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Sesiones de belleza para empoderar a las mujeres

Jessica Lozano ha conseguido que su centro de estética sea un espacio donde se cultiva la autoestima para que las mujeres olviden sus problemas y aprendan a cuidarse

Itziar Fernández 4 COMENTARIOS 08/03/2023 - 07:24

Jessica Lozano es una de esas mujeres que cuida y contribuye con su labor a empoderar a la mujer. Coincidiendo con el 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, reflexiona en su centro de estética de Corralejo sobre su profesión y su lucha para conseguir que las mujeres se sientan bellas por dentro y por fuera, disfruten de la vida, sean más felices, se relajen y aprendan a quererse.

Jessica estudió peluquería, aunque ha trabajado en diferentes puestos hasta descubrir lo que realmente le apasionaba: convertirse en una profesional dentro del sector de la estética y el cuidado de la piel. Hace cinco años inauguró su propio centro de belleza en un local de sus padres, en la calle Chinchorro de Corralejo. Un lugar para trabajar que compagina con su faceta de madre y ama de casa. “Cuando me meto en un proyecto lo hago de lleno y sabía que iba a echar muchas horas, así que tener a mis padres al lado me ha permitido poder comer en casa con mi hijo pequeño cada día y disfrutar de la familia”, señala esta emprendedora.

También destaca que su familia es “su mejor regalo” por su “comprensión” y su “apoyo” para conseguir sus retos. Su marido es entrenador de baloncesto y sus tres hijos son jugadores. “Mi hijo mayor es adoptado, vino de Senegal y lo acogimos con mucho cariño, juega muy bien al baloncesto y ya es profesional en un equipo de Melilla. Mi hijo Gonzalo tiene 19 años y ha jugado con una beca en New Jersey (Estados Unidos), en la actualidad compagina estudios con este deporte en Zamora, y el pequeño de 15 años lleva el mismo camino”, resume.

Jessica Lozano tiene 43 años y considera que su carrera profesional sólo está despegando. Es una mujer entregada a su oficio, entusiasta e infatigable. “Ya conseguí un sueño, como fue abrir mi propio centro de belleza, en el que trabajamos tres profesionales con tres cabinas para ofrecer diferentes sesiones, una facial y láser, otra corporal y una tercera dedicada a manicura y pedicura. Además, los lunes trabajo en un centro de Puerto del Rosario y los jueves en Costa Calma, porque me permite salir y conocer a más personas y analizar su piel”, apunta Lozano.

El lema de su centro es idóneo para este 8 de marzo: “Cuida el exterior tanto como el interior porque todo es uno”. Lozano apunta que cuando recibe a una persona en su centro y dice que quiere mejorar su piel, cara, cuello o cuerpo, lo primero que hace es preguntar sobre su vida y analizar de dónde vienen sus problemas. “Resulta sorprendente e impactante ver los daños que provocan en la piel el estrés, el tabaco, el alcohol o una mala alimentación, por el ritmo tan acelerado de vida que llevamos las mujeres”, destaca.

La piel sufre las consecuencias de todo ello, a lo que se añade el clima de Fuerteventura. El sol provoca daños y quemaduras en zonas sensibles como la cara. Por ello, Jessica insiste en la importancia de mantener buenas costumbres, aplicarse protector solar y cuidarse cada día para evitar alergias, manchas y enfermedades más graves como el cáncer de piel. “Los cuidados son esenciales para evitar problemas en la madurez”, aconseja.

Además, las mujeres soportan jornadas de trabajo agotadoras y pretende que su centro sea un refugio, un espacio donde poder olvidarse de los problemas, desconectar y disfrutar. Cuando lo consigue, Lozano ya se siente feliz con su empresa. A eso añade todo el esfuerzo que hay detrás, su empeño por la superación en calidad, tratamientos, formación y profesionalidad. “La clave del éxito es conocer las últimas novedades del sector y escuchar a las personas, ayudarlas en sus problemas, ofrecer soluciones reales para su piel, consejos para mejorar su belleza y ganarme su confianza”, resalta.

