre componentes alérgenos,  y la venta de medicamentos comprados a través de Internet a terceros países sin ser despachados previamente en la aduana.

Las unidades actuantes han sido las Patrullas Fiscales y de Fronteras de Gran Canaria, Lanzarote y Fuerteventura, apoyadas por agentes del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona), interviniendo tanto en almacenes como en tiendas abiertas al público.

La citada  operación está destinada a la lucha contra la falsificación, adulteración, venta, etiquetado, comercio o distribución ilegal de productos alimenticios, y  ha sido llevada a cabo entre los días 4 y 17 de marzo del presente año.

En esta provincia de Las Palmas, finalmente, han sido intervenidos 4.476 kilos de alimentos, por infracciones de etiquetado y/o caducados, valorados en 35.860,48 euros. Así como 27.910,30 litros de bebidas alcohólicas por infracciones de etiquetado y envases, valoradas en 287.359 euros; y un total de 65.772 pastillas de medicamentos y vitaminas, por infracciones de venta fuera de farmacia, etiquetado, caducados y contrabando, valoradas en 54.139 euros.

A petición de la Red Europea de Fraude Alimentario este año la operación se ha centrado en los productos de uso diario como carne, pescado, huevos aceite y especias, etiquetados como ecológicos. La Guardia Civil destaca en su comunicado que “en los últimos años existe una amenaza relevante en Europa, y también en España, relativa al fraude alimentario, que abarca una variada casuística en la que destaca la elaboración y distribución de productos falsificados o de baja calidad”.

Comentarios

Fraudes y más fraudes, en casi todo y por casi todos lados, ¡ y en algo tan importante como la alimentación, los medicamentos!¿Cómo no alarmarse, cómo no inquietarse, cómo no pedir a las autoridades correspondientes, más contundencia contra los delincuentes?
Dice la Noemí Santana, que va a dar un golpe de timón en el Gobierno de Canarias, el mismo que han dado estos inexpertos navegantes en el Cabildo Insular de Fuerteventura, ¿Llegará un barco a buen puerto, con estos enexpertos o harán como Sánchez, ir a Granada, en AVE, por un módico precio de 35 € y mandar a buscar el Falcon por 12.000 € y regresar a Madrid? Luego en Europa, están en contra del calentamiento atmosférico, predica muy bien con el ejemplo, contaminando con un avión más que lo que contaminan 300 vehículos.
El fraude, los fraudes, no son de ahora en Fuerteventura, sino que tienen su "tradición". Por ejemplo, allá por el S XVIII, en los tiempos en que la producción y exportación de barrilla (planta de la que se obtenía sosa con que fabricar jabón), era un recurso que proporcionaba pingües beneficios a Fuerteventura, Lanzarote... fue ocasión para que algunos listillos - al final, tontísimos- intentaran meter piedras por/con barrilla, con el fin de que pesara más lo que vendían. Estas malas artes tuvieron su peso, nunca mejor dicho, en el hundimiento de ese negocio, aparte y después de que se encontró una manera industrial de producir sosa. Los compradores, como reacción a los fraudes, bajaron los precios y se fueron a comprar la sosa industrial, un poco más cara pero con la cual no les engañaban.
Otro tipo de fraude, esta vez perpetrado por pescadores de mi pueblo, que escuché a protagonistas del mismo, fue el siguiente. En los lejanos tiempos en que la isla no existían frigoríficos para comerciar el pescado, ni dentro ni fuera de la isla, y que en fresco los potenciales compradores (Habitantes de Ftv), además de ser pocos tenían un poder adquisitivo por debajo de bajo, en general, la única solución para dar salida a las abundantes capturas, era la salazón, tanto de pejines como sobre todo de jareas, y el mercado de venta, Las Palmas de GC. El producto se transportaba y vendía en sacos, por sacos. Pues bien, según escuché contara a algunos que llevaban sus mercancías a vender a LP, llenaban sus sacos hasta donde les parecía, con pescados de poco valor, y, a veces, hasta añadían algunas piedras o arenas, y ya acercándose a la boca del recipiente, metían capas y capas de hermosas jareas de ricas viejas... ¡y lo despachaban todo por esa viejas! Y lo ufanos que se ponían contando los listos que habían sido...

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