Marcial Riverol

Dreamland, el modus operandi

El diccionario de la Real Academia Española de la lengua define pretexto como “motivo o causa simulada o aparente que se alega para hacer algo o para excusarse de no haberlo ejecutado”.

Hace tiempo que el cine descubrió Canarias como un magnifico set de filmación al aire libre. No vamos a elogiar la extraordinaria calidad del paisaje insular para recrear escenarios cinematográficos, pero sí debemos advertir que, poco a poco, los poderes públicos y privados se esfuerzan por degradar su paisaje con decisiones que amparan la instalación por toda la isla de molinos de viento, torres de alta tensión, pistas para todo tipo de vehículos o la celebración de rallies en parajes altamente sensibles.

Si hablamos de Fuerteventura, amparados en la calidad del paisaje insular, un promotor pretende ejecutar un proyecto destinado a convertir una parcela rústica de 160.000 metros cuadrados, ubicada en las inmediaciones del Parque Natural de las Dunas de Corralejo, en una especie de ciudad del cine, con inmensas naves destinadas a la producción y postproducción de películas.

El proyecto requiere para su ejecución de su previa declaración de interés insular de acuerdo con el procedimiento establecido en la Ley del Suelo de Canarias.

Los usos del suelo es un asunto que siempre genera una gran polémica social debido a los múltiples intereses en juego, pues su armonización con los de los propietarios,  los promotores y  los especuladores con la conservación del medio ambiente es una tarea cuya resolución difícilmente deja satisfecho a todos los sectores afectados, y eso que no hablamos de la ciudadanía, siempre afectada y nunca tenida en cuenta.

Es misión de los poderes públicos garantizar (o al menos procurarlo) que el suelo destinado al proceso urbanizador no repercuta negativamente con un desarrollo sostenible de la isla.  Con ese objetivo, la declaración de interés insular, sobre todo cuando tiene por objeto proyectos cuya ejecución se realiza en suelo rústico, y tan próximos a un espacio natural protegido, exige una ponderación sosegada de todos los intereses en juego. Esa ponderación debe realizarse, evidentemente, antes de aquella declaración. A mi juicio, la ley no atina con el procedimiento, pues en vez de situar tal declaración al final del procedimiento lo pone al principio y como trámite previo para someter el proyecto a información pública. De este modo, aunque la ley dice que tal declaración no condiciona la resolución final que se adopte, no es menos cierto que solo prevé un supuesto que podría dar lugar a que no se autorice el proyecto, que sería en el momento en que se opusiera el municipio en cuyo territorio se ejecute. Y, en ese caso, la decisión final correspondería al Gobierno de Canarias.

O sea, la declaración de interés insular sí condiciona la resolución final del procedimiento.

Durante el debate del pleno del Cabildo en el que se acordó la declaración de interés insular de Dreamland, su presidente, Sergio Lloret, manifestó que la declaración de interés insular no vincula la decisión final que se adopte en el procedimiento destinado a autorizar el proyecto, afirmación errónea, o conscientemente falsa, pues al haberse efectuado la declaración de interés insular el Cabildo ya no es libre para no autorizar el proyecto. Otra cosa es que concurra alguna circunstancia (por ejemplo, la oposición municipal) que aconseje o imponga no autorizar la ejecución del mismo. De modo que si instruido el expediente no aparece ningún elemento nuevo que advierta que el proyecto no cumple con la normativa de aplicación, el Cabildo de Fuerteventura está obligado a autorizar la ejecución del Dreamland, incluso, aunque las alegaciones presentadas en el trámite de información pública muestren el rechazo al mismo.

No deja de ser un brindis al sol que ahora el PSOE de Fuerteventura diga que apuesta por Dreamland en una ubicación sin rechazo de la sociedad majorera. Si fuese una declaración sincera -que no lo es- llega tarde, y en política llegar tarde te condena. Lo que no dice el PSOE es cómo va averiguar lo que piensa la sociedad majorera. Quizás abran un “proceso de escucha”, tan de moda ahora en la izquierda caviar de este país, para saber qué opina el pueblo majorero.

