La bodega de Jacob Negrín, única ecológica de la Isla, mantiene objetivos, mientras que en una de las mayores, Conatvs, desciende la producción por debajo de un tercio

Desigual vendimia afectada por la ceniza y una temprana brotación
La bodega de Jacob Negrín, única ecológica de la Isla, mantiene objetivos, mientras que en una de las mayores, Conatvs, desciende la producción por debajo de un tercio
Jacob Negrín es uno de los pocos viticultores majoreros afortunados en esta vendimia. Su método de cultivo tradicional respetando el suelo y la biodiversidad bajo la certificación ecológica le ha podido salvar del “desastre” que ha asolado a muchos de los productores de Fuerteventura, principalmente afectados esta campaña por la ceniza (oídio) y una dispar brotación que ha dado al traste con gran parte de la cosecha de uva para las bodegas insulares que empezaban a despegar en el panorama de la viticultura.
El vitivinicultor se encuentra finalizando la vendimia, después de recoger las variedades de uva blanca. La apuesta por varietal autóctono es otra de su salvaguarda junto a una elaboración artesanal que le confiere una producción diferenciada y que ya se puede degustar incluso en Australia, a donde ha exportado 360 botellas de las 1.200 que elabora.
Dice que se muestra “contento” porque ha podido cumplir objetivos, mientras espera la óptima madurez de su listán prieto que le confiera la más alta graduación posible, que suele cosechar en septiembre, siendo uno de los pocos bodegueros que elabora sus caldos tintos cien por cien con esta variedad. Defiende la identidad majorera por la que apuesta en una finca dada de alta en ecológica desde 2014, siendo la única de Fuerteventura. Con una producción regulada gracias a sus métodos de cultivo, recuerda la necesidad de apostar por variedades adaptadas tanto al suelo majorero como al cambio climático. Un buen ejemplo es precisamente la listán prieto, en su caso procedente de cepas ancestrales recuperadas en la propia Isla.
La vendimia en la finca Casa Agrícola, situada entre las localidades de Casillas de Morales y Valles de Ortega en el municipio de Antigua, comenzó a principios de agosto, y ya está cosechada la malvasía y marmajuelo, con las que elabora los vinos blancos. Para los tintos cuenta con hoja de moral y listán prieto, una parte la recoge más tarde, en septiembre, cuando alcanza la graduación deseada, lo que le permite enlazar un vino de alta graduación con la frescura de la vendimia temprana, fruto de su saber enológico y su formación como técnico en Industrias Alimentarias y Gestión Agropecuaria. Este año apuesta incluso por elaborar vino rosado, completamente procedente de listán prieto.
Negrín muestra una uva “sanísima” con la que ha alcanzado objetivos
En bodega dispone ya de 800 litros de vino, 400 de blanco y otros tantos de tinto, a la espera de sumar las últimas parras de listán prieto que calcula propiciarán 300 litros más de una uva “sanísima” y de buena calidad. Lo que le permita alcanzar el objetivo de las 1.200 botellas por cosecha.
Su filosofía es la de elaborar un vino concebido como “alimento”, sin artificios, intentando que comercialmente también se reconozca la diferencia artesanal con respecto a la industrial. “Al vino le falta poco para que sea procesado”, se lamenta, mientras recuerda que las pequeñas bodegas como la suya cada vez se encuentran con más problemas para su supervivencia. “En el mundo del vino o te diferencias por algo o eres muy buen vendedor o bien compites en precios”. Quizá por eso las bodegas han ido pasando a grandes empresarios. Recuerda sus inicios en la agricultura con doce años, “vendiendo papas casa por casa”, pero asegura que “nunca” ha abandonado la apuesta por la certificación ecológica y que le ha reportado grandes ventajas e incluso le ha abierto el mercado australiano.
Conatvs
Y frente a la positiva vendimia de una pequeña bodega, la otra cara de la moneda en una de las mayores de Fuerteventura, Conatvs, de Pedro Martín. El ingeniero técnico agrícola Alberto González es su director técnico y enólogo. Explica que los efectos sobre la brotación en una primavera “muy húmeda” en marzo, abril y mayo, junto a las altas temperaturas provocaron que muchas fincas se vieran afectadas por el oídio o ceniza y ha supuesto un descenso de la producción “por debajo de un tercio del año pasado” en una campaña en la que debería haberse producido un incremento, gracias a las parras jóvenes.
