En plena carrera hacia las elecciones del 28 de mayo, Mario Cabrera compagina la crítica al Gobierno de Canarias, al que culpa de haber sido “perjudicial” para Fuerteventura, con la coordinación de un partido que llega a las urnas desde la oposición en todas las instituciones majoreras, salvo el Ayuntamiento de Pájara, pero que aspira a ser la fuerza con más respaldo en la Isla.

-Situémonos en el Parlamento de Canarias. ¿Qué cree que han supuesto para Fuerteventura estos cuatro años de legislatura, sobre todo en asignaturas pendientes en servicios básicos e inversiones que tenía la Isla?

-Ha sido una legislatura atípica. El objetivo del Pacto de las Flores era desplazar a CC a toda costa, una estrategia que ha resultado perjudicial para Canarias y especialmente para Fuerteventura. Habíamos afrontado un relevo generacional importante, un 80 por ciento. A nivel orgánico supuso un reto, pero nos ha permitido tener más músculo. Y a nivel institucional, Fuerteventura ha estado olvidada. El ejemplo es que, por primera vez, no ha tenido ninguna consejería en el Gobierno. También es la primera vez que un presidente de Canarias ha venido en cuatro años en contadas ocasiones... Ha sido una legislatura perdida en cuanto a infraestructuras y en sanidad se han parado inversiones y se han perdido especialistas.

-El Gobierno resalta la implantación de la radioterapia, una reivindicación insular.

-El búnker de radioterapia lo dejamos adjudicado en la anterior legislatura. Hay que recordar que el PSOE estaba en contra, porque decía que un búnker en Fuerteventura y otro en Lanzarote era “botar el dinero”, palabras textuales de Jesús Morera, consejero de Sanidad de entonces. El actual Gobierno de Canarias tampoco ha hecho nada por el nuevo centro de salud de Corralejo, ha paralizado intencionadamente el Centro de Atención Especializada (CAE) de La Lajita, que es el futuro hospital del sur... Dejamos proyectada la Unidad de Hemodinámica y el Gobierno de Torres no ha hecho nada, salvo poner cinco fechas de inauguración distintas que no se han cumplido. Esto significa que un infartado tiene que seguir siendo derivado a Gran Canaria.

“El Pacto de las Flores ha sido poco sensible con las islas no capitalinas”

-Fuerteventura ha vivido recientemente uno de los debates más intensos sobre modelo de ocupación del territorio a cuenta del parque temático y comercial Dreamland. Tras los informes desfavorables del Gobierno y la iniciativa parlamentaria impulsada por CC y aprobada, mucha gente se pregunta: ¿Ahora qué?

-Sin lanzar campanas al vuelo, creo que hoy podemos ser más optimistas con respecto a que Dreamland no se va a hacer junto al Parque Natural de las Dunas. No por el lado político de este Gobierno, que no ha sido claro. Los técnicos, ante la evidencia, no pueden informar de otra forma y, de hecho, le dan un machetazo al proyecto al considerar que no es estratégico, entre otras cuestiones porque la mayor parte era turística y comercial. Desde CC estamos a favor de potenciar la industria del cine, pero no utilizando la puerta de atrás de la Ley del Suelo, que PSOE y NC criticaron tanto pero solo la han modificado para hacerla más permisiva y permitir pelotazos urbanísticos como hubiera sido este de Dreamland, que a día de hoy no tiene un carpetazo definitivo.

-¿Cree que la Isla en el pasado vivió momentos de tanta contestación social a una iniciativa empresarial?

-El que yo experimenté fue el de las prospecciones petrolíferas de Repsol, que hizo un despliegue económico y pensó que con el maletín del crudo podía llegar a la Isla y comprarla. Ese pulso supuso un empoderamiento de la ciudadanía. Desde AM-CC siempre hemos estado en esas luchas. Queremos desarrollo, pero uno en el que podamos decidir. Otra lucha parecida, que no viví por mi edad, fue la de salvar el Saladar de Jandía. Hubo una presión importante y hay que estar orgullosos. Comparo este último episodio con aquellos momentos porque permitir Dreamland donde querían supondría un destrozo urbanístico en el entorno de las Dunas.

