Pedro Armas ha recibido el bastón de mando del Ayuntamiento de Pájara dos veces en apenas cinco días. Este lunes ha sido proclamado alcalde de Pájara tras votarse la moción de censura presentada el pasado 11 de noviembre. Sin embargo, ya es alcalde desde el jueves de la semana pasada, cuando se celebró un pleno para elegir al nuevo primer edil tras la dimisión del nacionalista Miguel Ángel Graffigna.

El pleno de este lunes ha estado marcado por los momentos de tensión. Las discrepancias surgieron en la propia mesa de edad, constituida por el concejal más veterano, Graffigna (CC), y por la edil más joven, Kathaisa Rodríguez (PSOE). Mientras que el primero consideraba que podía ejercer su "voto de calidad", rechazar que se votase la moción de censura y levantar la sesión, la segunda reclamaba que el pleno decidiese.

Tras la lectura de varios informes de la Secretaría del Ayuntamiento de Pájara, de doctrina jurídica sobre las mociones de censura y de un receso, al final Graffigna ha dado por concluida la sesión y los concejales de CC y PP han abandonado el salón de plenos. Una medida que no ha sido aceptada por el resto de concejales, que se han quedado y han votado la moción de censura.

Antes, con los 21 concejales en el salón de plenos, los nueve concejales de CC y PP han votado a favor de la propuesta planteada por el secretario del Consistorio, Miguel Ángel Rodríguez, de declarar "terminado" el expediente de la moción de censura por una "imposibilidad sobrevenida", esto es, que Graffigna ya no es alcalde -su renuncia se hizo efectiva hace una semana en pleno- y que Armas fue elegido primer edil el pasado jueves, aceptando el cargo.

En contra de esa propuesta votaron los 12 concejales de PSOE, NC-AMF y Podemos, que tienen mayoría absoluta en el Ayuntamiento. El portavoz socialista, Raimundo Dacosta, afirmó que lo que había sido "irregular" era el pleno del jueves pasado y recalcó que se tenía que votar la moción de censura. El propio Pedro Armas anunció que presentarían una impugnación contra el pleno del jueves pasado en el que fue proclamado alcalde. "No se debería haber convocado y por eso vamos a llevar hasta el final la moción de censura", dijo.

En el pleno, que se ha prolongado durante una hora y media, Graffigna insistió en que el objetivo del nuevo pacto en el Ayuntamiento de Pájara es "blindarse" para que no se pueda producir otra moción de censura. Los concejales solo pueden votar una durante el mandato. En la sesión, el socialista Rafael Perdomo, que fue alcalde durante los últimos 16 años, le espetó al nacionalista: "Esto no es una dictadura. ¿De qué tiene miedo? No se puede enrocar en la mesa de edad con intención de que el pleno no se celebre, porque el pleno es soberano".

Tras la marcha de los concejales de CC y PP, Rafael Perdomo ocupó el sitio de Graffigna en la mesa de edad y el pleno prosiguió con la moción de censura. Tanto a Graffigna como a los miembros del nuevo grupo de gobierno, el secretario municipal les advirtió de la "responsabilidad" que tenían de sus decisiones desde el punto de vista legal.

No obstante, el responsable de la Secretaría del Ayuntamiento se quedó en el pleno y procedió a dar cuenta de la existencia del número de concejales necesarios para que prosiguiese la sesión, de la constitución de la nueva mesa de edad y, por último, del resultado de la votación de la moción de censura.

El secretario recalcó que los ayuntamientos "están para funcionar y responder a los problemas de los ciudadanos". "Hay un alcalde que es Pedro Armas", subrayó el funcionario, además de resaltar que en ningún caso se ha producido un "vacío de poder". "Sea por el pleno del jueves (de la semana pasada) o por el de este lunes, hay alcalde", recalcó. Sobre cuándo efectivamente ha sido proclamado, "lo decidirán los tribunales", auguró.

Pedro Armas dijo que sentía "vergüenza ajena" por lo que había ocurrido este lunes en el Ayuntamiento de Pájara. A las 13.30 horas se votó la moción de censura, que salió adelante por unanimidad de los 12 concejales presentes, y volvió a prometer el cargo y a recibir el bastón de mando. La mesa de edad levantó la sesión y se escuchó un "por fin, por Dios".

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