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Mujeres que zarpan hacia la igualdad

El programa ‘Un Puerto Violeta’ y las profesionales Eva María Azurmendi, María del Carmen Muñoz y Carla Franquis resaltan la importancia de la igualdad en el 8-M

Itziar Fernández 0 COMENTARIOS 08/03/2022 - 07:00

Este 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, ondeará el lema propuesto por la ONU Mujeres: igualdad de género hoy para un mañana sostenible, con el fin de reconocer la contribución de las mujeres y niñas de todo el mundo en la construcción de un futuro más sostenible. Potenciar la igualdad de género en el contexto de la crisis climática y reduccir los desastres naturales son algunos de los desafíos mundiales del siglo XXI.

Por este 8-M, Diario de Fuerteventura ha querido hacer visible un programa que promueve la igualdad y la labor de tres mujeres que destacan en sus profesiones:

‘Un Puerto Violeta’, la sensibilización que llega a las aulas. Uno de los programas que en las Islas promueve la igualdad en la economía azul es Un Puerto Violeta. La técnica de igualdad, Virginia Gorrín, explica la importancia de este proyecto, de la entidad Factoría de Cohesión, que busca aumentar la presencia de la mujer en el entorno portuario, así como promover la corresponsabilidad de todos los sectores para mejorar la calidad de vida de mujeres y hombres en el ámbito profesional.

“El objetivo lo hemos resumido con el lema Mujeres a bordo: zarpando hacia la igualdad, ante la dificultades históricas para ocupar los puestos de mando, que siempre han desempañado los hombres, y dar visibilidad a mujeres que hacen historia”, explica Virginia Gorrín. Virginia es graduada en Estudios Ingleses, en el Ciclo superior de Promoción de Igualdad de Género, y el año pasado terminó el máster de Género y Políticas de Igualdad de la Universidad de La Laguna.

En las redes sociales del programa Un Puerto Violeta se publican perfiles como el de Idoia Ibáñez, una de las primeras mujeres capitanas de buque en España, o el de Lola Rodríguez, que consiguió que reconocieran su titulación y experiencia para ocupar el cargo de marinera de cubierta, única mujer en ese puesto en Naviera Armas.


Virginia Gorrín. Foto: Cedida.

“Hemos recorrido los puertos canarios y contado muchas historias de mujeres que trabajan en los mismos, que hablan de sus experiencias y vivencias en sus diferentes funciones y puestos en los puertos canarios”, señala Virginia.

“Por ejemplo, hay una mujer pescadora profesional en Tenerife, la única en activo en este momento, y mujeres canarias en navieras de Australia trabajando en puestos de relevancia”.

El programa desarrolla campañas de sensibilización en las aulas y, gracias a un convenio con el Cabildo de Fuerteventura, se celebra un concurso de cortometrajes con el alumnado del IES Puerto Cabras.

“En febrero pusimos en marcha el programa en la Isla, que consiste en contar historias sobre mujeres y hombres en los puertos canarios, desde una perspectiva juvenil, para que investiguen sobre las profesiones y quiénes ocupan los diferentes puestos”, detalla Virginia.

Han preparado un premio muy atractivo, de 500 euros, para motivar al alumnado y que se adentre en el mundo cinematográfico con los dispositivos electrónicos que tenga a su alcance. “Una vez recogidos los trabajos, un jurado elegirá a los ganadores, entregaremos los premios y esperamos que se puedan proyectar los cortos en Puerto del Rosario”, resalta Gorrín.


Eva María Azurmendi. Foto: Carlos de Saá.

Primera delegada insular en el transporte portuario. En Fuerteventura hay un perfil dentro del muelle capitalino que brilla con luz propia, por su larga y reconocida trayectoria profesional: se trata de Eva María Azurmendi Montelongo, delegada insular de una empresa de transporte de Puerto del Rosario. Estudió Auxiliar Administrativo y Transporte de Mercancías por Carreteras. Tras casi 20 años, desempeña un puesto que siempre había estado ocupado por hombres en Fuerteventura.

