-Arrancó el mandato en el grupo de gobierno presidido por Juan Jiménez, del que formaban parte PSOE, Podemos, Ciudadanos, Nueva Canarias, AMF y la Agrupación de Electores. ¿Por qué fracasó, en su opinión, esa alianza, de la que salieron dos concejales?

-Me fui porque entendí que se había producido una falta de lealtad del grupo de gobierno y, aunque no fue precisamente por parte del alcalde (Juan Jiménez), sí que lo permitió. Estaba intentando que se le concediera el apoyo de Puerto del Rosario a Betancuria y que pudiera cambiarse la distribución de los fondos del Régimen Económico y Fiscal (REF), como ya se hizo en el pasado con Puerto del Rosario cuando yo era alcalde y Betancuria fue uno de los municipios que nos apoyó. Ahora mismo, la capital cuenta con el remanente suficiente para poder devolver ese gesto de solidaridad, que no se había apoyado en los mandatos de Marcial Morales y Nicolás Gutiérrez. En diciembre de 2019 hubo un encuentro en una cafetería de la capital entre el alcalde Juan Jiménez, Marcelino Cerdeña, alcalde de Betancuria, y yo, en el que se acordó apoyar a Betancuria en su reivindicación. Sin embargo, en la comisión informativa en la que debía aprobarse la incorporación de esa moción al orden del día para su debate en el pleno de enero, se me hizo saber que aún no se había acordado ese punto por parte del resto de grupo del grupo de gobierno, por lo que anuncié mi salida del mismo.

-Al final, ese cambio de criterio con respecto a la distribución del REF como reclamaba Betancuria se ha aprobado a lo largo del mandato. Hay una expresión que viene al caso: ¿para este viaje hacían falta tantas alforjas?

-Reconozco que no estaba en el grupo de gobierno por lo que estaban otros, como, por ejemplo, el sueldo, ya que yo ni cobraba. Mire, yo me quedo si estoy a gusto, y cuando digo una cosa, me comprometo. No admito que, cuando hay una palabra dada, se la salten por cuestiones mundanas. En ese momento, conmigo se produjo una situación que me abocó a la ruptura, aunque al final lo aprobaron.

-Durante este mandato, desde el grupo de gobierno se han quejado de forma periódica de que se ha intentado fraguar una moción de censura presionando a concejales para que se alinearan con la oposición. Incluso, aseguran, traspasando ciertos límites, como consideran que sucedió con la querella de la antigua asesora de la Agrupación de Electores, que atribuyen a un intento de descabalgar a Juan Jiménez de la alcaldía. En última instancia, si acusan en abstracto, indirectamente le están acusando a usted también. ¿Cómo lo recibe?

-Con indiferencia. Es cierto que se han intentado fraguar mociones de censura y se seguirá intentando, me imagino. Públicamente digo que apoyaría cualquier moción de censura, impulsada por quien fuera, porque entiendo que el Ayuntamiento es un barco a la deriva y en peligro. Además, no me hace ni falta estar en el gobierno para apoyar esa moción de censura. Cualquier partido está en su derecho de fiscalizar la actuación del grupo de gobierno. Y este pensamiento es anterior a la denuncia de la exasesora, Yaiza Sotorrio, que está justificada porque ella entiende que la despidieron por la presión que ejerció el concejal José Juan Herrera.

-A un año prácticamente de la campaña electoral, ¿cree que hay margen para que se pueda fraguar una moción de censura?

-No lo sé. Lo que sí digo es que, si existe la ocasión, yo la firmo. Lo que es una locura es dejar seguir actuando al actual equipo de gobierno.

-Dice que el Ayuntamiento de Puerto de Rosario es un barco a la deriva en situación de peligro. ¿Podría especificar alguna de las actuaciones que reprocha?

-En cualquier institución municipal la gestión se lleva a cabo, incluso si no hubiera concejales al cargo. Hay una parte administrativa que funciona incluso mejor por sí sola. El gobierno político debe ponerse objetivos que superen esa gestión. Se necesita un proyecto de ciudad. Es lo que echo en falta en esta Corporación. No se sabe si quieren parques, si quieren más viviendas... porque, al final, no tienen definido ningún proyecto de ciudad. Se está produciendo una pérdida de oportunidad increíble, y terrible, en una situación en la que el Ayuntamiento no tiene deudas. Cuando yo entré a gobernar en el Consistorio teníamos una deuda de 3.000 millones de las antiguas pesetas y un presupuesto de 1.200 millones, no podíamos acogernos a programas de empleo y tuvimos que crear la mancomunidad centro-norte de Fuerteventura para poder funcionar. En cambio, este Ayuntamiento está en una situación privilegiada y no se está aprovechando.

“Se necesita un proyecto de ciudad. Es lo que echo en falta en esta Corporación”

-En el pasado mandato entró en vigor el nuevo Plan General de Ordenación (PGO), pero casi cinco años después hay quien considera que, desde el punto de vista urbanístico, Puerto del Rosario no ha cambiado demasiado. Usted llegó a presentar una iniciativa para el desarrollo de un gran parque que, de forma implícita, supone reconocer que el Plan General no contempló las zonas verdes adecuadas para la capital.

