ENTREVISTA

“Los parques eólicos son la mayor amenaza para el guirre desde que se realiza su seguimiento”

Julio Roldán, coordinador del equipo del guirre en Fuerteventura

Eloy Vera 0 COMENTARIOS 30/05/2021 - 07:47

Julio Roldán es el coordinador del equipo de seguimiento del guirre que dirige la Estación Biológica de Doñana en Fuerteventura. En estos momentos, recorre la Isla de norte a sur siguiendo la pista del guirre dentro de la campaña reproductora que se desarrolla entre los meses de febrero y julio. Para unos minutos para conversar sobre la salud de esta especie en peligro de extinción que, en la actualidad, solo habita en Fuerteventura, Lanzarote y el archipiélago Chinijo. El ornitólogo y naturalista celebra el incremento de ejemplares en los últimos años en Fuerteventura. Desde que se inició el proyecto en 1998 hasta ahora, se ha logrado casi cuadruplicar la población. Sin embargo, el peligro sigue acechando al guirre. La última de las amenazas en aparecer tiene forma de aerogenerador. La proliferación de parques eólicos sin control podría suponer una estocada que haría tambalear el futuro de la especie en la Isla.

-¿En qué situación se encuentra, en estos momentos, la población de guirres en Fuerteventura?

-Se está incrementando poco a poco. Todos los años se forman dos o tres territorios más. Hay unos 10 o 15 individuos más cada año. Desde que la Estación Biológica de Doñana empezó el seguimiento del guirre en 1998, la tendencia ha sido siempre positiva. Unos años mejor y otros peor, pero hemos pasado de 22 parejas, que teníamos en el año 1998, a 75. Esta fue la cifra con la que cerramos el año pasado la campaña en Fuerteventura.

-¿Cómo ha sido el trabajo que ha estado realizando el personal de Doñana en Fuerteventura durante estos 20 años?

-Ha sido un trabajo muy intenso porque son seis meses en los que uno casi no para. Sobre todo, febrero, marzo y abril, pero es muy necesario este trabajo, ya que se obtiene una información muy importante para la conservación de la especie. Gracias a este esfuerzo junto al Cabildo de Fuerteventura, Gobierno de Canarias y los investigadores de Doñana hemos conseguido que la población casi se cuadruplique en 20 años. Además, quiero destacar a los técnicos que forman parte del equipo por el trabajo que realizan. Sin ellos, este seguimiento y sus buenos resultados serían completamente imposibles.

-¿Qué amenaza supone, en estos momentos, la proliferación de parques eólicos por todo el territorio insular?

-Creo que es la amenaza más importante a la que nos enfrentamos desde que se realiza el seguimiento del guirre. En los tendidos eléctricos, la amenaza de una torreta o de una línea tiene una fácil solución: aislar los cables, si se trata de un problema de electrocución. Con los parques eólicos no hay solución posible. Una vez que empiezan a funcionar, no hay ninguna medida que minimice el impacto de un molino de casi 200 metros de altura en la avifauna de Fuerteventura. Si se llevan a cabo los planes para poner parques eólicos en cualquier zona, vamos a tener en unos años una disminución significativa de biodiversidad. Veremos cómo muchas especies de aves vuelven otra vez a sufrir una disminución importante en sus poblaciones, como puede pasar con el guirre. Ahora tenemos casi 400 individuos que están constantemente dando vueltas por la Isla. Si proliferan los parques eólicos que están previstos, que creo que llegan a 27 entre los que se están instalando y los que están en trámite, vamos a tener un gravísimo problema con el guirre.

“Hemos logrado que la población de guirres casi se cuadruplique en 20 años”

-¿Ha empezado a ver ya las consecuencias de la instalación de molinos en la población de guirres de Fuerteventura?

-En los últimos dos o tres años han caído dos guirres. Uno en el parque de Cañada del Río y el otro en Los Alisios. La vigilancia que se hace en Alisios es una visita cada 15 días, pero en Cañada del Río no hay vigilancia alguna. Es decir, ave que impacta con molino es ave que pasa desapercibida. En una visita cada dos semanas, se encuentra una mínima parte de las aves que caen y si son pequeñas es mucho menor. Este año aún no hemos localizado ningún guirre muerto a causa de los parques eólicos, pero también es verdad que el de Puerto del Rosario aún no se ha puesto en funcionamiento.

-Precisamente, su instalación ha sido de las más polémicas...

-Ese parque está en la línea de paso de cinco territorios de guirre hacia el vertedero. Esos ejemplares no van a la guirrera de Tiscamanita ni a la de Villaverde, sino al vertedero a comer. Además, está a 80 metros de una Zona Especial de Protección para las Aves (ZEPA). Una vez se ponga en funcionamiento, va a suponer un enorme impacto, no solo en la población de guirres, sino también de hubaras, aguilillas... Opino que se debería planificar todo un poco mejor. Puede que ganemos la batalla al cambio climático y logremos no superar el grado y medio que dicen los expertos que no deberíamos superar, pero, de seguir en esta línea, vamos a perder la batalla en lo que respecta a la conservación de nuestra biodiversidad.

