El doctor Alfonso Pardo cuenta con treinta años de experiencia que ahora traslada al Hospital Parque Fuerteventura con la nueva consulta de cirugía estética y plástica bajo su dirección. Ofrece sus conocimientos en cirugía estética mamaria, corporal y facial. Asimismo, es especialista en blefaroplastias, tanto superiores como inferiores.

-¿Qué representa para los usuarios de Hospital Parque Fuerteventura la incorporación de la consulta que dirige a su catálogo de servicios?

-Significa ser un referente para la población local, tanto de Fuerteventura como de las islas cercanas, en el ámbito de la cirugía y la medicina estética. Un especialista de confianza al que acudir para tratar este tipo de necesidades con seguridad, profesionalidad y cercanía. En definitiva, se trata de consolidarse como un punto de referencia estable en el sector.

-¿Qué servicios ofrece principalmente la nueva consulta de cirugía estética y plástica?

-Como especialista con una experiencia de más de treinta años, puedo ofrecer un servicio altamente especializado y minucioso en el ámbito de la cirugía mamaria. Todas las problemáticas relacionadas con el pecho femenino pueden ser abordadas: desde el deseo estético de aumentar un volumen mamario reducido, hasta los casos opuestos en los que un pecho excesivamente voluminoso provoca molestias funcionales, lo cual requiere una intervención de reducción mamaria. Por tanto, llevo a cabo tanto mamoplastias de aumento como de reducción, según las necesidades específicas de cada paciente. Además, trato con frecuencia casos de malformaciones mamarias, como la mama tuberosa, una condición que, en mi experiencia, presenta una incidencia significativa. Fuera del ámbito mamario, también me dedico a la cirugía corporal, en particular la abdominoplastia combinada con liposucción, así como a la lipoescultura. Otro aspecto relevante es el tratamiento del lipedema, que actualmente puede abordarse eficazmente mediante técnicas modernas de liposucción. Ofrezco también servicios de remodelación corporal mediante transferencia de grasa autóloga -movilizando tejido adiposo desde zonas con exceso hacia aquellas con déficit de volumen-. Un ejemplo claro es el aumento de glúteos mediante transferencia de grasa desde el abdomen, a través de la técnica BBL (Brazilian Butt Lift), una técnica de nueva generación que permite esculpir y armonizar la silueta corporal de manera segura y natural. Por último, dentro del campo de la cirugía estética facial, en la consulta de cirugía estética y plástica se llevan a cabo blefaroplastias tanto superiores como inferiores, que pueden combinarse con técnicas de cirugía regenerativa facial mediante el uso de grasa autóloga para redefinir y restaurar volúmenes perdidos por el envejecimiento. También ofrezco intervención en casos de corrección auricular, como la otoplastia.

“La cirugía estética supone una transformación integral”

-¿Cuáles son las principales preocupaciones de los pacientes que acuden a su consulta?

-Es importante distinguir las preocupaciones estéticas según el género, ya que las demandas de la población femenina difieren de las de la masculina. En el caso de las mujeres, el procedimiento más solicitado es el aumento mamario en pacientes con volumen reducido o la elevación del pecho, técnicamente conocida como mastopexia, que muchas veces se combina con la colocación de prótesis mamarias. En segundo lugar, se presenta una fuerte demanda relacionada con la restauración de la silueta corporal tras la maternidad, que se concreta en lo que se denomina mommy makeover. Este tratamiento integral combina generalmente un aumento mamario con cirugía abdominal, que puede consistir en una abdominoplastia, una liposucción o una combinación de ambas técnicas. Por su parte, entre los hombres, el procedimiento más solicitado es la blefaroplastia, especialmente la inferior, aunque también la superior, debido al malestar que suelen provocar los signos de envejecimiento en la zona periocular. En segundo lugar, la intervención más requerida por los pacientes masculinos es la liposucción, enfocada principalmente a la mejora del contorno corporal.

-En cuanto a sus pacientes, ¿cuál es el perfil de las personas que requieren de este servicio de cirugía?

