El Tribunal Superior de Justicia de Canarias (TSJC) ha confirmado una condena de cuatro años de prisión por un delito de abuso sexual a un hombre que abusó de una joven, menor de edad, que conoció en una discoteca de Puerto del Rosario. Asimismo, fue condenado a no aproximarse ni a comunicarse con la víctima, durante un periodo de ocho años.

El hombre, que le robó el teléfono móvil a la víctima, también fue condenado por un delito leve de hurto a la pena de dos meses de multa, con una cuota diaria de tres euros.

Los hechos sucedieron sobre las siete de la mañana del 17 de enero de 2016, después de que el acusado conociera a una joven, diagnosticada desde la infancia con un retraso mental del 66 por ciento, en una discoteca de Puerto del Rosario.

“Aprovechándose de dicha situación personal y con la promesa de invitarla a desayunar, la condujo en su vehículo a un descampado del barrio de El Charco”, para, pese a la “firme negación” de la mujer, “introducirla en el sillón trasero del coche y ahí penetrarla vaginalmente hasta eyacular en su interior”.

El condenado, de nacionalidad rumana, dejó a la mujer allí y se llevó su teléfono móvil y 150 euros en efectivo de la víctima.

El hombre recurrió la sentencia de la Audiencia Provincial alegando que habían consumido alcohol y cocaína, y que las relaciones sexuales habían sido consentidas, extremo negado por la víctima y denunciante, que era menor de edad.

Aunque la víctima “está legalmente calificada de discapacitada”, señala el TSJC, su situación “no es la de una persona carente de juicio o con deficiencias psíquicas que le menoscaben sus capacidades de entendimiento y voluntad, sino que mantiene prácticamente intactas tales cualidades”.

El TSJC valora la declaración de la madre de la joven, que denunció la misma mañana de la violación. Además, el condenado primero negó las relaciones sexuales para, luego, cuando se descubrió su ADN, cambió su declaración para decir que habían sido consentidas.

“Esta conducta”, señala la sentencia, “no se encuentra suficientemente justificada con la excusa de que no quería que su esposa se enterara, para no romper la familia”, algo que ni siquiera “consta acreditado”, porque en el procedimiento no demostró su estado civil ni la existencia de hijos.

El hurto del teléfono móvil y el dinero de la joven, añade el TSJC, “mal casa” con un encuentro sexual consentido.