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José Suleimán relata la “angustia” de su familia en Palestina

Chanito ‘El Árabe’ llegó a la Isla en 1952, se casó con Sisa Padrón y tuvieron tres hijos, que viajaron en 2011 a Cisjordania para recuperar sus lazos familiares

Itziar Fernández 1 COMENTARIOS 18/11/2025 - 07:26

El padre de José Suleimán Padrón, propietario de la librería Tuareg de Gran Tarajal, era de Cisjordania. Son tres hermanos: Javier, conocido por su trabajo en la sanidad pública, fue nombrado hace dos años gerente de los Servicios Sanitarios de Fuerteventura; José, librero; y María, que estudió Magisterio. Esta familia majorera ha soportado días de tensión, dolor y sufrimiento al ver el número de muertos, los bombardeos continuados y la destrucción en la Franja de Gaza.

“Mufleh Suleimán Falah, mi padre, conocido como Chanito El Árabe, llegó en la Nochebuena del año 1952 a Gran Canaria, donde le esperaba su tío Jacinto. Nació en el pueblo de Arura, en Ramala, Cisjordania, y al poco tiempo vinieron a Fuerteventura”, cuenta José. Mufleh Suleimán Falah era como los antiguos jarandinos: vendedor ambulante por los pueblos. Casi todos eran palestinos y llevaban un saco a la espalda; vendía ropa. “Se hizo muy popular en Fuerteventura porque todas las familias campesinas compraban y él les fiaba, eran muy honradas”.

Así conoció a Sisa Padrón, de la Vega de Río Palmas, y formaron una familia. El matrimonio abrió una tienda de ultramarinos en Gran Tarajal, en el local que ahora es la librería. “Un lugar muy especial para mí”, cuenta José. Mufleh siempre mantuvo contacto frecuente con su familia, pero solo regresó una vez a su tierra, debido a los innumerables conflictos armados en la zona.

“Aquí se integra totalmente, llegó con 35 años, llevó una vida como un majorero más. Su mujer, hijos e hija siempre se interesaron por su país, conocieron algunas historias de su infancia, de sus hermanos y de su vida allí”, explica José. Mufleh vivió de niño la invasión del pueblo otomano: su padre los escondía en sótanos y en un aljibe. “Contaba la difícil situación que vivió desde niño en Palestina, su padre murió joven y él se encargó de sacar adelante a todos los hermanos”. Tuvo una hermana y dos hermanos: uno falleció joven y, desde Fuerteventura, siempre mantuvo contacto telefónico con los otros. “Cuando hablaba con ellos siempre se le saltaban las lágrimas”, recuerdan sus hijos. Chanito El Árabe falleció en el año 2002, en la Isla.

Chanito ‘El Árabe’. Foto: Cedida.

José tomó conciencia de su origen y del conflicto de Palestina con 14 años, e incluso empezó a estudiar árabe porque le encantaba el idioma. Los hermanos Suleimán perdieron el vínculo con sus tíos cuando estos fallecieron. Por eso, José, Javier y María viajaron en 2011 al pueblo de Ramala para recuperar los lazos familiares. José enseña los libros que recogen la historia de las familias palestinas en Canarias; han sido muchas las que se establecieron en el Archipiélago en el siglo XX.

“Descubrimos que tenemos más de cien familiares cercanos, mi padre dejó una casa, terrenos, conocimos la madrasa donde estudió en 1920, recuperamos fotos de su trabajo allí. Resultó un encuentro muy emotivo y sentimental, conocimos a muchos primos y compartimos vivencias y recuerdos”, desvela. Un viaje inolvidable para conocer sus raíces, revivir testimonios, anécdotas que contaba su padre y descubrir muchos lugares. Incluso su idea era viajar cada dos años y volver a Cisjordania con su hijo Tarek, que también se ha interesado por toda la historia familiar. “Pero aunque con la situación actual lo veo muy difícil, espero que algún día pueda conocer la tierra de su abuelo”.

“Descubrimos que tenemos más de cien familiares cercanos en Ramala”

Su madre, de 91 años, nunca llegó a visitar la tierra de su marido. Sisa Padrón (Betancuria, 1934) es poeta, emprendedora, trabajadora, adelantada a su tiempo y muy querida en la Isla. Hija de campesinos, su ilusión por ser “maestra de escuela” nunca se pudo cumplir por falta de recursos económicos, pero no desistió en su empeño por escribir. Su biografía, en el libro Mi corazón en Fuerteventura, es un regalo para la cultura majorera.

