ENTREVISTA

“Los poderes públicos deben defender al ciudadano y no a los oligopolios”

Jesús Cintora, periodista y escritor, presenta ‘No quieren que lo sepas’ en la Feria del Libro de Fuerteventura

M. Riveiro 2 COMENTARIOS 07/06/2022 - 09:33

-La materia prima de su libro ‘No quieren que lo sepas’ es la actualidad. En un mundo donde todo cambia vertiginosamente, ¿cómo se enfoca elaborar un libro dando claves de la actualidad para que el ciudadano las comprenda?

-El libro cuenta lo que realmente ocurre y no nos están diciendo. Afronta aspectos como que existen poderes económicos, oligopolios, que cada vez acumulan más poder y no sólo económico. Probablemente la gente no sabe la influencia que tienen oligopolios como las eléctricas, fondos de inversión como BlackRock o la banca, que cada vez tienen más beneficios, incluso algún directivo se permite llamar ‘tontos’ a clientes que les permiten ganar muchísimo dinero y al mismo tiempo el ciudadano medio está viendo cómo cada vez tiene más problemas para llegar a fin de mes y se está encareciendo todo. El libro afronta aspectos como la desigualdad y otros como la impunidad para la corrupción de un jefe del Estado o la politización de la Justicia en España, un aspecto claramente demoledor para un sistema democrático. También afronta otros temas tan importantes como el deterioro de los servicios públicos, donde se está produciendo un debilitamiento de la sanidad pública mientras aumentan los beneficios de la sanidad privada... Afronta, a fin de cuentas, quién tiene el verdadero poder y la capacidad de influencia.

-¿Qué papel juega la política en este escenario que acaba de describir? Porque parece que existen mecanismos inamovibles, que da igual quién gobierne. ¿Qué es lo que falla?

-Cuando aumentan las desigualdades, la política es fundamental para defender el interés general, para intentar poner en marcha medidas que busquen el equilibrio entre esos poderes económicos de quienes cada vez ganan más y el interés de la ciudadanía. Está claro que se encuentra con obstáculos, porque poner en marcha medidas para frenar el impulso de las eléctricas o la banca o fondos de inversión entraña dificultades. Los poderes públicos deben estar ahí defendiendo al ciudadano y no arrugarse ante los oligopolios que cada vez acumulan más influencia. En democracia, la política es fundamental porque, si la política no la hacen los poderes públicos, la van a hacer otros.

-Presenta su libro en la Feria del Libro de Fuerteventura este mes de junio. ¿Qué supone para usted?

-He escrito un libro que, quien lo lea, va a ver que no me caso con nadie, que es un libro crítico. Para mí, es ilusionante ir a Canarias porque es el cuarto libro que escribo y nunca había tenido la oportunidad de presentarlos en el Archipiélago. Me han brindado la oportunidad de hacerlo en la Feria del Libro de Fuerteventura, que es una isla que conozco. De hecho, la playa de Cofete es uno de los lugares más entrañables que he visto en mi vida, un lugar inolvidable, porque te marca. Conozco bien la Isla y me hace especial ilusión. Suelo viajar una vez al año a Canarias porque es un paraíso, aunque también sus ciudadanos tienen sus problemas y me gusta estar al tanto de lo que ocurre.

-En el periodismo local se ven a pequeña escala fenómenos que también se producen en los medios nacionales, como por ejemplo, en el ámbito de la prensa digital, la creación de nuevos grupos que disputan el liderazgo a cabeceras tradicionales. ¿Cree que es posible esa revolución en el ámbito radiofónico y audiovisual al que usted se ha dedicado?

-Asistimos ya a una verdadera revolución. En el ámbito audiovisual cada vez estamos más conectados al móvil. El futuro no son los platillos volantes, pero sí esta herramienta tecnológica: el teléfono. Ese consumo digital se está incrementando cada vez más. Una de las claves es ver cómo se rentabiliza económicamente este fenómeno digital.

