CULTURA

Fuerteventura, una inspiración literaria

Con motivo del Día del Libro, Diario de Fuerteventura viaja por las páginas de una Maxorata de ficción

Eloy Vera 8 COMENTARIOS 23/04/2022 - 08:23

“La tierra de esta isla ermitaña no miente; Fuerteventura dice al hombre, dice a sus hombres, a sus hijos, la verdad desnuda y descarnada, el esqueleto de la verdad. El que miente aquí es el cielo que se cubre de nubes y no llueve...”, escribió Unamuno durante su destierro en 1924. Tal vez, fue quien mejor describió la Isla, pero hubo otros poetas, novelistas, aventureros y cronistas que se dejaron seducir por el terruño.

Con motivo del Día del Libro, el 23 de abril, Diario de Fuerteventura ha viajado por centenares de páginas en busca de citas sobre la Isla. Unamuno, Josefina Pla, Saramago, Laforet, Aldecoa, Caparrós, Pedro Lezcano, Noteboom... escribieron de Fuerteventura. Unos se dejaron seducir por la desnudez de su paisaje y evocaron su mar como imagen alegórica; otros denunciaron la miseria y sequía.

El drama de la inmigración irregular; la barbarie en el campo de concentración de Tefía cuando Franco decidió encerrar en él a homosexuales, amparado en una ley que jamás debió existir, o las leyendas sobre Cofete y las visitas de submarinos nazis durante la Segunda Guerra Mundial han ido apareciendo en decenas de libros.

Desde que los griegos mitificaron Canarias: Jardín de las Hespérides, Campos Elíseos, Afortunadas... hasta la actualidad, el Archipiélago ha sido escenario de un sinfín de obras literarias. Dentro de ese corpus, Fuerteventura ha sido lugar de paso para viajeros alemanes, ingleses o franceses, inspiración para novelas y cuentos y hasta escenario de thrillers policiacos en los que las descripciones de la Isla se mezclan con la preocupación por encontrar al asesino.

El mar, los paisajes desnudos e infinitos y las decenas de anécdotas y leyendas que el majorero ha ido transmitiendo de generación en generación han ayudado a escribir la historia de la literatura universal. Pasen página y lean.

Unamuno, a lomos de un camello en Fuerteventura.

Miguel de Unamuno

XLIV

Betancuria

Enjalbegada tumba es Betancuria,
donde la vida como acaba empieza,
tránsito lento a que el mortal se aveza
lejos del tiempo y de su cruel injuria.

Se oye en esta barranca la canturía
de la resignación en la pobreza,
la majorera –blancas tocas– reza
entre ruinas, soledad, penuria...

Desnuda la montaña en que el camello
buscando entre las piedras flor de aulaga
marca en el cielo su abatido cuello;

mas de la tierra en la sedienta llaga
pone el geranio con su flor el sello
de la mujer que nuestra pega apaga.

‘De Fuerteventura a París’

Josefina Pla, la voz de Lobos

“Nunca olvidé que era canaria, y para más, majorera. Pero nunca tampoco pude recordar cómo eran -cómo son- estas Canarias con cuyo barro se amasaron años párvulos míos”.

“La Isla de Lobos, donde nací, verruga en el mar de la epopeya definitiva en la conquista del planeta, es una estampa que me construyeron; como la de la tormenta que fue orquesta en el nacimiento, o la del charco con los pececillos ‘impescables’”.

“Tuve una niñez relativamente feliz. Digo relativamente porque tenía a otros niños con quienes jugar. Había rocas por doquier y algunas pocas plantas raquíticas. A veces el paisaje era desolador y deprimente. Lo único que me sacaba de mi estado melancólico eran las gaviotas. Me pasaba horas y horas estudiando sus vuelos y comportamientos. Creo que aquella vida en medio de la nada, rodeada del mar insondable y del horizonte lejano fue templando mi espíritu para mi vida futura. El trabajo de mi padre era duro y de gran responsabilidad. De él dependía la navegación de los barcos, que no encallaran o naufragaran y llegaran a buen puerto”.

Carmen Laforet: ‘La isla y los demonios’

Uno de los personajes más queridos de la literatura de Laforet, Vicenta La majorera, la cocinera de La isla y los demonios era de Fuerteventura.

“De joven fue a servir a Puerto de Cabras, la ciudad de su isla. Allí se hizo mujer, allí fregó escaleras y patios, allí aprendió cocina y se hizo alta de estatura, fuerte y decían que hermosa, también. Su cabello era negro y rizado, sus pechos altos le henchían las blusas y se llevaban las miradas de los hombres cuando, un año de lluvia y de abundancia, la madre le mandó a buscar para llevarla al pueblo. Aquel año fue el de su boda. Se celebró con jolgorio, alegría y guitarras.