“El Gobierno está provocando que la Isla sea una zona industrial para exportar energía”

-Otra preocupación para el futuro del territorio es el desorden en la instalación de energías renovables. ¿Ha mirado el Gobierno de Canarias para otro lado, porque, por una parte, se quiere hacer una transición energética sostenible, pero, por otra, se critica que ha habido barra libre en cuanto a la instalación de estos proyectos?

-Sí, en el modelo energético tenemos una apuesta clara. Estamos de acuerdo en modernizarlo e ir hacia las energías renovables, pero hay que socializarlo. De poco nos sirve que quitemos la central térmica y luego tengamos a multinacionales instalando aerogeneradores donde quieran. El Gobierno no es que esté mirando para otro lado, es que está propiciando que Fuerteventura sea la zona industrial desde la que suministrar energía a Lanzarote y Gran Canaria. Esto lo venimos denunciando desde hace tiempo. Las nuevas torretas que este Gobierno de PSOE, NC y Podemos ha autorizado no son para dar un servicio a Fuerteventura, no las necesitamos. Esas torretas son las que conectarán todos los parques eólicos y plantas fotovoltaicas que quieren montar en Fuerteventura, y los futuros aerogeneradores marinos, con Lanzarote y Gran Canaria. No son para beneficiar a Fuerteventura y por eso es por lo que vamos a luchar. El Gobierno ha impuesto proyectos de alto impacto, como el parque eólico de El Time, que no cabe en ese entorno y afecta a especies protegidas. En cambio, en otras islas vemos cómo el Gobierno respeta más las demandas sociales e institucionales sobre la ubicación de las renovables.

-¿Cree que estos cuatro años de legislatura han servido para reducir la doble insularidad?

-No, creo que el Gobierno ha propiciado aún más la doble insularidad y la insolidaridad. La ley de la triple paridad [que otorgaba igual número de diputados a las islas capitalinas y a las no capitalinas] tenía el sentido de sentirnos todos iguales. Se cambió la ley electoral para darle más relevancia a las islas más pobladas, pero no les ha servido de nada, y no creo que a día de hoy Tenerife o Gran Canaria estén mejor porque haya diez diputados más en una lista regional. Lo cierto es que los presupuestos están desequilibrados y Fuerteventura ha sido una de las grandes damnificadas. En el presupuesto de 2022 ya partimos con una rebaja importante, de 96 millones de euros pasamos a 82. Pero es que terminando el año nos quitaron 26 millones más del presupuesto, de los que 6,5 millones eran para sanidad. Es un menosprecio a la Isla que no tenga representación en consejerías del Gobierno de Canarias. Este es el Ejecutivo que más ha castigado a las islas no capitalinas. Con el Covid y el cero turístico que se produjo, la isla más afectada fue Fuerteventura, pero pese a ello nos rechazaron una iniciativa específica para paliar esa situación. El de esta legislatura ha sido un Gobierno poco sensible con las islas no capitalinas y se ha propiciado en exceso el centralismo rancio que siempre hemos rechazado.

“Experimentos pequeños como AMF generan inestabilidad en las instituciones”

-Pasemos al mapa político insular. Situándonos de nuevo a principios de 2021, ¿hubiese dado AM-CC el apoyo para que Sergio Lloret fuera presidente del Cabildo de Fuerteventura?