José Suleiman sabe leer y escribir árabe: “Quise aprender para saludar a la familia, pero cada vez me gustó más y sigo intentando perfeccionarlo, porque mi padre se preocupó de aprender español y nunca nos enseñó árabe”. José explica que, en el pueblo de su familia, la situación estaba más o menos tranquila: “Había, como siempre, ocupación, pero no al nivel de ahora. En el pueblo de mi padre hasta hoy día viven tranquilos, pero para ir a trabajar mis primos dicen que se hace insoportable: los controles que hay cada pocos kilómetros, te interrumpen el camino, te hacen bajar del coche, te apuntan con un arma, te maltratan y pasan miedo por si un día no vuelven del trabajo porque matan a mucha gente. Les da miedo mandar a los hijos al colegio y se vive con mucho temor”, denuncia José.

“De nuestra familia directa, este año no ha muerto nadie porque no viven en Gaza, pero tienen a los colonos cada vez más cerca: llegan, te quitan la casa, te expulsan, se quedan con todo, y se vive con angustia porque nadie intenta solucionar el conflicto”, detalla.

José en la visita a Ramala, Cisjordania en 2011. Foto: Cedida.

70 años de historia

“Hay mucha gente perdida que piensa que esto comenzó el 7 de octubre de 2023, pero esto empezó hace 70 años. En 1948 tuvo lugar la primera nakba (catástrofe o desastre en árabe), se expulsó a 750.000 palestinos de sus hogares, por lo tanto Palestina lleva muchos años de sufrimiento y la ocupación continúa hasta el día de hoy”, insiste. El mundo tardó en reaccionar, y son los pueblos y las personas las que denuncian, porque “los gobiernos están sometidos al poder israelí, tanto económico como militar, a través de los lobbies israelíes”.

En su opinión, si esto cambia, será por la gente. “La hipocresía de algunos países ha quedado patente”, como Inglaterra o Francia, “que han contribuido a la ocupación durante años y ahora dicen que hay que reconocer al Estado palestino. No necesitan de reconocimiento porque ya saben que existen; necesitan que el Estado palestino se materialice en acciones concretas”.

José tomó conciencia de su origen y estudió árabe porque le encanta el idioma

Si se declara un Estado palestino -advierte- eso conlleva “la desmilitarización de las zonas ocupadas y retirar hasta 700.000 colonos ilegales que hay en esos territorios”. Manifiesta que “han dejado el mapa de Palestina en solo un 22 por ciento de su territorio original. Ahora el mapa son unas pequeñas manchitas, sin conexión entre ellas, con lo cual es muy complicado unificar un Estado palestino”. Y añade: “Pasa por eliminar toda la ocupación, la retirada de los colonos de Cisjordania. Es algo muy difícil, pero no imposible”.

José reitera que Israel “se ha saltado todos los acuerdos de paz en los últimos 70 años y este último alto el fuego ha sido igual”, porque se han registrado muertos en los días de tregua. “Nunca ha existido una voluntad por parte de Israel de llegar a un acuerdo de paz, y se contabilizaron hasta 30.000 palestinos muertos en la ‘época de paz’, con diferentes matanzas como la de Sabra y Shatila en 1982, de hasta 1.500 personas en una sola noche, la mayoría mujeres y niños”, recuerda. Por eso, José añade que “si se descontextualiza el conflicto y solo se habla del último año, la gente no se hace una idea de todo el sufrimiento que arrastra el pueblo palestino”.

“Conocer la historia del pueblo palestino es comprender su sufrimiento”, destaca. Muchas personas le preguntan a José qué se puede hacer para ayudar desde Fuerteventura, y él recomienda “estudiar la historia de Palestina, unirse a las movilizaciones por la paz y el apoyo al pueblo palestino, y votar con conciencia cuando llegan las elecciones”.

“Ahora el mundo ha despertado porque vemos cada día en los informativos las imágenes del horror, de la muerte de tantos niños, de tantas personas inocentes. Porque se ha roto una barrera muy importante en el mundo: se han saltado todos los derechos, a la vista de toda la humanidad, y seguimos sin ver sanciones a Israel”, destaca.

Se permite, añade Suleimán, “algo muy peligroso”, como es que no haya un consenso mundial sobre el respeto entre los pueblos. “Faltan leyes más contundentes para defender los Derechos Humanos y una ONU sin derecho a veto [por parte de determinados países]”, concluye.

Comentarios

Querido no es Palestina ,lo que vos decis que es palestina es un territorio autonomo mal llamado palestina !!!!

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