CULTURA

La lucha contra el plástico se sube al escenario

El actor Enrico Bizzotto utiliza el teatro para concienciar sobre la importancia de cuidar el planeta

Foto: Carlos de Saá.
Eloy Vera 0 COMENTARIOS 26/01/2020 - 09:18

Enrico Bizzotto empezó un día a recoger objetos que le llamaban la atención y que encontraba en la calle, descampados y playas. Luego se dio cuenta de que de toda aquella basura podía salir una obra de teatro y así fue. Nació ‘Corazones de plástico’, un espectáculo que trata de concienciar del peligro que ocasiona la basura y los plásticos en el planeta. La obra ya la han visto más de 2.200 personas en Fuerteventura. El objetivo ahora es que el espectáculo gire por el resto de Canarias.

Enrico llegó por primera vez a Fuerteventura en 1998. Lo hizo desde la Toscana, persiguiendo las olas del litoral majorero. Volvió en 2002 y en 2006. Esta última fue sin billete de regreso a Italia. Allí, había iniciado una carrera como actor de teatro, una afición que había descubierto en su época universitaria cuando estudiaba Pedagogía. “Me llamó la curiosidad y empecé en el teatro. Hice un curso amateur, luego una formación de un año y, más tarde, entré en la escuela de creación teatral”, recuerda.

Después, participó en algunos montajes con grupos que surgieron de compañeros, tras su paso por la escuela de teatro. Trabajó el teatro físico, el clown, la Comedia del arte, se dejó ver por algunas carpas de circo y dio voz a personajes shakesperianos. Aunque su interés es, sobre todo, crear. “Me formé en particular en creación teatral porque siempre mi objetivo ha sido crear algo nuevo”.

Desde Fuerteventura salió a Francia, Alemania, Italia…, para trabajar con los grupos con los que había compartido cartel en Italia. En la Isla, empezó a formar parte de proyectos teatrales. Entre ellos, la ruta teatralizada de Los Coroneles, en el pueblo de La Oliva.

En sus recorridos por Fuerteventura, durante los últimos años, ha ido recogiendo objetos con distintas formas y funcionalidades, pero con el nexo, todos ellos, de estar abandonados en playas o en descampados. Asegura, entre risas, que padece síndrome de Diógenes. Enrico cuenta cómo veía objetos que le gustaban y “los recogía sin saber por qué. Había cosas que cogía y decía ‘esto es para una obra, esto es para un espectáculo’”.

Después de un año recogiendo trastos inservibles para la mayoría de la ciudadanía, decidió hablar con Matteo Destro, un profesor de la escuela de teatro de Italia que, en su momento, había hecho algo similar, convertir en teatro elementos inservibles. “Él me dijo ‘esto es un espectáculo. Dime qué hay y así vemos por dónde tirar’. Y nos dimos cuenta de que todo era plástico y basura”, comenta Enrico.

Segundas oportunidades

Mascarillas de oxígeno que en su día sirvieron de alivio a algún paciente; trozos de bicicleta que pasearon a alguien por Fuerteventura o llantas de coches tenían ahora una segunda oportunidad, esta vez, sobre los escenarios. Por ese tiempo, Enrico estaba inmerso en la construcción de una pieza satírica, Qué bonita es la naturaleza. Fue entonces cuando decidió juntar el texto y las ideas del profesor de teatro y crear Corazones de plástico, una comedia intergaláctica.

La obra se estrenó a finales de octubre de 2018, en el instituto de Morro Jable. Sobre el escenario, un único actor, Enrico Bizzotto, y mucha basura. La pieza es un solo, una prueba de fuego para el actor que “debe estar solo con el público y a la vez mantener la tensión durante todo el espectáculo”, explica el italiano.

