Construir una residencia universitaria y estudiar, junto al Consejo Social, la posibilidad de implantar nuevos títulos de grado o posgrado en Fuerteventura son algunas de las iniciativas que Lluís Serra, nuevo rector de la ULPGC, plantea para la Isla durante su mandato.

En marzo, tras ser investido nuevo rector de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, Lluís Serra Majem se comprometió con la comunidad universitaria. Serra se definió en su discurso de investidura como alguien que cree en las buenas y en las malas noticias, en los buenos diagnósticos y sus buenos remedios, en la equidad, en la inclusión, pero también en la importancia de soñar.

En estas primeras palabras, marcadas, como no podía ser de otra manera, por el reto de la pandemia, Serra habló de recuperar el reconocimiento social y la ilusión colectiva en la universidad “como motor para la mejora social de Canarias, con el espíritu de no dejar a nadie atrás”. “La ULPGC actual no es aquella que soñó la multitud que se echó a la calle en el verano de 1982, y la volvió a tomar en mayo del 88”, señala. “Tenemos la obligación moral de retornar a la sociedad el voto de confianza y la encomienda que nos hizo entonces”.

El catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública llega al rectorado tras imponerse por nueve puntos de diferencia a Rafael Robaina en las elecciones. El voto decisivo se encontró en el personal de administración y servicios y en el alumnado, pero además, señala el rector, obtuvo gran apoyo de la comunidad universitaria de Fuerteventura: “Pusieron mucha esperanza en nosotros, obtuvimos apoyo masivo en Fuerteventura a nuestra candidatura y de alguna forma esto refuerza nuestra responsabilidad de cumplir con nuestros compañeros, estudiantes y personal de administración y servicios en la Isla”, explica.

Este mes de mayo y en cumplimiento de uno de los compromisos adquiridos con el equipo de Fuerteventura, el rector visitó las instalaciones y mantuvo diferentes reuniones con representantes del Cabildo, como primer encuentro oficial desde su llegada al principal cargo de gobierno de la ULPGC.

-Durante su campaña al rectorado, uno de los compromisos principales fue su estrategia de los primeros cien días: un plan específico de medidas para aplicar desde el inicio de mandato. ¿En qué punto de ejecución se encuentra, ya pasado el ecuador de este plan?

-Cada semana, todo el equipo de rectorado mantenemos una reunión en la que revisamos cada uno de los indicadores establecidos para los cien días. Cada uno de los interventores y el gerente tienen su parte de responsabilidad: si no podemos cumplir con veinticinco, cumpliremos con veinte, pero seguimos manteniendo nuestro compromiso con cada uno de los indicadores acordados.

-En relación a la ULPGC en Fuerteventura, la aplicación de un plan como este, entendemos, tendría una dimensión diferente, muy específica. ¿Hubo compromisos concretos con la Isla durante la campaña?

-Durante la campaña tuvimos distintas reuniones (aunque no pudieron ser presenciales) con distintos colectivos, incluidos estudiantes, en Fuerteventura. Pude constatar un equipo docente extraordinario en Enfermería, con muchas ganas de trabajar y un grado de satisfacción en el alumnado muy elevado, que me sorprendió positivamente. No podemos olvidar que Enfermería en Fuerteventura tiene un grado de ocupación y empleabilidad altísimo, del cien por cien. Uno de los compromisos de estos primeros cien días era, precisamente, visitar Fuerteventura y Lanzarote. Al menos ese objetivo lo cumplimos, con una reunión institucional con los cabildos y una visita a las instalaciones de la ULPGC, que nos permite analizar bien las necesidades.

“Analizaremos, en Consejo Social, la posibilidad de añadir nuevas titulaciones”

-¿Qué pudo constatar en esta primera visita en Fuerteventura?

-El interés y espíritu de colaboración por parte del Cabildo de Fuerteventura para que la ULPGC tenga una mayor y mejor presencia en la isla. Además, durante esta visita a la isla hubo coincidencia en la necesidad de disponer de instalaciones propias, así como aumentar la oferta académica de la ULPGC, unido a potenciar la presencia de los Institutos Universitarios y los grupos de investigación de la ULPGC.

-¿Qué otros compromisos se adquirieron en estas reuniones de campaña, además de esta toma de contacto con las necesidades de las instalaciones?

-En esta visita, entre otras cuestiones, queríamos estudiar diferentes aspectos que, precisamente, vimos durante la campaña, como, por ejemplo, la necesidad de edificar una residencia universitaria en Fuerteventura que acerque a los alumnos a la universidad y, además, permita una situación económica adecuada, porque la demanda de alquileres es tan importante en la Isla que puede convertirse en inasequible para estudiantes.

-¿Será posible en el medio plazo?

-Es un proyecto que estamos estudiando, aunque, por el momento, es una propuesta completamente abierta. Es muy difícil para una universidad que parte de un contrato programa con el Gobierno de Canarias poder planificar una inversión que exija varios ejercicios presupuestarios. Es complejo planificar financiación a largo plazo. En todo caso, esta es una posibilidad que queremos llevar a cabo en el contexto de los próximos cuatro años y analizarlo de la forma más adecuada, en una ubicación idónea, estableciendo las alianzas oportunas con otras administraciones y también con el sector privado.

