LA HUELLA MAJORERA

Caricaturas con genio majorero

Juan Ismael firmó caricaturas que, con la perspectiva de casi un siglo, destacan claramente por su modernidad, concepción y diseño

Caricatura del poeta Gutiérrez Albelo firmada por González Mora, es decir, Juan Ismael. (‘Gutiérrez Albelo’. Colección particular, Santa Cruz de Tenerife. Héspérides, nº70).
Gregorio Cabrera 0 COMENTARIOS 27/01/2019 - 09:04

El precoz, el surrealista, el realista mágico, el indigenista, el metafísico y, sí, también el caricaturista. El pintor Juan Ismael (La Oliva, Fuerteventura, 1907-Las Palmas de Gran Canaria, 1981) también llevó a cabo algunos de los trazos más reconocibles dentro del mundo de la ilustración gráfica en el Archipiélago, tal y como atestiguan las investigaciones llevadas a cabo por el crítico, historiador y comisario de arte Franck González, actual director de la Casa-Museo León y Castillo y antiguo director del Centro Atlántico de Arte Moderno (CAAM).

En el libro El humor gráfico en Canarias. Apuntes para una historia (1808-1998), González destaca como hechos relevantes la aparición de Juan Ismael en las páginas de la revista ‘Hespérides. Revista Gráfica Semanal’, la publicación más importante vinculada al humor en las islas en la segunda mitad de los años veinte del pasado siglo, fundada en enero de 1926 y dirigida por Rafael Peña León. Entre sus colaboradores figuraron personas que serían además el germen de la trascendental ‘Gaceta de Arte’.

“La sorpresa viene precisamente de la mano de una caricatura de Gutiérrez Albelo”, poeta, editor, y colaborador de la revista, “firmada por González Mora, que no es otro que el pintor que pasará a la posteridad como Juan Ismael. Sin duda”, precisa González, “es ésta la caricatura más moderna en cuanto a concepción y diseño de todas cuantas fueron publicadas en Hespérides”.

La publicación, según el experto, “cierra, en sí misma, uno de los capítulos más fecundos del humor gráfico de preguerra, tanto por la cantidad y calidad de las aportaciones realizadas como por el enorme prestigio y difusión que obtuvieron estos dibujos que habrían de quedar como ‘clásicos’ en la memoria colectiva”, entre los que se contarían los sinuosas, minimalistas y geniales líneas trazadas por González Mora, es decir, por Juan Ismael.

Sus puntuales pero siempre sobresalientes irrupciones en el paisaje de la caricatura y la ilustración gráfica regional no se quedaron ni mucho menos ahí. Otro ejemplo lo encontramos en la revista ‘Cartones’, un proyecto que tal y como explica González fue “fruto directo” de un “encuentro interinsular” de talentos. Un olimpo de papel en el que convivieron los dibujos de Ismael, Felo Monzón y Santiago Santana junto a los poemas de Pedro García Cabrera y los textos de Juan Rodríguez Doreste o Lorenzo Cáceres.

“En el único número que sale a la luz de esta revista es posible atisbar hasta qué punto se logra articular un discurso extraordinariamente novedoso en las islas”, en un movimiento, agrega González en el libro editado por el Cabildo de Gran Canaria, que resultará “imparable” y del que por supuesto formó parte uno de los majoreros más ilustres de todos los tiempos.

La tesis de González, reconocida en su momento con el Premio de Investigación Viera y Clavijo en la modalidad de Arte que convoca la corporación insular grancanaria, cita que el 29 de noviembre de 1971 se inauguró en la Casa de Colón de Las Palmas de Gran Canaria la ‘Exposición de caricaturistas canarios’. La muestra, “que habría de tener una respuesta importante entre el público y la crítica”, exhibe obra de Benito Pérez Galdós, Francisco González, Crosita Reyes y José Hurtado de Mendoza y Claveríe.

En el apartado ‘Caricatura hoy’ aparecerían muestras de Felo Monzón o Juan Ismael, considerado, según el diccionario de artistas del CAAM, como uno de los creadores más complejos del ámbito insular, de trayectoria multidisciplinar y de talento excepcional que abordó la pintura, el dibujo, el grabado, la ilustración gráfica, el fotomontaje y la actividad poética y ensayística.

El joven y brillante Juan Ismael recibió formación artística ya con 16 años en las Escuelas de Artes y Oficios de Santa Cruz de Tenerife, isla a la que se traslada la familia cuando aún es un niño. Tras la muerte de su padre trabajaría en un laboratorio fotográfico en Las Palmas de Gran Canaria, donde adquirió destreza técnica con la fotografía. Con apenas veinte años, Juan Ismael entró en contacto con la Escuela Luján Pérez, laboratorio de experimentación artística, donde configura una personalidad crítica, austera y comprometida con el entorno social y cultural.

Transitó los entonces emergentes movimientos indigenista, surrealista, realismo mágico y pintura metafísica, convirtiéndose en uno de los grandes referentes del surrealismo en Canarias

Implicado en la fundación de grupos dinamizadores de las artes, tanto a nivel local como nacional, caso de ADLAN (Amigos de las Artes Nuevas), (1935), PIC (Pintores Independientes Canarios), (1947), LADAC (Los Arqueros del Arte Contemporáneo), (1950), estuvo muy atento a los múltiples enfoques que hoy atestiguan el fundamento de las vanguardias históricas.

Transitó los entonces emergentes movimientos indigenista, surrealista, realismo mágico y pintura metafísica, convirtiéndose en uno de los grandes referentes del surrealismo en Canarias. Coetáneo de las figuras universales reconocidas de este movimiento artístico, estaría dimensionado en igualdad de condiciones, si la coyuntura histórica y geográfica de su vida y de su tiempo hubiera devenido de otra manera.

Según se agrega desde el CAAM, a pesar de la incomprensión del entorno, del exilio a Venezuela (1959-1966) y de la precariedad casi insultante de medios y posibilidades para inscribir su producción artística en la tradición europea con la que se emparenta, en el presente la revisión histórica de su obra refuerza aún más su poderosa presencia plástica.

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