CULTURA

El primer poemario de Fuen de la Cruz, o agarrar la pluma y alzar el vuelo

‘Ya no me rompo’, publicado por la editorial La Equilibrista, sale a la venta este mes de abril

María Valerón 1 COMENTARIOS 15/04/2022 - 08:47

El poema como vendaje y bote salvavidas, la palabra escrita para salir a flote. Esta es la filosofía que defiende Fuensanta de la Cruz desde su pequeño taller de piedra en Villaverde, en el mismo borde del Malpaís de la Arena. La autora acaba de publicar con la editorial La Equilibrista su primer poemario bajo el título Ya no me rompo. El texto, que presentará el próximo 15 de abril en Madrid, resultó finalista del segundo certamen literario de ámbito nacional convocado por la editorial, en el año 2020.

Asegura que la poesía le llegó del contacto con la Isla y que fue Fuerteventura, a la que se refiere en femenino, quien le dio el impulso para retomar los cuadernos y las letras: “La Isla me dio la magia”, resume. La autora, que se recuerda siempre como lectora de poesía, seguidora de los grandes nombres femeninos de los últimos tiempos (Gabriela Mistral, Anne Sexton, Plath, Pizarnik, Storni), asegura que este primer poemario surgió de un impulso, abierto por la necesidad de sobrellevar situaciones vitales dramáticas y acompañado, en todo momento, por la Isla que desde hace cuatro años se ha convertido en su lugar en el mundo.

“Fuerteventura ha tenido una intervención en mí. El vacío, los colores marrones, las plantas que luchan por salir a través de la piedra, la cultura, la identidad tan fuerte, el enraizamiento; el paisaje, el silencio, su antigüedad, el ser tan femenina, Tamonante y Tibiabín, la vista sin obstáculos hasta el horizonte... Todo en ella es inspirador”, cuenta.

“La poesía me llegó aquí”, dice, y señala también que Fuerteventura cambió su mirada para darle visión poética, hasta la esencia misma de las cosas. En esa esencia, en el detalle, ha decidido quedarse tras su primer poemario, en un trabajo de fondo en torno “a lo exterior y a lo interior”, explica, para descubrir todo aquello que pueda darle la escritura. Y es que, para la autora, la escritura es, como base, un recorrido y un ejercicio de construcción personal.

Este es el sentido que engloba su primer poemario. Las páginas que componen Ya no me rompo guardan un concepto en común: huir de la herida, reconstruir.

Escribir, encontrarse

El libro reúne 40 textos que ponen el foco, haciendo uso del verso libre, en el escenario cotidiano, pero también en la escenografía emocional, en la vivencia del duelo y en la reconstrucción personal. Los poemas surgen, cuenta Fuensanta, del proceso vivido durante la enfermedad y fallecimiento de su pareja, una situación aún más recrudecida por producirse en los momentos más oscuros de la pandemia: “Quería escribir para darle forma, para convertir un proceso tan duro en algo diferente. La sensación, durante el periodo de escritura, fue la de querer salir, de querer volver a la luz”, explica.

“Fuerteventura ha tenido una intervención en mí. La poesía me llegó aquí”

Para la autora, la poesía ha sido un espacio “libre y natural” para la expresión, “intituitivo, abierto”, describe. “Lo que me permito contar a través de poemas nunca lo exteriorizaría en la vida cotidiana. Cuando hago poesía me libero, desahogo una parte que no podría de otra manera”, explica y señala que, en ocasiones, pueden descubrirse en un texto aspectos personales aún por conocer: “A veces sientes en un poema que las otras personalidades que hay en ti aparecieran; esas que tienes un poquito ocultas, esas que te hacen sentir más incómoda, pero que están ahí esperando”.

Oscuridad y luces conviven en su primer libro de poemas, donde muerte, vida, despedidas y contradicciones dialogan y se enredan página a página: “El lugar de las excavaciones ansiosas / determinan el laberinto de mi mente”, escribe Fuensanta en su poema Lugares para no volver, casi nombrando la diversidad de todo un poemario.

Rumbo al futuro

“Una vez terminé el poemario, había cambiado mi forma de mirar. Veo la poesía como parte del día a día, no como algo lejano: ha sido como dar con el ojo poético”, cuenta Fuensanta. El impulso del primer libro de poemas se convirtió en transformación; tanto, que la autora continuó escribiendo y terminó un segundo poemario, Florecimiento, que también será publicado este año tras quedar finalista en el certamen literario Fundación Juan Carlos I Santamaría.

“En este nuevo libro, Florecimiento, se parte de una época mejor: vuelvo al amor, hay mucha, mucha más luz”, explica, y señala que ya prepara nuevos proyectos para futuros conjuntos de poemas. En su cabeza, ya suena el título Los restos para una posible publicación futura en la que reconstruya poemas antiguos, aunque, cuenta, cree que necesita “dejar fluir” la vida y respirarla antes de embarcarse en nuevos concursos literarios.

Por el momento, Fuensanta comparte lo que la poesía le enseñó en su proceso vital en diferentes talleres gratuitos que imparte en la Biblioteca pública de Corralejo, animando a hacer uso de la literatura como una herramienta de arte-terapia, y no pierde de la mano el cuaderno de anotaciones, para continuar escribiendo todo lo que le conmueve.

“Huesos de sal, de carne, de vida / mantenedme en tierra, pero no enraizadme” (Ya no me rompo, 2022). Fuensanta no se conforma con el suelo.

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