Los consejeros/as del PSOE en el Cabildo saben, y si no lo saben ellos lo sabe Blas Acosta (su secretario general insular, expresidente del cabildo majorero y viceconsejero de Economía del Gobierno de Canarias), que es quien ordena y manda en ese partido, que la decisión de declarar el proyecto Dreamland de interés insular es vinculante  y que cuando se lleve su autorización votarán a favor, salvo que quieran incurrir en responsabilidad, sin que pueda servir de excusa para denegar la autorización al proyecto el rechazo de la sociedad majorera.

En el fondo, la declaración del PSOE es un intento de apaciguar las críticas por su apoyo a Dreamland. Una parte de los consejeros/as hubiera votado en contra, pero eso suponía enfrentarse a Blas Acosta y, lo que es peor, desaparecer de la lista al Cabildo en las próximas elecciones. Con ello se esfumaría la posibilidad de acceder a un sueldo, a móvil gratis, a cierto reconocimiento social, a foto en la prensa, y a un horario de “trabajo” flexible. Esos consejeros/as esperaban y deseaban que la Justicia hubiera colocado a Acosta (que lleva años enredado en causas penales) en la puerta de salida de la política, pero no estuvo de su lado la fortuna. Les falló el fiscal. Los casos hay que prepararlos mejor.

En la operación Dreamland el único error lo cometió precisamente Blas Acosta. La población de Fuerteventura sabe, pues conoce su trayectoria, que es, si no un lince, sí una ardilla, para apreciar inmediatamente las posibilidades que ofrece un proyecto de esas características. Por eso, siendo presidente del Cabildo llevo al pleno en enero de 2021 la declaración de interés insular. Contaba con el apoyo del PSOE y Podemos, estos, completamente subordinados a su voluntad. Sabía de la oposición de CC y de PP, pero creía que el consejero Sergio Lloret apoyaría la declaración. Las relaciones entre los dos ya venían mal y el hecho de que nadie le hiciera partícipe de las oportunidades que generaría Dreamland determinó su rechazo al proyecto, declarando que la zona elegida para su ejecución era un “espacio virgen con fragilidades” y que hay que contar con “la población en general”.  Lo de Lloret fue un golpe en la mesa para recordarle a Blas Acosta que llegó a ser presidente con su apoyo y que sin él dejaría de serlo, como finalmente sucedió.

Con Lloret instalado ya en la presidencia del cabildo y sintiéndose partícipe de los inmensos beneficios que va generar Dreamland para la isla, se acabaron los problemas para declararlo de interés insular. Ya no hay que contar con la población, pues lo importante era contar con él, ni mucho menos hay consideraciones a la naturaleza virgen.

Cada día que pasa Sergio Lloret en la presidencia del Cabildo demuestra que el cargo le viene grande. Para ser presidente de la corporación insular es necesario algo más que un título de ingeniero de caminos. Le sobra inteligencia y hambre de poder y le falta todo lo demás.

Quizás, quienes peor retratados quedan en esta historia son los consejeros ecologetas de Podemos en el Cabildo,  Andrés Briansó y Pau Quiles.

Como la declaración de interés insular de Dreamland quedó sobre la mesa en el pleno de enero de 2021, pudo Briansó manifestar a Acosta que como ese asunto iba a quedar sobre la mesa, haría una declaración en la que diría lo que la gente espera oír, o sea, su oposición al proyecto “por su impacto territorial y paisajístico”. Lo que no pensaba Andrés Briansó es que el asunto volviera al pleno antes de finalizar esta legislatura.

Ni siquiera fue necesario que Blas Acosta llamase a Briansó y a Quiles. En la memoria de estos dos pesaba más sus paseos por la isla en los coches eléctricos del cabildo (consentidos por el entonces presidente, Blas Acosta) que sus supuestos principios.