Los viticultores se enfrentaron a tres brotaciones, una de ellas con fruta “muy verde” que tuvo que ser desechada. “Esa dispar brotación, a pesar de que la uva estaba sana nos produjo muchas pérdidas”, señala González. Conatvs cuenta con viñas repartidas por diferentes puntos de la Isla, desde Lajares a Betancuria, esta última zona fue la más afectada. “Menos de un quinto de la producción del año pasado”, caracterizada por una “espectacular” cosecha de las variedades malvasía y moscatel. En Casillas del Ángel se mantuvo la producción, mientras que en Lajares y la zona del Jable se notó también el descenso.
Como experto en ingeniería agrícola explica que la plaga de ceniza estuvo más controlada que en la vecina isla de Lanzarote donde el enólogo cuenta con su propia bodega, Timanfaya. Pero en líneas generales, ambas islas han descendido considerablemente la producción. El cambio climático es uno de los grandes enemigos de la viña, insiste.
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Filoxera
“El problema de la filoxera es que creíamos que no iba a llegar y al final llegó”, señala Jacob Negrín en referencia a este parásito de la vid (Daktulosphaira vitifoliae) que por el momento solo se ha detectado en fincas de Tenerife. Canarias fue la única producción que se libró de la plaga cuando atacó los viñedos europeos hace más de un siglo. Este aviso “nos servirá para que tomemos conciencia”, dice el viticultor y bodeguero, aunque advierte de la “gravedad” que representa en cuanto al punto de vista de la biodiversidad con el temor de que este hecho propicie la desaparición de la riqueza varietal que caracteriza a Canarias. “Los viveros van a apostar por el patrón índico americano y los injertos. Principalmente, por las variedades más productivas lo que supondría la pérdida de identidad”.
Sobre la filoxera se pronuncia también el ingeniero técnico agrícola Alberto González. “Me tiene muy preocupado. Es una plaga terrorífica. Puede acabar con un patrimonio del que siempre hemos presumido en zonas como Lanzarote: plantar la viña de pie de franco (que crece en sus propias raíces y en hoyo) puede desaparecer”. Dice que hay viticultores “optimistas” quienes recuerdan que la vid canaria no se vio afectada hace 100 años y creen que tampoco supondrá una merma ahora. Sin embargo, las condiciones de la viña ahora son muy diferentes de entonces. En esa época, el agricultor plantaba la vid en zonas poco fértiles, en suelos pobres, arenosos, con escasez de agua, nunca en zonas de regadío que estaban reservadas a otros cultivos, como el plátano, el millo o la papa.
Una dispar brotación con la uva sana produjo pérdidas en Conatvs
“La filoxera es un pulgón que se propaga en tierra húmeda al tiempo que la viña ha reemplazado a esos otros productos en zonas de regadío, con lo que el parásito puede provocar mucho daño”. Como experto recomienda evitar el riego cerca de las zonas donde se ha detectado el insecto, no abonar la tierra y llevar la viña al mayor estrés hídrico posible. González teme que de afectar a la viña en Fuerteventura o Lanzarote suponga el fin de las cepas viejas y al igual que Negrín se acabe implantando el “patrón americano”.
Recuerda además a las administraciones la necesidad de dejarse guiar por el asesoramiento de los técnicos para la aplicación de medidas de control, como la de de prohibir la importancia en Canarias de material y uva de vinificación ni el tránsito entre las islas, si bien aclara que “el año pasado entraron en el Archipiélago más de dos millones de kilos de fruta tipificada como uva de mesa”. “La Dirección General de Comercio y Consumo no controla a dónde va esa uva. Al menos debería haber un control exhaustivo para que no acabe en una bodega”. Tampoco comparte que durante mucho tiempo se haya podido comprar uva de fuera para la producción de vino en Canarias. “Debería estar completamente prohibida la entrada de variedades foráneas para la elaboración de caldos en las Islas desde hace muchos años. Tenemos que defender lo nuestro. Bastante es que ya se importa vino embotellado”.















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