-La iniciativa tenía como objetivo modificar el planeamiento municipal, dado que ese suelo, en el que consideramos que sería una fantástica opción la creación de una amplia zona verde, tiene uso residencial. Si se ejecuta en las condiciones urbanísticas actuales, se van a hacer 3.000 viviendas. En el Plan General sí se contemplan zonas verdes, pero el mínimo, según los estándares urbanísticos. No hay una apuesta firme por un modelo más humano, que permita hacer una ciudad atractiva. Hay que cambiar el Plan General. Siempre he considerado importantísimo que Puerto del Rosario cuente con una zona verde en el centro. Podemos seguir la inercia y dejar que se construya todo o ‘coger el toro por los cuernos’ y cambiar el planeamiento. [La iniciativa se refería a desarrollar un parque de 350.000 metros cuadrados en las inmediaciones del Recinto Ferial, la Estación de Guaguas y el campo Francisco Melián].

-Pero los derechos urbanísticos que ya están en el planeamiento habría que compensarlos...

-Claro. Es de primero de parvulario. Había mucha gente que estaba dispuesta a vender. O se le da uso al terreno o se compra por los procedimientos adecuados. Es una opción política. Hay que plantearse cómo quiere el Ayuntamiento que esos propietarios desarrollen sus derechos, construyendo o comprándolos. En este momento, el Consistorio tiene capacidad financiera para hacerlo. El Plan General es un instrumento que no se adapta a las necesidades de la ciudad. El parque que planteaba y planteo sería el gran pulmón, como es el García Sanabria en Santa Cruz de Tenerife, el María Luisa de Sevilla o el Retiro de Madrid. Tenemos esa oportunidad. A Puerto del Rosario le hacen falta tres equipamientos fundamentales: una gran zona verde central, una ciudad deportiva, que podría ir entre los barrios de Fabelo y Rosa Vila y que es fácil de adquirir, y un espacio institucional y deportivo en el Recinto Ferial. Con esto, la ciudad tendría todos los equipamientos y además en los lugares adecuados. Puerto del Rosario puede llegar a ser una de las ciudades más bonitas, porque está bien estructurada.

-Pese al Plan General, en los últimos años no se han desarrollado nuevas urbanizaciones en la capital, ni siquiera una, como sería Rosa del Lago, vinculada al empresario Pedro Agustín del Castillo, que fue presidente de Binter y está considerado una de las grandes fortunas de Canarias.

-El desarrollo urbanístico es complicado de ejecutar. A veces es más por falta de ganas de la propiedad que por otra cosa. El urbanismo complicado es el que no es lucrativo. El Plan General habría que cambiarlo por completo. Evidentemente lo que está consolidado hay que dejarlo así, pero Puerto del Rosario tiene un 30 o 40 por ciento de terreno que no está consolidado.

-El pasado noviembre, firma su entrada, de nuevo, en AMF. ¿Por qué?

-Yo nunca he roto con AMF. Antes de las últimas elecciones, tomé la decisión de presentarme al margen del partido, porque se hizo un planteamiento en AMF sobre cómo acudir a los comicios y, en mi caso, discrepaba sobre la estrategia de pactos, porque prefería que se fuese en solitario, pero la relación siempre ha sido excelente y he estado colaborando con sus miembros. En la actualidad, viendo la situación política general, estamos abocados a encontrarnos de cara a unas elecciones. Es importante que AMF coja más cuerpo y estoy convencido de que va a tener un papel muy importante en las próximas elecciones. Desde el último congreso se está viendo que hay un fortalecimiento y esto posibilita que la gente se incorpore. En las próximas elecciones el panorama político quedará reducido a cuatro fuerzas políticas: PSOE, CC, PP y AMF. Van a perder presencia Podemos y Ciudadanos y puede que se mantenga algún partido local.

-¿Cree que puede llegar a entrar Vox en las instituciones locales, por ejemplo en el Ayuntamiento de Puerto del Rosario?

-No. En las anteriores elecciones sacó 500 votos. Ahora no ha habido un incremento de intención de voto, según la última encuesta publicada, del sociobarómetro de Canarias. El que más ha subido es el PP, que está recuperando a los votantes de derechas.

-Antes decía que se desligó de AMF por la política de alianzas del partido antes de las elecciones, a las que fue de la mano de Nueva Canarias... ¿Está en contra de reeditar ese acuerdo?

-No fue en sí por la alianza con Nueva Canarias. Yo tengo una excelente relación con Nueva Canarias. Fue, en ese momento, por la política de pactos que se iban a llevar predefinidos en la propuesta poselectoral en Fuerteventura. Entendía que, en aquel momento, pactar con CC era estar supeditado y esa era la intención de Román Rodríguez.

“Estoy seguro de que AMF va a tener un papel muy importante en las elecciones”

-No todo el mundo pensaba que Sergio Lloret se fuese a comer las uvas como presidente del Cabildo de Fuerteventura y este mes de marzo cumple un año de la Corporación insular, con una situación diría que inédita, con el único respaldo, en un grupo político inicialmente de tres miembros, de sí mismo. ¿Cree que esa alianza de gobierno entre AMF y CC se puede reeditar a nivel local o incluso concurrir juntas de cara a las elecciones al Parlamento de Canarias?