Briansó compareció en pleno con poco entusiasmo (lo hizo exclusivamente porque su presencia era imprescindible). Su intervención, breve y sin contenido, tuvo por objeto excusarse por votar a favor del Dreamland. Y Pau Quiles, que también había declarado su oposición al proyecto, tuvo una oportuna indisposición con certificado médico que le impidió asistir al pleno más importante. Estaba tan mal que ni siquiera pudo participar -por prescripción facultativa- mediante videoconferencia.

Con los apoyos de PSOE y Podemos estaba prácticamente hecha la mayoría necesaria para acordar la declaración de interés insular. Evidentemente, Sergio Lloret no habría llevado este asunto a pleno si no tuviese garantizada la mayoría. Faltaban dos votos y esos votos también estaban atados. Por un lado, la consejera Sandra Domínguez, enemiga pública de Lloret, pero incapaz de perder una oportunidad como Dreamland.  Y, por otro, el consejero Juan Nicolás Cabrera, un personaje político inclasificable, que ha cambiado tantas veces de partido político que ni el mismo sabe dónde está ahora; llegó a ser, hace más de 30 años, concejal de Urbanismo de Puerto del Rosario cuando militaba en el PSOE. En ese partido y en ese Ayuntamiento aprendió mucho sobre el urbanismo de café, copa y puro. Su principal aportación fue contribuir de forma decisiva a liquidar lo poco que quedaba del casco histórico de Puerto.

En fin, que la pareja Blas Acosta-Sergio LLoret ha conseguido lo que tanto deseaba: que Dreamland se pueda ejecutar. Ya habrá ocasión de comentar qué les une y qué les separa; de recodar los contratos menores que Acosta concedió a  Lloret, y cómo la política y algunos intereses no satisfechos les fueron separando. Los consejeros del PSOE en el Cabildo están tan enrocados con los contratos menores de la consejera Lola García que no se dan cuenta de que, probablemente, lo que van a conseguir es dejar desnudo a Acosta de tanto tirar de la manta. En el Cabildo, como en cualquier otra entidad, todo el que fue presidente o consejero/delegado/a tiene contratos menores y mayores de los que esperan que pasen desapercibidos.

Como dice Manuel Riveiro en su artículo sobre Dreamland: “se ha convertido en el debate territorial más importante de la última década”. Sin embargo, mi percepción desde cierta distancia territorial es que no dividió tanto a la población como sí sucedió con el proyecto de Eduardo Chillida para la Montaña de Tindaya.

En su momento, el proyecto de Chillida dividió a la sociedad majorera en dos, a pesar de que el proyectó contaba con el respaldo político de todos los partidos con representación en el Cabildo. Sin embargo, Ildefonso Chacón Negrín, presidente del Cabildo en aquel momento, hizo honor al cargo y mantuvo públicamente una postura distante con el proyecto. Varias veces escuché su parecer sobre este asunto, del que llegó a confesar que el proyecto para Tindaya no se debía ejecutar sin consenso social. Su planteamiento institucional del proyecto de Chillida dista mucho del realizado por Blas Acosta y por Sergio Lloret con Dreamland. Ahora se pretende que la población se manifieste a través del trámite de información pública pero cuando ya se ha realizado la declaración de interés insular, o sea, es una política de hechos consumados, lo de “diga usted lo que quiera, pero la decisión ya está tomada”. Esta fórmula viene siendo muy del gusto de las administraciones locales y hasta del propio Cabildo de Lanzarote que usa el trámite de información pública como una mera formalidad que no sirve absolutamente para nada más que para cubrir el expediente. No les interesa lo que la población quiera decir.

Ildefonso Chacón creó una comisión de estudio del proyecto de Chillida formada por especialistas en las diversas ramas del saber que afectaban al proyecto, y sólo cursó una instrucción a esa comisión, la referida a recibir a todos los representantes de la sociedad civil que así lo solicitasen para escuchar su opinión sobre el proyecto.

A pesar de la distancia ideológica con Chacón, siempre hubo una relación cordial. Ya no hay políticos ni presidentes como él. Todo parecen despojos en la política canaria,  con Blases, Sergios, Marios, Casimiros, Sangineses y demás.