Después vino un tiempo de oscuridad y miseria. En el cielo, durante siete años, ni una nube con agua. La majorera conoció el hambre en su aldea y se familiarizó, entre hambre, con el duro trabajo de sacar cada año un hijo de su cuerpo y de amamantar a aquellos hijos con las espaldas doloridas a cada tirón de sus bocas en un pecho exhausto. Se acostumbró también a verlos morir”.

Ignacio Aldecoa: ‘Cuaderno de Godo’

El narrador visita Fuerteventura en los años sesenta. La miseria, falta de agua y los paisajes desérticos acaban llamando la atención del autor.

“Fuerteventura es una tierra sin ventura. Buena tierra, pero sin agua. La Oliva, con sus almiares y su casona -Quinta Roja-, es uno de los pueblos de la isla más afectado por la falta de agua. La Oliva es un pueblo del páramo gótico. Una desesperanza y una miseria. Una miseria, que como el guirre, ave de presa de la isla, amenaza desde las almenas de piedra o de lava del paisaje.

Al sur el paisaje es distinto. En Betancuria está Castilla, pero una Castilla burgalesa, con la frescura del verdor de las tomateras y de los platanales. Una Castilla con catedral, que nunca tuvo obispo que tomara posesión de su sede.

Verdor en las barranqueras. Tejados. Gentes de paso digno. Esperanzas de lluvia.

Más al sur, el desierto”.

Olivia M. Stone: ‘Fuerteventura. 1884’

En 1884, la escritora inglesa visita Fuerteventura. Recorre palmo a palmo la Isla sorprendiéndose de su paisaje y las costumbres de sus paisanos.

“El Paso de Las Peñitas, desconocido e impreciado en un remoto rincón de una isla desdeñada, es uno de los paisajes pequeños más bonitos del archipiélago. El hecho fehaciente de que sea de granito le da una magnitud que ni el basalto podría alcanzar. Inesperadamente llegamos al desfiladero, no se nos había dado ni siquiera una pequeña reseña de su existencia, excepto a través de las memorias de los conquistadores, las cuales, no obstante, son en extremo vagas como para localizarlo”.

Benjamín Prado: ‘Todo lo carga el diablo’

El poeta y novelista recuerda en su última novela publicada, Todo lo carga el diablo, uno de los horrores del franquismo: el campo de concentración para homosexuales de Tefía.

“Si no le atraían las mujeres y le gustaban los chicos, debió luchar contra su naturaleza y mantenerla oculta en aquella España brutal de la dictadura donde a los homosexuales se les aplicaba la Ley de Vagos y Maleantes y la de Peligrosidad Social, se les tachaba de invertidos y eran internados en campos de concentración de las Islas Canarias como la Colonia Agrícola Penitenciaria de Tefía, en Fuerteventura, un antiguo cuartel de la Legión donde se les obligaba a picar piedra de sol a sol, hacían instrucción militar, labraban y sembraban un desierto donde jamás iba a crecer verdura, legumbre o cereal alguno, y eran vejados de palabra y obra, azotados con fustas y varas de madera para los vigilantes y sometidos a experimentos clínicos. Como dieta, les daban de comer sobras, cáscaras e incluso hierbas silvestres, y no tenían ni siquiera una cama, dormían en el suelo”.

John Whitford: ‘Las Islas Canarias. Un destino de invierno’

En 1890, el escritor y viajero John Whitford vino a Canarias con la intención de recuperarse de una enfermedad de huesos.

“El desembarco se efectúa mediante barcas que descansan en una playa de guijarros que se extiende unas doce yardas entre grupos de rocas, parte de las cuales quedan cubiertas por la marea alta. En la parte norte un arrecife se adentra hacia aguas profundas. En ese enclave natural, con las ventajas con que cuenta, resultaría sencillo construir un muelle curvado para facilitar las operaciones de quien desembarque. Hasta entonces quienes deseen desembarcar en Puerto Cabras deben saltar desde las barcas y caer sobre los guijarros o volar medio minuto en brazos de un fornido marinero, quien amablemente recibirá y depositará su carga en tierra firme”.

Thomas Rydahl: ‘El ermitaño’

El escritor danés tomó Fuerteventura como escenario de su debut literario: El ermitaño. Años más tarde, elegiría de nuevo las aguas de la Isla para teñirlas de misterio en Los desaparecidos.

“Piensan que Erhar es un parásito, un extranjero que no solo les roba los clientes, sino que se comporta como si fuera más importante que ellos. Vive solo en Majanicho, no habla con los otros taxistas y, cuando no está circulando o robándoles los pocos clientes de la isla, se pasa el día sentado en su viejo Mercedes leyendo libros. Eso es lo que piensan y dicen de él. Algunos hasta se lo dicen a la cara. Y la verdad es que tienen razón. Sobre todo con lo de los libros”.

