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Equipo@ en Fuerteventura: objetivo, pillar a los delincuentes del siglo XXI

La Isla cuenta desde el pasado mes de octubre con una unidad de la Guardia Civil especializada en ciberdelincuencia, una modalidad criminal en auge

Eloy Vera 0 COMENTARIOS 06/06/2022 - 08:43

Ricardo Rodríguez e Iván Mouro pasan muchas horas al día delante del ordenador siguiendo el rastro de los delincuentes del siglo XXI, los llamados ciberdelincuentes. Son los dos agentes en Fuerteventura del Equipo@ de la Guardia Civil, una unidad creada en toda España para combatir los delitos telemáticos, una modalidad de criminalidad en alza que encontró en la pandemia una buena aliada para ejecutar fraudes y estafas por internet. Desde que se creó el servicio en octubre del año pasado, el equipo de Fuerteventura ha recibido más de un centenar de denuncias.

Un informe del Ministerio del Interior alertaba del incremento de un 32 por ciento de ciberdelitos en 2020, el año de la pandemia. El informe de Interior constata que desde 2016 la ciberdelincuencia es “un fenómeno en crecimiento” que ha ido aumentando “progresivamente” su peso proporcional dentro de la criminalidad. Durante estos cuatro años, se pasó de 92.000 hechos conocidos a casi 288.000, cifras que desde el punto de vista porcentual suponen pasar del 4,6 por ciento del total al 16,3 por ciento en cuatro años.

Para intentar combatir este tipo de delitos, se creó en octubre de 2021 los Equipos@, que se enmarcan dentro del Plan Estratégico contra la Cibercriminalidad del Ministerio del Interior creado para prevenir, proteger y perseguir la cibercriminalidad, a través de una red formada por 84 equipos repartidos por toda España. Una de esas unidades está en la Maxorata.

El capitán de la Guardia Civil en Fuerteventura, Pedro Peinado, señala que los delitos telemáticos son una modalidad “en auge” desde hace algún tiempo, aunque reconoce que con el Covid se ha producido “un aumento considerable”.

El estado de alarma en todo el país redujo hechos delictivos como el robo con fuerza o con violencia. El confinamiento y los toques de queda aumentaron las gestiones telemáticas y los delincuentes encontraron en esta necesidad un filón para delinquir. “La delincuencia siempre busca la manera de intentar sobrevivir”, sostiene el representante de la Benemérita en la Isla.

Antes de crear los Equipos@, se perseguía este tipo de delitos a través de las áreas de Investigación y Policía Judicial. El capitán Peinado aclara que la creación de estas unidades cumple con las exigencias de unos delitos, cada vez más complejos, que para su esclarecimiento “requieren de profesionales especializados con conocimientos técnicos”.

La unidad ha recibido más de un centenar de denuncias por delitos telemáticos

El objetivo de estas unidades es “esclarecer, lo máximo posible, este tipo de hechos delictivos, ponerlos a disposición judicial y volver a la prevención”. Al final, “si el autor ve que tiene castigo el hecho delictivo que comete, se lo pensará dos veces”.

Ricardo y Mauro se separan de la pantalla del ordenador por unos minutos para explicar el funcionamiento del Equipo@ en la Isla, con base en Gran Tarajal, y aclarar cuáles son las modalidades de estafa más comunes llevadas a cabo a través de internet. “Los casos más frecuentes que venimos observando a lo largo de este tiempo son los de la tipología denominada phishing o suplantación de identidad con robo de datos”, apunta el agente Ricardo Rodríguez.

Este tipo de estafadores se hacen pasar por una entidad bancaria, institución, administración, entidades como Correos o empresas del ámbito privado. Tienen como modus operandi el envío de un enlace, bien a través de correo electrónico, sms, WhatsApp o cualquier otra fuente a la víctima del engaño, haciéndose pasar por la empresa e introduciendo un enlace con dirección a una página que los estafadores han preparado y que es “exactamente igual” a la de la empresa que ellos han estado suplantando. A partir de ahí, se les comunica que la cuenta ha sido bloqueada por motivos de seguridad y se les permite introducir datos y contraseña.