Que bien hubiese quedado Blas Acosta, y ahora Sergio Lloret, si hubiesen creado una comisión del Cabildo integrada por representantes de todos los grupos políticos para reunirse con las organizaciones insulares (empresarios, organizaciones ecologistas, asociaciones de vecinos...) para pulsar opiniones del proyecto y sobre su ubicación, y, una vez escuchado a todo aquel que lo solicitase, valorar si existía el suficiente consenso social para declarar de interés insular el proyecto. Que poco atentos han estado el Partido Popular y Coalición Canaria para haber propuesto su creación.

Los datos del proyecto publicados por Diario de Fuerteventura ponen de manifiesto que Dreamland no pasa de ser un centro de ocio para turistas en el que el cine es una parte más y no precisamente la más importante ni la más rentable. Presentar ese proyecto como una diversificación de la economía cuando la mayor parte del empleo que se crea son kellys, camareros o dependientes de los establecimientos es una burla a la población.

Si el proyecto Dreamland fuese crear una ciudad del cine tipo Hengdian (un enorme set para rodaje situado en China con más de 30 espacios que recrean calles, palacios, jardines, que sintetizan cinco mil años de historia) que después de convertirse en la mayor ciudad del cine del mundo, pasó a ser una gran atracción turística, deberíamos habernos tomado en serio el proyecto y ser los poderes públicos los encargados de buscar la mejor ubicación para su ejecución.

Mucho me temo que lo único que queda por hacer es sentarse en las lomas que bordean la zona y disfrutar del paisaje antes de que las máquinas arrasen, revuelvan y destruyan el territorio en nombre de Acosta, Lloret y Briansó.

Cuando termino de escribir este artículo, Sergio Lloret ha cesado a los consejeros y consejeras de CC. Se queda con su infiel escudero Juan Nicolás Cabrera y con los consejeros del PP. Consejeros que en privado han dicho de todo sobre Sergio menos bonito. Incluso llegaron a unir su suerte en el gobierno insular a la de CC. Ahora es el momento de demostrar si eso solo eran palabras para asegurar un pacto con Lola García para la próxima legislatura o era sólo postureo, pues a la hora de la verdad pesa más el sueldo de consejero que  la palabra dada a CC.

En todo caso, el cese de los consejeros de CC en este momento, a cinco meses de las elecciones, demuestra que ni la presidencia del Cabildo podía caer tan bajo, ni Sergio podía llegar a más. Del PP depende permitir que personajes como Sergio Lloret o Juan Nicolás puedan seguir denigrando la institución. Situaciones peores podremos seguir viendo con estos personajes.