“Mis principios fueron en una empresa de transportes, en el despacho de mercancías, durante cinco años, después fui durante ocho años delegada en una empresa de paquetería y, de ahí, pasé a una naviera, hasta que se hizo un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) a escala nacional”, recuerda.

Más tarde, accedió a su actual puesto, que desempeña desde hace ya 11 años. “De mi trabajo me gusta todo, como el trato con los clientes, pero tiene que apasionarte, porque también se necesita carácter en la relación con conductores, mano izquierda, y la capacidad de hacer frente a las dificultades propias del puesto, como asumir problemas, invertir muchas horas y mucha dedicación”, reconoce. 

“Cuando oigo a mujeres decir que les gustaría llevar un camión, las animo”

Eva Azurmendi ha sido testigo de que la mayoría de los puestos de responsabilidad del puerto capitalino, en materia de gestión, transporte de mercancías y estibadores, los ocupan hombres, pero asegura que “nunca” ha recibido “discriminación, ni zancadillas, por su condición de mujer”.

“Aún hay puestos altos en el puerto a los que no pueden acceder algunas mujeres, aunque tengan la titulación y preparación, porque es un sector todavía cerrado, pero todo llegará”, observa.

Eva es una líder que se ha ganado el cariño y admiración de sus compañeros y compañeras, y que se mueve cada mañana como pez en el agua en la terminal del muelle, entre camiones y tráileres, repartiendo rutas y poniendo orden.

“Cuando escucho a mujeres decir que les encantaría llevar un camión o desempeñar otros puestos, les digo que lo hagan, que las principales trabas nos las ponemos nosotras mismas pensando que no lo vamos a conseguir, y por eso les animo a que se lancen y hagan lo que les guste”, resalta Eva Azurmendi.


María del Carmen Muñoz. Foto: Cedida.

20 años como conductora y madre de cuatro hijos. Una mujer que se lanzó y que fue pionera como mujer camionera en Fuerteventura en el reparto de mercancías, hace ya dos décadas, es María del Carmen Muñoz, de 52 años. Creció en Lanzarote y sus primeros trabajos fueron en hostelería. Cuando vivía en Gran Canaria tuvo la oportunidad de entrar en un programa para desempleadas y formarse como conductora profesional.

“Había muchas mujeres, elegían a 10 y entré en el curso que nos proporcionaba el carné de guagua, camión y tráiler, lo que supuso toda una oportunidad en mi vida y encontrar una profesión que me encanta”, recuerda.

Luego se traslada con su familia a Fuerteventura. “Mi marido vino a trabajar en la construcción y yo comencé como conductora de guaguas en una compañía insular, tenía cuatro hijos, una bebé, y lo pasé muy mal, porque no conseguía guarderías, los horarios laborales eran imposibles de compaginar con la familia y eso fue más duro que conducir vehículos pesados”, subraya Muñoz.

Por eso, se cambió a una empresa de transporte de mercancías. “Ahí coincidí trabajando con Eva Azurmendi y ella me facilitó mucho el trabajo, me ayudó, fue una gran compañera y pude trabajar como camionera”, confiesa. Durante cinco años repartió mercancía con un camión grande por el sur de la Isla.

Empezaba muy pronto, a las seis de la mañana. “Salía muy temprano de casa, dejaba todo preparado para los cuatro niños. El mayor se hizo muy responsable, se encargaba de que desayunaran, llevaba una mochila con bocadillos para todos e iban solos a la escuela rural de Tesjuate, donde vivimos, y así pude hacer realidad mi sueño de ser conductora”, afirma.

Una curiosidad, añade, es que fue de las primeras mujeres que manejaba una carretilla eléctrica, que “sorprendía a todo el mundo porque descargaba y cargaba el camión con mucha rapidez”. “Eso me permitió trabajar con más comodidad y cuidar mi salud, la espalda o los brazos, porque se transporta mucha mercancía”, explica.

