“Todo lo que estoy haciendo es para que lo que queda no desaparezca”
Felipe Ravina Olivares, documentalista ambiental
Hacia las doce del mediodía, una agitada cola de escolares en pleno campamento de verano va llegando a su fin en la entrada del Auditorio de Corralejo. El director de cine José Hernández Viera y el licenciado en Ciencias del Mar y documentalista Felipe Ravina Olivares agilizan sus autógrafos. Mientras, sus mini fans sostienen con acrobacia y notable nerviosismo el cartel de Nika, el calderón tropical, a quien acaban de conocer a través de la gran pantalla durante el pase de la mañana, de la mano de sus dos directores.
La proyección está enmarcada en el International Ocean Film Tour, que aterrizó en Fuerteventura el pasado 17 de julio, y que por primera vez en su historia lleva en la gira europea un documental cien por cien canario. Diario de Fuerteventura charla con Felipe, entre pruebas de sonido, escurridas medusas de papel ondeando sobre el escenario y enfiladas butacas de color rojo intenso, que en unas horas estarán repletas de amantes del mar, ya que el festival ha hecho pleno en el norte de la Isla.
Mientras elegimos asiento para la entrevista, Felipe confiesa entre risas que todo el equipo está deseando echarse una siesta antes del evento de la tarde, una de las paradas de la decimoprimera edición del festival. Se han despertado a las cinco de la mañana para estar a tiempo en tierras majoreras. Desde que Nika, el calderón tropical se preestrenó el pasado marzo en el Paraninfo de la Universidad de La Laguna, en Tenerife, se han sucedido los eventos, las nominaciones y numerosas propuestas que reconocen el valor de esta producción isleña. De hecho, ya el año pasado fue galardonada con el primer premio del CIMASUB 2024, el Ciclo Internacional de Cine Submarino de Donostia-San Sebastián.
-¿Cómo lleva la gira del International Ocean Film?
-Han sido unos meses bastante movidos porque entre que fuimos a los estrenos de Hamburgo, Múnich, Berlín y luego hemos estado en Madrid y en Barcelona... El domingo estuvimos en Tenerife, y después de toda la gira, que llegue nuestra película a casa, pues con un montón de ilusión. Este año ha sido la gira más grande que se ha hecho de este festival en España. Además, se envían películas de todo el mundo y es la primera vez en la historia del Ocean que hay una canaria. En esta edición hay dos americanas, una inglesa, una china y la nuestra, rodada íntegramente en Tenerife.
“Corralejo es el símbolo perfecto del maltrato que se le ha hecho a Canarias”
-Además, con el breve recorrido que lleva ya ha sido seleccionada, nominada y galardonada...
-Sí, nos llevamos la Barandilla de Oro del CIMASUB 2024, que es un festival de San Sebastián. Y, en mi caso, es la segunda Barandilla de Oro que me llevo en tres años. La primera fue en 2022 con Salvar Tenerife. Además, nos hemos llevado diferentes premios internacionales y cada semana nos llegan nominaciones nuevas. También quedamos finalistas en los Premios Fugaz, que son los Goya de los cortometrajes en España. Y ya solo el estar seleccionados en el Ocean Film Tour, que de cientos de películas eligen cinco... Es el festival más importante en Europa relacionado con el mar.
-A nivel personal, ¿qué significa esa selección?
-Mi profesión la tengo muy vinculada a la parte personal, porque intento transmitir a la gente la importancia de cuidar nuestras Islas y que sigan manteniéndose como lo que son, un paraíso natural. En este caso no es una excepción: a través de esta historia queremos que la gente empatice con Nika y con su familia, los blancos, una familia de calderones tropicales que forma parte de la población de esta especie más importante del mundo. La gente sale de verla prácticamente con lágrimas y diciendo que quiere proteger a estos animales. Hemos logrado combinar esa parte bonita con las amenazas que están viviendo nuestras Islas, donde el turismo masivo y el crecimiento de población acorrala cada vez más a la naturaleza y a la propia población. En el caso de los calderones tropicales de Tenerife, se descubrió en 2014 que sufren estrés crónico por el descontrol total que hay en la zona, y por la falta de regulación y de medidas eficaces. Así que esta población, que en cualquier otro lugar del mundo la tendrían prácticamente en un altar, aquí no. Es una de las cosas que se denuncia en la película, y también el desarrollo en general que ha tenido Canarias, que ha sido completamente de espaldas al mar y a su naturaleza.
