[POR EL MUNDO]

Leandro Castañeyra: “Todo lo que se invierte en ciencia mejora la economía”

El biólogo divulga conocimientos científicos en su canal 'Bioloco'

María José Lahora 4 COMENTARIOS 17/05/2019 - 07:26

Doctor en biología, Leandro Castañeyra es un joven majorero becado para que desarrolle una investigación en la Washington University in St. Louis (EEUU) tendente a encontrar un fármaco que palie la hidrocefalia o hemorragia en el cerebro de los bebés prematuros. Aprovecha para divulgar los conocimientos científicos en su canal ‘Bioloco’ de manera “fácil y divertida”: https://youtu.be/KIUhuMCru8Y

-Primero un poco de currículo ¿Cuál es su formación académica?

-Estudié Biología. Cuando acabé la carrera pedí una beca del Cabildo para investigadores y recién graduados y desarrollé un proyecto para cultivar la cepa del desierto y me la dieron durante dos años consecutivos. Pero quería seguir formándome y en la Isla me vi un poco estancado por lo que volví a la Universidad de La Laguna para realizar el doctorado en Biomedicina y Biotecnología enfocado en Neuroanatomía.

-Tengo entendido que desarrolla en la actualidad un proyecto de investigación en Saint Louis. ¿Qué hace un majorero como usted en Estados Unidos?

-Estoy contratado en la Washington University in St. Louis. Todo surgió por la idea, junto con los investigadores que conocí en las conferencias de mi doctorado, de desarrollar un proyecto en EEUU y solicité una beca canaria Doctor Manuel Morales. Publicamos varios trabajos y decidieron contratarme aquí.

-¿Desde cuándo lleva en el país?

-Tres años hace este mes de mayo.

-Se ha hecho muy conocido por su particular visión de la ciencia a través de un entretenido canal de divulgación científica en Youtube, el ‘Bioloco Filósofo’, en el que explica temas como el sentido evolutivo del cáncer de una forma amena y dinámica al alcance de todos. ¿Cómo valora esta repercusión? ¿Era su objetivo?

-Crear este canal de divulgación científica me ha dado mucha plenitud y paliar esa carencia que tenía de mi tierra. Ahora la estoy llenando con esta creatividad. Aunque a mi madre no le gustó nada, considera que es vulgar (ríe), le molesta que después de todo lo que he estudiado acabe hablando de esa manera. Pero mi idea es llegar a todo el mundo.

-¿Podría describir en qué consiste su investigación en la Washington University in St. Louis por la que ha sido becado? Al estilo de ‘Bioloco Filósofo’, si quiere.

-Trabajo en una enfermedad que se llama hidrocefalia poshemorrágica. Dicho con otras palabra, una acumulación de líquidos en el cerebro de bebés prematuros. Durante el parto de prematuros existe riesgo de un sangrado en el bebé porque los vasos no están maduros. Tras esta hemorragia, hasta un 50 por ciento de los nacidos acaban desarrollando esta enfermedad. Creemos que existe una enzima que se activa cuando se produce este sangrado en el cerebro provocando la enfermedad. Trabajamos con animales y le inducimos la hidrocefalia a través de esa enzima. Más tarde, usamos una droga para inhibirla. Se trata de una idea, mayoritariamente, propia. La investigación avanza positivamente y estoy muy ilusionado con este estudio.

-¿Cuáles son las principales diferencias culturales con las que tuvo que lidiar al llegar a Estados Unidos?

-La carencia total de gastronomía. Una de las cosas que más echo de menos es el pan. Por otro lado, me he dado cuenta de que es más diverso de lo que pensaba, tenía una concepción estereotipada de lo que era EEUU. Además, están trabados con el dinero, a veces me da la sensación de que te valoran por lo que tienes y no por lo que eres.

-¿Cómo trata la política de Trump a la investigación en Estados Unidos?

-Sorprendentemente, Trump no ha cambiado los presupuestos dedicados a la investigación. Quería hacerlo, pero, al final, por ciertas presiones, no los ha modificado. Es un hecho muy interesante porque la gente piensa que en EEUU todo es liberalismo y capitalismo económico, pero no es así. Aunque todo es privado, se invierte mucho en investigación, incluso los republicanos y con dinero público. De hecho, casi todo mi trabajo en Saint Louis se financia con fondos públicos. Es bastante inteligente, porque todo lo que inviertas en investigación dará sus frutos en la economía. Por ejemplo, si mi medicamento funciona, las empresas montarán negocios para venderlo y salvar vidas al tiempo que revertirá en la economía.