-No, el apoyo que le dimos a Lloret ya dijimos en qué se sustentaba. Siempre ha sido un político con poco apoyo social y nunca se le ha conocido más que por sus ansias de poder y su ego. Hay que recordar que hubo un pacto para desalojar a CC, habiendo ganado las elecciones al Cabildo, entre PSOE, NC, AMF y Podemos. Una alianza que se rompe por sus propios intereses. Cuando eso se produce, nuestro planteamiento inicial fue contactar con el PSOE, pero no solo con [su secretario insular] Blas Acosta, sino con Ángel Víctor Torres, porque con los números en la mano, dábamos estabilidad a lo que quedaba de mandato en La Oliva, Pájara y el Cabildo, pero el Partido Socialista lo rechazó. Entonces AMF nos plantea un acuerdo, pero solo si la presidencia pasa por Sergio Lloret. ¿Nos arrepentimos? Lo cierto es que esos 21 meses de gobierno en el Cabildo fueron mucho más positivos para la Isla que si hubiese continuado el pacto entre PSOE y AMF, pero se ha demostrado lo que ya nos temíamos, que en AMF son especialistas en generar inestabilidad y carecen de sensibilidad por solucionar los problemas de Fuerteventura. Lo hemos visto con las carreteras o con el agua, ámbitos en donde Lloret lleva cuatro años sin dar solución. Lo que nos queda claro es que tras las próximas elecciones tiene que haber pactos estables en Fuerteventura, estos experimentos con partidos pequeños sin responsabilidad no deben tener cabida.

-¿Qué líneas rojas tiene AM-CC? ¿Considera que darle tanto poder a proyectos electoralmente tan minoritarios no es el camino a seguir?

-El mapa político del 28-M va a ser muy distinto. Creemos que CC va a tener una mayor representación por el trabajo orgánico que se ha hecho y la responsabilidad y dedicación en las instituciones, tanto en la oposición como en el gobierno. En la inmensa mayoría de las instituciones de la Isla pueden darse pactos a dos partidos. CC, sin tener líneas rojas, tiene claro que va a propiciar pactos estables con partidos fuertes, porque es lo que le conviene a Fuerteventura. Como decía, experimentos pequeños como AMF generan inestabilidad sin contar además con el respaldo de la estructura de un partido detrás.

“Lola García es nuestra líder en la Isla. Sabe trabajar, delegar y hacer equipo”

-Se ha visto recientemente una buena sintonía entre CC y PP en instituciones como el Cabildo de Fuerteventura. ¿Presupone eso ya una tendencia política de cara a las elecciones?

-En absoluto. Lo que pasa es que cuando secretarios de partido como Ángel Víctor Torres dicen que “si los números dan se repite el Pacto de las Flores”, pues quieto no te puedes quedar, evidentemente. Nosotros hemos gobernado en Fuerteventura con el PSOE y creo que los resultados fueron buenos para la Isla y políticamente para las dos organizaciones. Lo hemos hecho también con el PP y los resultados no fueron malos para ninguno de los dos. Cuando firmamos un pacto somos una organización que lo cumple, aunque tengamos dificultades. Los problemas del pacto deben discutirse en la mesa, no aireándolos fuera.

-¿Cómo secretario insular de Coalición Canaria, cómo definiría a cada uno de sus candidatos?

-Buscamos en nuestros candidatos personas cercanas, con empatía, honradez y capacidad de trabajo... que sean servidores públicos. En esa línea, Isaí Blanco tiene esa frescura de una persona joven, que sabe escuchar y ha demostrado que sabe trabajar en equipo. De David de Vera, el tiempo que le ha tocado tener responsabilidades en el Cabildo ha demostrado su capacidad de cercanía y entrega. Da la palabra y la cumple. En Antigua, tenemos a David Alberto, que es un hombre trabajador, serio y honrado, también cercano. De Candelaria Umpiérrez, qué decir. Quien la conozca sabe que es buena persona, sabe trabajar en equipo y delegar y tiene experiencia porque ha trabajado en el Gobierno autonómico. Alexis Alonso es un hombre que va a tener la primera oportunidad de aspirar a una alcaldía, al igual que David, pero tiene experiencia como concejal y ha sido quien ha llevado el partido en Pájara, tiene olfato político. Enrique Pérez en Betancuria ha demostrado que, a pesar de partir de menos cero, con un alcalde que se va del partido y se lleva a la gente, es posible hacerte visible, pues en apenas siete años tenemos un partido que le está disputando la alcaldía. Y Lola García es nuestra líder en la Isla. Es la encargada de coordinar la organización con todos los grupos municipales. Sabe trabajar, delegar y hacer equipo, y sobre todo, no tiene problema en echarle horas.