Antonio Perdomo tiene 20 años y es todo un amante de los animales. Su pasión le viene de bien pequeño. Con cinco años visitó por primera vez el lugar que considera su principal escuela: Oasis Wildlife Fuerteventura. Desde aquel primer contacto, sus ganas por aprender han ido en aumento y, en la actualidad, ha terminado el penúltimo curso del grado de Zoología, la ciencia que investiga los animales, que estudia en Inglaterra.

El joven, que procede de Firgas (Gran Canaria), recuerda que desde siempre le han gustado muchísimo los animales. En Oasis Wildlife, explica, hay especies “que no se pueden ver en otro sitio de Canarias ni, en algunos casos, de España”.

De pequeño, “al menos una vez al año” visitaba el zoológico con su familia. Con 12 años participó por primera vez en uno de los campamentos de verano del centro. De una semana en Oasis se llevó “no solo un importante aprendizaje sino experiencias muy bonitas”.

Para este estudiante de Zoología, Oasis sigue siendo una escuela: “Cada vez que voy aprendo muchísimo, disfruto un montón y me dan más ganas si cabe de seguir estudiando para alcanzar la meta de trabajar en el futuro con animales”.

Antonio destaca la labor de “educación y concienciación acerca de los problemas que hay en la naturaleza, de las especies que están más amenazadas, de la destrucción de hábitats o del cambio climático” por parte de los cuidadores y personal del centro de rescate.

Antonio visitó por primera vez Oasis Wildlife Fuerteventura con cinco años. Ahora con 20 estudia Zoología. Fotos: cedidas.

[Noticia relacionada: Un programa de educación ambiental para formar en valores]

El contacto entre Antonio y Oasis Wildlife se ha mantenido con el paso de los años. Su tía reside en Fuerteventura y, cada vez que viajaba a la Isla, el zoológico se convertía en una parada obligatoria. Recuerda lo que le gustaba ver a los lémures, dar biberones a los camellos y observar a los elefantes en movimiento. “Siempre se han volcado conmigo, porque saben que tengo esa pasión”, agradece Antonio.

El joven acaba de terminar sus prácticas y ha dedicado parte del verano a recoger datos para su trabajo de fin de grado. Aunque estuvo dudando si estudiar veterinaria –en la que te centras en “enfermedades y curas”- se inclinó por la zoología, que “es una ciencia mucho más amplia y con diferentes campos, como la evolución, el comportamiento o la conservación de los animales”. Ha completado tres cursos en la Universidad de Lancaster y está satisfecho: “Es muy interesante”. Superada la fase de las clases online por el Covid, recuperar la normalidad le ha permitido “estar cara a cara con profesores que son eminencias en sus campos”.

Antonio aborda la conducta y el bienestar animal en su trabajo de fin de grado

Oasis Wildlife es un centro de rescate animal de referencia y ha salvado a muchos primates rescatados que han sido mascotas o que provienen del mercado ilícito de animales. El trabajo de fin de grado de Antonio aborda el comportamiento y el bienestar animal, y, de forma específica, estudia a uno de estos ejemplares que en el pasado han sufrido malas experiencias y que han encontrado un nuevo hogar en Oasis.

Se llama Paco y fue obligado a vivir en una jaula muy pequeña de una tienda en Grecia, lo que le ha generado “una gran cantidad de estrés y ansiedad, además de comportamientos anormales, como que se arranque el pelo o se muerda las patas”, unas conductas “alimentadas” por esa situación, explica Antonio.

El joven quiere estudiar si la atención al animal y la dieta le ayudan a corregir ese comportamiento anómalo. Antonio tiene claro que se quiere seguir formando una vez se gradúe y, en el futuro, analizar qué camino profesional tomar: le interesa la investigación, la conservación de especies en su hábitat natural y también el trabajo en el zoológico. Regresar como zoólogo a Oasis Wildlife, donde se hace “una gran labor” en la conservación de especies animales, dice, sería como volver a casa.

Imágenes comparativas de Antonio en las visitas realizadas en la actualidad y en la infancia.