Anabella Mazzeo

Ni una más

Mi hermana Lorena Mazzeo, una joven de 34 años italo-argentina venida a Europa hace, aproximadamente, si no me equivoco desde el 2006 o 2007, con muchas ilusiones y sueños, una mujer con el deseo de ser independiente y de crecer, desde joven, al igual que todas nosotras, nos encontramos de frente a las social networks, y en estos últimos tiempos hemos visto como se ha transformado este mundo, y lo peligroso que es conocer gente por medio de estas.

Como le sucedió a Lorena podía haberle sucedido a cualquiera de nosotras, todas estas noticias en España que informan de tantos casos de feminicidio al igual que el de estos días del hombre alemán que mató en una cueva de Tenerife a su mujer y su hijo de 10 años, y el pequeño de cinco años que pudo escapar y después de vagar por seis horas consiguió ayuda.

Todas estas noticias se transformaron en ruido de fondo algo, completamente abstracto. Hasta que se llevaron a Lorena, ese día fue horroroso cuando me habían llamado y me enteré de lo que le había pasado a la única persona que dejé acercarse a mí. Ella vino a Italia muchas veces pero amaba la cultura española, amaba vuestra isla, y deseaba que su madre se uniera a ella, abrir una peluquería canina, y quería una familia, su propio destino. El que la mató, un militar joven que volvía de misión en Afganistán, con problemas de uso y abuso de cocaína, se encontró humillado y dice él que no pudo evitar asesinarla. Un hombre que había jurado a este Reino, que, a su vez, su familia y amigos estaban orgullosos de él. ¿Qué salió mal.? Todas estas vidas arruinadas, ¿Quién controla a nuestros militares cuando vuelven de misiones? ¿Quién informa a las mujeres en un estado vulnerable a lo que se refiere al derecho a la defensa, que podemos tener, por ejemplo, derecho a poseer un gas irritante para evitar agresiones como el estrangulamientos desde atrás?

¿Quién está ahí para garantizar que no suceda, que no haya ni una más? Creo que nos encontramos responsables de este acto infame, al igual que muchos que ha existido y si no tomamos acción ahora mismo se seguirá repitiendo miles y miles de vidas arruinadas, futuros, sueños e ilusiones enteras de familias perdidas en un ruido de fondo en las noticias hasta que nos llamen al teléfono y nos digan que la persona que amamos fue brutalmente borrada de la faz de la tierra.

“No solo quiero justicia para nuestra hermana, quiero prevención información, y sobre todo difusión sobre nuestros derechos como mujeres, como individuos, y que realmente se luche por la igualdad de género a 360 grados. Lorena vivió acosada sexualmente toda su vida y sufría desigualdad social todos los días, ella había perdido a nuestro hermano en mayo de ese mismo año, y estaba realmente dolida mucho por esto. Estaba sola e indefensa. Cuantas personas tienen que seguir viviendo así esperando un final tan injusto y doloroso como el de Lorena... Por esto junto a profesionales una criminóloga y policías y demás voluntariamente y sin ánimo de lucro preparamos el programa libérate y escapa para convertirla en una asociación en memoria de ella y por desgracia de muchas más. Por el simple objetivo de que no haya NI UNA MÁS”.

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