
Melones traigo

Llevo años digiriendo el tema de la identidad y quién está validado para desarrollarse en un sitio o alzar la voz en un movimiento. Melonazo para hilar fino a lo largo de una vida entera, y yo aquí escribiendo un artículo de opinión. Vamos a ir definiendo.
No hablamos de cualquier lugar, hablo de Canarias, o para acotarlo más, centrémonos en Fuerteventura. Siendo majorera por todos los costados y bastante inquieta, me he interesado en conocer la historia de la isla. Sé lo que significa la palabra majorero y quiénes estaban aquí previo al boom turístico que, antes o después y junto con algunos retrocesos, trajo el progreso: agua corriente, electricidad, sanidad y nuevas ofertas laborales.
La isla en los 90 había aumentado de población con la llegada de mucha gente de la península ibérica que ocupó puestos profesionales necesarios para el desarrollo y bienestar de la gente de aquí y de los que venían. Hablo de médicos, profesores, abogados, arquitectos... Algunos majoreros y canarios también lo eran, pero muy pocos, porque no había dado tiempo de que se produjera un cambio económico suficiente para la mayoría de las familias, ya que para cursar estudios universitarios había que irse fuera de Fuerteventura o incluso de Canarias.
Si comparamos los compañeros que yo tenía en primaria con los de mis sobrinas, el porcentaje de majoreros ha pasado del 80 % al 20 %, y definir lo que es majorero es otro melón.
Es importante para la prosperidad de un pueblo tener referentes próximos a tu propia identidad. Como ejemplo, una profesora de historia que tuve en secundaria que fue influyente para muchos de nosotros. Fue Irene Hormiga. Ella es defensora hasta la médula de nuestra tierra, su cultura y su territorio. Al ser majorera, la lucha ya no era solo de aquellos que no conocemos. Nos hacía pensar, cogíamos autoestima y le dábamos importancia a lo que comían nuestros abuelos porque ella se la daba, poníamos el foco en algo cotidiano que parecía insignificante —o para algunos incluso despreciable, la dichosa endofobia—.
Hoy en día, muchos han despertado porque la globalización ha supuesto una invasión de otras culturas y por contraposición cada vez más gente reclama mantener las tradiciones canarias, o lo que creemos que es nuestra identidad. Ahí hay otro melón que dejo para los historiadores especializados. Sigo.
Especialmente en los últimos tres años, se ha instalado en la isla mucha gente de todos lados. Un boom demográfico. Algunos se significan e intentan formar parte de la sociedad que acoge, y por eso se les nota presentes, y otros por su cultura, idioma o lo que sea, no se integran tanto en los movimientos sociales, las fiestas u otros lugares comunes al resto. Pero aquí están también. No querer ver la realidad no significa que no exista. Me da mucha pereza escribir sobre esto porque es un tema conflictivo entre algunos canarios y el resto, pero voy a abrir este melón porque ya no hay tiempo para lloriqueos, emociones o prejuicios.
A Drago Canarias nos llueve el hate en redes sociales por parte de unos pocos canarios y otros tantos zorros de partidos madrileños que no entienden que un partido hecho por canarios para Canarias tenga portavoces de habla diferente a la nuestra.
Hay gente que la única vía de salida que ve a este colapso es la independencia retroactiva. Algo que solo podría ejecutar un régimen dictatorial y fascista. También pueden volver los periodos de hambruna o que estalle la Tercera Guerra Mundial y que la gran mayoría de los residentes salgan por patas. Pero lo más cercano a la realidad que experimentamos aquí y ahora es que hay que ponerse en el mismo bando de los que tienen la misma actitud: respeto por esta tierra y su pueblo. Parece complicado, pero no lo es si nos damos un tiempo para razonar e informarnos antes de reaccionar visceralmente. Y el melón lo merece.
La independencia es una meta justa, noble y digna para un pueblo colonizado como el nuestro, pero conlleva un proceso exhaustivo de decisión colectiva y soberana. No me parece justo que ese debate sea el motivo de ruptura dentro de un movimiento social tan importante como el que estamos viviendo ahora, que puede cambiar la deriva de las Islas para siempre.
Llego a pensar que los activistas que están dando diplomas de pureza canaria —ahí otro melón— trabajan voluntaria o involuntariamente para partidos o empresas que quieren desactivar a la gente que sí tiene capacidad de análisis y de trabajo, y con la voluntad de poner la cara con nombres y apellidos. El momento presente es tan crucial que tenemos que librar la lucha en la calle y en las instituciones. Un camino es tan noble como el otro.
Drago Canarias nació para representar una esperanza de cambio y, por supuesto, apoya todos los ejercicios de soberanía que quiera ejercer el pueblo canario ¿Mi opinión personal? Canarias Libre, Rica y Sostenible. Pero si hoy no es el momento de debatir esto al nivel que merece, vale. Intentemos al menos parar ya el destrozo y la corrupción por todos los medios y a todos los niveles.
