Una semana en Tenerife es más que suficiente para enamorarte de la isla

0 COMENTARIOS 05/05/2025 - 07:09

Pasar una semana en Tenerife es más que suficiente para enamorarte perdidamente de este paraíso en medio del Atlántico. No importa si vas con ganas de descansar, de aventura o de empaparte de cultura; esta isla lo tiene todo. Playas espectaculares, volcanes, pueblos con encanto, comida de escándalo… es de esos sitios a los que llegas con una idea y te sorprenden por todos lados.

 

El Teide y sus paisajes de otro planeta

Uno de los lugares que más impacta es el Parque Nacional del Teide. El volcán es el pico más alto de España (¡3.715 metros!), pero es que además, el paisaje que lo rodea parece sacado de Marte. Tiene montones de caminos de senderismo, formaciones rocosas que parecen esculturas naturales y un silencio que solo se rompe con el viento.

Puedes hacer alguna ruta de senderismo como la de los Roques de García, que es fácil y con vistas impresionantes. Y si no quieres caminar mucho, el teleférico te lleva hasta casi la cima. Desde allí, el panorama es de postal. Ahora, si quieres subir hasta el cráter, hay una caminata que es de otro nivel, pero necesitas pedir un permiso con antelación.

Playas para todos los gustos

Las playas de Tenerife son otro mundo. Tienes las más típicas de arena rubia en el sur, como Las Vistas o El Médano, donde el agua es tranquila y se prestan para nadar, hacer paddle surf o simplemente tirarse al sol con un mojito. O si te gusta algo más emocionante, el kayak en Tenerife es una opción espectacular. Existen rutas que bordean los acantilados de Los Gigantes y permiten ver delfines en libertad. Es una de esas experiencias que no se olvidan fácilmente.

Y luego están las del norte, como Benijo o El Bollullo, con ese toque más salvaje y rocas volcánicas, perfectas para desconectar y sentirte en contacto total con la naturaleza.

Tampoco podemos olvidarnos de las piscinas naturales, que son joyitas escondidas entre la lava, como las de Garachico. Ahí puedes darte un chapuzón con el mar golpeando a un lado y tú, en remojo, disfrutando como si no hubiera un mañana.

Cultura que se vive en cada calle

Más allá de los paisajes, Tenerife está llena de historia. Solo hay que darse un paseo por San Cristóbal de La Laguna, con sus casitas coloniales y calles adoquinadas, para sentirse dentro de una postal. Es una ciudad Patrimonio de la Humanidad y con razón.

También es muy recomendable perderse por pueblos como Icod de los Vinos o La Orotava. Son rincones llenos de tradición, donde se come de maravilla y la gente es encantadora. Y si puedes cuadrar el viaje con el Carnaval de Santa Cruz, no lo dudes ni un segundo. ¡Es una fiesta que hay que vivir al menos una vez en la vida!

Hay un plan para cada día

Lo bueno de la isla es que puedes hacer algo diferente cada día. Si te gusta moverte, hay un montón de excursiones en Tenerife para descubrir todos sus rincones. Desde caminatas por el Parque Rural de Anaga, donde los árboles parecen sacados de un cuento, hasta salidas en barco para ver delfines y ballenas nadando cerquita de ti.

 

Gastronomía local, de guachinches y mercados

La comida de la isla como las famosísimas papas arrugadas con mojo o los platos más caseros como el sancocho o el conejo en salmorejo es una auténtica delicia. Y por supuesto, el gofio, que aquí es como el pan nuestro de cada día.

Los vinos también merecen mención aparte. Con el suelo volcánico y el clima que tienen, salen unos vinos con carácter, sobre todo los de la zona de Tacoronte-Acentejo. Ideal para acompañar cualquier comida con vistas al mar.

También puedes visitar algún mercado local para probar productos canarios auténticos, como quesos artesanos o frutas tropicales. Comer en Tenerife es parte fundamental de enamorarse de la isla.

Tenerife, ese lugar al que quieres volver

Tenerife es de esos destinos donde sientes que siempre queda algo por descubrir. Puede que vayas solo por una semana, pero la isla se mete tan adentro que, cuando estás de vuelta, ya estás pensando cuándo regresar.