También puede ocurrir que se hagan pasar por una empresa de reparto que comunica que el paquete está a punto de llegar y reclaman el pago de unas tasas por lo que piden introducir su tarjeta bancaria. “Mucha gente, al creer que está interactuando con estas empresas, cae en el engaño y mete sus datos. Es ahí cuando se empieza la estafa, una vez ellos se apoderan de sus datos”, explica.

Estafas con Bizum

A la modalidad conocida como phishing, se suma otra estafa en auge que tiene como herramienta el sistema de pago de Bizum. A través de páginas de compraventa, los estafadores se ponen en contacto con gente que está vendiendo objetos. Los delincuentes se muestran interesados en algún producto y anuncian que van a hacer un pequeño adelanto en concepto de reserva.

Sin embargo, explica Rodríguez, “en vez de enviar dinero, lo que están solicitando es que se les envíe a ellos. Cambian el concepto y ponen, por ejemplo, importe a recibir. La víctima, cuando recibe el mensaje de importe a recibir, da a aceptar y en vez de recibir lo que está haciendo es enviarlo al estafador”. El agente insiste en que el Bizum es una modalidad de pago “muy segura”, aunque, en ocasiones, puede ocurrir que “no nos fijemos bien por las prisas o por exceso de confianza y caigamos en este tipo de engaños”.

A eso se suma que “los estafadores meten un poco de presión, intentan marear para que la otra persona no esté tan pendiente y acepte. Desde que aceptan, el 99 por ciento se percata de que ha sido estafado”.

También existen timos perpetrados por estafadores que, haciéndose pasar por cuerpos de Policía Nacional, Autonómica, Guardia Civil o Policía Local, comunican a la víctima que ha sido denunciado y tiene que abonar una tasa. “Evidentemente, la Policía no va a decir que pague una tasa a través de internet. Habrá que notificar, ver por qué ha sido denunciado, etcétera”, señala.

Pero ¿qué perfil se esconde detrás de este tipo de delincuentes? Los agentes del Equipo@ en Fuerteventura aclaran que se trata de gente “bastante joven”. Rodríguez asegura que la edad de los estafadores, al principio, oscilaba entre los 30 y pico y 40 años, “pero últimamente se están dando casos donde los autores son personas en la veintena”. Se trata de “gente joven que ha visto en este tipo de estafas una manera fácil y, a la vez, segura de delinquir y que no les pillen”. Y lanza un mensaje: “Aunque tardemos en resolver los casos, finalmente se logra identificar al culpable”.

El Equipo@ de Fuerteventura, en el marco de la operación Laferna, identificó a finales de marzo a siete personas residentes en la provincia de Barcelona, por la presunta autoría de un delito de estafa al haber contratado tres tarjetas bancarias a nombre de la víctima, mediante la sustracción de sus claves de acceso a banca online. Los estafadores realizaron tres compras por valor de 1.650 euros.

El perfil de los ciberdelincuentes es gente joven, algunos rozando la veintena

Desde que se creó el Equipo@ en Fuerteventura, en octubre pasado, se ha superado el centenar de denuncias de las que, aproximadamente, el 50 por ciento ya han logrado cerrar la investigación. De estas, se ha conseguido una tasa de esclarecimiento de dos tercios. “La otra mitad sigue abiertas” porque, apuntan los agentes, “son investigaciones de curso lento. Hay que solicitar muchos datos, procedimientos judiciales..., y, al final, la burocracia retrasa”.

En la actualidad, explica el agente Rodríguez, “tenemos una investigación en marcha que está afectando a más de 10 personas por el tema del alquiler de viviendas vacacionales. Por ahora, se ha estafado una suma de 20.000 euros”.