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Nika, protagonista del documental. Imágenes de José Hernández Viera y Felipe Ravina Olivares.
“Hay tanta corrupción en el Archipiélago que un documental no la va a cambiar”
-¿Cuál está siendo la respuesta del público peninsular tras ver la pieza? Antes de verla, ¿eran conscientes del deterioro del Archipiélago?
-Está claro que el mensaje está llegando a un montón de gente. El feedback suele ser, por un lado, gente que ya conocía la situación y se conciencia aún más, y por otro, nos dicen que llevan yendo a Tenerife 10 años y nunca se habían parado a pensar en las consecuencias. También está la gente que no ha venido nunca, a la que le han vendido un paraíso y cuando ven la realidad se quedan completamente sorprendidos. Algo que me dicen mucho, tanto con el documental como con los vídeos que suelo compartir en redes sociales, es que en las noticias en la Península no se habla de lo que está pasando aquí. Y otra que nos dicen es: “Pensaba irme a vivir allí en uno o dos años, pero ahora viendo el impacto que eso puede llegar a tener me lo voy a pensar”. La gente quiere venir porque piensan que se vive bien, pero cuando les dices que como ellos han llegado diez mil más, ya lo ven desde otra perspectiva. Solo que se paren a pensarlo ya es un éxito, pero hay que seguir difundiendo el mensaje.
-En las redes sociales es muy transparente al hablar del daño al litoral y de las responsabilidades políticas. ¿Cómo lleva el precio emocional y psicológico del activismo?
-Intento tener un balance. En los momentos en los que estoy más agotado o desanimado con ciertas luchas trato de irme a la parte bonita. Por ejemplo, voy mucho al Puertito a grabar lo que están destrozando con la construcción de la urbanización de Cuna del Alma, o salimos a grabar calderones y nos encontramos con animales muertos. Es decir, siempre estoy grabando cosas que no son agradables, así que lo compenso con irme el día entero al mar a grabar cosas bonitas. Desgraciadamente, en Tenerife ahora mismo hay más cosas malas que buenas, así que si solo voy a lo malo al final me termino quemando. Con proyectos como Cuna del Alma, aparte de que en sí es una aberración, todas las ilegalidades, la corrupción, todo lo que hay detrás, es el ver cómo destruyen ese lugar... Hay zonas que aparecen en el documental porque es el sitio donde yo aprendí a bucear. La mentalidad que tengo y lo que he ido aprendiendo es gracias a ese lugar. Así que es algo que me toca de cerca y que me duele un montón, el ver que aunque hagamos todo lo que está en nuestras manos... Lo hemos conseguido paralizar dos años, pero ver cómo vuelven a reactivarlo y siguen destruyendo desanima bastante. Ahora estamos esperando si lo vuelven a paralizar. Pero bueno, sabiendo las cosas bonitas que hay me da la fuerza para decir: “Todo lo que estoy haciendo es por esto, para que lo que queda no desaparezca”.
“Lo que se vende como paraíso natural es lo mismo que se está destruyendo”
-Si tuviese la posibilidad de llenar esta sala de cargos políticos para que vieran su documental, ¿a quiénes invitaría?
-¡Buah!, los metería a todos, a todos y cada uno de ellos, pero obviamente en especial a quienes tienen responsabilidad en nuestras Islas. El problema es que hay tanta corrupción que por mucho que vean un documental no van a cambiar. Les hemos paralizado obras legalmente y aun así, sabiendo todo lo que podrían destruir y el daño que van a hacer, lo hacen igualmente porque hay intereses. Lo podemos llamar como quieran, pero pasa constantemente. Y con todos los datos, la sensibilización, los documentales disponibles... Es triste porque hay algunos que parece que quieren hacer las cosas bien, pero terminan yendo hacia el mismo lado, que es el de sacar adelante proyectos que destruyen una playa, un lugar de la costa, un lugar rústico, del monte... En lugar de pensar que ya tenemos de todo y de sobra, y de preguntarse por qué no dejamos de construir y de destruir, de ocupar territorio. Al final, en las Islas nos estamos pegando un tiro en el pie. Lo que se está vendiendo como paraíso natural es lo mismo que se está destruyendo.