Un tratamiento puede ofrecer una solución puntual, pero “para sentirse mejor en general hay que cambiar ciertos hábitos de vida”, propone esta profesional. “Muchas mujeres me preguntan dónde me he retocado mi cara para estar tan bien a mi edad y no se lo creen cuando les digo que sólo me cuido y soy constante con mis hábitos de limpieza de cutis, hidratación y protección, pero nada más”, responde Lozano.

Duros comienzos

Cuando inauguró su centro de belleza en 2018 los comienzos no fueron sencillos. Sin embargo, la ilusión y esfuerzo tuvieron recompensa y pudo superar todos los obstáculos. Luego llegó la pandemia y el confinamiento. “Desde que inauguré el centro sabía que lo complicado no era empezar, sino mantenerse y por suerte lo he conseguido”, manifiesta. En ocasiones, echando muchas horas, pero trata de descansar y desconectar los fines de semana. “Durante años he sacrificado algunos para cursos de formación”, que le obligaban a salir fuera y viajar, dice. “Ahora intento sacar tiempo para la familia y estar cuando me necesitan”, desvela esta emprendedora.

Por suerte, en estos cinco años no ha faltado el trabajo. “Nuestro perfil de clientes es muy variado, desde jóvenes y adolescentes hasta mayores, mujeres residentes que son fijas, porque valoran los cuidados, y también tenemos turistas que pasan temporadas en Fuerteventura y reservan unos días para hacerse un tratamiento de belleza con nosotras”, explica.

“Cada vez recibimos a más hombres que buscan tratamientos de belleza, depilación y masajes”, añade. “Me gusta descubrir la medicina natural y técnicas como el yoga o el reiki, una forma de canalización y transmisión de la energía vital, a través de la imposición de manos que sirve para equilibrar los chakras de tu cuerpo”, profundiza.

Lozano ha detectado que cada vez más gente busca el bienestar en todos los niveles, físico, mental, emocional y espiritual. Jessica también advierte de los “peligros” de la “gran capacidad de influencia sobre la gente” de personas que tienen proyección pública. “Si una youtuber habla de inyectarse bótox o ácidos hialurónicos, las clientas acuden a pedir ese tratamiento aunque no lo necesitan, y también tengo que desmontar mitos y enseñar que no son milagrosos”, añade. Para Jessica, lo más importante es que en el centro se escucha a las personas pero también se pide relax y descanso para que las sesiones sean más productivas y placenteras.

Sin violencia

Uno de los peores datos de los últimos años es el crecimiento de la violencia machista y el asesinato de mujeres a manos de sus parejas o maridos maltratadores. Una de las propuestas del Ministerio de Igualdad para acabar con la violencia machista y vicaria es utilizar los centros de belleza y peluquerías para evitar más muertes y conocer donde puede haber un posible maltrato, debido a que son lugares en los que las mujeres se sinceran y pueden llegar a relatar si padecen esta lacra social.

“El 8-M suele olvidar a las profesionales que cuidan a las mujeres”

En opinión de la profesional majorera, se pueden llegar a conocer aspectos íntimos de la vida de una cliente habitual, y se pueden dar consejos, pero llegar a profundizar o poder intervenir en cuestiones tan delicadas resulta bastante complejo: “Nunca sabemos con exactitud lo que sucede en cada casa”.

Sin embargo, los centros de belleza de cada barrio se han convertido en los refugios de muchas mujeres porque proporcionan momentos de bienestar y tranquilidad y sirven para elevar su autoestima.

Para Lozano, habitualmente se conmemora el 8-M en los medios de comunicación con entrevistas a mujeres que desempeñan las conocidas “profesiones fuertes, llamadas de hombres”, como ganadera, policía, bombera, conductora o directiva de empresa. Algunas han roto ese techo de cristal, admite, pero también cuestiona que “casi siempre se olvidan de las profesionales que cuidan a las mujeres como peluqueras, esteticistas, maquilladoras, monitoras de gimnasio, educadoras o modistas, que contribuyen a empoderar a las mujeres con sus técnicas y sus manos”, concluye.