Una vez se presenta la denuncia en alguna de las cuatro unidades territoriales de la Guardia Civil en la Isla, los agentes del Equipo@ fiscalizan la denuncia. Hay días en los que entra una denuncia y otros en los que se presentan cuatro; otros ninguna. “No son números altos diariamente, pero es una modalidad delictiva que está presente”, apuntan.

Según la complejidad, relevancia que pueda tener o las cantidades que se han podido estafar, se decide si se puede solucionar en las unidades territoriales o pasa a manos del equipo especializado. “Si es algo más específico, solicitamos que nos traspasen esas actuaciones y nosotros continuamos con las mismas”, explican.

La dificultad para resolver los casos depende, según explica Rodríguez, de “donde se relacione el estafador y los medios que esté usando el supuesto autor para cometer sus actos. Cuando es un autor solo y lo hace en su casa es bastante fácil llegar a él, pero cuando hay grupos u organizaciones criminales de mayor envergadura, no solo a nivel nacional sino internacional, se empiezan a complicar mucho más las operaciones”.

También influye en la complejidad a la hora de resolver los casos que la persona que delinca cometa los delitos en empresas en España o en el extranjero. En este último caso, indica, “no solo hace falta trabajar con la legislación que hay en España, sino que también hay que solicitar colaboración con otros países por vía judicial”.

Las criptomonedas no son una excepción en las estafas electrónicas. “Las criptomonedas tienen una gran parte de anonimato que dificulta las investigaciones”, apuntan los agentes. Ante un caso de delito relacionado con las criptomonedas, se eleva la denuncia a la unidad técnica de la Policía Judicial de Madrid donde “están mucho más especializados que nosotros y tienen personas específicas para este tipo de delitos. Nosotros hacemos un rastreo básico y luego les solicitamos colaboración”, explica.

El capitán de la Guardia Civil en Fuerteventura, Pedro Peinado.

El tipo de estafa más común es la suplantación de identidad con robo de datos

En estos momentos, la plantilla del Equipo@ la conforman dos agentes, aunque puede verse incrementada en el futuro ante el auge de los delitos relacionados con la cibercriminalidad y los “buenos resultados que se están obteniendo”.

Para llegar hasta el estafador, los agentes disponen de acceso interno a una serie de medios informáticos y una base de datos “mucho más amplia que la que tenemos a nivel territorial. Además, tenemos una formación continua, con jornadas y cursos de perfeccionamiento”, apunta Rodríguez.

Las vías de fraude más comunes son a través de internet, correo electrónico, WhatsApp y redes sociales y, en cuanto a las víctimas de la estafa, lejos quedan las teorías de personas analfabetas digitales. Ocurre al contrario. Suelen ser “personas jóvenes que, debido al exceso de confianza, caen en el engaño”, apunta Rodríguez. “La media de edad es baja porque ese es el perfil que más consume internet. Una señora mayor no suele usar internet ni medios electrónicos por lo que es mucho más complicado que le estafen de esta forma”, añade su compañero Iván Mouro.

Para llegar hasta los ciberdelincuentes, los agentes siguen el rastro, a través de un trabajo minucioso, por los medios que han utilizado los estafadores: Facebook, Instagram, página web, WhatsApp... Además, recuerdan a los estafadores que cometiendo este tipo de delitos se enfrentan a los mismos tipos de condena que por estafa. En ocasiones, a la cárcel.

El capitán Peinado apunta cómo “ha habido gente en prisión por estafa, incluso en prisión preventiva”. Y, agrega, “uno de los casos donde hubo prisión preventiva fue la estafa de las villas que, en cierta manera, fue un delito telemático”.

Antes de volver al ordenador y continuar rastreando la pista de los estafadores del siglo XXI, los agentes Rodríguez y Mouro recuerdan como recomendación que antes de introducir datos “se piense que nunca ni el banco, ni una empresa de correos ni nadie va a solicitar una contraseña ni adelantar una cantidad de dinero” e insisten: “Ante la duda, consulten fuentes y acudan a medios oficiales”.

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