Las playas más bonitas de Fuerteventura para recorrer en barco

0 COMENTARIOS 07/05/2025 - 07:58

Pocas experiencias se comparan con navegar por la costa de Fuerteventura. Sentir la brisa marina, dejarse envolver por el sol y descubrir rincones a los que solo se accede por mar transforma por completo la forma de conocer la isla. Subirte a un barco, o mejor aún, alquilar un velero y explorar la isla desde el mar es como mirar un mapa en movimiento, solo que con el sonido del Atlántico, el sol acariciándote la piel y una sensación constante de que has encontrado algo que pocos conocen del todo.

Corralejo y la Isla de Lobos, un pedazo de Caribe en el Atlántico

Comenzando por el norte, Corralejo da la bienvenida con un espectáculo visual que parece sacado de otro continente. Sus grandes playas de arena blanca contrastan con un mar que se tiñe de turquesa, creando un paisaje de postal. Y claro, lo mejor no está solo en la orilla: al subirte a un barco desde su puerto, puedes llegar hasta la isla de Lobos o bordear el Parque Natural de las Dunas, evitando multitudes y encontrando rincones donde fondear y nadar sin más compañía que el horizonte. La zona tiene ese aire medio salvaje, medio sofisticado, ideal para quien busca desconectar sin renunciar a nada.

Jandía, donde las playas parecen no tener final

Al dirigirse hacia el sur, todo cambia de ritmo. La Península de Jandía ofrece una sensación de inmensidad difícil de encontrar en otro lugar. Desde el mar, todo cobra otra dimensión. Cofete, por ejemplo, se asoma entre montañas como si hubiera estado escondida para que no cualquiera la encuentre. No hay chiringuitos, ni sombrillas, ni ruido de fondo, solo tú, el barco y ese horizonte enorme. Si vas más al sureste, te topas con Sotavento, una lengua de arena que se transforma con la marea y que, vista desde un velero, parece un espejismo en movimiento.

El Cotillo y su encanto marinero entre calas escondidas

Más hacia el oeste, El Cotillo sigue siendo un rincón auténtico, con su puerto pequeño, su aire pesquero y una atmosfera tranquila que no se ha dejado arrastrar por el turismo masivo. Desde el mar, se aprecian los acantilados que rodean esta zona y que protegen pequeñas calas como Los Charcos o La Concha, donde el agua es cristalina y todo invita al esnórquel sin prisas. Muy cerca, una parada obligatoria es la playa de las Escaleras, también llamada playa del Águila.

Calas ocultas que solo el mar sabe encontrar

Y si hablamos de lugares que parecen secretos incluso cuando los tienes delante, hay que mencionar la ensenada de Jacomar o la playa de Ojos. No hay servicios, ni caminos asfaltados, ni cobertura muchas veces. Solo el mar, acantilados, cuevas que se descubren en la bajamar y un silencio que se agradece. Llegar por barco a estos lugares es como entrar por una puerta secreta, como descubrir un refugio natural donde el silencio es parte del paisaje. Son zonas ideales para relajarse, hacer nudismo sin miradas ajenas o simplemente disfrutar de un picnic flotante con vistas que no se olvidan.

También hay arena negra, y eso cambia todo

Fuerteventura no es solo blanca y dorada. En Ajuy, por ejemplo, la arena es negra, densa y brillante. Las cuevas volcánicas cercanas y el contraste con el azul del agua crean una atmósfera que parece sacada de otro planeta. Llegar allí desde el mar te permite ver toda la formación rocosa en su conjunto, casi como si estuvieras entrando en una grieta natural tallada por el tiempo y el viento. Un plan perfecto si te va más lo misterioso que lo turístico.

Así que sí, recorrer Fuerteventura en barco es cambiar de perspectiva. Lo que desde la carretera parece lejano o inaccesible, desde el agua se convierte en una ruta abierta, libre y salpicada de sorpresas. Ya sea a bordo de una zodiac, un velero o en una excursión organizada, navegar por esta isla es como asomarse a una versión más íntima y auténtica de su belleza.