Minería marina y prospecciones petrolíferas. La segunda es una amenaza ya conocida. La primera está por conocer, pero ambas están vigentes. Repsol renunció a las prospecciones en las costas canarias hace ya seis años, pero Marruecos ha parcelado su costa de Norte a Sur y ha concedido varios permisos. El último corresponde a las aguas más cercanas a Lanzarote y Fuerteventura, frente a Sidi Ifni, Tan Tan y Tarfaya.

Marruecos otorgó “el paso al primer periodo adicional del permiso de explotación” a las empresas Eni Maroc BV y Catar Petroleum International Upstream LLC. La primera es de capital italiano y la segunda, de capital catarí. Los italianos vendieron una parte de su participación a los cataríes, mientras que el Gobierno de Marruecos, a través de la Oficina Nacional de Hidrocarburos y Minas, mantiene una cuarta parte de los permisos. Según publicó El Español, estas empresas ya tienen sociedades offshore similares en Mozambique, Omán y México. Las empresas tienen permiso para explorar una zona de casi 24.000 kilómetros cuadrados y en una profundidad de hasta un kilómetro.

También recientemente, Marruecos activó el permiso a una empresa israelí para un gran espacio de más de 100.000 kilómetros al sur de Canarias en la costa del Sáhara Oriental hasta la frontera con Mauritania. En este caso, Ratio Petroleum Energy consiguió los derechos de exploración de petróleo y gas a través de su filial, Ratio Gibraltar, con permiso hasta los 3.000 metros.

Ante esta reactivación de posibles prospecciones, Coalición Canaria pidió a los gobiernos del Estado y de Canarias “garantías para la defensa territorial y medioambiental de las aguas canarias”. El expresidente de Canarias Fernando Clavijo alerta de la “política expansiva de autorizaciones por parte del Gobierno de Marruecos para la realización de prospecciones de petróleo y gas en aguas saharauis que no son de su titularidad, vulnerando el derecho internacional y las resoluciones de Naciones Unidas” y señala que esas prospecciones, en algunos casos podrían situarse en aguas jurisdiccionales de Canarias ya que “lindan o invaden” estas aguas. Los nacionalistas recuerdan el no rotundo de los canarios y canarias a las prospecciones y dice que ahora “la situación se repite con nuevos actores, pero el peligro y el riesgo para Canarias sigue siendo el mismo”.

Minería

Por otra parte, Ecologistas en Acción publicó el año pasado el informe Ojos que no ven..., sobre la minería en el fondo del mar. El informe alerta de los riesgos de esta modalidad minera y asegura que “lejos de asumir la casi inexistencia de hábitats y ecosistemas en aguas profundas, cada vez que se realiza un nuevo estudio se comprueba su riqueza y vulnerabilidad frente a la escala y las características de las prácticas de extracción propuestas”.

En aguas próximas al Archipiélago se encuentran Las Abuelas de Canarias, un conjunto de más de cien montes submarinos de origen volcánico situados principalmente al suroeste de El Hierro y al noroeste de Lanzarote y a profundidades de entre 100 y 4.400 metros. También se menciona el Monte Tropic, situado a 250 millas náuticas al suroeste de El Hierro, que es el que más atención ha recibido por las características de sus mineralizaciones y que estaría en disputa entre España y Marruecos (y Sáhara Occidental), a raíz del solapamiento de las propuestas de plataforma continental ampliada.

Marruecos activó el permiso para más de 100.000 kilómetros al sur de Canarias

Los depósitos conocidos son principalmente de cortezas de ferromanganeso, aunque también existen zonas de fosforitas, nódulos de manganeso y depósitos de sulfuros masivos. También hay presencia generalizada de cobalto, níquel, cobre, niobio, vanadio, tierras raras, itrio, telurio, hafnio y elementos del grupo del platino. El informe estima que las cortezas con interés comercial se extienden sobre una superficie de más de 16.000 kilómetros cuadrados, cubriendo casi todas las elevaciones de estos referidos montes submarinos, así como otras zonas entre Gran Canaria y Fuerteventura, al noroeste de Lanzarote y en las proximidades de La Palma y El Hierro.

Actualmente, hay proyectos científicos de búsqueda de materiales para su explotación en los fondos marinos. Los ecologistas alertan sobre los impactos que la exploración y explotación minera submarina podrían tener. Entre los peligros de esta minería están los “graves efectos sobre la biodiversidad marina” y la amenaza a toda la cadena trófica, incluso a la productividad pesquera, pero también la formación de nubes submarinas de sedimentos con metales pesados que pueden desplazarse hasta miles de kilómetros, así como la alteración de la capacidad de fijar carbono que realiza el fitoplancton.

Impactos inasumibles

Elena Solís, de Ecologistas en Acción Lanzarote, señala que los impactos serían inasumibles porque los hábitats nunca se recuperarían. “Después de cargarnos la tierra ahora nos vamos a cargar el mar”, asegura. Como en el caso de las prospecciones, los beneficios para la economía local serían prácticamente nulos, pero los riesgos, no. “Los montes submarinos son la despensa de los océanos”, afirma. Se calcula que se quiere extraer tanto cobre en los próximos años como el que se extrajo en los últimos 7.000 y no hay tanto mineral en la corteza terrestre. Solís señala que en España hay investigaciones científicas de este tipo desde 2015 para las que no se pide evaluación ambiental, al contrario que en el Mar de Norte.

Por otra parte, Canarias aprobó una proposición no de ley de Unidas Podemos para pedir al Congreso que se fije una moratoria en sus aguas jurisdiccionales para este tipo de minería. El Congreso de los Diputados aún no ha tramitado este asunto, pero el Parlamento europeo sí apoya esa moratoria hasta que se investiguen las potencialidades, riesgos y repercusiones de problemas médicos. España también votó a favor de esta medida en el Congreso Mundial de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza.

En la Oficina Nacional de Hidrocarburos y Minas de Marruecos no aparecen permisos de investigación para minería submarina, pero Ecologistas en Acción considera que los movimientos políticos de ese país, incluyendo la plataforma continental como aguas propias, “aunque no tenga virtualidad, es indicativo de sus intenciones”.