El sector ganadero espera como agua de mayo la construcción del centro de machos mejorantes de la raza caprina majorera. Su puesta en funcionamiento y gestión es uno de los proyectos que se contemplan en la subvención de 100.000 euros que el Cabildo ha destinado este año a la asociación de criadores de cabra, que también desarrollará actividades de difusión y formación.

El colectivo aglutina medio centenar de explotaciones (la mayoría de las existentes en la Isla) y la mitad de las cabezas, unas 30.000. “Si el centro abriera hoy mismo, nosotros ya estaríamos en disposición de aportar 20 ejemplares sementales”, asegura Iriome Perdomo, presidente de la asociación.

El retraso en la ejecución se debe al engorroso trámite administrativo, que pasa por la cesión del suelo al Cabildo, por parte del Ayuntamiento de Antigua, en una parcela de un millón de metros cuadrados, entre Triquivijate y Nuevo Horizonte, y la cesión a su vez a los criadores para su explotación.

Las medidas de asepsia deben ser extremas en este tipo de centros, en los que se realiza la inseminación artificial de las hembras a partir de los ejemplares escogidos para mejorar la raza. “Se prevé evitar la entrada de animales externos construyendo un doble vallado perimetral y contar con dos veces la extensión de lo estipulado”, explica Perdomo.

Perder la calificación sanitaria por contaminación supondría un gravísimo perjuicio no solo para el proyecto en sí, sino también económico. “Cuesta muchísimo tiempo y dinero conseguir un macho mejorante. Hay que tener en cuenta que debe demostrarse una descendencia de 25 hijas”.

Con las dosis seminales de un salto de un macho, que también está sujeto a plazos, se puede inseminar hasta 30 hembras. Éstas empiezan su ciclo reproductivo a los ocho meses y gestan durante cinco, pariendo una media de dos baifos. “Así que pueden transcurrir tres de los cuatro años reproductivos del macho hasta lograr los 25 ejemplares de la descendencia”.

Lo bueno de la inseminación artificial es que estos plazos “se podrían mejorar, recortando el tiempo con respecto a la monta natural”, indica Perdomo. Por otro lado, está el alto precio de las pruebas que se realizan a los ejemplares: genéticas (8 euros por cabeza), de caseína (20 euros) o sanitarias (21 euros).

La mejora genética persigue dotar de mayor calidad a la leche, grasa y proteínas, así como la valoración morfológica. El objetivo es conseguir “animales altamente productivos, con características morfológicas que eviten los problemas sanitarios”. Las ganaderías asociadas que están en el programa de mejora genética analizaron en la evaluación del pasado año 238 machos.

En total fueron 1.800 animales los que se integraron en la campaña de control lechero de 2017, que componen el núcleo de selección y a los que se realizó el control de leche grasa y proteínas, las pruebas de filiación (comprobar el pedigrí hasta los abuelos) y test de caseína. Solo diez ejemplares resultaron machos mejorantes de la raza.

Este año hay ya 400 machos valorados y, aunque no se ha cerrado la evaluación, cabe esperar la incorporación de 20 mejorantes. Otra de las acciones que acomete la asociación es la gestión del libro genealógico de la cabra majorera, siendo desde hace años la única organización reconocida oficialmente en la isla por la Federación caprina de raza majorera (Fecama).

Los criadores piden celeridad en los trámites del centro porque su puesta en marcha permitirá “aumentar la producción con menos animales, lo que se traduce en menos gastos y mayor rentabilidad”, explica Iriome Perdomo.

Raza majorera

La raza majorera es, en este sentido, muy demandada en todo el mundo por su potente producción. Mientras llega el edificio, la asociación cuenta con una ayuda de 15.000 euros que ha destinado a material específico para la realización de inseminaciones, que podrían comenzar el próximo año, aunque a menor escala que con la estructura del centro en funcionamiento.

Una vez despegue el mismo, se podrá ofrecer el servicio “comenzando por la punta de la pirámide de la asociación, compuesta por los criadores del núcleo de selección, después los de la base y, por último el resto de los ganaderos de la isla interesados”.

El presidente del Cabildo, Marcial Morales, aplaude la labor de la asociación que “vela por la raza y la mejora genética y de la explotación ganadera”. “La ganadería majorera vive una nueva etapa para tener las mejores cabras y machos cabríos”, asegura.

A su juicio, “la mejora de la raza y el producto del queso permiten la posibilidad de exportar embriones y semen de la raza”. Por su parte, el consejero insular de Ganadería, Juan Estárico, apuesta por seguir apoyando a la asociación “porque si estamos todos juntos podemos sacar la raza caprina majorera adelante”.

Perdomo ha agradecido expresamente la colaboración del Ayuntamiento de Antigua, Cabildo y Dirección General de Ganadería del Gobierno de Canarias, que participan “bien con partidas, bien con terrenos”.