ENTREVISTA

“Puede ser más peligroso ponerse a jugar en el parque sin mantener distancias que el colegio”

Gladys Rodríguez, coordinadora de Pediatría y miembro del equipo Covid del Hospital de Fuerteventura

Foto: Carlos de Saá.
Eloy Vera 0 COMENTARIOS 21/10/2020 - 07:48

Ni los niños son los grandes contagiadores silenciosos de la COVID-19, ni los colegios, grandes focos de contagio del coronavirus. Así lo asegura la coordinadora de Pediatría y miembro del equipo COVID del Hospital de Fuerteventura, Gladys Rodríguez. Lleva desde 1988 pasando consulta en la Isla. Ahora se enfrenta a una doble lucha, la de la COVID y la inminente llegada de la temporada de gripe. Pide calma, pero no bajar la guardia

-¿Cómo afecta el coronavirus a los niños?

-Afortunadamente, el efecto del coronavirus en los niños es bastante más leve que en adultos. Es verdad que hay algunos que se pueden poner muy malitos, sobre todo si tienen patologías graves de base, como problemas cardiacos, trasplantes cardiacos o diabetes descompensada, pero en general tienen una clínica mucho más leve que los adultos y evolucionan mucho mejor y más rápido.

-¿Son los niños los grandes transmisores de la COVID-19?

-No. Los niños son los grandes transmisores de la gripe. Este virus es parecido en la forma genética, es un virus ARN. Al principio, se pensó que los niños podían ser grandes transmisores, pero hay ya suficientes estudios que demuestran que no lo son en absoluto. Realmente, los niños transmiten muy poco. El contagio de niño a niño es bastante raro. Fundamentalmente, se contagian de forma intrafamiliar.

-Entonces, ¿podemos decir que los niños transmiten menos que las personas adultas?

-Hay suficientes estudios que demuestran que los niños transmiten menos que las personas adultas. Al principio, no lo sabíamos porque estaban confinados, con lo que se pensó que tenían menos enfermedad, pero transmitían más. Nos ha costado más tiempo poder demostrar que los niños no eran transmisores. Varios países europeos empezaron a dar clases después del confinamiento; se han hecho campamentos de verano y se ha visto que la transmisión en los colegios no es tan alta como podríamos pensar, teniendo en cuenta que el coronavirus es un virus ARN como la gripe de la que los niños son los grandes transmisores.

-¿Suelen ser asintomáticos?

-Muchos niños son asintomáticos o con muy poquitos síntomas.

-¿Qué les suele afectar más: una gripe o la COVID-19?

-En principio, la gripe en los niños es mucho más llamativa. Suelen tener fiebre más alta, malestar general, estar decaídos y con más moco y tos que con el coronavirus. Con la COVID-19 suelen tener cefalea, un poquito de tos, puede que diarrea, aunque también hay niños que pueden padecer disnea, pero es más raro.

-¿Les suelen quedar consecuencias tras pasar la enfermedad?

-A los niños en general, no. Si tienen patologías, a lo mejor, sí. Las madres se preocupan mucho por una patología tan prevalente como es el asma, un asma controlada no está clasificada como un factor de riesgo para tener un cuadro grave de COVID.

-¿Produce la COVID-19 una respuesta inflamatoria sistémica?

-Se ha relacionado con la COVID, pero se ha visto que ocurre cuando hay transmisión comunitaria muy alta y cuando lleva bastante tiempo con transmisión. De todas formas, se habían descrito, a principios de verano, 50 casos en todo el mundo y solo hubo una muerte. Era en ciudades donde había habido mucha transmisión. Se debe a que se acumula mucho el virus y, al final, termina por producir esa respuesta inflamatoria que se puede confundir con la enfermedad de Kawasaki, que se puede controlar.

-¿Estas nuevas rutinas, como el uso de mascarillas, pueden producir algún efecto psicológico en el desarrollo de los pequeños?

-El uso de la mascarilla no les puede afectar psicológicamente. Lo que sí puede alterar muchísimo en el desarrollo es la falta de socialización y escolarización, el aprendizaje, la convivencia. Todas esas cosas sí dañan muchísimo a los pequeños. Se agrandan mucho las diferencias entre unos y otros. Los niños vulnerables lo llevan mucho peor, no todo el mundo tiene las mismas condiciones en sus casas, por ejemplo, para hacer enseñanza online. Un niño que tenga situaciones familiares complicadas, como el maltrato, se verá más perjudicado. También afecta mucho psicológicamente no poder estar con otro niño. Por eso es tan importante mantener las escuelas abiertas.

-¿Se ha hecho de forma correcta el regreso a las aulas?

-Creo que no se ha hecho mal. La teoría no se ha hecho mal, luego la práctica habrá que ver cómo va resultando. Si los grupos de convivencia eran de 15 y al final son de 20 o de 25, entonces se empieza a liar. Habrá que ver si se pueden controlar los recreos y las zonas de entrada y salida para prevenir los contactos entre los niños.

“Hay que intentar promocionar la vacunación de la gripe y que los niños con cualquier patología de base tengan la vacuna puesta”

-¿Son los colegios focos graves de contagio?

