CULTURA

La fotografía como un mapa al centro de las identidades

El joven creador Alfonso Blanco expone en el Centro de Arte Juan Ismael una serie fotográfica, tomando como punto de partida la realidad ‘queer’ en Fuerteventura

María Valerón 0 COMENTARIOS 12/02/2022 - 08:14

Tacones contra el espejo, rostros a media sombra, una ancha espalda asoma sobre una falda y salta sobre las gavias. En medio del juego de colores, detrás de la fotografía, se sitúan los, las aisladxs. Son las personas que componen el proyecto fotográfico y comunitario de Alfonso Blanco, una iniciativa que le ha llevado por los pequeños pueblos de toda la geografía insular en busca de un mapa de identidades sexuales y de género.

El Centro de Arte Juan Ismael es la última parada del viaje de Aisladxs, donde desde el pasado 27 de enero se exponen los retratos de una veintena de personas: la fotografía documental ocupa el espacio y lo llena, cargado de realidad.

“Me interesa crear, contar historias a través de la imagen; la fotografía me ha servido, sobre todo, para encontrar una manera de hablar de algo para lo que no tengo palabras, ya sea de mí y de mis sentimientos o del mundo que me rodea. Y, concretamente, con Aisladxs he querido encontrar historias”, explica Blanco, coordinador del proyecto comunitario y autor del conjunto fotográfico con el que da clausura a un año de encuentros entre personas situadas, en palabras del autor, “en los márgenes de lo normativo”.

Siguiendo una estructura circular, el conjunto fotográfico ocupa todas las paredes de la sala, pero no es una exposición al uso. Blanco se ha decantado por una producción que recuerda al magazine: las fotografías, pegadas a la pared, incluyen aquí y allá pequeños textos donde se da nombre a los personajes y se describe brevemente aquello que los convierte en habitantes del territorio queer.

En el panel frontal de la sala, un texto detalla el sentido del término queer, no como colectivo, sino en su variante política, esto es, el movimiento social que aboga por la defensa de la diversidad y la libertad identitaria y que se extiende, incluso, más allá de la diversidad de género o sexual. “Me interesaba una investigación en torno a lo queer, como aquello que se aleja de la normatividad, de los cánones, pero que también tiene un componente muy político; ser queer también implica una reivindicación contra lo establecido, por eso en las descripciones incido en quién es vegana, quién es bisexual, quién es poliamorosa y, en definitiva, en cómo cada persona se sale de la norma establecida. Más que el aspecto, me interesa lo que tienen que decir estas personas”, explica Blanco.

Tequital, Triquivijate, Las Pocetas, Gran Tarajal, Corralejo, Puerto del Rosario, Tetir o El Cardón son algunos de los puntos geográficos que toca el mapa sin líneas del conjunto fotográfico. La isla retratada es la Fuerteventura profunda y el ojo del autor se aleja de los focos del cien veces citado paraíso para adentrarse en la autenticidad que narra. Los pueblos cobran una perspectiva distinta y aquí ya no interesa la playa de arena blanca porque los retratos ahondan en el entorno donde residen las personas que miran a cámara: personas no binarias, transexuales y también cisgénero tienen espacio en el círculo de imágenes.

“Me interesaba una investigación en torno a lo que me gusta llamar ‘disidentes de género’: es obvio que hay una idea de hegemonía de género y que se rompe ese rol tan solo con, en el caso de un hombre, pintarse las uñas o usar tacones, sin necesidad de ser una persona trans”, explica el fotógrafo, que resalta la necesidad de traer a la luz esta diversidad, como motor de cambio.

“Hay una analogía que me gusta mucho para representar lo queer: diríamos que el planeta Saturno representa lo normativo, esto es, el hombre blanco y heterosexual que está en el centro, y este centro tiene tendencia a ser muy endogámico, con poco espacio para respirar. Los anillos de Saturno, que están formados por diferentes materiales galácticos, representarían la periferia, los márgenes de lo normativo: allí está la diversidad, una diversidad enorme, personas que aun siendo muy distintas entre sí conforman un anillo. Y es, en realidad, lo que hace distintivo a Saturno. Veo la serie fotográfica terminada y creo que ha quedado un poco así: un gran conjunto de diversidad, como un anillo, cada persona con sus características, pero todas unidas en estar en esos márgenes”, explica.

Comunidad ‘Aisladxs’

Aunque la serie fotográfica es la parte visible del proyecto, el fotógrafo señala que no solo perseguía desarrollar una investigación o una narrativa documental. Aisladxs, una iniciativa subvencionada por la Consejería de Juventud del Cabildo, parte, desde sus inicios, en la consecución de dos objetivos prioritarios: la creación de un tejido comunitario entre la juventud que no se identifica con los cánones de género y la visibilidad de todas las personas del amplio colectivo que engloba el término queer.

Con estos objetivos, el proyecto se inició en noviembre y, desde entonces, se han sucedido los encuentros para jóvenes en Gran Tarajal, Puerto del Rosario y Corralejo, donde, además de ahondar en temas como diversidad sexual y corporal, identidad de género o cánones normativos relacionados al cuerpo (gordofobia, imaginario cultural y colectivo de la belleza, etcétera), se generaron espacios comunitarios para abordar distintas temáticas.

Alfonso Blanco se queda con las fotografías que proponen interrogantes más que respuestas

“En los seis encuentros que hemos celebrado desde noviembre aparecieron muchas historias personales sobre la dificultad de exponerse como persona del colectivo LGTB, pero también cosas muy bonitas, como muchos participantes diciendo: ‘En mi pueblo no me importa mostrarme, no tengo ningún problema en ser como soy’”, cuenta Blanco, que destaca de las reuniones “la sensación de estar unidas todas las personas, de haber creado comunidad y redes”.

El siguiente paso, destaca, es “ocupar el espacio público”. “Aunque hay un cambio generacional y ya las personas más jóvenes no necesitan tanto de esos referentes en su realidad cercana, porque pueden encontrar sus referentes en Internet y en lo audiovisual (las redes sociales, las películas y series que vemos también nos dan referentes de identidad), creo que igualmente es importante plantarse en medio del espacio, ser visibles”, explica y señala que en esta misma línea el proyecto incluyó cartelería divulgativa en la Isla, con las imágenes de la serie fotográfica. “Además de estar en una galería, quería que fueran visibles en el espacio público: carteles en las calles, una valla publicitaria, las imágenes en la pantalla de juventud... Es un paso más para tener presencia, estar en lo público y encontrar espacios seguros, donde quien quiera usar tacones o maquillarse, lo haga”.

Cuenta Alfonso Blanco que, a través de las historias de las fotografías de retrato, habla, de alguna manera, también de sí mismo; se convierte en el escucha y en el contador de otras realidades. Cuenta, además, que la fotografía es para él “una herramienta potente para jugar con dos mundos: una parte puramente documental, sin intervención, y otra que genera muchas preguntas”. Él, por su parte, se queda con las fotografías que proponen interrogantes, antes que con las que dan respuestas. Al fin y al cabo, también en eso consiste la teoría queer: en cuestionar lo que, hasta hace muy poco, muchos consideraban incuestionable.

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