Posteriormente, la empresa cerró y regresó a las guaguas, de transporte escolar, donde ha permaneció hasta la actualidad. Un accidente doméstico le ha dejado secuelas graves en su brazo derecho y permanece de baja médica.

María del Carmen rememora con cariño sus primeros años de trabajo en la Isla. “Recuerdo que en el sector solo estábamos una chica que llevaba un camión de transporte de gas y yo, no había más mujeres, pero nunca recibí malos gestos, ni comentarios sexistas de compañeros, trataba de hacer mi trabajo lo mejor posible con seriedad y responsabilidad, y a veces me lo pusieron más complicado otras mujeres, encargadas de recibir la mercancía, por tener un cargo, o por envidias”, comenta.

María del Carmen también pertenece a la Asociación Mujeres al Volante, que celebró un encuentro en Fuerteventura con conductoras de toda Canarias. “Cada vez hay más mujeres profesionales al volante y es algo que me alegra mucho, porque favorece la igualdad”, relata.

De su experiencia destaca que, aunque es muy duro el transporte de mercancías, fue “muy feliz” y, como conductora de transporte escolar, “llevar y recoger a los niños es una función muy bonita”.

“Soy una enamorada de la profesión y espero poder volver algún día al trabajo, porque pasé por los años más complicados con mis hijos pequeños fuera de casa, en la carretera, y ahora que son adultos e independientes he sufrido este accidente”, lamenta sobre su percance.

En la actualidad, su marido también es conductor profesional: “Es un trabajo muy valorado en mi hogar, mis hijos han crecido entre camiones y guaguas”, ironiza. Para esta familia, la movilidad es “esencial”, la mejora de las comunicaciones todo un reto, “y una salida profesional con mucho futuro”, concluye.


Carla Franquis. Foto: Carlos de Saá. 

La farmacéutica más joven de Canarias está en Fuerteventura. Entre las profesiones esenciales y más valoradas en estos dos años pandemia se encuentran todas las relacionadas con el sector sanitario y la farmacia. Fuerteventura cuenta con la farmacéutica titular más joven de Canarias, Carla Franquis, de 24 años.

“La farmacia es un establecimiento muy dedicado a la gente, a la atención diaria con los vecinos, ya no sólo se despachan medicamentos, sino que es como un centro de salud, estética y bienestar”, indica la joven, que se muestra encantada con la gran oportunidad profesional que se le ha abierto.

“Tal vez lo más complicado ha sido la gestión empresarial, porque las referencias y la farmacia me apasionan, hay que estar siempre estudiando y reciclándose, pero las facturas y todo lo que conlleva una empresa me ha abrumado. Aun así, me siento una privilegiada, he recibido mucha ayuda de compañeros y animo a la gente a cumplir con sus sueños”, señala.

Carla: “Otras profesionales van al Hospital, yo quería trabajar en Farmacia”

“Muchas profesionales se van a trabajar a hospitales o laboratorios, pero yo tenía claro que quería trabajar en una farmacia”, expresa la joven majorera. “Creo que nuestra profesión está totalmente volcada en los cuidados de nuestros clientes, en la atención a los problemas del vecindario y es importante que sientan que pueden confiar en las profesionales de la farmacia, que les puede aconsejar y darles mucho cariño para que entren y se sientan protegidos y asistidos, igual que en un centro sanitario”, insiste Carla.

Además, destaca Carla, la farmacia es un establecimiento “abierto, moderno y funcional”. Para ella, la farmacia de la calle Fernández Castañeyra era un referente en Puerto del Rosario, con toda una historia detrás, que representa la vida en el pasado reciente de Fuerteventura y que tiene por delante “un futuro apasionante”.

“Ni ser mujer ni mi juventud son un problema en esta profesión, lo importante es trabajar con seriedad, responsabilidad y mucha disposición para que la gente confíe y sea fiel a mi farmacia”, concluye Carla. En sus primeras semanas ha recibido una gran acogida por parte de la población y agradece el apoyo y las felicitaciones de su clientela.