-Es fundamental distinguir entre la cirugía plástica reconstructiva y la cirugía estética propiamente dicha. Cuando hablamos de cirugía plástica reconstructiva, nos referimos a intervenciones que tienen como objetivo principal resolver problemas de carácter funcional. Un ejemplo típico son los tumores cutáneos, cuya extirpación y reconstrucción representan un campo importante dentro de esta especialidad. Cabe destacar que este tipo de intervenciones pueden realizarse también en el ámbito privado. Por otro lado, la cirugía estética nació históricamente como una disciplina de élite, especialmente entre las décadas de los años 60, 70 y 80. Sin embargo, con el paso del tiempo hemos asistido a una progresiva democratización de este tipo de procedimientos. Este fenómeno se ha traducido, entre otros factores, en una accesibilidad económica mayor, gracias también a una reducción general de los costes por parte de muchos profesionales del sector. En consecuencia, hoy en día, la cirugía estética ya no es exclusiva de un público reducido, sino que se ha convertido en una opción real y viable para un número cada vez mayor de personas, que pueden acceder a estos tratamientos con un esfuerzo asumible desde el punto de vista económico.

“Las prótesis mamarias de nueva generación tienen una alta sofisticación”

-Más allá de mejorar la apariencia de nuestro cuerpo, ¿cuál es la aportación a la salud de la cirugía estética?

-Sin duda, la cirugía estética también aporta beneficios significativos desde el punto de vista de la salud emocional y psicológica del paciente. Uno de los aspectos más relevantes es el aumento de la autoestima, que considero el beneficio principal. Cuando una persona se siente mejor con su imagen, cambia también su forma de enfrentarse a la vida: se vuelve más segura, más consciente de sí misma y de su potencial. Este bienestar interior repercute positivamente en todos los ámbitos de la vida: desde el entorno laboral hasta las relaciones interpersonales, tanto privadas como sociales. Por lo tanto, no se trata solo de un cambio físico, sino de una transformación integral que mejora la calidad de vida en su totalidad, contribuyendo a una salud más completa y equilibrada.

-¿Qué avances se han producido en los últimos tiempos en materia de cirugía estética?

-Las técnicas en cirugía estética están en constante evolución. Esto no significa necesariamente que una técnica más moderna supere en resultados a una más tradicional, pero sí es cierto que la literatura científica respalda un progreso continuo, especialmente orientado a la minimización de la invasividad. Uno de los objetivos principales es, de hecho, reducir al máximo la visibilidad de las cicatrices, lo cual representa un avance significativo en este campo. Otro ámbito de desarrollo relevante es el tecnológico. Las prótesis mamarias de nueva generación, por ejemplo, han alcanzado un nivel de sofisticación muy alto, con superficies texturizadas que favorecen una mejor integración con los tejidos y una mayor tolerancia por parte del organismo. Asimismo, la lipoescultura ha experimentado una evolución notable, con la introducción de nuevos dispositivos y tecnologías. Entre ellas, el uso de ultrasonidos para descomponer el tejido adiposo -lo que permite reducir el sangrado intraoperatorio- y la radiofrecuencia, que contribuye a mejorar la retracción cutánea tras la extracción de grandes volúmenes de grasa. Todo ello con el fin de obtener resultados más precisos, seguros y armoniosos.

-Es especialista en blefaroplastia ¿en qué consiste esta intervención y a quien se aconseja?

-El paciente típico de una blefaroplastia suele tener entre 40 y 50 años, una franja de edad en la que comienzan a evidenciarse los signos de envejecimiento en la región orbitaria. Lo más habitual es la aparición de bolsas de grasa y exceso de piel, un cuadro clínico común tanto en hombres como en mujeres. Un caso menos frecuente, pero igualmente relevante, es el de la acumulación de grasa en los párpados inferiores en pacientes jóvenes, debido a factores genéticos. En estos casos hablamos de apoptosis juvenil, una condición que puede manifestarse entre los 20 y 30 años.

-¿Qué recomendaciones realiza para mantener una actitud positiva y saludable que permita estar conforme con nuestro propio cuerpo?

-Más allá de la cirugía estética, existen sin duda una serie de hábitos y comportamientos que forman ya parte de una conciencia colectiva orientada al bienestar general. Se trata de llevar un estilo de vida lo más saludable posible: mantener una alimentación equilibrada y variada, y, a partir de los 40 o 50 años, incorporar complementos nutricionales que el cuerpo empieza a necesitar con el paso del tiempo. También es fundamental reducir el nivel de estrés en la medida de lo posible, practicar actividad física con regularidad y reservar momentos para la meditación, el descanso o simplemente para estar en contacto con la naturaleza. Afortunadamente, en estas islas contamos con un entorno ideal que facilita todo esto.