OTRA HISTORIA DE CANARIAS

Cuatro respuestas insulares al dilema del turismo frente a la sostenibilidad

Un estudio conjunto analiza la evolución socioeconómica y medioambiental reciente de Fuerteventura, Lanzarote, Menorca e Ibiza

Mario Ferrer 4 COMENTARIOS 26/07/2021 - 06:58

Uno de los defectos más habituales de los análisis de los espacios isleños es caer en la peor cara del insularismo, aquella que desde una óptica excesivamente miope distorsiona las conclusiones y los resultados. Suelen ser visiones que pecan de chovinismo o de malinchismo, es decir, de una exaltación desmesurada de lo propio de cada ínsula o un exceso de apego a lo de fuera, en detrimento y menosprecio de lo isleño.

No solo pasa en islas, sino en muchos contextos locales. El antídoto más efectivo es el análisis comparativo, terreno en el que es fuerte un trabajo recientemente publicado que estudia en paralelo la historia reciente de cuatro islas: ‘Sistemas de indicadores conjuntos de sostenibilidad: Lanzarote, Fuerteventura, Menorca e Ibiza’.

Lanzarote y Menorca fueron nombradas Reserva de la Biosfera el mismo año, en 1993. Desde entonces, las relaciones entre ambas islas se han intensificado, realizándose varios intercambios y acciones conjuntas encabezadas por las oficinas de la Reserva de Biosfera de ambas islas. Partiendo de esta colaboración, se ha presentado el estudio mencionado, que amplía la comparación a otras dos islas: Fuerteventurae Ibiza.

‘Sistemas de indicadores conjuntos de sostenibilidad: Lanzarote, Fuerteventura, Menorca e Ibiza’ analiza la evolución de una serie de indicadores sociales, económicos y medioambientales de las cuatro islas durante los pasados 20 años, principalmente, aunque en ocasiones llega más atrás. El trabajo ha sido posible gracias a la participación de varias instituciones públicas como el Observatorio Socioambiental de Menorca (OBSAM), el Centro de Datos del Cabildo de Lanzarote y la Oficina de la Reserva de Biosfera de Fuerteventura, a las que se unió la asociación Ibiza & Formentera Preservation.

Con el objetivo de “realizar una comparación dinámica” de Fuerteventura, Ibiza, Lanzarote y Menorca se ideó un sistema de 98 indicadores de sostenibilidad vinculados a siete grandes bloques: población, economía y empleo, sociedad, territorio y biodiversidad, transporte y movilidad, turismo y vectores ambientales.

Los análisis se hicieron con datos históricos de las cuatro islas que se han obtenido principalmente del Instituto de Estadística de las Islas Baleares (IBESTAT) y del Instituto Canario de Estadística (ISTAC), aunque algunos indicadores han sido construidos específicamente para este estudio. De hecho, los autores de este trabajo lo vinculan a la Agenda 2030 de la UNESCO y a sus 17 objetivos globales (Objetivos de Desarrollo Sostenible, ODS), poniendo esta investigación como un ejemplo del ODS 17 (Alianzas para lograr objetivos), ya que “ha requerido de un gran esfuerzo de homogenización y selección de la información”.

Residentes y turistas

Los datos de población en muchos parámetros se remontan a 1991 y finalizan en 2019. Aunque las cuatro islas tienen datos totales similares en población, sí muestran diferencias notables en ritmos dentro de una pauta general de crecimiento.

Por ejemplo, Fuerteventura ha llegado a aumentar en casi un 320 por ciento su población residente en los últimos treinta años, frente al incremento mucho más pausado de Menorca, que no ha superado el 50 por ciento de lo que tenía en 1991.

Por densidad de población, Ibiza, con 258 habitantes por kilómetro cuadrado, y Lanzarote (180 habitantes por kilómetro cuadrado) son las que mayores cifras presentan. Las islas no solo han crecido en población, sino que también se han hecho mucho más mestizas. La población residente extranjera (europeos, africanos, americanos, asiáticos...) se ha triplicado como mínimo en cada ínsula, pero es que en Fuerteventura se ha llegado a multiplicar por seis, alcanzando porcentajes muy superiores a la media española o europea.

A los números de residentes hay que añadir los turistas que visitan unas islas volcadas en el turismo de masas y cuyos visitantes también ejercen una presión sobre estos territorios insulares. La línea de la afluencia turística ha sido claramente ascendente en estas últimas, con la salvedad del periodo 2008- 2010, para crecer con más fuerza a partir de ahí. De hecho, en 2010, las cuatro islas recibían en torno a 6,5 millones de turistas al año, mientras que en 2019 llegaron a la cifra récord de casi 10 millones entre las cuatro (recordamos que los datos se recogieron hasta 2019).

Ibiza y Lanzarote lideran las cifras de afluencia, ya que superaron los 3 millones de turistas anuales justo antes de la llegada de la pandemia de la COVID, mientras Fuerteventura logró sus mejores marcas en torno a dos millones de turistas y Menorca a los 1,5 millones de visitantes en 2019.