El lema de las Naciones Unidas para el 8 de marzo de este año es “por un mundo digital, inclusivo: innovación y tecnología para la igualdad de género”. Para la majorera, en todas las profesiones se ha incluido la tecnología y en la suya especialmente, para avanzar en calidad, diagnósticos y soluciones a los problemas de piel.

Comentarios

Mujeres de hoy... y de ayer, de Fuerteventura. Leyendo este artículo y lo que en él se cuenta sobre los cuidados para que la mujer se mantenga bella, y su piel esté lozana... se me vino a la memoria las mujeres majoreras campesinas de mi infancia, allá por los comienzos del siglo pasado, de cómo se cuidaban para protegerse del sol y del viento de nuestra isla, enemigos implacables para cabellos y pieles de personas, hombres mujeres y niños, que inevitable y obligatoriamente, habían de pasar sus vidas a la intemperie, de sol a sol, casi desde la cuna hasta la tumba. No recuerdo cremas ni otros potingues para protegerse; quizá, " la nivea", para quien pudiera comprarla y para usarla en casos " especiales"... Los varones, se guardaban del sol, prácticamente todos, desde niños, con sombreros de palma o cachuchas o boinas de tela. Las mujeres cubrían sus cabezas con pañuelos, que muchas veces les tapaba gran parte de la cara, incluyendo la boca. Además, indefectiblemente, tocadas con sombreras de ala ancha. Otra prenda, de tela, p con que cubrir y protegerse pelo, cuello, cara... dejando solo los ojos a la vista, era la pamela, a la que también le daban otro nombre fuera de mi lugar, y que ahora no recuerdo. Las mujeres, sobre todo jóvenes, ¡ jamás los varones!, se cubrían el dorso de sus manos con maniquetes, especie de " tapaderas" de tela,amarrados con tiras o cintas a las muñecas. En fin, que las majoreras campesinas, agricultores y ganaderas, de mi infancia, durante sus faenas fuera de casa, sólo dejaban a la vista de los demás, sus ojos y narices... Porque usaban mangas largas, de los hombros a los maniquetes. Faldas hasta por debajo de las rodillas -legué a ver ancianas con ellas hasta los tobillos - , delantares y medias ( gruesas, bastas, grises o negras) hasta por debajo de las faldas, para que no quedara ni un centímetro de piel a la vista... Así, sobre todo las jóvenes, en las pocas ocasiones en que tenían la ocasión de asistir a bailes o fiestas, podían lucir y presumir de sus pieles: blancas, finas, sonrosadas... MUY NATURALES. Pese a tantos cuidados, a todas las bellezas y juventudes que conocí y admiré en aquellos tiempos niños míos, el paso inexorable del tiempo, los años, las marchitó y convirtió en polvo.
En la lejana, vieja Fuerteventura rural, campesina, de agricultores y ganaderos, popular e indistintamente usábamos las denominaciones de piel y cuero, para las personas, como pies y patas, aunque teníamos claro que las primeras eran las propias para personas, y las segundas para animales. Las personas mayores, ancianas, después de haber pasado sus vidas soportando soles y vientos de nuestra tierra, tenían caras y dorso de sus manos con pieles tan tostadas, curtidas, resecas... que parecían... cueros... A pesar de todo, no recuerdo que en ese tiempo hubiera alguien con cáncer de piel... mientras que a mí, con cincuenta y tantos, me llegó un melanoma. La verdad, que siempre fui poco amantes de cremas ni, menos aún, de protectores solares. Aviso: el dermatólogo que me ha tratado, está muy preocupado con el creciente número de personas con esta enfermedad en Fuerteventura. Yo, en verdad, he pasado la mayor parte de mi vida " a la sombrita", con poco sol, pues lo detesto, pero así y todo... ¡ PROTEJANSE DE ÉL!
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