TRIBUNALES

El Supremo fija en tres años de cárcel la condena al jefe de Agricultura del Cabildo majorero

Casto Berriel, por un delito de falsedad en documento mercantil y público en concurso con un delito de prevaricación, cometidos en 2012 cuando era jefe del departamento

Casto Berriel, en el banquillo de los acusados. Foto: DIARIO DE FUERTEVENTURA.
EFE 6 COMENTARIOS 28/03/2022 - 15:23

La Sala Segunda del Tribunal Supremo ha reducido de cuatro años y siete meses de prisión a tres la pena impuesta a Casto Berriel por un delito de falsedad en documento mercantil y público en concurso con un delito de prevaricación, cometidos en 2012 cuando era jefe de la Unidad de Agricultura, Ganadería y Pesca del Cabildo majorero.

En un comunicado, el Tribunal Supremo explica que la reducción de la pena de prisión, en relación a la impuesta en diciembre de 2019 por la Audiencia de Las Palmas, se realiza en aplicación de la reforma operada por la Ley Orgánica 1/2015.

Sin embargo, se mantiene inalterada la pena de cuatro años y dos meses de inhabilitación especial para empleo o cargo público impuesta al acusado.

Durante ese tiempo no podrá ostentar o acceder a la condición de funcionario del Cabildo de Fuerteventura ni cualquier cargo electo en la misma entidad. Asimismo, por los mismos delitos deberá pagar una multa de 1.800 euros.

El Supremo también mantiene la condena al jefe de Agricultura del Cabildo majorero por un delito continuado de negociaciones y actividades prohibidas a funcionarios públicos, por la que habrá de cumplir una pena de diez meses de multa con una cuota diaria de diez euros (3.000 euros) y la suspensión para cualquier empleo o cargo público en el Cabildo de Fuerteventura durante dos años y tres meses.

En la misma sentencia se desestiman los recursos de Rafael B., sobrino del anterior y administrador de derecho de una empresa que gestionaba el primero, condenado por un delito de prevaricación a tres años y seis meses de inhabilitación especial para empleo o cargo público en el Cabildo de Fuerteventura.

También José Jesús G.S., condenado como autor de un delito de falsedad en documento mercantil, a la pena de seis meses de prisión y seis meses multa, con una cuota diaria de diez euros.

Tío y sobrino tendrán que indemnizar al Gobierno canario con 9.000 euros de la subvención concedida para sufragar un tractor que no llegó a comprarse.

La sentencia estima en sus hechos probados que Casto Berriel desempeñó a la vez el puesto de jefe de Agricultura y Ganadería del Cabildo, siendo responsable de las concesiones de subvenciones a las Agrupaciones de Defensa Sanitaria Ganadera (ADS), y el cargo de administrador único de la entidad mercantil Microtón Fuerteventura, S.L.,

Y que desde 2012 fue administrador de hecho de la entidad Servicios Agrarios Capraria, S.L., entidad sucesora de la anterior, en la que el administrador único es su sobrino, "a sabiendas de la manifiesta incompatibilidad" entre ambas actividades y de la ausencia de respaldo legal alguno.

Comentarios

Sólo tres años con lo que ha hecho???
Una vez mas se demuestra que una vez que la maquinaria judicial se pone en marcha, arrasa todo lo que encuentra por delante. Desconozco si el señor Berriel cometio, o no, alguna irregularidad de procedimiento; pero estoy seguro de que no se ha quedado con dinero publico y que la posible irregularidad se cometeria para ayudar a algun agricultor (que habitualmente estan al limite de poder cumplir los burocraticos plazos). Todo ello podria ser objeto de una sancion administrativa, pero convertirlo en un tema penal me parece una autentica barbaridad. Entrte lo "politicamente correcto" y la amenaza constante de llevar a la via penal cualquier cosa que no nos guste, vivimos en la "era del terror". Espero que el sr. Berriel recurra al Constitucional y que por fin alguien ponga un poco de cordura.
Jajajajajajajajajaja!
Jajajaja!
Si lo desconoce,lea la sentencia,que dice bien clarito...QUEDA DEMOSTRADO LO QUE HIZO....
Majorero de Antigua, deje de decir idioteces... Ser honrrado en la vida es fundamental y su amigo Berriel no ha sido ni será políticamente correcto jamás.

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