CLAVES

Los perdedores del 28-M en Fuerteventura

Blas Acosta, el PSOE de Puerto del Rosario y Sergio Lloret salen malparados de las urnas tras meses en los que el debate público fluctuó entre el polémico Dreamland y el caso Mediador  

Manuel Riveiro 0 COMENTARIOS 04/06/2023 - 10:01

En las elecciones siempre hay vencedores y vencidos, aunque la mayoría trate de eludir esta última categoría. Los grandes perdedores del 28-M en Fuerteventura, a la vista de los resultados que arrojaron las urnas, son dos partidos, PSOE y AMF, personificados en Blas Acosta y Sergio Lloret, aunque en diferente grado. El Partido Socialista aspiraba a ganar en el Cabildo majorero y ha terminado como tercera fuerza, además de provocar la percepción generalizada de que se produjo un rotundo voto de castigo a su líder insular, Blas Acosta.

Los números no engañan: dejando al margen la urna de la lista regional al Parlamento de Canarias, en la que se votaba por Ángel Víctor Torres, que ha conseguido una marca propia a base de dar la cara ante las desgracias, la plancha insular a la Cámara autonómica encabezada por Manuel Hernández Cerezo consiguió 7.567 votos, unos 784 más que los cosechados por Blas Acosta en el Cabildo.

El viceconsejero de Economía en funciones del Gobierno de Canarias, donde se refugió tras dimitir como presidente de la Corporación insular al perder en 2021 la mayoría en la institución, se ha dejado en las últimas elecciones más de 1.600 votos por el camino, en comparación con los resultados que obtuvo hace cuatro años.

Una encuesta publicada siete días antes del 28 de mayo apostaba a que el PSOE mantenía sus siete consejeros, pero que CC perdía uno, lo que convertiría en presidente electo a Acosta. La tendencia al alza del PP se confirmó (pasó de cuatro a cinco), la presencia de Nueva Canarias y AMF prácticamente se clavó (le daba dos a cada uno, uno menos que en la realidad en el caso del partido de Matías Peña) y la fragmentación en la izquierda alternativa por la irrupción de Drago y la caída en picado de Podemos, que desaparece, se minusvaloró (los morados aparecían todavía con un consejero).

El sondeo circuló por WhatsApp entre los socialistas con una esperanza que se esfumó desde que empezó el recuento la noche electoral: hubo 1.990 personas que votaron en Fuerteventura por Ángel Víctor Torres que no lo hicieron por su protegido en el Cabildo majorero.

En una estrategia digna de estudio, el vídeo electoral más elaborado e impactante de Acosta, casi la traca final a pocos días de las elecciones, le muestra diciendo, con gesto serio: “Ya es hora de que Fuerteventura levante la voz contra los de la Isla del no. Dreamland era un gran proyecto que iba a cambiar por completo la economía de Fuerteventura, con puestos de trabajo cualificados, pero CC y PP hicieron todo lo posible para que se fuera a otra Isla y lo consiguieron, se hará en Gran Canaria. Nos volvieron a engañar, con falsas noticias sobre el proyecto. ¿Y ahora qué? Solo nos queda acabar con esta política tan nefasta, porque esta Isla se merece otra cosa”.

El candidato socialista no solo adoptó el discurso del medio de comunicación vinculado al principal promotor de Dreamland, José Antonio Newport, sino que culpó a sus rivales de un desenlace que no estaba en su mano y que cualquier ciudadano medianamente informado concluiría que sucedió al revés: CC y PP se quedaron en minoría en el pleno del Cabildo que apoyó la declaración de interés insular de Dreamland, y fue el Gobierno de Canarias, con un departamento del PSOE, el de Transición Ecológica, el que informó de forma desfavorable el parque temático y comercial junto al Parque Natural de las Dunas de Corralejo.

En vez de leer la importante contestación social a un proyecto de ocio turístico de elevado impacto paisajístico, Acosta desenterró el cadáver de Dreamland y vinculó la marca del PSOE de Fuerteventura a un concepto de “progreso” de difícil encaje con la actual sensibilidad sobre el territorio.

En vez de leer la importante contestación social a un proyecto de ocio turístico de elevado impacto paisajístico, Acosta desenterró el cadáver de Dreamland

Ni en el PSOE ni entre sus rivales políticos se cree que Acosta dé un paso al lado. En clave interna, el propio líder socialista, en un primer acto reflejo la noche electoral, se refirió al “lastre electoral importante” en Puerto del Rosario. En el municipio capitalino, al Partido Socialista le estalló el caso Mediador, que aunque no afectó al Ayuntamiento, sí lo hizo a un peso pesado como Juan Bernardo Fuentes.

Entre el Tito Berni y Dreamland, el Partido Socialista no estaba para ganar un certamen de popularidad. Si a esto se suma que de la gestión del Ayuntamiento y de los recursos públicos se apropió, en términos electorales, la concejal Peña Armas, que no solo superó al PSOE sino a su antigua casa, el PP, se explica en gran medida el batacazo socialista.

En el caso de la fundadora de Fuerteventura Avanza, su éxito se puede convertir, paradójicamente, en gran fracaso: nadie parece querer dar aire a alguien que, aprovechando su posición en el Consistorio, ha dado el sorpasso en la capital majorera a los principales partidos de ámbito estatal. Ha dejado de ser bisagra para convertirse en un fenómeno difícil de digerir para líderes que tienen que dar cuentas fuera de lo que ha ocurrido. Con las denuncias en su contra que se están empezando a investigar en Fiscalía por presuntas irregularidades en la contratación municipal, lo predecible es que el resto de partidos imponga una suerte de cordón sanitario a su alrededor... A no ser que, en algún momento del mandato, sea clave para gobernar.

Propaganda electoral de AMF con Sergio Lloret para el Cabildo.

La estrategia Lloret

AMF mantiene su presencia habitual en el Cabildo, con dos consejeros, pero Lloret se vuelve irrelevante en su casa, Tuineje

Otro gran perdedor del 28-M ha sido Sergio Lloret, todavía presidente del Cabildo. Su estrategia de dinamitar el pacto de gobierno a seis meses de las elecciones le ha salido mal. AMF mantiene su presencia habitual en el Cabildo, con dos consejeros, pero Lloret se vuelve irrelevante en su casa, Tuineje, al perder tres concejales y quedarse con una sola acta, tras el esperpento de dos consejeros gestionando el Cabildo de una isla de 123.000 habitantes. ¿La nota positiva? Esta vez no ha hecho campaña con el puente entre Fuerteventura y Lanzarote. Un debate estéril menos.

PS. La estrategia postelectoral del PSOE majorero -ofreciendo pactos a PP y a CC- previsiblemente dará sus frutos y se espera que, a principios de esta próxima semana, se presente el acuerdo entre nacionalistas y socialistas para el Cabildo y los ayuntamientos de La Oliva, Puerto del Rosario, Tuineje y Pájara. Tirando de tópico, en término prácticos a eso se le puede llamar “salvar los muebles”. Lo peor que le puede pasar al PSOE es que, a base de tocar poder institucional, olvide las causas que le han llevado a pasar de aspirar a ser la primera fuerza a convertirse en casi todos lados en el socio minoritario.

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