El primer año escolar completo bajo la pandemia de coronavirus está a punto de concluir, pero el listado de asignaturas pendientes de Educación en Fuerteventura es amplio, según denuncian los colectivos sociales.

Grimanesa González, conocida por ser una de las madres que se puso al frente de la histórica lucha para la construcción del colegio de Costa Calma, ha vuelto a asumir la presidencia de la Federación Insular de Madres y Padres (Fimapa).

Asegura que su objetivo es continuar con la defensa de la calidad educativa en toda la Isla y en especial en la zona sur, que ha sufrido una masificación en las aulas como consecuencia de la presión turística y demográfica.

“El problema actual es que las nuevas infraestructuras educativas llegan con 10 años de retraso y eso complica el trabajo en los colegios cada curso, porque la realidad social y económica insular va más rápido que la planificación educativa”, destaca González.

Un ejemplo es el conflicto surgido en la localidad de Morro Jable, con la apertura el próximo curso del tercer colegio de Infantil y Primaria. “Era muy necesario hace cinco años, pero con la crisis y otros factores muchas familias se han ido, ya no hay tantos niños, aunque se espera un aumento de población cuando se recupere el sector turístico”, detalla.

En los últimos días se han visto movilizaciones precisamente en la localidad sureña. Los padres critican que el nuevo colegio Morro Jable II se vaya a nutrir de alumnos escolarizados en otros dos centros en estos momentos, el CEIP Morro Jable y el CEIP Butihondo El Ciervo.

La presidenta del colectivo de padres y madres de este último centro, Teresa Lado, reclama que se traslade el colegio al completo al nuevo inmueble que se estrenará en septiembre y que tiene capacidad para 700 estudiantes. “En el nuestro estudian unos 500 alumnos”, que se pueden trasladar al completo, explica.

Para el colectivo, “carece de sentido tener tres colegios en funcionamiento en Morro Jable, creando nuevos equipos directivos, poniendo otro comedor y reduciendo servicios, cuando se puede trasladar el colegio entero y utilizar el inmueble actual para el instituto de Secundaria, que está saturado”, plantea.

Otra inauguración prevista el próximo curso es el colegio de Infantil y Primaria de Villaverde, que también llega “muy tarde” y sigue abierto un centro muy viejo, “que se cae”. “En este caso, la necesidad no se ha reducido, sino al contrario, porque en la zona norte la población estudiantil sigue creciendo”, alerta González.

“Desde luego, con la apertura del nuevo colegio en Villaverde se dará un salto en calidad educativa con unas instalaciones más amplias y cómodas, al igual que en Morro Jable y, como ha sucedido en los últimos años con nuevos colegios en Corralejo, allí ya se necesita un nuevo instituto, porque el actual está muy masificado”, analiza.

La presidenta de Fimapa también pone como ejemplo de “retraso en la llegada de nuevas infraestructuras” el instituto de La Lajita: “Nos da mucha pena ver que se habrá necesitado dos décadas para que salga el IES La Lajita”.

En la actualidad, “se supone que el suelo ya está disponible para ejecutar el centro, pero todo sigue parado”, denuncia.

Otra de las batallas que asume con fuerza es conseguir que aumente la oferta de ciclos formativos en la zona sur y, en especial, en Morro Jable. Muchos jóvenes encuentran en la hostelería un modo de obtener ingresos, bien de forma permanente o para captar recursos para pagarse sus estudios fuera de la Isla.

Desde el colectivo de padres y madres demandan más alternativas de futuro para los jóvenes y exigen en Pájara que se implanten, por ejemplo, “ciclos formativos de la rama sanitaria, de administración o automoción, para facilitar a los jóvenes más oportunidades” sin tener que desplazarse a Puerto del Rosario a estudiar.

“Se habrá necesitado dos décadas para que salga el IES La Lajita”

“Nuestros hijos necesitan formación para tener nuevas oportunidades laborales en otros sectores”, añaden los padres de Morro Jable, que reclaman la enseñanza de idiomas “imprescindibles” para obtener un empleo en Fuerteventura, como alemán, inglés, francés o italiano.

A lo largo del curso se han producido huelgas del personal de comedores y quejas ante la decisión de Educación de cambiar la gestión directa en Villaverde o Morro Jable por un servicio de catering.

“La Consejería tiene que colaborar con los productos kilómetro cero, con la contratación de cocineras y apostar por la cocina casera”, destaca González.

Otro problema ya conocido es el transporte de los estudiantes de Secundaria desde Costa Calma, La Lajita, Cardón y La Pared al instituto de Gran Tarajal. “Los alumnos de los pueblos sureños siguen sufriendo los incómodos viajes diarios al instituto, con todo lo que ello ocasiona para alumnos y familias, y los pueblos siguen sin estar preparados, carecen de bibliotecas, wifi abierta y espacios públicos cómodos para que los alumnos puedan reunirse a estudiar y trabajar de forma telemática”, explican los padres y madres, que alertan del fracaso escolar que se registra entre los estudiantes de la zona.

Aulas modulares

La presidenta de Fimapa recuerda que hay al menos siete centros en Fuerteventura que conservan sus aulas modulares. “Ninguno de los centros las quiere retirar porque las necesitan para impartir clase, como sucedía en Morro Jable, o para celebrar actividades como en Tarajalejo”, detalla Grimanesa.

Los pueblos siguen sin estar preparados, carecen de bibliotecas o wifi

“La Administración tiene que hacer una mejor planificación de infraestructuras educativas para el futuro, porque se necesita dar un salto en calidad”, añade.

Entre los centros con mayores problemas de espacio, antigüedad de las instalaciones y, a la vez, mayor demanda de matrícula por sus proyectos y los premios de su directora, Loida González, es el de Lajares.

El centro está muy valorado, ha incorporado proyectos de idiomas, ciencias o robótica, pero desde hace varios años se demanda un colegio con instalaciones más modernas y funcionales.

La presidenta del Ampa de Villaverde, Fátima Hussein.

Críticas en Villaverde

La Asociación de Madres y Padres de Villaverde ha sido una de las más activas en este curso escolar. La presidenta es Fátima Hussein Ghazale. “En mi caso, vivía en Tamaragua, pero me encanta la educación que se imparte en los colegios del campo, y quise matricular a mi hija pequeña a estudiar en el colegio de Villaverde porque es muy familiar”, explica.

“Lo primero que hicimos fue reivindicar la entrada en el nuevo colegio, que se ha retrasado una barbaridad, y de momento nos han confirmado que en septiembre se podrá estrenar, aunque hasta que no lo veamos no lo creeremos”, asegura.

La inauguración del colegio, que se inició en la pasada legislatura, se ha demorado más de lo previsto, pese a que su apertura es “urgente”. En el antiguo colegio de la localidad estudian unos 200 alumnos de Infantil y Primaria, pero “todos los pueblos del municipio de La Oliva están creciendo y eso se refleja en la demanda de plazas educativas”.