En la cuenta de caja del Ayuntamiento de La Oliva faltan 813.437,89 euros. Esa cantidad es la diferencia entre el dinero en efectivo que hay en la caja fuerte municipal y el que debería haber, según un informe elaborado en abril por el nuevo interventor municipal, Miguel Ángel Guerra.

Ante la gravedad de estos hechos, el interventor solicitó que se pusiera “de inmediato” el informe en conocimiento del Tribunal de Cuentas “para depurar las responsabilidades pertinentes por parte de quienes hubieran estado en puestos de manejo de caudales y valores públicos en la Corporación durante los ejercicios aquellos en que se compruebe que se han ido produciendo las sumas del alcance descrito”. También pidió que se pusieran los hechos en conocimiento de los Juzgados pertinentes por si pudieran dar lugar a responsabilidades penales.

La contabilidad de las cuentas de las dos cajas, donde se debían recaudar los pagos en efectivo que se hacen al Ayuntamiento, arrojaba la cantidad de 852.622 euros a fecha de 31 de diciembre del año pasado, mientras que a fecha de 23 de marzo de este año, la cantidad era de 823.606. En la caja, sin embargo, tan sólo se encontraron en efectivo 10.168 euros y 76 céntimos.

Todo comienza precisamente con la llegada del nuevo interventor, que ya ejerce ese cargo en Tías (Lanzarote) y accede en calidad de interventor de fondos acumulado a La Oliva el 24 de marzo de este año. El anterior alcalde, Pedro Amador, solicita al tesorero un arqueo de la caja municipal ante la toma de posesión del nuevo interventor, un acto que es obligatorio.

El tesorero, José Hilarión Cabrera, no hace el arqueo y casi un mes después le comunica al alcalde que existe la posibilidad que haya una discrepancia entre los fondos que se encuentren en la caja y los datos contables.

El alcalde le ordena al tesorero que ingrese en el banco de forma inmediata los fondos que se encuentren en la caja municipal, que proceda al arqueo y que deje constancia por escrito de la justificación de esas diferencias. Ante la insistencia, tanto del interventor como del alcalde, el tesorero presenta un parte de baja médica, según refleja una providencia municipal.

El tesorero es el encargado de guardar la llave tanto del cuarto donde se encuentra la caja fuerte como de la propia caja, y no entrega esa llave en el Ayuntamiento. El alcalde necesita acceder al cuarto no sólo para que el interventor pueda llevar a cabo el informe correspondiente sobre la contabilidad sino para conseguir una documentación relativa a unos expedientes de regulación de empleo tramitados años atrás que se encuentran judicializados.

En las cuentas de caja, que deben registrar los cobros en efectivo, tan solo había 10.000 euros cuando debía haber más de 820.000, según un informe del nuevo interventor de La Oliva

El siguiente paso que da Amador es el de requerir a la Policía Local que se presente en el domicilio del tesorero con la orden de que les entregue la llave, pero los agentes no consiguen localizarlo, así que el alcalde decide solicitar a la Policía Local, a la tesorera accidental y a la secretaria municipal que den fe de la apertura del cuarto y de la caja fuerte por parte del cerrajero y que procedan al registro de las pertenencias que allí se encuentren.

En el expediente municipal se puede comprobar de forma gráfica la apertura de la caja fuere y su contenido. La Policía levanta diversas actas en las que hace una relación tanto de los documentos que se encuentran como del dinero en efectivo que había, que es poco más de 10.000 euros, que se procedieron a ingresar en la cuenta corriente bancaria del Ayuntamiento.

Con esos datos, el interventor, que a su llegada al Ayuntamiento había prohibido que se siguiera cobrando dinero en efectivo por parte del Consistorio, realiza un informe el pasado 25 de abril, en el que detecta un alcance (saldo deudor injustificado en una cuenta) de más de 800.000 euros.