SANIDAD

Confirmada la incorporación de un reumatólogo en Fuerteventura

La Isla seguirá estando por debajo del número de especialistas recomendados

Diario de Fuerteventura 2 COMENTARIOS 19/06/2019 - 19:32

La Sociedad canaria de reumatología (Socare) ha confirmado este miércoles la incorporación de un reumatólogo en Fuerteventura. El pasado mes de diciembre, el colectivo había denunciado que la Isla carecía de especialista.

Este miércoles, Socare ha recordado que desde el mes de julio del año pasado había pedido a la Consejería de Sanidad que cubriese la falta de especialistas, tanto en Fuerteventura como en Gran Canaria al considerarlo una “prioridad”.

Aunque “el número de reumatólogos por habitante es inferior al recomendado”, el citado colectivo ha destacado que esta semana se han firmado las plazas tanto para Fuerteventura como para el sur de Gran Canaria.

La sociedad ha calificado la medida como “un avance significativo, especialmente en la isla de Fuerteventura, donde es la primera plaza de estas características”.

Según la Sociedad Española de Reumatología (SER) se recomienda que el sistema sanitario disponga de un reumatólogo por cada 40.000 o 50.000 habitantes. Por población, Fuerteventura debería contar con más de dos especialistas al tener más de 110.000 residentes.

Comentarios

Algo es algo, aunque los majoreros sigamos sufriendo "déficit" grande de personal/asistencia en esta especialidad, como en otras: es que somos canarios de segunda... o tercera. ¡Para disponer de servicios sociales, que para pagar impuestos, contamos como de primera!
En Fuerteventura, hasta hace poco más de medio siglo, eran muy populares y solicitados los curanderos, amañaos, arregladores, curadores ... de esconches, réumas, descoyuntes y otros males de güesos y casnes, en su gran mayoría varones, al contrario que santiguadores, rezadores, especialidades donde predominaban las mujeres, las "señas": ¡seña Cristina, muchas gracias! Siempre me impresionaba la calma y bondad que mostraban esas personas, además del desinterés por el pago a sus servicios, aunque los pacientes correspondían a sus bienhechores con alguna cosita, como alimentos, una sombrera, unas pesetillas... Todavía recuerdo los olores de sebos, hierbajos y otros medicamentos y medios que utilizaban esas buenas personas. Aún parece que siento los dedos callosos y duros de aquellas manos bondadosas, intentado "entrar" entre las coyunturas, buscando dónde estaban torceduras, esconches, descoyuntamientos ...¡Era muy desagradable! Sobre todo, cuando el señor daba con el punto buscado. Entonces venían sus friegas, refriegas, masajes, de sus manos enseitadas o sebadas... El sebo de carnero parece que era el mejor para esas curas, como para curar sabañones, heridas (Yo lo usé, y lo sigo usando cuando lo encuentro, mucho, mucho, porque es muy eficaz), al igual que el de corcoba de camello, para aliviar o curar los dolores de espalda. Los sebos de cabras o casneros eran muy fáciles de conseguir, al contrario que los de corcoba de camello. Al respecto, en una ocasión, un barco que salió del puerto de Gran Tarajal para el de Las Palmas llevando unos camellos a bordo - desde allí se reexpedían al Sahara - , se tropezó con un gran temporal, del sur, que los sarandiaba de lo lindo, hasta el punto que a los camellos, que iban en cubierta, los fue sembrando por la marea... Naturalmente, los animales se ahogaron, y sus cadáveres aparecieron por las playas de la Agüita, Tesijorey...Allí fue el acudir de gente, a cortar cachos de corcobas, en forma de trozos de jabón. Yo era niño, y por tanto, sin dolores, pero a familiares y vecinos míos mayores y adoloridos, les alivió, según aseguraban ellos, los restriegos de aquellos sebos de camello por sus carapachos y totizos.

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