ENTREVISTA

“La principal causa de dolor crónico en Fuerteventura es el problema lumbar”

Juan Ignacio Olaya, responsable de la Unidad de Dolor Crónico del Hospital Virgen de la Peña

Eloy Vera 0 COMENTARIOS 01/08/2022 - 07:45

El 26 de junio de 2021 empezó a funcionar la Unidad de Dolor Crónico del Hospital de Fuerteventura. Un año después, un equipo formado por dos médicos anestesistas con formación en el manejo del dolor crónico y tres enfermeras ha atendido a unos 300 pacientes. Al frente del servicio, el anestesista Juan Ignacio Olaya. Satisfecho con el funcionamiento de la Unidad, reconoce que aún quedan por delante retos como incorporar un psicólogo y un rehabilitador al servicio, además de reducir las listas de espera y seguir ampliando la cartera de pruebas. También acabar con visiones catastrofistas y que la Unidad del Dolor no sea vista como “el último paso, ni como la última esperanza”.

-La Unidad del Dolor Crónico del Hospital de Fuerteventura se creó hace justo un año. ¿Qué balance hace de estos doce meses?

-Estoy muy contento con los resultados. Ha superado mis expectativas. Quisimos formar la Unidad y empezarla lo antes posible porque éramos los únicos que no teníamos Unidad del Dolor. Los pacientes se tenían que trasladar en avión hasta Gran Canaria tanto para consultas y revisiones como por los procedimientos. Para nosotros era una prioridad. Empezamos en junio con consulta por las tardes. Ahora, tenemos una o dos consultas semanales y quirófano una vez al mes para técnicas avanzadas e intervencionistas. Hemos atendido ya a 300 pacientes de primera vez. Hasta ahora, estamos contentos con los resultados.

-¿Cuál es el perfil de las personas que han acudido este año a la Unidad del Dolor de la Isla?

-En general, son personas que están muy afectadas por el dolor y que llevan más de seis meses sufriendo un dolor en alguna parte de su cuerpo. Son personas que, normalmente, ya están afectadas en todas las áreas de su vida, tanto en el aspecto laboral y social como psicológico. Se encuentran, prácticamente, sin alternativas de tratamiento. Llegan a la Unidad del Dolor como la última esperanza para controlar el dolor y mejorar la calidad de vida.

-¿Cuál es el funcionamiento de la Unidad?

-La base de la Unidad del Dolor Crónico en Fuerteventura es la consulta. Alrededor de la consulta, se mueve todo lo demás. La idea es ver a los pacientes una primera vez, a través de una consulta en la que le dedicamos un tiempo suficiente para conocer sus dolencias y conocerlos a ellos también. No solo en el aspecto físico sino también social y psicológico. Una vez se determina el tipo de dolor de la persona y su afectación a nivel global, se le ofrece un tratamiento convencional con medicina oral o técnicas intervencionistas, que se hacen normalmente en el quirófano. Si las técnicas no son muy avanzadas, las podemos hacer en la sala de consulta.

-¿Cómo se evalúa a un paciente con dolor crónico?

-Con estos pacientes hay que tener mucha empatía, capacidad para ponerse en su lugar. Para ellos el dolor, que normalmente no debe ser una enfermedad, se convierte en una patología. Son personas en las que el dolor ha pasado de ser un síntoma a ser el problema. El dolor les tiene afectados casi todos los aspectos de su vida laboral, familiar y psicosocial por lo que hay que atenderlas no solo con la consulta tradicional, sino también intentar acaparar ese otro aspecto que abarca sus problemas psicológicos y familiares. Muchos de estos pacientes son derivados a la consulta de especialidades como Psicología o Psiquiatría para ayudarles a salir adelante.

-¿Cuáles son los dolores más frecuentes de las personas de Fuerteventura que se han acercado este año a la Unidad del Dolor?

-La principal causa de dolor crónico en Fuerteventura, y en el mundo en general, es el dolor lumbar. Incluso, las unidades del dolor las terminamos especializando en dolor espinal. El 85 por ciento de las consultas son por dolor lumbar y el 15 por ciento restante es muy variado. Son dolores asociados a tensiones nerviosas, a complicaciones postoperatorias o a amputaciones.

“Realizamos algunas técnicas que no se llevan a cabo en otras Islas”

-Después de peregrinar por varios especialistas, en ocasiones decenas, muchos de los pacientes que se derivan a las unidades del dolor tienden a pensar que es el último paso. ¿Realmente es así?

-La Unidad del Dolor no debe ser vista como el último paso, ni como la última esperanza, sino como parte integral del tratamiento de las personas. Es verdad que, debido a como está organizado el sistema de salud, cuando llegan aquí han pasado por muchos sitios y muchos han perdido la esperanza. Llegan con ideas de catastrofismo que les hacen pensar que llegaron a la última alternativa, pero en realidad estas unidades deberían formar parte integral del tratamiento del dolor. Lo ideal es que los pacientes lleguen mucho antes de que el dolor afecte demasiado a la persona.

-¿Qué tratamientos se emplea en la Unidad del Dolor en estos momentos?

-Fuera de todo el arsenal terapéutico de medicina oral convencional, aquí realizamos algunas técnicas que no se llevan a cabo en algunas otras Islas. Por ejemplo, la radiofrecuencia. También hacemos infiltraciones para el dolor espinal.

-¿Qué desafíos tiene por delante el servicio en la Isla?

