“Es una catástrofe para Fuerteventura”, expone el presidente de la asociación de vecinos El Time limpia y sostenible, Rafael Martínez, ante proliferación de proyectos de energías renovables sin la debida planificación energética a escasos metros de núcleos poblacionales y de zonas de protección medioambiental, argumentos que sustentan la demanda vecinal oponiéndose al Parque Eólico Puerto del Rosario. Una lucha en solitario contra los molinos de viento que ha llegado al Tribunal Superior de Justicia de Canarias.

El Parque Eólico Puerto del Rosario es un proyecto de Naturgy con 35 millones de euros de inversión y la instalación de ocho aerogeneradores para producir hasta 29 megavatios de potencia. “Estamos de acuerdo en que se implante la energía eólica en Fuerteventura, pero con una planificación y una programación que permita la instalación progresiva de los molinos hasta que la Isla sea autosuficiente, en lugar de que se instalen donde el promotor diga”, explica el representante vecinal.

“No existe coherencia, se permite que se instale en suelos rústicos de valor agrario y paisajístico, a pesar de que el planeamiento no lo permite. Si no somos capaces de darle coherencia a la dotación de energías renovables, vamos a acabar con la riqueza de la Isla, su paisaje”, continúa.

Rafael Martínez habla de “artimaña legal” para que los promotores de los parques eólicos puedan actuar impunemente. La ley del año 1997 que todavía regula el sector eléctrico de Canarias permite emitir la declaración de interés general de los nuevos proyectos para garantizar el suministro eléctrico, aunque considera que sólo debería emplearse de forma excepcional.

“Esa es la gran mentira. El suministro eléctrico no se garantiza con un parque eólico. Se garantiza con un plan territorial especial de infraestructuras energéticas”, añade el representante vecinal. Una planificación que el Gobierno de Canarias encargó a Tragsa para Fuerteventura y de la que seis años más tarde se emitió su caducidad, según explica.

Lo primero que ve Rafael cuando se levanta son los molinos de 158 metros de altura, lo que equivale a un edificio de 53 plantas, ubicados delante de una casa de tan solo una planta. Les separan 270 metros, es decir, casi bastante menos de los 400 metros de distancia reglamentaria, según recoge la ley, asegura. “El contraste es brutal. Son tan grandes que sólo se ven molinos. Minimizan el paisaje y restan valor al resto del patrimonio, como la iglesia de El Time, del siglo XVII, que apenas se vislumbra”, indica el representante vecinal.

“El suministro eléctrico no se garantiza con un parque eólico”, dice Martínez

A esto se suman los problemas de ruidos y efectos lumínicos, dado que emiten luces intermitentes tanto de día como de noche a dos alturas que afectan no solo a El Time, sino a Tamariche, Los Estancos, La Matilla, Tetir, la Asomada… “Es un cúmulo de despropósitos”, sintetiza Rafael.

En su demanda contra el Parque Eólico de Puerto del Rosario y, anteriormente, en las alegaciones presentadas, los vecinos defienden que se encuentra instalado a 80 metros de una Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA). También aluden a la presencia de nidos de guirre, una especie endémica de Canarias que solo existe en Fuerteventura y Lanzarote. “Si la implantación de los 66 molinos proyectados en la Isla se lleva a cabo de la manera prevista supondrá la desaparición del guirre”, sostiene el representante vecinal.

Por ello, sostiene la necesidad de realizar una evaluación medioambiental estratégica de todos los proyectos en conjunto para evaluar el efecto global sobre el territorio. “Si la planificación con respecto a los parques eólicos se hiciera con coherencia, los molinos estarían dispersados por zonas con una concentración en el sur, otra en el centro, en Puerto del Rosario, y otra en el norte. Así el impacto paisajístico sería menor y podríamos autoabastecernos”, añade.

Sobreproducción

El consumo energético en Fuerteventura en agosto de 2019 alcanzó los 100 megavatios, mientras que, según lo que está proyectado, se computan 178 megavatios, a lo que se añaden otros 78 en parques fotovoltaicos, sumando un total de 256 megavatios de potencia. “Se está sobredimensionando la producción con respecto a la demanda real de la Isla”, señala Rafael Hernández, que entiende que el excedente tendrá que exportarse.

Esta tesis se sustenta también en la existencia de un proyecto, aún en ejecución, para dotar a la Isla de una línea eléctrica, desde Corralejo hasta Matas Blancas, con capacidad para transportar 132 kilovoltios, a través de unas 300 torretas, sin prescindir del anterior cableado con capacidad para 66 kv de potencia. “Fuerteventura tiene capacidad para transportar más del doble de energía eléctrica de lo que necesita. Esto es un negocio. Sacrificamos Fuerteventura para dar energía a Lanzarote”.

Ocho de las viviendas están a menos de 400 metros de los molinos

La renovación del tendido eléctrico cuenta con una inversión de 200 millones de euros y está aprobado también bajo el auspicio de la declaración de interés general del Gobierno de Canarias, “saltándose el planeamiento”, a juicio de Rafael Martínez.

Recuerda que el Cabildo interpuso un recurso contencioso-administrativo alegando que parte del trazado dañaba el paisaje y proponiendo que se soterrase. Esta reclamación obtuvo una sentencia favorable por parte del Tribunal Supremo, avalada en que cuando entran en contraposición el interés general del suministro eléctrico y el del medio ambiente, prevalece este último. Por ello, el tendido eléctrico entre Puerto del Rosario y Gran Tarajal está paralizado.

Esta sentencia favorable motivó a los vecinos a presentar un recurso contencioso administrativo contra la declaración de interés general y más tarde la autorización del parque eólico Puerto del Rosario. Sin embargo, entienden que “no es lo mismo una demanda de unos vecinos que de una administración. Tiene menos fuerza para defenderlo ante un tribunal”.

En el recurso se argumenta la existencia de cinco zonas de nidificación de guirre en torno a tres kilómetros alrededor del parque eólico, que no se han tenido en cuenta en el proyecto, así como una zona de dormideros a 500 metros y la ubicación de los molinos a tan sólo 80 kilómetros de una ZEPA.

Otro argumento es la escasa distancia que los separa del núcleo de población. Ocho viviendas están a menos de 400 metros. La empresa emplea aquí una artimaña legal: No se considera núcleo habitado”. Sin embargo, el Ayuntamiento de Puerto del Rosario expone en su informe que algunos molinos están a menos 400 metros de las viviendas, aunque no lo defiende ante los tribunales.

La demanda de los vecinos de El Time contra la instalación ha llegado al TSJC

Los vecinos de El Time consideran que, al igual que ocurriese con el tendido eléctrico, los tribunales deberían valorar que este proyecto daña el paisaje. Tan solo en El Time son alrededor de 300 los vecinos afectados, 50 de ellos se han sumado a la pelea en favor del paisaje majorero.

Rafael Martínez teme por el futuro de la Isla si se continúa concediendo autorizaciones para los 28 parques eólicos proyectados en Fuerteventura y otros 12 fotovoltaicos, junto con los que están en camino “a criterio del promotor”, mediante la declaración de interés general.

Reprocha que no se involucren las administraciones, tanto oponiéndose como siguiendo el ejemplo de otras islas donde los proyectos de energías renovables cuentan con participación pública. “Estos molinos se pueden amortizar en cuatro años y tienen una rentabilidad de 15 años.

Además, cuentan con subvenciones”, señala. En Fuerteventura, “el planeamiento se adapta a los proyectos y no al contrario. Se salva el medio ambiente global, pero a costa de pisotear el entorno local”.