Alberto Vázquez-Figueroa: ‘Fuerteventura’

El escritor recurre a la leyenda nazi, vinculada a Cofete, para ambientar una de sus novelas más conocidas.

“¿Cómo es que había llegado hasta allí la guerra? ¿Qué se le había perdido al ejército alemán en aquel remoto lugar del universo? -Al ejército alemán nada... -había puntualizado el circunspecto Barbarroja-. Pero a la marina alemana, mucho. Tenemos informes dignos de crédito que aseguran que la isla de Fuerteventura es un punto de referencia esencial para los submarinos de la flota del Atlántico. Y esos malditos submarinos nos están causando un daño irreparable”.

Pedro Lezcano: ‘Oda a Fuerteventura’

El poeta grancanario fue un enamorado de Fuerteventura y de su mar, en el que se sumergía siempre que visitaba la Isla.

“Toda Fuerteventura aguarda en llanto / cuerpo a tierra enterrada y siempre viva / yacente al sol, desnuda y meditando / en su resurrección o en su agonía. / Fuerteventura: Dios lanzó un puñado de tierra en una tumba sumergida”.

Juan Cruz. Foto: Javier Melián.

Juan Cruz: ‘Viaje a las islas Canarias’

Juan Cruz ha reconocido públicamente su amor por Fuerteventura. En este libro, una fusión de literatura y viajes, el periodista recorre el Archipiélago a través del relato de un viaje sentimental, tejido de lecturas, recuerdos y experiencias.

“Así que desde arriba, desde la ventanilla del avión, Fuerteventura se parece a una sucesión de largos lagartos pardos, una especie de isla fantasmal que se abre paso en medio de una perenne, o probable, tormenta de arena; y se parece, cómo no, a un esqueleto hecho de gofio”.

Manuel Esteban: ‘La venganza de los hombres buenos’

El escritor Manuel Esteban escribió en 2020 La venganza de los hombres buenos, una novela policial, escrita en gallego, protagonizada por el inspector Carlos Manzo y ambientada entre Fuerteventura y Vigo.

“El futuro siempre ha tardado una hora más en llegar a Canarias. Por lo que sé, aún hoy es difícil acceder en automóvil hasta la costa oeste de Fuerteventura, uno de los últimos territorios vírgenes de la castigada Europa. Especialmente la extensa franja de playas y acantilados entre Ajuy y Cofete, ya en la punta sur. En el año 1998 aquel trozo de costa era la última frontera de una isla al pairo, en un mundo que ya estaba cogiendo velocidad”.

Martín Caparros: ‘Una luna’

El periodista y escritor argentino ha escrito centenares de crónicas periodísticas. En una de ellas, relata el viaje de unos inmigrantes africanos intentando llegar a Europa con Fuerteventura como puerta de entrada al continente.

“Treinta y ocho personas se amontonaron en un bote de doce metros de madera ordinaria, muy mal terminado, con un motor atrás. Eran las dos de la mañana; el capitán les dijo que a las cinco de la tarde atracarían en Fuerteventura, una de las Islas Canarias, a unas setenta millas náuticas. Koné estaba asustado: nunca había navegado y ahora se encontraba, de pronto, en el medio de un mar muy azul: “tan azul, tan azul”. Pero también estaba ilusionado: después de meses de trayecto, estaba por llegar a su destino”.

Lucía Etxebarría: ‘El contenido del silencio’

La Premio Planeta 2004 ambientó una de sus novelas, El contenido del silencio, en Fuerteventura.

“Gustav Winter desapareció hace más de treinta años, después de habitar el extremo más despoblado de las Canarias durante otros treinta. Su secreto, si lo hubo, sigue sin desvelarse, y en Jandía la población sigue creyendo en la existencia de túneles subterráneos que conducen desde los sótanos de la casa Winter hasta el mar. Fuera o no Herr Winter un espía al servicio de Hitler, la leyenda vive”.

José Saramago. Foto: Adriel Perdomo.

José Saramago: ‘Cuadernos de Lanzarote’

El Premio Nobel portugués visita la Isla durante un fin de semana. Las impresiones las recoge en uno de sus Cuadernos de Lanzarote.

“Las montañas de Lanzarote están desnudas, las de Fuerteventura fueron taladas. Y sí, en Lanzarote exceptuando las Montañas de Fuego por ser parque nacional, las poblaciones se suceden unas a otras, en Fuerteventura, que es tres veces mayor, se puede andar kilómetros y kilómetros sin encontrar alma viva, ni ciudad, ni señal de cultivo. Fuerteventura da la idea de que es una tierra muy vieja que ha llegado a sus últimos días”.