-¿Cómo ven sus compañeros norteamericanos esta etapa que está atravesando el país estadounidense?

-Casi todos con los que he hablado están avergonzados con Trump. Les da vergüenza que este personaje les represente. Y es un problema global, porque en EEUU está Trump, en Brasil Bolsonaro y en España tenemos a Vox. El ultraderechismo está creciendo en todo el mundo. Y es curioso ver cómo se sienten cómodos con dictadores, como el de Arabia Saudí o el de Corea del Norte y, en cambio, tienen problemas con todos los líderes de las democracias más importantes del mundo. Entonces te das cuenta del cambio que se está produciendo, no solo en EEUU sino a nivel global.

-¿Recibe visitas de su familia o amigos majoreros? ¿Qué es lo primero que les enseña o enseñaría si fueran a verlo?

-No recibo muchas visitas. Venir aquí es carísimo. Los únicos que han venido son mis padres, una semana. De hecho me voy a casar en julio con una americana y es la primera vez que voy a conseguir que mis amigos vengan. Lo primero que les enseñaría sería la ciudad, zonas históricas como la del Arco, sin olvidar que Saint Louis es la cuna del blues por lo que les llevaré a bares donde puedan escuchar esta música. También son dignas de visitar ciudades cercanas como la mítica Memphis, donde nació Elvis, con un gran ambiente. Puedes hacer botellón en la calle y entrar en los bares con alcohol y siempre hay música en directo. También está Nashville. Todas ciudades cercanas al río Mississippi.

-¿Promociona la Isla entre sus compañeros? ¿Qué es lo que más recomendaría?

-Sí claro, como la echo de menos les hablo mucho de Fuerteventura. Les hablo de las mejores playas del mundo, del mejor clima del mundo. Y además, les destaco la seguridad con la que se vive. Es un valor increíble del que no siempre nos damos cuenta. Aquí hay mucha inseguridad con la proliferación de armas. El otro día escuché unos disparos desde mi casa. Incluso le metieron un tiro al dueño de un bar en el que entraron, que era el jefe de mi novia. Ella ya ha dejado de trabajar allí. Si los americanos fueran conscientes del clima de seguridad y la sensación de libertad que se respira en las Islas irían de vacaciones siempre. Es la sensación de libertad. Mi novia cuando visitó la Isla se enamoró viendo a los niños jugar por la noche en la calle, le encantó.

-¿Tiene morriña?

-Sí. Últimamente, cada vez menos. Ser emigrante tiene cosas complejas, porque aunque yo estoy aquí trabajando siempre pensaba en volver, en ir a la playa, coger olas, que era un poco lo que me definía. Y ahora me veo en medio de los EEUU, donde no puedo ir a la playa ni hacer muchas cosas a las que estaba acostumbrado y sólo me queda la ciencia. Es como no vivir el presente. Estás viendo pasar la vida sin vivirla plenamente porque estás pensando en volver. En un momento dado tuve que hacerme a la idea y cambiar mi mentalidad y hacer una modificación de la personalidad para ver que ahora soy otro Leandro que se dedica a cosas como la divulgación científica.

-¿Qué lo que más echa de menos de Fuerteventura?

-Siempre echo de menos la familia, el clima y la playa.

Comentarios

Como majorero, me siento muy orgulloso de este joven paisano, que demuestra ser muy inteligente, tanto en su carrera como por sus ideas sociopolíticas. A nuestros jóvenes, tomar como modelos a este tipo de personajes brillantes, les reportaría grandes beneficios en sus vidas: sería bastante interesante y provechoso, que se hicieran conocer y se difundieran las biografías-trayectorias de gente modélica, muy digna de ser imitada, como es Alejandro.
Al comentario nº 1: ¿de que Alejandro me habla?
Al comentario nº 1 y 2: muy simpático el ligero despiste..."como es Alejandro"!..jajajajja!!
Disculpen el despiste: en parte, quizá se debiera a que, entusiasmado, tanto le quise alabar, que hasta le añadí letras al nombre de Leandro.

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