Importante colección archivística

El Museo Canario entrega a Fuerteventura el antiguo Archivo de Betancuria

DiariodeFuerteventura.es 0 COMENTARIOS 19/10/2016 - 14:52

El Museo Canario ha entregado este miércoles al Cabildo de Fuerteventura una importante colección archivística compuesta por la documentación que generaron las antiguas instituciones de la Isla, como el juzgado, diversas escribanías y la propia Corporación insular. En el acto intervinieron el director general de Patrimonio Cultural del Gobierno de Canarias,  Miguel Ángel Clavijo, el presidente del Cabildo de Fuerteventura, Marcial Morales, y el presidente de El Museo Canario, Diego López Díaz.

Este interesante fondo documental, que contiene legajos fechados entre los siglos XVII y XIX, es conocido tradicionalmente como “Judicial de Fuerteventura”, aunque los historiadores también se refieren a él como “Archivo de Betancuria”, pues fue en este municipio majorero donde estuvo alojado hasta 1834. En esta fecha se trasladaron los documentos a Antigua al situarse aquí la cabeza del partido judicial de Fuerteventura, y en este nuevo emplazamiento permaneció todo el volumen documental hasta el año 1932, en que El Museo Canario se hizo cargo de su conservación.

El presidente del Cabildo de Fuerteventura, Marcial Morales, agradeció al Museo Canario la custodia de los documentos durante estos 84 años y la importancia que tienen estos legajos, que hasta ahora no han sido estudiados, que permitirán profundizar en la historia de Fuerteventura y de Canarias.

El director general de Patrimonio Cultural, Miguel Ángel Clavijo, destacó el papel que tienen los Archivos Históricos de Canarias como memoria colectiva de las Islas y agradeció la labor del Museo Canario en la salvaguarda de muchos documentos que "de no ser por ellos, se habrían destruido". Por su parte, el presidente de El Museo Canario, Diego López Díaz, recordó que el centro museístico cumplió con su deber de salvaguarda del archivo.

Los documentos se custodiaban desde 1932 en el centro museístico y contiene legajos fechados entre los siglos XVII y XIX

La historia del Archivo de Betancuria es realmente azarosa. Ya las actas del Cabildo de Fuerteventura de 1784 dejaban constancia de su mal estado de conservación, un problema que se fue agravando durante las décadas siguientes a juzgar por diversos testimonios que se hacen eco de sus graves problemas con la humedad, los insectos y la desaparición de centenares de registros, que eran llevados sin control a distintos domicilios particulares. Incluso los azares políticos afectaron al archivo, pues Betancuria y Antigua convirtieron en un problema la cesión de los documentos con motivo de la reordenación administrativa de 1834, con la que Betancuria se sintió perjudicada. Todos estos avatares hicieron que el antiguo fondo documental quedara gravemente desmembrado.

El desarrollo de la Sociedad Científica El Museo Canario, creada en 1879 con una doble vertiente arqueológica y documental, supuso un paso más en la historia del fondo. En 1932, el bibliotecario de esta institución, Simón Benítez Padilla, conoció de primera mano el estado de conservación del archivo y coordinó las conversaciones entre el centro cultural y el Consistorio de Antigua para hacerse cargo de la custodia de los documentos. El planteamiento de El Museo Canario se presentó en el pleno del ayuntamiento el 26 de junio de ese año, y una semana más tarde se había tomado la decisión de entregar el fondo a la entidad grancanaria, con el cometido expreso de frenar el deterioro y conservar toda la documentación histórica de manera indefinida, sin que el municipio llegara a perder sus derechos como propietario.

Desde septiembre de 1932

La entrega de la documentación por parte del Ayuntamiento de Antigua se llevó a cabo el 15 de septiembre de 1932. Los legajos fueron embalados en 16 cajones (4 grandes, 10 regulares y 2 pequeños), y partieron desde Antigua a Gran Tarajal para embarcar rumbo a Las Palmas de Gran Canaria, donde fueron recibidos por El Museo Canario dos días más tarde.

El fondo documental ha permanecido instalado en El Museo Canario sin recibir tratamiento archivístico, salvo un pequeño segmento que parece haber sido intervenido en el pasado sin que conste documentación alguna relativa al mismo. Sin embargo, sí ha sido sometido a los tratamientos de conservación preventiva que, de manera general, son realizados en la Sociedad Científica, y a pesar de que en la década de 1940 pudo afectarle una plaga de carcoma que sufrieron los depósitos de la institución, ésta ha cumplido celosamente el cometido de custodia y conservación que asumió en el acuerdo de depósito.

En este sentido, los términos del citado acuerdo contemplaban una condición por la que se restringía la encomienda de custodia indefinida, puesto que “…si en algún tiempo este Ayuntamiento [de Antigua] o Cabildo [de Fuerteventura] dispusiesen de local adecuado para la instalación del mencionado archivo en las condiciones necesarias para su más perfecta conservación…”, los documentos debían ser restituidos cuando fuesen reclamados. De esta forma, y gracias a las nuevas instalaciones del Archivo General de Fuerteventura, inauguradas en 2014 con las mejores dotaciones para el tratamiento archivístico de los fondos, el Cabildo y El Museo Canario han resuelto concluir aquel acuerdo de custodia de 1932.

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