“Hay que encontrar la forma para que la gente quiera recibir el mensaje. Por eso usamos el estilo del bufón. El juglar, desde siempre, ha sido la figura que podía decir todo con un aura de humor”

Enrico representa a un bufón llamado Yena Ridens, el nombre científico que reciben las hienas. El actor italiano explica que el estilo de la obra es “bufonesco, un estilo que se usa para el teatro de crítica social y satírica, uniéndola con la comicidad”. Yena Ridens viene a contarnos a los espectadores lo que está ocurriendo en la Tierra por culpa de la basura. A través de una madre, una ama de casa, un científico, un padre, un niño pequeño, un funcionario y un alienígena que aterriza en la playa de Cofete en 2020, sabemos del peligro que ocasionan los desechos en nuestro planeta. Quienes quieran saber cómo está la playa tendrán que ir a ver la obra.

El mensaje de la obra es que el público tome responsabilidad. Enrico explica que las cosas que se enseñan en el espectáculo no son nuevas para el espectador. Este ya conoce las cifras, pero “eso no basta. No basta con saber que hay que reciclar para disminuir el consumo de plástico”, insiste. El espectáculo adquiere un tono fuerte al final. “Es una comedia, pero no va de bromas porque lo que se está expresando es lo que está pasando y lo que está ocurriendo. Es una situación muy crítica, pero explicamos cómo se puede solucionar”, comenta.

“La mayoría de la gente echa la culpa a los gobiernos y estoy de acuerdo en que, la mayor parte de las veces, son las administraciones quienes se tienen que mojar, moverse y plantear las leyes, pero los cambios fuertes vienen de abajo, del pueblo. Hace falta que la ciudadanía haga sentir su voz”, reclama este actor enamorado del teatro social como herramienta para cambiar conciencias. “Con el espectáculo quiero tocar donde duele y que la gente empiece a plantear soluciones y no a esperarlas desde fuera”, señala. 

En el espectáculo se pregunta al público qué ocurriría si toda la basura que producen se quedara en la casa de quienes acuden a ver la obra al teatro. “Si tu casa fuera el basurero te darías cuenta de la cantidad de basura que estás produciendo y de que hay que hacer algo diferente”, apunta el cómico.

Heredero de la tradición de la Comedia del arte, Enrico insiste en que la risa y el humor son “una herramienta fundamental para poder entrar en contacto con las personas. Hay que encontrar la forma para que la gente quiera recibir el mensaje. Por eso usamos el estilo del bufón”. Y recuerda cómo el juglar, desde siempre, ha sido la figura que podía decir todo con el aura de humor. “En el medievo era el único que podía hacer bromas a las instituciones, a la Iglesia”, añade.

Se ha iniciado una campaña de ‘crowdfunding’ para girar por las Islas y conseguir la cantidad necesaria para incorporar novedades al espectáculo y profesionalizar el producto artístico

Corazones de plástico, una comedia intergaláctica ha sido vista ya por más de 2.200 personas, la mayoría de ellas escolares, sobre los que recaerá en el futuro la responsabilidad de salvar el planeta. El próximo reto es que la obra gire por otros teatros de Canarias. En estos años, Enrico ha visto llegar a Fuerteventura espectáculos de otros lugares, pero pocos con sello majorero han logrado traspasar las fronteras de la Isla. Ahora su objetivo es que Corazones de plástico cruce esa barrera y se represente en escenarios de todo el Archipiélago.

Para ello inició una campaña de crowdfunding. La intención era conseguir la cantidad necesaria para incorporar algunas novedades al espectáculo, profesionalizar el producto artístico y realizar algunas mejoras técnicas. A finales de diciembre, logró llegar al importe solicitado, 4.300 euros, en los 40 días que duró la campaña. Aún hace falta más dinero. Cualquier ayuda será bienvenida. Se puede seguir haciendo donaciones, a través de Aborígenes Teatro, una asociación creada en Fuerteventura de la que forma parte Enrico y donde, entre otras actividades, se imparten cursos de teatro a unas 70 personas.

Mientras tanto, Enrico y una gran cantidad de basura, que sobre el escenario se trasforma y cobra vida en personajes, seguirán subiendo y bajando el telón en los escenarios de la Isla. También haciendo que los espectadores regresen a su casa sabiendo que en sus manos está poder cambiar el mundo. Y eso también se hace con la basura.

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