ACTUALIDAD

Otro turismo es posible

Los campistas solicitan una regulación de la acampada para poder desarrollar la actividad en el litoral de la Isla todo el año

Autocaravanas en Tarajalejo. Fotos: Carlos de Saá.
María José Lahora 9 COMENTARIOS 21/11/2020 - 09:24

La prohibición de acampar a raíz de las restricciones con motivo de la pandemia fue la gota que colmó el vaso de los campistas majoreros. Sabedores de que la unión hace la fuerza, los propietarios de caravanas, autocaravanas y campistas en general, vieron que era el momento de sacar adelante una asociación.

Entre otros objetivos, con la intención de servir de interlocutor ante las administraciones y, de paso, presentar las alegaciones a la Ordenanza Provisional Insular para la fijación de criterios que regulen el uso relativo a las acampadas y campings en Fuerteventura en suelo rústico, toda vez que en agosto salió a exposición pública.

La ausencia de una regulación en materia de ordenación territorial lleva tiempo arrastrando un descontento entre los campistas que, sin embargo, ven cómo en otras islas tienen mayor aceptación y, por supuesto, mejores servicios. “No se ha regulado y se va solventando la acampada mediante apaños”, explican. En ocasiones haciendo la “vista la gorda” por parte de las autoridades. Sin embargo, los campistas quieren dejar de esconderse o sentirse como delincuentes.

La asociación mantiene que Fuerteventura cuenta con un litoral “bastante grande” para poder desempeñar muchas más actividades de las que estipulan las actuales ordenanzas, a la espera de que salga adelante el Plan Insular de Ordenación de Fuerteventura (PIOF).

El presidente del colectivo, Víctor Saavedra, asegura que no se va a discriminar a nadie. Así, dan cobijo desde la caravana de arrastre hasta el iglú. No es de extrañar entonces, que en el grupo de WhatsApp de la asociación, estén incluidos entre 130 y 140 contactos.

Con unas ambiciosas reclamaciones bajo el brazo, la Asociación de Campistas de Fuerteventura presenta unas alegaciones en las que contempla la posibilidad de acampar a lo largo del litoral e, incluso, en parques naturales como Isla de Lobos.

“Hemos venido a incorporar esas playas tradicionales donde venimos acampando”, justifica Saavedra. Si bien, recomienda a los campistas que sean respetuosos con los recursos naturales.

Posibles zonas

De este modo, en el listado presentado para que se autoricen como zonas de acampada se incorpora en el municipio de La Oliva: María Díaz, Beatriz, Punta Blanca, La Caleta, Piedra Playa, Esquinzo y Tebeto. En Puerto del Rosario: Jarugo, Matorral, Puerto Lajas y Playa Blanca, aunque sobre esta última aún hay dudas sobre su inclusión. En Antigua, solicitan poder desarrollar la actividad en: Gran Valle, Jacomar, Pozo Negro, Barranco la Ballena y Barranco La Torre. Al respecto, Víctor Saavedra explica las dificultades de regular la acampada en los barrancos, dado que esta autorización debe valorarla el Consejo Insular de Aguas.

En Betancuria, proponen el barranco El Jurado, Playa del Valle, barranco Los Mozos y El Junquillo. Mientras que en el municipio de Pájara abogan por el Puertito de la Cruz, Puerto Rico, la Jaqueta, Risco El Paso, El Salmo, el barranco Los Canarios, Malnombre, Butihondo, Esquinzo, La Solapa, Playa Ugán, Playa de la Señora, Baja Gómez y Cofete, entre otras, conscientes de que muchas de estas zonas “no son viables”.

La asociación no discrimina a nadie: da cobijo desde la caravana hasta el iglú

En Tuineje solicita poder asentarse en El Pajarito, El Aceitún, Gran Tarajal, Barranco El Roque, Los James, Playa de Agando y El Roquito. Y, también, en espacios naturales como son Isla de Lobos o el Parque Natural de Jandía.

Los campistas abogan por establecer puntos estratégicos en zonas viables para el vaciado de aguas negras y grises en la Isla. También defienden una regulación de la acampada que abarque todo el año, en lugar de circunscribir la temporada a Semana Santa y verano, como hasta ahora. Víctor Saavedra expone que las mejores fechas para el desarrollo de la actividad, con las denominadas “bonanzas”, son los meses de septiembre y octubre.

Víctor Saavedra señala que desde la asociación que preside se defienden los intereses de un turismo que “genera mucha economía local”. Pone el ejemplo de su último viaje a La Palma, en el que gastó 1.300 euros durante su estancia. En este sentido, explica que otras islas están más concienciadas y cuentan con una regulación para la acampada que permite el disfrute de esta actividad.

El representante de la asociación explica, también, que “minimizar el impacto visual” les importa mucho, pero hay que ofrecer alternativas para poder mantener la actividad. Al mismo tiempo, defiende que los campistas están invirtiendo en mejoras sostenibles: “Apostamos por reducir el impacto en el medio ambiente”, sentencia.