-¿Una vigilancia presencial en los parques serviría para algo?

-Se debería analizar profundamente esta opción y estudiar sus posibilidades, aunque no tengo muchas esperanzas de que esa medida funcione en Fuerteventura. Aquí hay casi 400 individuos en 1.600 kilómetros cuadrados. Si ponemos esa medida de vigilancia, algunos parques estarían más tiempo parados que funcionando. Una persona vigilando constantemente un parque eólico, para que cuando pase un guirre o una hubara lo pare, creo que no es la solución, aunque se debería exigir en los parques ya instalados.

“Si se ponen molinos en cualquier zona, disminuirá la biodiversidad”

-El año pasado nos sorprendió la noticia de la muerte de varios guirres envenenados en la zona de Cofete. ¿Se ha logrado controlar el tema y que sea un caso aislado?

-Tenemos la suerte de que es un tema muy puntual en una zona muy localizada. El único episodio de veneno que yo recuerde en los últimos años ha sido el de Cofete, cuando murieron cinco individuos. Son casos muy puntuales. Sin embargo, no hay que bajar la guardia. Las administraciones están haciendo un gran esfuerzo. Por ejemplo, está funcionando la unidad canina. Sabemos que, tarde o temprano, se acabará con la amenaza del veneno.

-¿Se ha conseguido minimizar el efecto de los tendidos eléctricos?

-Sí. Gracias a la colaboración de Red Eléctrica y Unelco y el proyecto Life, que consiguió el Gobierno de Canarias, se ha procedido al aislamiento de unos 200 apoyos en la Isla. Además, Red Eléctrica ha aislado todas las torretas de la línea de 66 kilovoltios donde todos los años nos encontrábamos algunos individuos electrocutados. En lo que va de año, no hemos encontrado ningún guirre electrocutado. Se ha hecho muy buen trabajo gracias a la colaboración de las compañías eléctricas, aunque aún queda trabajo pendiente y es fundamental realizar un mantenimiento de estas correcciones.

-Hemos hablado de parques eólicos, veneno y tendidos eléctricos, pero ¿qué más amenazas sobrevuelan sobre la conservación del guirre?

-Creo que una amenaza que puede ser muy sutil, pero no deja de ser importante, son las molestias que causamos en el campo, especialmente en la época reproductora. Hablo de senderistas, motocross, gente que pasea sus perros... Hay actividades de ocio que son incontrolables. Creo que las administraciones deberían hacer un esfuerzo a la hora de concienciar a la gente para que lleven a cabo esas actividades en zonas habilitadas para ello y en fechas en las que no molesten a la avifauna y al resto de especies.

“Los casos de veneno son muy puntuales, pero no hay que bajar la guardia”

-Hemos hablado de Fuerteventura, pero ¿cuál es la situación de la colonia de Lanzarote?

-También va en aumento. El año pasado se formó una pareja y parece que este año también hay otra nueva pareja. El año 2020 se cerró con siete territorios ocupados por guirres en Lanzarote, incluyendo el archipiélago Chinijo.

-¿Ve viable reforzar la colonia de Lanzarote con ejemplares de Fuerteventura?

-Si reforzar es liberar pollos con la técnica de hacking en Lanzarote para que cuando alcancen la edad reproductora busquen territorio en esta Isla, la respuesta es sí. No contemplo otra posibilidad que no sea esa. No serviría de nada capturar individuos ahora con cuatro, cinco o seis años y soltarlos allí. Entre otras cosas porque a los dos días estarían de nuevo en Fuerteventura.

-En el pasado, hubo guirres en la mayoría de las islas Canarias. ¿Ve factible su reintroducción con ejemplares de Fuerteventura?

-Para eso sería necesario un estudio de viabilidad de hábitat previo y corregir todos los factores que provocaron la extinción del guirre en esas islas. No se debe reintroducir una especie como el guirre sin corregir tendidos eléctricos, acabar con el veneno o valorar la disponibilidad de recursos tróficos y sin que esté la población concienciada. Hay un trabajo previo sin el cual no se debería reintroducir un solo ejemplar.

-¿Cree que se debería facilitar algún servicio para que se recogieran en las ganaderías los animales muertos y luego llevarlos a las guirreras?

-Creo que lo ideal sería que las administraciones permitieran a los ganaderos poder botar los animales muertos, con una serie de condiciones y requisitos sanitarios, en una zona adecuada dentro de su explotación. Con las guirreras, estamos acomodando a los guirres a buscar alimento en los mismos sitios y a las mismas horas. Lo ideal sería que tuvieran disponibilidad trófica repartida por toda la Isla.