Luis del Pozo

A propósito de la "Residencia Tagoror" y la mentira oficial

Carta a los vecinos de Gran Tarajal

Durante mucho tiempo la “Residencia Tagoror” ha sido ampliamente reconocida como un referente sin precedentes,tanto a nivel de actividades y movimientos socio-culturalescomo de diversificación y de participación ciudadana,en la población de Gran Tarajal, en el municipio de Tuineje y en la propia Isla de Fuerteventura.

El pasado 30 de junio y por decretazo de la Alcaldesa de Tuineje, Dña. Esther Hernández, se ordena sin previo aviso el inmediato desalojo y el precintado de dicho edificio.

Dicha orden surge como consecuencia de una visita efectuada a dichas instalaciones, cinco días antes ( el 25 de junio ), por la Directora Insular de Educación del Gobierno de Canarias y laConcejala delegada del área de educación del Ayuntamiento de Tuineje. Donde ambas  sentencian el pésimo estado en que se encuentra el inmueble ( incluso ha habido desprendimiento del falso techo de una de las aulas ).

En primer lugar, ninguna de las dos ( cargos políticos ) tiene capacitación técnica suficiente,ni adecuada,para dictaminar y menos aún para determinar el estado de dicha edificación.

Si bien es cierto que el edificio es propiedad del Gobierno de Canarias y a pesar que en repetidas ocasiones el propio Ayuntamiento de Tuineje ha solicitado al Gobierno la  cesiónde la propiedad a la corporación local, dicho requerimiento nunca ha sido aceptado por la administración regional. No obstante, el gobierno ha consentido que durante más de una década el Ayuntamiento gestionara el uso del inmueble, siendo el propio ayuntamiento el responsable de forma exclusiva y extensiva de su adecuado acondicionamiento, conservación y mantenimiento.

También resulta acreditado que en los últimos años el estado de deterioro de la edificación ha sido muy manifiesto ( fundamentalmente en el tema de instalaciones, de acabados y revestimientos interiores, pero no que no afecta a la seguridad, ni a la integridad, ni estabilidad estructural del edificio ), y esta situación de deterioro se ha producido por un evidente abandono, falta de mantenimiento y falta de adecuada conservación de las instalaciones cuya responsabilidad es competencia del propio Ayuntamiento de Tuineje.

A posteriori, y con objetivo de intentar justificar toda esta vergonzosa intervención y a la vez  “echar balones fuera” el Ayuntamiento hace referencia a un informe emitido, con fecha 12 de marzo de este mismo año, por los servicios técnicos de la Dirección de Centros, Infraestructura y Promoción educativa de la Consejería de Educación del Gobierno de Canarias. Informe que a día de hoy aún nadie ha visto. Donde se cita textualmente “la situación es de peligrosidad para las personas que se reúnen de forma habitual en la misma por la falta de control de quien entra y sale, el estado de las medidas contra incendios, de las instalaciones eléctricas y las condiciones de insalubridad en baños y zonas comunes”. Lo descrito por el técnico no supone un estado de “evidente peligrosidad” sino de “inconveniencia o incomodidad”, subsanable fácilmente con las adecuadas medidas de acondicionamiento del inmueble y que para nada justifican la clausura, el desalojo y el precinto tan determinante adoptado por la corporación local.

En este caso en concreto el Ayuntamiento ha aplicado las medidas específicasque se suelen utilizar para intervenir en un edificio en estado inminente de ruina estructural( inmediato cese de la actividad, desalojo, cierre y precintado ), para a continuación proceder a su reconstrucción o a su derribo. Pero en el caso que nos ocupa han desalojado y precintado el edificio con tanta premura para después de 5 meses no hacer intervención de tipo alguno sobre el mismo.

Por si fuera poco lo anterior, recientemente la Sra. Hernández nos sorprende con el anuncio de su intención de desarrollar una guardería infantil de carácter municipal en dicho inmueble( una vez desalojado ).

Considerando que el edificio pertenece al Gobierno de Canarias y que éste último no tiene intención ( manifestada en reiteradas ocasiones ) de entregar su titularidad al Ayuntamiento de Tuineje,resulta cuanto menos absurda dicha propuesta, además de imposible, puesto que este Ayuntamiento a día de la fecha carece de los recursos económicos necesarios ( disponibles ) para materializar y para mantener en el tiempo dicha actividad.

Y esto nos conduce a una conclusión lógica,y es que todo este embrollo bien pudiera ser el resultado de una burda argucia premeditada y muy mal intencionada con el objeto de desalojar el edificio con una excusa fingida para proceder a realizar a posteriori una supuesta promesa electoral imposible de materializar, todo ello con el verdadero y firme objetivo de dispersar e invisibilizar a una serie colectivos, asociaciones y agrupaciones que pudieran resultar molestos ( quizás por no tener el acierto o simplemente la costumbre de darle un “me gusta” a las frecuentes publicaciones que realiza la Sra. Alcaldesa en su página de Facebook )o cuyas inquietudes u opiniones le pudieran resultar disidentes, inconformistas o inconvenientes.

Por tal motivo, quien suscribe solicitó ante el citado Ayuntamiento, con fecha 11 de septiembre de 2.020, la reversión y consecuente anulación del decreto en cuestión por considerar que el mismo no cumplía los requisitos legales necesarios además de producir un perjuicio innecesario a los diversos usuarios de dicha edificación. Y como ya viene resultando práctica habitual de dicho Ayuntamiento ni se ha dignado siquiera a contestar ( quizás sea porque yo tampoco le doy un “me gusta” a las publicaciones de la Alcaldesa).

Lo cierto es que al día de hoy este “espíritu” libre, independiente e incluso en ocasiones transgresor, que ha significado “ la Residencia Tagoror”, este importante referente a nivel social y cultural en nuestro municipio durante tanto tiempo, ha sido silenciado sin máscomo consecuencia de la arrogancia, la intransigencia y la prepotencia de los que entienden y usan la política ( y a las administraciones ) como un arma arrojadiza con el único propósito de intentar por la fuerza hacer valer sus opiniones y sus pretensiones por encima de todo lo demás.

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