La asociación ha iniciado una ronda de contactos con las administraciones locales de la Isla para presentar el proyecto y exponer sus necesidades. Encuentros, de los que, por el momento, han salido bastante satisfechos. “Los representantes municipales están siendo receptivos”, explica Víctor Saavedra. “El Cabildo tiene que regular, pero los ayuntamientos son los que tienen la llave con el Gobierno canario”, añade el presidente de los campistas majoreros.

Pozo Negro

A juicio de la Asociación de Campistas de Fuerteventura, el único camping habilitado a tal efecto en la Isla, el de Pozo Negro, carece de los requisitos preciosos para cumplir su función. Entre otras deficiencias, “carece de salidas de emergencias”, dice.

Tras la presentación de las alegaciones a la ordenanza de la institución insular, la asociación está a la espera ahora de que se presente un borrador para el que se abrirá nuevamente otro periodo de alegaciones.


Víctor Saavedra, presidente del colectivo de campistas. Foto: Rafael Fuentes. 

El colectivo defiende este tipo de turismo que beneficia la economía local

Saavedra señala que mientras se aprueba definitivamente la ordenanza y en un periodo de incertidumbre sanitaria como el que se está viviendo, con restricciones que impiden el desarrollo de la actividad, “la parte más castigada de este sector es el campista con caravana de arrastre”, entre los que se incluye.

La gran mayoría ha tenido que venderla. En cuanto a los autocaravanistas, señala que las limitaciones son mucho menores, dado que pueden estacionar los vehículos durante 72 horas y pernoctan sin problema en el vehículo.

El presidente de los campistas comenta que este verano no han podido llevar a cabo su ritual turístico en el que las familias amantes de este turismo instalan la caravana en la costa de junio a septiembre, tras concluir el colegio. “Vivimos literalmente en la playa”, comenta, para explicar un estilo de vida que este año han tenido que abandonar, a consecuencia de las restricciones de la COVID. Al respecto, defiende que los campistas “son un turismo más seguro, porque donde más naturalmente se desarrolla todo es a la orilla de una playa”.

La afición por la acampada de Víctor Saavedra surgió ya de bebé, cuando sus padres le llevaban junto al resto de la familia: “En esos tiempos, tener una caravana era un lujo”. Recuerda dirigirse a la playa con la caseta familiar, desde que concluían las clases. Entre otros lugares de disfrute vacacional de su infancia menciona La Guirra, la Rosa del Agua o Caleta.

Echa de menos las reuniones del grupo de campistas. “Éramos como una familia y cada verano nos gustaba encontrarnos para compartir las anécdotas de todo un año”, comenta con nostalgia este caravanista que ha tenido que dejar a buen recaudo su vehículo hasta que lleguen tiempos mejores para poder volver a recorrer el litoral de Fuerteventura.

Comentarios

[...] ¿¿Se imaginan los campamentos en todas esas playas que han mencionado y con un periodo de tres meses los señoritos allí instalados??? A orilla de la playa para ellos solos. Cohibiendo a todos los demás usuarios de las playas. Que los turistas que se acerquen a esas playas vieran semejante campamento con sus perros incluidos. No nos van a ocultar lo que hemos sufrido años tras años. NO A LAS ACAMPADAS.
Hay que tener [...] para afirmar que este verano no han podido ejercer ese tipo de turismo. El municipio de Pájara, y en particular las playas del Barranco de los Canarios y El Salmo , estaban literalmente abarrotadas de caravanas y autocaravanas con el beneplácito de las supuestas autoridades que han hecho la vista gorda
En el municipio de Pájara pretenden invadir todas las playas? No dejan ni una según esta relación. Los turistas que se dejan el dinero de verdad en la isla huirán y adiós a la gallina de los huevos de oro
"Pone el ejemplo de su último viaje a La Palma, en el que gastó 1.300 euros durante su estancia" Yo, durante mi ultimo viaje (hace tanto tiempo) gasté 8.000 euros, y no por eso voy exigiendo que adecuen el planeamiento a mis caprichos.
Vaya cara. Ojo con las playas que quieren los señoritos. Y los demás usuarios qué hacemos miramos para ustedes???? Aparquen sus caravanas en la carretera y a caminar a la playa como todos y cuando se va el sol tiren para su vehículo. [...]. La costa es de todos.
Señores las acampadas se acabaron en la costa de Cádiz por ejemplo, hace más de 40 años y no pasó nada aquí en Fuerteventura aún están con el dichoso debate de las acampadas.
Que cara tienen, básicamente quieren acampar en donde les salga de las narices, y eso de que no contaminan, regeros de aguas grises por cualquier camino de tierra que baja a las playas, barrancos llenos de toallitas klinex y mierda, ni bañarse uno tranquilo puede, en cada roca un dominguero con su cañita pescando hasta las larvas si pueden, el turismo de caravana es cutre, irrespetuoso e insolidario.
Y eso que somos RESERVA DE LA BIOSFERA...
Este verano de corralejo a cotillo no cabía ni una caravana o furgoneta mas, algo como nunca se habia visto....horrible