-En Corralejo, por ejemplo, hay construcciones irregulares como la del hotel Oliva Beach y el Tres Islas también ha estado expedientado. ¿Qué le diría a quienes se oponen a su demolición argumentando las consecuencias para el personal?
-Lo que les diría es que eso se lo pregunten a los dueños de los hoteles, que son quienes cometieron las ilegalidades. Que lo hubiesen pensado antes de poner en riesgo a todo el personal. Porque al final nos pasa lo mismo en Tenerife, con obras que empiezan siendo ilegales, y luego están con el argumento de ‘¿y toda esa gente de qué va a trabajar?’. Pues que lo hubiesen pensado antes de hacer una obra ilegal. Los responsables son quienes cometen la irregularidad, no la gente que protesta para que se cumpla la ley. En este caso son dos hoteles levantados en un paisaje donde nunca debió haber mamotretos. Corralejo, con esos hoteles, es el símbolo perfecto del maltrato que se le ha hecho a Canarias. De tener un lugar único a no darle ni el mínimo cariño. A nadie que realmente valore este sitio se le ocurriría poner diez plantas en unas dunas. Así que también son responsables los políticos que en su momento permitieron ese atentado.
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Felipe Ravina Olivares y José Hernández Viera durante la firma de autógrafos en el primer pase del documental en Corralejo.
“Se van a gastar 50 millones para hacer un circuito que nadie ha pedido”
-Sin embargo, las peticiones de parar e intentar recuperar el territorio se están asociando a un rechazo al turismo en sí.
-Siempre digo que sobre el movimiento que ha desembocado en las manifestaciones recientes en Canarias, con el 20-A o el 18-M, ha habido mucha manipulación en los medios. Lo llaman turismofobia o anti turismo. Si lo miramos a largo plazo, son protestas para que el turismo pueda seguir estando en Canarias. En Tenerife se están cerrando playas cada dos por tres, siguen aprobando más licencias de hoteles y urbanizaciones, y todo eso lleva a un colapso. ¿Quién va a querer venir a unas Islas que están en un estado tan malo? Reivindicamos primero obviamente por quienes vivimos aquí, porque queremos disfrutar de nuestras Islas, pero también porque si no, tarde o temprano el turismo va a desaparecer. O tendremos un turismo barato al que le dará todo exactamente igual y que vendrá a emborracharse y a tirarse en la playa. Porque por este camino no va a haber nada de lo que disfrutar.
-En varias ocasiones le hemos oído hablar de la mirada cortoplacista de la gestión política con respecto al territorio. ¿Podría poner algunos ejemplos?
-En general, los políticos tienen cuatro años y dicen: “Voy a hacer lo que me interese y que el marrón se lo coma el siguiente”. Intentan sacar, por ejemplo en Tenerife, el proyecto del Circuito del Motor. Con la situación que hay ahora mismo se van a gastar más de 50 millones de dinero público para un circuito que nadie ha pedido. ¿De qué forma afecta esto positivamente al interés general? En cambio, hay necesidades que sí son urgentes, como un Hospital en el sur, pero en vez de eso construyen un circuito de Fórmula 1. Luego, lo que decíamos de Cuna del Alma en El Puertito de Adeje, que es uno de los sitios más especiales de la Isla, de los más queridos por la gente de aquí, de los pocos rincones que quedan sin construir, que tiene un montón de especies protegidas y de yacimientos arqueológicos. Un vecino lo llama el Cañón del Colorado de Tenerife porque es espectacular. De hecho, se declaró Lugar de Interés Geológico nacional. Bien cuidado y bien conservado es una joya para el turismo de calidad y para la gente que quiera disfrutarlo, y para siempre. En lugar de mirar a largo plazo y por el interés general construyen villas de lujo. Dentro de, por ejemplo, 20 años, cuando las playas en lugar de una vez a la semana se cierren tres veces a la semana por contaminación, ¿a quién le vas a vender una casa en un lugar que está contaminado? En un par de décadas, ¿qué va a ser de las Islas si siguen a este ritmo?
“No es turismofobia. Las protestas son para que el turismo siga viniendo”
-Por eso considera que sus reivindicaciones también beneficiarían al turismo.