Cees Nooteboom

El poeta, narrador y ensayista holandés publicó en el número 29 de la revista Syntasis una serie de misteriosos poemas en los que cada una de las islas toma la palabra poética y habla al escritor.

Acantilado

“No hace más de una hora que estoy aquí / Y sin embargo me llamas eterno / Tu eternidad es mi instante / Cuando piensas que estoy inmóvil / Me siento fluyendo / Tú eres de carne, / Yo de piedra”.

Iris Danbury: ‘The Silver Stallion’

Lucie Durant, la protagonista de esta novela romántica inglesa, viajó a las Islas Canarias de vacaciones de trabajo, en busca de ideas para las joyas que diseña. También visita Fuerteventura.

“Más personas deberían tener la oportunidad de viajar al extranjero y ver lugares como este... Me gusta la gente de la isla”.

La represión de los homosexuales en Tefía, en cómic

Los guionistas Juan Sepúlveda y Antonio Mercero junto a la ilustradora Marina Cochet publicaron la novela gráfica El Violeta en 2019. El Violeta es la historia de Bruno, un joven homosexual de 18 años, pero también el testimonio del infierno que sufrieron los gais durante el franquismo.

El Violeta es la historia de la persecución que sufrieron los homosexuales durante el franquismo y la convivencia de las mujeres que se casaron con ellos, un documento gráfico de la suerte que corrían los homosexuales que enviaban a la prisión de Tefía.

Tefía funcionó como prisión desde 1954 hasta 1966. Durante 12 años, el centro encerró a alrededor de un centenar de personas condenadas por la Ley de Vagos y Maleantes, aprobada durante la Segunda República para castigar a vagabundos, pordioseros, rufianes, proxenetas y a todo aquel que no pudiera demostrar domicilio fijo, empleo o modo de sustento. En 1954, Franco modificó la ley para incluir a los homosexuales por considerarlos un peligro público.

Comentarios

¿Donde vio Prado "un antiguo cuartel de la legión?
Me inspire, voy a escribir una novela llamada, "Cristales Rotos y Toallitas Intimas, Una Historia Breve de La Isla Tranquila".
Si la novela sería toallitas íntimas estafas y asaderos , además de no cuidar nada y gastar dinero público en cambiar aceritad y segar dos hierbas en arcenes de carretera sin hacer nada
Me gusta esa novela, pero te aconsejo que vayas a ver la segunda parte en el cine, "Cristales Rotos y Toallitas Intimas 2 en busca del petróleo perdido" Guapísima, sale Will Smith dándoles trompasos a tol mundo. Will Smith llega a puerto desde los EEUU, y viendo la desorganización y el descontrol que hay, decide meterse en la politica para mejorar nuestra isla. Consigue llegar a lo más alto, a presidente, y lo primero que hace es cerrar las fronteras, solo pueden entrar los que vienen de vacaciones y los que vengan con contrato, el resto avión y media vuelta pa su casa. No te voy a contar mucho más pero la isla cambia radicalmente a mejor, menos delincuencia, se termina de hacer la autovía, mejoras en las infraestructuras (sanidad, educación etc etc) y nos convertimos en unos de los mejores destinos turísticos del mundo. Ojo está nominada a los Óscar.
Con Will? Ni nominada estara. Le hecharon de la Academia mi niñio. Eso si, alguna bofetada suya sentaría bien a nuestra "clase" politica.
Hola Óscar, según he leído en algún medio especializado, en un principio tenían pensado contratar pa la peli a Clint Eastwood pero por lo visto con Will habían más subvenciones y ya sabes la pela es la pela. A mí personalmente me gusta más el viejito, le da más seriedad al guión. Ahora este finde estrenan la tercera parte y por lo visto promete ser la bomba, ya te contaré mi niño
¿Alguien me podría informar como se llama la escritora peninsular que escribió una novela sobre una pareja de jubilados franceses que dio la vuelta a la isla de Fuerteventura a lomos de un camello durmiendo al raso y que vivía en un apartamento en la costa este de Fuerteventura? esta fantástica escritora dpen8nsukar escribió una maravillosa novela que leí pero me he olvidado de su título y del nombre de esta maravillosa escritora peninsular.
¿Alguien me podría ayudar, dado que debido a mi avanzada edad he olvidado el nombre de la escritora peninsular autora de una novela que protagonizaba una pareja de jubilados franceses que dan la vuelta a Fuerteventura a lomos de un camello durmiendo al raso?.Un maravilla de libro que me gustaría volver a leer.Lo saqué en la biblioteca de Las Palmas capital.

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