Comentarios

Más claro imposible. Enhorabuena por el artículo. Pedagógico y necesario.
Muy buena radiografía del proyecto Dreamland . Desgraciadamente así ha sido y ese es su futuro . La Ley del Suelo permite que unos consejeros , que como políticos , tienen sus intereses políticos y personales , …y una decisión territorial de tal calado …como hacer una ciudad nueva que es básicamente un parque de tracciones con temática del cine …dependa de su formación como individuos y de sus intereses …más que de un planificador de prestigio con las herramientas de planificación digamos “ordinarias “ , un Plan General de la Oliva y un Plan Insular . Bueno cuando hablo de un planificador de prestigio hablo de “buen” prestigio , porque que los técnicos en los que se basan los estudios de los que se dedican a los pelotazos en esta isla tienen a la pareja del ingeniero Jaraba y el ambientalista Lopez , que son famosos en las islas por trabajar para los grandes inversores y constructoras … de ser investigados por la justicia …y se puede decir que representan lo contrario al buen prestigio, pero su quieres un técnico mercader para salga un pelotazo …contrátalos a ellos ! Y que importa en el brillante relato de este artículo tal hecho ? Pues es que estos “pelotazos “ se basan en el famoso “tenía todos los informes “ …y que estos informes son un monumento al mal hacer en lo que a la disciplina de evaluación de impacto ambiental y ordenación del territorio se refiere !! La Evaluación de Impacto Ambiental de Dreamland y de algunos parques eólicos que ha firmado Rosendo Lopez son ejemplos de lo que no debe de hacerse si la función del informe es valorar objetivamente los potenciales impactos ambientales de la realización de un proyecto . Detallarlo sería algo largo , pero estos tipo de técnicos son contratados para que no existan impactos críticos , severos o que puedan ofrecer alguna duda sobre un potencial impacto ambiental de consideración ! El caso es que cuando el PSOE dice que cuenta con que este proyecto se hará con las mayores garantías de protección de l territorio y de la biodiversidad..cuando les contratas …tienes garantías de lo contrario…de wye se plegarán a los intereses del promotor y que “presentarán los papeles “ , los informes , para que los políticos y técnicos municipales e insulares sólo tengan que firmar y darles para adelante . Y es este panorama nos encontramos cuando presentan informes para una declaración de interés público , una modificación puntual o parcial de las normas subsidiarias, un plan de modernización..etc…y así está regado el territorio de Fuerteventura de informes de técnicos como estos ! Y últimamente es lo único que se mueve a nivel de ordenación del territorio..,porque pasa también que están detrás de la planificación ordinaria como puedan ser el Borrador del Plan General de La Oliva , y caldo como mandan al Gobierno de Canarias Iara su publicación , con una consulta pública que nadie ve porque la ponen en sitios que nadie ve y con resultado nulo , después te vienen las incómodas alegaciones , …y además ese Borrador …trae “más pelotazos “ …por lo Que estos señores y los señores que les pagan ..mueven todos los movimientos de pelotazos en Fuerteventura…de una manera u otra ( por ordenación digamos ordinaria o por movimientos extraordinarios …como este de Dreamland …entre otros )
Felicitaciones, magnífico artículo muy certero, objetivo, conciso y muy bien documentado, a nadie se le escapa el "fraude" del Dreamland salvo a los "cuatro" que se consideran los dueños y señores del pasado, presente y futuro de la isla. Y cuya única virtud empresarial supone el coste de adquisición del suelo a 50 céntimos de euro, valor que se multiplicará por 100 una vez se haya resuelto el expediente de la declaración de interés insular. El presidente Lloret con todo lo "sub realista" que pueda suponer su actual situación política y su propia existencia no representa más que el oportunismo, la miseria y la corrupción de los grandes partidos políticos PSOE, CC y PP. Pero ésta vez la ciudadanía se ha manifestado alto y claro, más de 22.000 firmas se han pronunciado en contra de la ubicación del proyecto de forma espontánea e inesperada, y éste pequeño detalle lo ha cambiado todo.
Yo personalmente pienso que Lloret, una vez incorporado Juan Nicolás, pensaba en sustituir a CC, que estaba ganando ventaja en las encuestas, por un moribundo, sometido y narcotizado partido socialista, y como "presente de conciliación" y a sabiendas de las muy estrechas relaciones entre el promotor del proyecto y el secretario general del PSOE, inició la tramitación, sin contar con sus socios de gobierno, que al final resultó una manzana envenenada para ambos. Ahora que el PSOE lo ha rechazado abiertamente seguramente por presiones desde el órgano regional, Lloret se queda en el abismo político, el cabildo a la deriva y la isla de Fuerteventura en una crisis política sin precedentes y de consecuencias imprevisibles.