-Claro. Por ejemplo, el proyecto original del Puertito era un aula marina, unas instalaciones donde se podían dar charlas, recibir a los colegios o las universidades, con toda la logística para que estudiantes pudieran hacer sus trabajos de fin de grado o de máster, investigar y que todo ese conocimiento se devolviera al pueblo y a la conservación del lugar. Cuanto más conocimiento, más investigación y más protección mejor va a estar el espacio y más va a poder disfrutar el turismo y los residentes. Y, en lugar de eso, eligen reventarlo para siempre y construir villas de lujo que serán para cuatro millonarios que las puedan pagar. Para mí, es el ejemplo cortoplacista más egoísta que hay ahora mismo en Tenerife. O el hotel de La Tejita, por ejemplo: construir encima de unas dunas, que eran espectaculares, prácticamente hasta la playa, incluso sabiendo que es ilegal. Es lo mismo: seguir para adelante sin pensar en las consecuencias.
-¿Cree que la mayor o menor preocupación y cuidado por la conservación del Archipiélago tiene color político?
-Lamentablemente, al menos en el Gobierno de Canarias, los que han estado de diferentes colores, de una forma u otra han hecho lo mismo. Es verdad que Coalición Canaria lleva la vida y más, pero cuando se metieron PSOE y Podemos no cambió nada a gran escala, ni en los cabildos tampoco. Así que no es tanto cosa de partidos sino de cómo se ha crecido en Canarias. A mí no me gusta la política, la nombramos porque no hay otra y lo que hacen nos afecta. Pero todos me parecen lo mismo, al menos aquí en Canarias. Nosotros intentamos criticar las cosas concretas, independientemente de quién las haga. La presidenta del Cabildo de Tenerife [Rosa Dávila] decía que nuestras reivindicaciones eran de extrema izquierda, y a mí es que todo eso me da tanta pereza... Estamos simplemente mirando por el interés común y por que se pueda vivir bien en las Islas. Por eso en las manifestaciones intentamos ser lo más apolíticos posible.
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“Como en Corralejo, en Tenerife hay sitios en los que ya no escuchas español”
-Ha comentado en algún momento que vamos 50 años tarde en Canarias, ¿cuáles son las acciones prioritarias para intentar revertir esta situación?
-Las dos prioritarias para nosotros, y que son las dos principales reivindicaciones de las protestas, son la moratoria turística y la Ley de residencia. Porque las dos principales causas de lo que está pasando son el crecimiento sin límite del turismo y el crecimiento sin límite de la población que viene de fuera a vivir. Por ejemplo, en Tenerife te dicen que están construyendo depuradoras. Están construyendo una depuradora que, en cinco años, cuando haya 30.000 personas más, va a estar desbordada. La de Adeje-Arona, que es una de las más grandes y con más problemas, está ahora mismo funcionando al 30 por ciento. El resto, cuando no se desborda, lo tiran por la playa. Es un desastre y dicen que la van a ampliar. ¿Que va a estar al 50 por ciento en vez de al 30? Si sigues vertiendo y construyendo hoteles dentro de 10 años va a haber 20.000 personas más, por lo que el desborde va a ser mayor. A eso me refiero con que vamos muy tarde. Estamos intentando poner tiritas... Acaban de aprobar cuatro hoteles más en Tenerife y siguen con más urbanizaciones. A Tenerife vienen cada mes 1.000 personas a vivir, de países europeos y de la Península. Al final, eso provoca un colapso en la sanidad, en los recursos naturales, en el agua...Por eso insistimos en que para poder mínimamente empezar a arreglar este desastre se tiene que parar.
-Medidas como la ecotasa, que a priori parecen sencillas de implementar, ¿por qué cree que no salen para adelante?
-Porque no quieren. Es muy fácil, facilísimo. De las medidas más fáciles que hay. Estos días me llegó un mensaje de una persona que llegó de Madeira y pagó por entrar. Así que, si no la ponen, será porque seguramente los empresarios estarán presionando a los políticos por miedo a que la gente se vaya a otro sitio. Nadie se va a ir a otro sitio por tener que pagar 10 euros, que es lo que se gastan en tres cervezas nada más llegar. De todas formas, insistimos mucho en que no basta con la ecotasa, aunque es importante, sobre todo bien gestionada y que vaya a la restauración y conservación de la biodiversidad y espacios naturales y protegidos. Hacen falta otras medidas, porque mientras no se ponga límites, tanto al turismo como al crecimiento de población, no vamos a mejorar. Al igual que ocurre aquí en Corralejo, en Tenerife hay lugares en los que ni escuchas hablar español. Ves que hay edificios enteros con gente de fuera, y la gente de aquí no encuentra casa en la que vivir.