-¿Es posible monetizar un podcast o un programa en plataformas de acceso como Youtube o Twitch con carácter informativo? ¿Tienen futuro estos contenidos al margen de las cadenas tradicionales?

-Las plataformas y canales de consumo a través de las nuevas tecnologías cada vez están más presentes. La inversión publicitaria va a ir creciendo paulatinamente en este sentido. Tardará más o menos, pero al anunciante le va a interesar estar donde esté la audiencia, los lectores o los televidentes. El futuro pasa por las nuevas tecnologías. Lo tradicional está viviendo un cambio hacia esta nueva realidad. Se ha visto ya de forma más clara en la transformación de la prensa de papel a la digital y se está viendo también en los hábitos de la televisión y la radio. Entre los más jóvenes ya no se hace tanto uso de la televisión como del teléfono móvil. Al final, a pesar de que llevará un tiempo y una transición, al que quiera anunciarse le va a interesar estar donde esté la audiencia.

-En cuanto al papel de los medios de comunicación y esa sensación de que en ocasiones el mensaje se convierte en un elemento peligroso que hay que silenciar, ¿cuál es su experiencia en los distintos medios en los que ha estado? ¿Ha notado ese aliento en el cogote de esos poderes que tienen una influencia tremenda en cómo gira el país?

-El problema que se está viendo es que, por ejemplo, si una ciudadana llamada Itahisa Cabrera comete un crimen no hay ningún problema en contarlo. En cambio, cuando se trata de una persona pública, como Juan Carlos de Borbón, hay una impunidad y una Justicia y una Agencia Tributaria a la medida. Y los medios de comunicación lo tratan de manera diferente porque, o no se cuenta o se pasa de puntillas y se transmite de una manera edulcorada. Esta es la realidad que se detalla también en el libro, donde se habla de esos intocables y de gente poderosa que goza de una justicia y de un trato que no tiene el ciudadano medio. Eso, en una democracia, no puede ser, es demoledor. Como demócratas no podemos mirar para otro lado, hay que contarlo y denunciarlo.

“Tenemos que proteger la democracia porque costó mucho”

-Poniendo el caso del Rey emérito como ejemplo, goza de esa impunidad por una interpretación que se hace de la Constitución...

-Eso no es interpretable, eso es así. El libro narra, hablando con jueces e inspectores de Hacienda, la condena que realmente le habría caído si en lugar de ser Juan Carlos de Borbón fuese Itahisa Cabrera. Esa es la realidad. Se le ha hecho un traje a medida para que quede impune. Pero no solo eso, viene a España, no da ningún tipo de explicación y se le aplaude. Eso es de una degradación absoluta y la prueba de que no hay ni un mínimo de decencia.

-Más allá del proceso penal, que se ha archivado, es obvio, por lo que ha trascendido de las investigaciones, que se han producido cobros que no estaban justificados y cantidades astronómicas que no se declararon a la Hacienda española.

-La realidad es que durante décadas utilizó testaferros y paraísos fiscales. Tenía el dinero fuera de España y además contaba con hábitos y un estilo de vida pagado con el dinero de todos, con amantes en palacetes a costa del erario público. Cosas absolutamente reprobables y que han sido ocultadas durante mucho tiempo. Cuento en el libro que gente como Jordi Pujol decía: “Si movemos el árbol, pueden caer los nidos”. Era una amenaza clara sobre una serie de gente que durante mucho tiempo se ha movido en la corrupción y ha quedado impune. También está el ejemplo de escuchas como las que se están oyendo estos días de políticos o personajes como Villarejo. Es demoledor. Está quedando al desnudo no solo el rey, sino una serie de personas sobre las que hemos podido oír cómo hablaban de prácticas delictivas a través de escuchas telefónicas y transcripciones. Al final, hemos oído cómo hablan del reparto de mordidas, de cobro de comisiones, de uso de testaferros, de controlar la Justicia por detrás.