-La postura mayoritaria de AMF, y la mía personal, teniendo en cuenta que estoy en la comisión de pactos con facultades para negociar, es que AMF no va a ir sola las próximas elecciones, como estrategia política. ¿Quién puede ser ese alguien con el que vayamos? Todos. No tenemos impedimentos por una cuestión de ideología o de banderas. Trabajamos por Fuerteventura, queremos hacer cosas por la Isla y, en un momento determinado, lo mismo con el que más cerca podemos estar pues no puede ser. Estamos en política para intentar hacer lo mejor en favor de Fuerteventura y de sus municipios. Vamos a oír a todo el mundo y estamos abiertos a todos.

-Por lógica, esa posibilidad de pactar con todo el mundo se reduce a dos opciones: NC y CC. Sería extraño que el PSOE o el PP llegasen a un acuerdo con un partido de ámbito insular. No hay muchos antecedentes.

-¿Usted cree?

-A veces la política rompe sus esquemas lógicos de un año para otro...

-El acceso de Sergio Lloret a la presidencia del Cabildo se debió a una situación de esas, a un mal entendimiento por parte del PSOE de la situación política de Fuerteventura. El PSOE, con el apoyo de AMF, podía consolidarse como primera fuerza política y gobernar durante tres o cuatro mandatos prácticamente en todas las instituciones y no supo entenderlo. Son errores trágicos que te hacen caer en picado. El problema en política es que no entendemos muchas veces la situación y tenemos unos clichés clásicos de “con este no pacto”. Personalmente, considero que todos los partidos son válidos. Los partidos pequeños tenemos que ser más hábiles porque, si se nos dan oportunidades, o las aprovechamos o desaparecemos. No tenemos que estar esclavizados por los clichés tradicionales. Nosotros estamos abiertos a todos. La afinidad ideológica no es un obstáculo.

-Ha venido a decir que Blas Acosta (PSOE) no supo entender el momento político y, al final, generó el escenario que abocó a la ruptura y a perder la presidencia del Cabildo y, en cambio, Mario Cabrera (CC), en sentido inverso, sí ha debido entenderlo y ha llegado a un acuerdo con AMF y con antiguos rivales como Sergio Lloret o como usted mismo.

-Así es. Cuando se ven fuera, comprueban que la única solución para entrar y, además, eliminar al más fuerte, que es el PSOE, somos nosotros. Que no es lo que más les gusta, pues quizás, pero renunciaron a cosas para recuperar el protagonismo.

-Como miembro de Asambleas Municipales de Fuerteventura y con responsabilidad en la comisión de pactos, le planteo la siguiente situación: AMF pide en el Cabildo a la consejera Sandra Domínguez, tras abandonar su partido, que entregue el acta y abandone el cargo, mientras que AMF en el Ayuntamiento de Pájara que preside da amparo a un concejal que abandonó su formación política y que se niega a entregar el acta... ¿Qué diferencia hay entre Sandra Domínguez y Rodrigo Berdullas?

-Que Rodrigo Berdullas no está en tu partido. El partido está en el derecho de pedirle el acta al cargo público que se presentó en su lista electoral y, si no la entrega, pues entonces las instituciones tienen que seguir con su marcha. Él, [Rodrigo Berdullas], toma la decisión de abandonar voluntariamente su formación y ya la situación en la que pueda estar con su antiguo partido es algo distinto.

-No da la impresión de que la ética se le reclama a los que han sido de tu partido, pero no así a los que son de otras formaciones y se aprovechan de ellos.

-Puede parecer eso, pero no es así. En tu casa puedes reclamar una actuación, pero en otras no te vas a meter. Es un concejal que está gobernando con AMF y luego decide irse. La situación que tenga con Podemos que la arregle Podemos.

-Pero, en el caso de Sandra Domínguez, ¿se barajó considerarla consejera no adscrita?

-Sí, se pidió. En términos jurídicos también es distinto, porque Sandra Domínguez pertenece a un grupo político y Rodrigo Berdullas no, es del grupo mixto, y la legislación es distinta, porque no te pueden expulsar del grupo mixto. Podemos no cuenta con grupo propio en el Ayuntamiento de Pájara y, por tanto, no puede pedir la expulsión de Berdullas del mismo y que pase a los no adscritos.

-¿Cómo lleva la sensación de que ‘Manolín’ Travieso está allí donde hay una crisis política, una posibilidad de pacto, una estrategia? ¿Es más leyenda o hay algo de realidad en que le sitúen como actor clave en esos momentos?

-Hay algo de realidad. Yo he estado en todas estas situaciones, pero no como alguien que puede manipular y decidir. He estado asesorando e intentando llevar a buen puerto lo que se ofrece, sin más. ¿Que asesoré a AMF en la moción de censura del Cabildo de Fuerteventura [que al final no fue necesario presentar porque Blas Acosta dimitió como presidente]? Sí. ¿Qué salió bien? También.