Felicito a Diario de Fuerteventura. Es lo mejor que se ha escrito sobre ese fraudulento proyecto que es Dreamland y sobre el comportamiento de los políticos que votaron a favor. Con un presidente como Fonfin esto no hubiera sucedido.
AL FIIIN!!!!! UN MEDIO DE COMUNICACIÓN QUE NO BAILA AL SON DE LOS PARÁSITOS!!!! Sinceramente pensaba que toda la prensa estaba comprada. Ojalá las personas despierten del largo letargo en el que estamos sumergidos desde décadas. Mi enhorabuena ala persona que ha narrado el artículo.
El articulo es necesariamente extenso para poder exponer todos los tejemanejes del Dreamland. Muy hábil para decir lo que todo el mundo piensa: que los que votaron a favor lo hicieron por los millones de oportunidades que va a generar el proyecto.
Enhorabuena y gracias por poner luz y describir a la perfección esta gran podredumbre que es la política que se está llevando a cabo en la isla. Ojalá y se resuelva todo a favor de la ciudadanía que nos estamos manifestando a favor de proteger nuestro patrimonio natural.
Por fin encuentro a alguien que con inteligencia exponga las cosas con rigor .En todo casa me gustaría aportar algo .ESTA ES UNA TRAMITACION DE LA LEY DEL TERRITORIO .Se refiere a un punto concreto y no a ningún otro ,de lo contrario habría un fraude de Ley que tumbaria cualquier tribunal .La fretendida atribución al procedimiento ,muy divulgada de forma interesada por los mentideros capitalinos ,Tóxica por demás no es posible .No pueden hacer en este caso, por inconstitucional, lo que hicieron con Tindaya ,de crear una figura de Planeamiento Adhoc ,en la que los hijos de Chillida se prestaron de forma inaudita a amparar con un proyecto que nunca existió una obra que no tenía ninguna posibilidad de existir .Traigo Tindaya a colasion por que es una perla del mismo collar .Una ley del Territorio ,diseñada para controlar desde las Islas capitalinas el ingente negocio del Suelo virgen en las Islas no capitalinas .Y de paso haciendo una pirueta jurídica darle contenido a Los Cabildos Insulares inexistentes hasta ese momento en en el ámbito del Urbanismo es decir Sustituir una COTMAC Chapucera por unos Cabildos supuestamente dóciles y sucursalistas del GOBCAN cosa que nunca fueron y que no tenía enclave en el Marcó Constitucional donde el protagonismo del Urbanismo eran Los Ayuntamientos y en i las CC AUTONOMAS Pero olvidaron por distante ,la realidad de los archipiélagos y Su arraigadas tradición de Autogobierno Insular Y he ahí que en una arriesga pirueta del la la Plaza Weiler y por medio y la complicidad de Socialismo ,con el nostálgico Nacionalismo Criollista .Sale el asunto de los trasvases poblacionales ,la desconfianza en los Alcaldes y Varones insulares incontrolables e impredecibles y sale la madre de todas las Leyes ,que no tiene un pase por el Tribunal Constituciona y permite este y otros Atropellos de prescripciones ,impagos de expropiaciones ,pufos de distracción de dinero público, y otras tropelías que hacen de Esta comunidad la vergüenza de todas las Autonomías y nos ponen en el umbral del tercer mundo jurídicamente hablando .Nos salva que el resto de los Canarios , no políticos somos buena gente, hasta ahora .
Esto si que es periodismo serio! Enhorabuena y gracias por hacerme creer que no todo esta perdido!
Hay que felicitar a Diario de Fuerteventura. Publicar este tipo de artículos no gusta en los partidos políticos porque los retrata como no quieren que sean vistos por la población. Felicito al autor, aunque no tengo ninguna referencia sobre el; su estilo didáctico, gráfico y con ciertas dosis de ironía facilita leer un artículo extenso. Es difícil reprochar algo a las afirmaciones que realiza. Poco más se puede decir; solo queda pedir a todos los políticos que votaron a favor una reflexión porque más allá de las suculentas oportunidades que les ofrece Dreamland está el interés de la isla, que no siempre coincide con el suyo.
Soy militante con carnet del PSOE. El articulo dice la verdad y me ha abierto los ojos. Reconozco tristemente que mi partido es lo que parece: en una inmobiliaria al servicio de Blas Acosta. Votare a Lola Garcia para conseguir cambiar al PSOE.
El anónimo del comentario 12 es un traidor al realizar ese comentario, traiciona al PSOE y al socialismo y Blas Acosta.
Este es un artículo que a los militantes y cargos del Psoe no les gusta comentar. Por algo será?

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