-La importancia de un personaje como Villarejo y el poder que manejó, visto con perspectiva, puede parecer increíble. Y casi resulta irónico escucharle decir a Esperanza Aguirre eso de “esta reunión no existe, que no salga de aquí”, cuando la estaba grabando...

-Es un síntoma. No digo que todo esté podrido. Eso no es así. Porque esto sería Corrupción en Miami permanentemente, pero sí que hay elementos del Estado que han quedado impunes por los privilegios que tienen a la hora de elegir cargos en la Agencia Tributaria o el poder de controlar la Justicia. Es fundamental regenerarnos. Tenemos la obligación de hacerlo, de empujar la democracia, que se construye cada día y la ciudadanía tiene que saberlo. Conformándonos con lo que pasa no vamos a mejorar y necesitamos mejorar. Y mirando hacia el otro lado no lo vamos a hacer. Tenemos que proteger la democracia porque costó mucho conseguirla. Si vemos el manejo de la Justicia, cómo en este país se aparta a periodistas, a inspectores de Policía o Hacienda por hacer su trabajo y miramos hacia otro lado, se produce un deterioro de la democracia. Por eso creo en la cultura, que la gente lea libros como este, que sepa lo importante que es la educación, porque una sociedad que está más leída y más curtida es una sociedad más vigorosa y menos dada a que le tomen el pelo.

-También hay injerencias en la Fiscalía. Le pongo el ejemplo del fiscal Ignacio Stampa, muy conocido, tanto en Fuerteventura como Lanzarote, donde hay alcaldes inhabilitados por instrucciones en las que ha participado, y que fue apartado con polémica de Anticorrupción.

-En el libro cuento cómo se trazan esos vínculos que hay entre el poder político y la Justicia cuando deberían ser independientes, pero no se respeta. Se ve cómo se reparten altos cargos de la administración de Justicia y cómo se archivaba la causa del Rey emérito y la actuación de la Fiscalía era imprescindible. También se cuenta en el libro la cantidad de aforados que hay. Incluso tenemos un sistema judicial que carece de medios suficientes para tener la agilidad necesaria para juzgar los temas que van quedando prescritos.

“A Pablo Iglesias hay que analizarlo basándonos en lo prometido y lo cumplido”

-En un programa que presentaba en Cuatro se juntaron líderes políticos que en aquel momento no lo eran, pero que iban a marcar una época de la política española: Pedro Sánchez, Pablo Casado y Albert Rivera debatieron en una misma mesa, y Pablo Iglesias acudió como analista político. ¿Cómo definiría a cada uno de ellos?

-De entrada, creo en la regeneración continua. Aquello fue en 2013 y, como he hecho en otras ocasiones, di voz a caras nuevas. Me quedo con la importancia de dos factores: la regeneración y contar lo que pasa con caras nuevas, no con los de siempre. En aquel momento vinieron esas personas como contertulios y luego se fueron haciendo líderes políticos. Me gusta decir que fiché gente para hacer un papel en la tertulia, la gestión que realicen como líderes políticos después tendrá que valorarla la ciudadanía.

-Pablo Iglesias pasó del plató a la gestión política para volver a un plató, de postularse como presidente del Gobierno a polemizar con Risto Mejide. ¿Ha envejecido mal?

-A Pablo Iglesias hay que analizarlo como a cualquier expolítico, basándonos en lo prometido y lo cumplido. En un dirigente y exdirigente lo que más me interesa es analizar la gestión que lleva a cabo. Es lo que me afecta más como ciudadano. Nos pasamos demasiado tiempo analizando las declaraciones en lugar de la gestión. En aquel momento que le digo hicimos un programa con jóvenes políticos y algunos ya no están...

Comentarios

Más claro imposible, no existe mejor ciego que quién no quiere ver. Y después habrá alguien que se queje de la DESAFECCION de la ciudadanía para con este cúmulo de despropósitos.
Encajas perfectamente en la isla, es una cuba africana.

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