Las cuatro islas se basan en el modelo de ‘sol y playa’, aunque hay que señalar la profunda diferencia que marca la estacionalidad estival del turismo en Baleares, frente a la estabilidad anual de Canarias, donde las cifras varían muy poco. Menorca e Ibiza reciben casi al cien por cien de sus viajeros entre los meses de la temporada de verano, frente a la regularidad del flujo que tienen Lanzarote y Fuerteventura durante todo el año.

En cuanto a desempleo, las islas canarias mostraron mayores niveles durante la crisis iniciada en 2008, llegando a máximos de más del 30 por ciento, para acercarse un poco más a los índices de las baleares en 2019. En los niveles de renta media por persona también ofrecen mejores números Menorca e Ibiza, que tienen en torno a un 25 por ciento más de media que en las dos islas de Canarias.

Indicadores territoriales

En cuanto a la producción de agua hay notables diferencias, ya que en las islas canarias seleccionadas ha ido aumentando, especialmente en Lanzarote, donde se ha duplicado en las últimas dos décadas. En cambio, Ibiza ha experimentado una subida muy moderada y Menorca ha vivido un ligero descenso. Los autores del estudio señalan como factor clave “la reducción de pérdidas en la distribución”, que ha sido un éxito en Menorca.

El trabajo compara 98 indicadores de sostenibilidad en las islas

La misma tónica a favor de las islas baleares estudiadas se aprecia en la recogida selectiva de residuos con un 19 y 17 por ciento, frente a un 10 y 8 por ciento de Lanzarote y Fuerteventura, respectivamente. Tendencia parecida también se observa en las emisiones de CO2 a la atmósfera per cápita, donde Menorca e Ibiza tienen números significativamente menores.

Los indicadores son más positivos para las islas canarias en cuanto a la penetración de las energías renovables o en la calidad de las aguas, parámetro donde Fuerteventura y Lanzarote rozan el 100 por cien frente al 80 por ciento de Menorca e Ibiza.

Otro aspecto donde los números de las islas canarias estudiadas son claramente mejores es el de la superficie protegida, que oscila entre el 52 y el 44 por ciento, frente a las cifras del 18 y 39 por ciento de Ibiza y Menorca, respectivamente. Además, Lanzarote y Fuerteventura tienen porcentajes mucho más elevados que las islas baleares analizadas en cuanto a superficie protegida con su correspondiente plan de gestión aprobado.

Los autores de este trabajo también estudiaron la evolución de la temperatura media, para concluir que “se detecta un claro incremento” en las cuatro islas durante últimos 50 años. En espera de saber cómo será la evolución del cambio climático y su repercusión sobre el nivel del mar, otro dato que destacan los autores es que el “porcentaje de superficie urbanizada (artificial) de las cuatro islas supera la media de España, como suele ser habitual en los municipios costeros, con valores que varían entre el 4 y 7 por ciento”, para añadir que “esta densidad se duplica en la franja del primer quilómetro del litoral”.

Comentarios

Un estudio muy interesante, aunque no entra en la valoración de los numerosos despropósitos y disparates urbanísticos existentes en las islas, y en concreto en Fuerteventura. Lo que con el transcurso del tiempo nos ha llevado al desarrollo de un modelo “turístico de masas” cuya principal especialización es el “sol y playa” y cuyo único objetivo hasta la fecha ha sido simplemente batir “récords” de visitas. Un “modelo” donde la dependencia a factores externos es determinante y donde el grueso de los beneficios de dicha actividad solo ha servido para engrosar los balances de una serie de compañías cuyo domicilio fiscal, en la mayor parte de los casos, ni siquiera se encuentra en Canarias. Todo ello con un coste territorial, paisajístico y medioambiental devastador, que afecta en mayor medida en nuestras costas y sin que exista la posibilidad de un camino de retorno. En este marco tan “deprimente” y tan “desolador” podemos resaltar la más absoluta inoperancia e inutilidad del órgano de gestión de la “Reserva de la Biosfera” que aquí en Fuerteventura no ha servido para nada más que para soltar unas cuantas tortugas (con foto incluida) y justificar el sueldo de un par de “amigotes”.
Mientras los barrios se sumen en lo más profundo de las miserias, estos personajes que gobiernan el Ayuntamiento de Puerto del Rosario, enchufando a sus familiares y amigotes, llevándose un sueldazo que no se merecen y haciendo lo que les viene en gana. Ya no se habla de la Central Térmica del barrio de El Charco, tampoco de las tuberías de Disa, de las estaciones de telefonía móvil en las azoteas de los edificios, en la mierda de los perros en calles y solares, en una mayor vigilancia en tráfico, todos los vehículos, aparcan donde les viene en gana (encima de aceras, en los vados, y un largo etc.) Y jamás verás a un político pateando las aceras y hablando con los ciudadanos a lo largo y ancho del municipio, siempre paseando en coche.
Me gusta.
Sr Luis del Pozo,comentario con mucha razón y sentido comun.Personas como usted deberían estar en la politica.Personas con criterios que suman y ayudan a mejorar la sociedad. Es depreimente com se ha depredado el medio natural en Fuerteventura,como se hizo antes en otras islas y en la peninsula.

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