-Esta Unidad del Dolor tiene que crecer hasta convertirse en aquello para lo que se crearon estos servicios. Tienen que ser verdaderas unidades interdisciplinarias donde haya un psicólogo y un rehabilitador en plantilla, más días de consulta y, a la vez, se puedan ofrecer algunas técnicas más avanzadas dentro de nuestro catálogo de servicios. Para ser el primer año, creo que vamos muy bien. Estamos realizando técnicas que no se realizan en todas las Islas como la radiofrecuencia del nervio trigémino y tenemos buena comunicación con los neurocirujanos y con los rehabilitadores. Creo que el futuro será que funcione como una verdadera unidad, donde tengamos nuestro espacio propio y nuestro psicólogo y rehabilitador propios.

-Acaba de mencionar al psicólogo, ¿es importante que una persona con dolor crónico acuda a este especialista?

-Como parte del tratamiento integral del dolor, la consulta psicológica es muy importante. La mayoría de las unidades del dolor están incorporando un psicólogo especializado en dolor a su plantilla. Aquí, tienen acceso a los psicólogos del hospital, pero en el futuro hará falta un psicólogo en la Unidad, que se especialice en el dolor.

“El número de personas con dolor crónico en la Isla está alrededor del 15%”

-¿La Unidad del Dolor de Fuerteventura se libra de las listas de espera?

-Empezamos con una lista de espera heredada del Hospital Insular, que tenía un año de espera. Eso ha hecho casi imposible mantener un tiempo de espera menor al que tenemos. No nos libramos de las listas de espera. La población ha ido creciendo y el porcentaje de personas con dolor crónico es muy alta, alrededor de un 15 por ciento. Eso implica tener una plantilla suficiente para atenderlos sin que haya listas de espera y eso es casi imposible. Ahora mismo, la lista de espera está alrededor de seis meses para una primera consulta.

-Aproximadamente, ¿cuál es el porcentaje de personas que sufren dolor crónico?

-En Fuerteventura, no hay una estadística científicamente avalada. Si comparamos con otras Islas y lo que hemos ido atendiendo por ahora está alrededor del 15 por ciento.

-La fibromialgia afecta a muchas personas en Fuerteventura. ¿Qué perspectivas se les abre a estas personas con la Unidad del Dolor en la Isla?

-Se ha avanzado mucho últimamente respecto al diagnóstico y a la comprensión de la fibromialgia. Es una enfermedad bastante compleja de tratar. En la Unidad del Dolor intentamos que los pacientes con fibromialgia sean atendidos cuando tienen una causa muy clara y específica del dolor. La fibromialgia se supone que es una enfermedad que debe ser manejada, principalmente, por médicos de la Atención Primaria. Los de medicina comunitaria son los que tienen la formación para tratar a las personas con fibromialgia. Es una enfermedad, como muchas otras, que puede ser tratada tanto por el médico de familia como por el reumatólogo o cualquier especialista. No necesita un especialista específico para tratarla. Llegan a la Unidad del Dolor cuando tienen algún componente de su dolor en el que los otros especialistas consideran que podemos actuar.

-¿Está existiendo coordinación entre la Atención Primaria y la Unidad del Dolor en la Isla?

-Uno de los proyectos futuros de la Unidad del Dolor es que haya una coordinación con la Atención Primaria. Todavía no tenemos desarrollados los canales de comunicación entre la Atención Primaria y la Unidad del Dolor. Los pacientes que llegan a la Unidad lo hacen canalizados a través de los especialistas en rehabilitación, neurocirugía o traumatología, pero no llegan directamente desde el médico de familia. Eso es porque aún tenemos una capacidad limitada para atender a todos los pacientes y para atender las interconsultas. Necesitamos filtrar a las personas que realmente se van a beneficiar de la consulta del dolor. No todos los dolores requieren de una Unidad del Dolor. El proyecto que tenemos es que haya un canal de comunicación más fluido con la Atención Primaria y que esta haga parte de la intervención inicial del dolor.

-¿Cómo puede influir el dolor crónico en la vida de una persona?

-Está clarísimo que la misma definición del dolor ya implica que cuando una persona sufre dolor crónico mucho tiempo se van a ver afectados todos los niveles de su vida. Está visto cómo las personas con dolor crónico evitan salir a la calle, pierden el contacto con sus amistades. Muchas dejan de trabajar o están de baja durante tiempos prolongados. Cuando es crónico, este dolor se relaciona mucho con enfermedades como la depresión o la ansiedad. Todo eso va unido. En la Unidad del Dolor intentamos ayudarles a reparar todos los aspectos de la vida que han sido dañados por el dolor.

“Uno de los proyectos es que haya coordinación con Atención Primaria”

-Según vamos cumpliendo edad, ¿aumentan las posibilidades de sufrir el dolor crónico?

-Sí. Los mayores de 65 años tienen más posibilidades de sufrir dolor crónico después de una lesión. Esto, sumado a la osteoporosis, la artrosis y el sedentarismo hacen que el dolor cronificado sea más probable a partir de ciertos años.

-¿Qué opina de la acupuntura y terapias similares?

-La acupuntura tiene ciertos estudios que demuestran que diversas intervenciones son útiles en algunos dolores. La acupuntura no sirve para todo, desde el punto de vista científico. Forma parte de la cartera de servicios en el tratamiento del dolor de algunos hospitales. Tiene la dificultad de que no hay suficientes estudios y evidencia científica que apoye su utilidad.

-¿La Unidad majorera es autónoma o aún se tienen que derivar casos a hospitales de referencia de otras islas?

-En principio, nuestra idea es ser autónomos. No hacemos derivaciones porque podemos hacer todo lo que hace nuestro centro de derivación, que es el Hospital Insular. Yo me formé con ellos, por lo que las técnicas que hacen las puedo hacer aquí. En principio, las personas no necesitan ir a Gran Canaria para asuntos de dolor crónico.

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