-Otro de los aspectos que se ha abordado durante la campaña ha sido la necesidad de actualizar la oferta de titulaciones de la universidad. ¿Incluye en esta reordenación a Fuerteventura? ¿Podríamos esperar nuevos títulos de grado en la Isla?

-No cerramos la puerta a añadir nuevas titulaciones, al contrario, y creemos que es perfectamente factible. Cuando uno piensa en Enfermería, podría creer que todos los alumnos del grado en Fuerteventura son de la Isla y esto no es cierto. Tenemos estudiantes que son de Fuerteventura, pero también de Tenerife, Gran Canaria y otras partes de España. Es evidente que la necesidad de ofertar nuevas titulaciones en Fuerteventura no obedece exclusivamente a cubrir las demandas de alumnado de la isla, sino también de estudiantes de otras localidades que van a estudiar a Fuerteventura.

“Una oferta telemática de peso es reforzar nuestra formación en estos sistemas”

-¿Cómo se analizaría esta nueva oferta?

-La estrategia clara es ver cuál es la demanda social y laboral en Fuerteventura, y, a partir de aquí, cuál es la oferta que la universidad tiene que poner en marcha. Hay que hacerlo de forma coherente, no basta con saber solo la demanda, como hace el sector privado, tenemos que ir más allá y ver cuál es la demanda real a nivel laboral y social en la población. Esto se analiza a través de nuestro Consejo Social, valorando cómo fortalecer sectores productivos (como el turístico, el ganadero o de otra índole), qué demanda el mercado y cómo puede reforzar la universidad la formación necesaria, que podría ser con grados o con posgrados (títulos de experto o de máster). Esta será nuestra línea de trabajo de los próximos años.

-Además, la pandemia ha demostrado que la universidad podría estar preparada para mejorar su oferta de titulaciones online, ¿se valora como opción para islas como Fuerteventura y Lanzarote?

-No podemos adelantar respuestas porque requeriría un estudio más profundo, pero sí es evidente que el estudio de nuevas titulaciones está en nuestra mano: lo vamos a analizar. Hay una oferta telemática que tiene peso y, por tanto, debemos reforzar nuestras formaciones en estos nuevos sistemas híbridos que permitan que personas que viven en Fuerteventura, o que tienen trabajo, puedan seguir una formación, igual que lo hacen en una universidad que propone estudios a distancia. Esto no quiere decir que la ULPGC tenga que convertirse en una universidad de tipo virtual, pero sí que tiene que reforzar esta parte, es una evidencia que nos deja esta pandemia. Esta es una realidad que se hace evidente para islas no capitalinas, pero también para localidades más alejadas de las islas capitalinas: hay trayectos dentro de la propia isla que pueden suponer dos horas, o más, en transporte público. Es evidente que tenemos un archipiélago de ocho islas, pero, además, islas en las que para ir de un extremo a otro necesitamos un tiempo.

-Sabemos que la pandemia va ligada a una profunda crisis económica. ¿Se prepara la universidad para afrontar una posible caída de matrículas?

-Las cifras de matriculación se han reducido en los últimos años por diversos motivos: por temas económicos, pero también por el distanciamiento del lugar de residencia frente a espacios universitarios, o la oferta académica pública frente a la oferta de centros privados. En estos tiempos, hay un porcentaje importante de alumnos que podrían estudiar en la ULPGC y que se van a otras universidades, o a otras partes de España. Por tanto, hay un trabajo importante: cuando un alumno escoge nuestro centro como tercera opción, la probabilidad de abandono es más elevada que cuando escoge como primera opción. Tenemos que reforzar, en paralelo, el ámbito de la internacionalización, para tratar de captar estudiantes de otras partes del mundo y otras partes de España.

“Abordamos la necesidad de edificar una residencia universitaria”

-Pero esta es una estrategia dirigida a captar alumnado externo, no tanto a mantener al interno. ¿Para ese alumnado se plantea otras opciones?

-Las dos cosas van de la mano. En la medida en que los estudiantes aprendan en un ambiente adecuado con unas competencias buenas, con una salida adecuada, automáticamente va a haber muchos más estudiantes locales que querrán hacer estos estudios. Contar con estudiantes de distintas zonas geográficas y países, que confluyan en los estudios, enriquece la enseñanza.

-Esto enlaza con algo que ha mencionado a menudo durante su campaña: la pérdida de ilusión, o de prestigio, de la universidad. ¿Cómo se recupera?

-La pérdida de ilusión de la Universidad muestra que ha dejado de ser un referente para la sociedad; esta universidad nació por y para la sociedad, que salió a la calle. En los últimos años ha dejado de ser un referente importante y es por muchos motivos; pero también podemos estar orgullosos. Tenemos que comunicar adecuadamente lo que hacemos bien y solucionar lo que no. Conviene realzar en nuestro entorno iniciativas tanto docentes como investigadoras. Por ejemplo, tenemos una de las mejores bibliotecas universitarias de España, y hay que remarcarlo. Pero nuestros principales valedores son los estudiantes y los egresados: hay medio millón de antiguos alumnos que tienen diploma de la ULPGC. Debemos reforzar esta estructura de antiguos alumnos y evaluar de qué manera podrían ayudar a construir este aura de prestigio y emprendeduría que necesita nuestro centro.