La Consejería de Transición Ecológica y Planificación Territorial ha dado luz verde a una planta de reciclaje de residuos de construcción y demolición en Rosa de los James, en el municipio de Tuineje.

El promotor de la instalación es la empresa Transportes Araya Fránquiz y el proyecto pasó el pasado mes de marzo por la Comisión autonómica de evaluación ambiental.

El informe de impacto ambiental del Gobierno de Canarias, aprobado por unanimidad de la citada comisión, resulta favorable, si bien establece una serie de condiciones.

Según el informe, publicado este viernes en el Boletín oficial de Canarias, no se considera que la planta “vaya a producir impactos adversos significativos en el medio ambiente”.

Eso sí, “siempre y cuando el proyecto cumpla escrupulosamente con lo determinado en el documento ambiental presentado y las condiciones” fijadas por el Gobierno de Canarias.

“En la fase operativa”, recalca el Gobierno,” no debe existir un aspecto caótico de la instalación”. Así, no debe haber “ningún tipo de material abandonado” y “cualquier residuo debe estar en su lugar correspondiente”.

Asimismo, “debe existir orden y limpieza dentro de los límites de la parcela y no debe permitirse que la acción del viento disperse, dentro y fuera de dichos límites, materiales ligeros” como papel, cartón o plásticos.

Además, la velocidad de circulación máxima de los vehículos se limitará a 10 kilómetros por hora y el de los camiones en la pista de tierra que conecta la parcela donde se implanta el proyecto con el viario asfaltado se limitará a 20 kilómetros por hora.

“Como medida para no incidir negativamente sobre la fauna del entorno del proyecto, como aves o insectos de hábitos nocturnos, las iluminarias que se instalen proyectarán la luz únicamente hacia el suelo”, exige el Gobierno.

En cuanto a la flora, “únicamente se procederá al trasplante de los ejemplares de tarajal y palmeras ubicadas dentro de los límites del proyecto si se garantiza la supervivencia en la nueva ubicación y tras haber obtenido los permisos pertinentes para poder realizarlo”.

En la zona se encuentra un hábitat de interés comunitario (Garerías y matorrales ribereños termomediterráneos), que “se solapa ligeramente con los límites del proyecto” de la planta de reciclaje, en aproximadamente 1.140 metros.

“En esta zona no debe realizarse ningún movimiento de tierras y debe quedar libre de ocupación o cualquier alteración, para que no se vea afectado dicho hábitat de interés comunitario”, establece el Gobierno.

Asimismo, “estas medidas son también necesarias en dos pequeñas franjas de la parcela que se solapan con dos balsas o gavias que lindan con la misma, una al noroeste y otra al este”.