-Otro tema que parece no avanzar es el de las reservas marinas, ¿en qué punto están?
-Con esto vamos muy mal. Ahora mismo en el archipiélago solo hay tres (La Palma, El Hierro y La Graciosa) y como mínimo debería haber una en cada Isla. Además, son reservas de interés pesquero, funcionan y son sitios donde te metes en el agua y ves que los ecosistemas están mucho mejor, aunque se siguen extrayendo peces. Lo ideal, para que se recuperen, porque todos los fondos en Canarias están afectados por sobrepesca y vertidos, sería que hubiese como mínimo en cada Isla un área donde no se pesque y no haya marisqueo. Esto beneficiaría a todo el mundo, porque estarías creando un oasis donde las poblaciones de peces se recuperan y es llamativo para el turismo de buceo, de apnea, y de todo lo que sea relacionado con el medio marino. La gente va a El Hierro porque hay reserva marina. Además, para la pesca, que en biología se llama “efecto desborde”, todos esos peces se van a ir multiplicando y salen a otras zonas donde sí se puede pescar. Así que los pescadores no tendrían que hacerse millas y millas como están haciendo ahora porque ya no queda nada. Pero la gente mira a corto plazo y dicen: “No quiero perder el voto de los pescadores”. Pero no están viendo que, si miran a cinco o diez años, estarán pescando el triple y con la mitad de esfuerzo.
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Felipe junto a sus sobrinos en la costa de Tenerife.
-¿Con qué mensaje le gustaría que se quedara la población majorera después de ver su documental?
-Por una parte, queremos que la gente salga enamorada de Nika y de su familia, que la sienta parte de su familia también, porque es lo que va a hacer que quieran protegerla. A través de la historia, con las imágenes y con cómo lo hemos narrado todo, creo que está muy conseguido. Incluso con esta versión del festival, que es un poco más corta de la original, la gente sale llorando. Nosotros mismos, cuando la estábamos editando, llorábamos continuamente de lo bonito que quedó. Por otra parte, que se lleven el mensaje de que hay que parar ya. En la versión original hay una crítica muy directa hacia la gestión del archipiélago. Que la gente, después de sentir lo que ha sentido con Nika, vea el maltrato sistemático que se le hace a las Islas, vea que eso afecta a Nika y a su familia, y también a nosotros. Es una combinación muy potente.
-¿Qué recorrido tendrá ‘Nika, el calderón tropical’ más allá del Ocean Film Tour?
-Al principio no queríamos hacer ningún evento porque en un montón de festivales en cuanto la enseñas ya no la quieren porque dicen que tiene que estar sin estrenar. Así que hicimos solo uno, por consideración a la gente y porque nos hacía ilusión que el estreno fuera en Tenerife. Pero ahora que hemos hecho bastante gira, en septiembre u octubre creo que podremos llevarla a algún sitio más. Y ya para el año que viene poder hacer algún lanzamiento en abierto. Ahora estamos intentando que se lleve la mayor cantidad de galardones posibles para coger esa inercia, crear expectación y que cuando salga en alguna plataforma o de forma libre la gente quiera verla. Ese va a ser el gran momento.
-La población de calderones de la que Nika forma parte, que es la más importante del mundo, sufre estrés crónico desde hace más de diez años.
-Hay familias de calderones que ya han abandonado el archipiélago a causa de la presión que ejercemos.
-En Canarias se estima que al día se vierten unos 100 millones de litros de aguas fecales, y solo en Tenerife más de 50 millones.
-En los últimos 60 años, se ha perdido el 90 por ciento de la biomasa de peces y el 80 por ciento de las algas costeras.
-Ahora mismo están muriendo más cachalotes en Canarias atropellados por fast ferrys de los que están naciendo.
-En los últimos veinte años, de esa población de cachalotes se ha perdido más de la mitad.

















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