-Creo que puede ser más peligroso ponerse a jugar en el parque sin mantener distancias que el colegio. Se ha demostrado que los niños no son grandes transmisores. Durante los primeros días de inicio del curso, lo que más ha habido son profesores positivos. Viven en la comunidad y tienen más posibilidades de estar contagiados que los niños. En Fuerteventura, de los poquitos casos que tenemos, la mayoría son niños que se han contagiado en su casa, por ser su padre o su madre positivo.

-¿Son seguros los grupos burbuja que ha creado el Ministerio de Educación?

-Los grupos burbuja son seguros y minimizan la cantidad de contactos que se pueden tener. Si se tiene un caso positivo en un colegio donde todo el mundo entra a la vez, no se mantienen las distancias en la fila o se comparte el patio y no hay forma de poder controlar. Los grupos burbuja permiten poder aislar cada grupo, dependiendo de las circunstancias. Si hay un caso positivo aíslas la clase, pero el resto del alumnado del centro puede ir al colegio. Pasarán la cuarentena durante 10 días, mientras los demás siguen yendo al aula. Es importante que no se mande al niño al colegio si presenta algún síntoma, aunque sea leve.

-¿Cómo funciona el protocolo, una vez aparece un caso positivo en el aula?

-Hay dos situaciones diferentes. Una es cuando el niño empieza con los síntomas en el colegio. En ese caso, el profesor o responsable COVID del centro educativo tiene que coger al niño y llevarlo a una zona, previamente definida, que tiene que estar aislada, bien ventilada y, si es posible, con un baño propio. Al pequeño se le pone la mascarilla quirúrgica, salvo que sea menor de seis años, que no se le puede poner. El acompañante tiene que ponerse el Equipo de Protección Individual (EPI). Se avisa a la familia y a Salud Pública a través de la línea 900 o bien a los responsables COVID que hay en cada zona básica. La otra posibilidad es que el niño sea un contacto estrecho de un positivo. Es decir, su padre se ha puesto enfermo, le han hecho la prueba, le han dado el resultado y resulta que el niño ha estado yendo a la escuela durante los últimos dos días. Entonces, posiblemente haya que aislar al grupo 10 días si ese niño da positivo.

-¿Cómo está preparado el servicio de Pediatría del Hospital de Fuerteventura para hacer frente a la COVID?

-Hemos estado leyendo todo lo que sale sobre el tema e intentando elaborar los protocolos de la forma más sencilla posible. Hemos intentado estar informados de todo para poder ayudar a los pacientes. Cuando empezamos a tener muchos casos, optamos, desgraciadamente, por disminuir programas para tener más tiempo para dedicarle a la COVID. Estamos usando mucho la consulta telefónica para evitar que los niños y sus familias se contagien. Los centros de salud no se pueden convertir en focos de infección. El que está enfermo va al centro de salud, con lo cual es mucho más fácil contagiarse de la COVID en el centro de salud que en un supermercado. Hay muchas cosas que se pueden resolver por teléfono. Hay que minimizar el riesgo de contagios dentro del centro de salud para los niños, familias y personal sanitario.

-¿Cómo afronta el área de Pediatría la llegada de la gripe en estos momentos de pandemia por la COVID?

-Tenemos miedo. Nuestro nivel de trabajo, estrés y agobio aumenta mucho durante la época invernal con el tema de la gripe. Pensamos que, a lo mejor, tenemos suerte y la mascarilla igual que protege de la COVID puede hacerlo de un resfriado o de la gripe. Esperamos poder disminuir un poco el índice de infecciones respiratorias.

-¿Hay recursos humanos suficientes en el área de Pediatría para hacer frente a la temporada de gripe y COVID?

-Creo que sí. Tenemos algún recurso más que el año pasado. Hay dos profesionales más. En Atención Primaria somos 19. Tenemos unos cupos bastante normales, salvo Puerto del Rosario, donde los cupos están más altos. Habrá mucho más trabajo porque los padres tienen mucho miedo y consultarán cualquier cosa. Hay que intentar promocionar la vacunación de la gripe y que cualquier niño con cualquier patología de base tenga la vacuna puesta. Así sabremos que si tiene fiebre no es por la gripe. Si tenemos el niño vacunado, nos puede ayudar a pensar que no va a ser la gripe y que, por tanto, podemos estar ante un caso de COVID.

-Fuerteventura se encuentra sin UCI pediátrica. ¿Dificultará la situación ante una posible oleada de contagios de menores los próximos meses?

-En Gran Canaria ha habido como 500 contagios de niños y ninguno ha ido a la UCI pediátrica. Para tener una UCI pediátrica se necesita un intensivista, tres o cuatro turnos de enfermería y auxiliares. Sería un coste muy importante. Eso no quiere decir que no tengamos medios  y conocimiento para estabilizar a un niño hasta que lo podamos trasladar al hospital de Gran Canaria. Tenemos gente muy capacitada para ello en el hospital.

-La pandemia ha derivado en una crisis económica que ya empieza a dejar datos preocupantes de pobreza. ¿Cómo va a afectar a los más pequeños?

-Los grupos más vulnerables seguirán siendo los más vulnerables. Por eso es tan importante el colegio en estos momentos para que, al menos, tengan una comida al día. Aún no hemos detectado un agravamiento de los menores por esta situación, pero hay que estar alerta antes de tener un problema mayor.

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