No voy a mencionar a toda la gente con origen extranjero —con ello me refiero a cualquiera nacido o criado fuera de la tierra— que se ha partido la cara por proteger las islas, pero invito al lector a hacer ese repaso personalmente. Es absurdo matar al mensajero. Lo importante es el mensaje, la actitud y los hechos que uno trae. Está claro que los que tenemos gran arraigo a esta tierra, sobre todo familias enteras que han sobrevivido a sequías, hambrunas, escasez y falta de medios, sabemos cómo prosperar, y aquí seguimos los majoreros, aunque en minoría.
Al que venga, le pedimos escucha, luego consejos y después manos y unión. Y si la gente que habita un lugar te pide que pongas la cara y defiendas esto, eres muy valiente y te lo agradecemos. Así pondrás la voz por los que tienen miedo. Si el sistema amedrenta a los propios y censura a los nuevos, el monstruo se queda.
Un ejemplo de movimiento en el que había gente de fuera liderando, representando o librando la lucha fue Salvar Tindaya. Muchos majoreros preferían que se perforara la montaña, pero algunos canarios y también gente nacida fuera lucharon en contra. Esto no conlleva solo hacer pancartas, sino una acción tras otra, informarse leyendo miles y miles de folios, conocer la legislación y redactar alegaciones. Desde aquí, gracias a todos los que lucharon y gracias a todos los que sentaron escuela.
Otro melón. También se ha sentido en redes un desprecio por la ganadora del premio de artesanía de este año por su origen y por el tipo de artesanía que hace. Se están instalando unos sentimientos de odio reactivos que ni siquiera permiten al odiador razonar o informarse sobre lo que hay detrás.
La foto que acompaña este artículo la saqué un día que fui como intérprete voluntaria a la sede de la Asociación Entre Mares. Su lema es "unir sin confundir, distinguir sin separar". Ese día había gente de Gambia con unos trámites y dije pa’llá voy. Tenían la sede en el Centro de Artesanía de Puerto y al entrar me encontré esa foto colgada en la pared. La señora que entrelaza con sus manos hojas de palma es mi bisabuela Catalina.
Me llevé una gran sorpresa al verla allí y lo sentí como un abrazo desde el cielo. Como buena majorera de las de antes sabía hacer de todo con sus manos y producir los objetos necesarios con el material que había. Trabajadora incansable y buena conocedora de las labores del campo, fue premiada, distinguida y querida en la isla, y su estela la siguió su hija, también llamada Catalina. La siguiente generación también heredó su saber y arte, pero ya no con tanto ahínco. Lo lógico. Ahora tenemos otras oportunidades y necesidades.
Casi siempre es el sistema capitalista quien dictamina a día de hoy si un producto se queda o no. Las instituciones tienen que hacer valer y proteger nuestra artesanía tradicional porque está en extinción. Tanto que cuesta encontrar artesanos tradicionales no premiados en la isla, si es que los hay. Si la señora premiada este año se ha instalado en la isla respetuosamente y desarrolla artesanía y clases que, además, sirven de motivo para que la gente —prejuzgo señoras mayoritariamente— se reúna y pase un buen rato, ya vale la pena premiarla.
Por favor, a todos los que se envenenan pensando que no se lo merece por su origen o disciplina: ya fue, asúmanlo, es un claro ejemplo de cómo está hoy la sociedad de Fuerteventura. Hasta me duele que gente de otras islas hagan comentarios sobre la situación de la nuestra, porque los gobernantes elegidos con los votos capitalinos han tenido mucho que ver en el descontrol que vive hoy día Canarias y mucho más Fuerteventura.
Si quieren hacer algo productivo, manifiéstense, creen contenido, razonen y difundan un mensaje, redacten alegaciones, afíliense o hagan lo que crean útil para parar el monstruo, pero acuérdense de que la costa o el campo de las islas no va a quedar tal como se ve ahora. Los ayuntamientos ya tienen registradas muchas licencias urbanísticas que están cambiando nuestro entorno continuamente. Hay que hacer piña ya. No hay más tiempo que perder.
Mientras tanto, cada vez que cojo el coche se me saltan las lágrimas. Ya lo he dicho, pero lo repito por si a alguien más le pasa y nos juntamos a pasar el trauma. Pongo música y solo oigo letras que me dicen: ánimo, esto tiene cura. Llego a El Cotillo y veo obras nuevas hasta la misma arena. Desde mi casa oigo el ruido de las palas, obras y trasiego por doquier. Por favor, si te sientes identificado dame un silbidito. Juntos somos más. Tampoco te quedes atrás por respeto, por no ser de las islas —sí, esto también pasa—, y a los que se quejan de que usurpen nuestra representación: pon tú el acento. Todos juntos a trabajar.
* Portavoz de Drago Canarias en Fuerteventura
Comentarios
1 Francesca Vie, 09/05/2025 - 16:55
2 Luis Alberto Ca... Vie, 09/05/2025 - 19:09
3 Susana Pintos G... Sáb, 10/05/2025 - 14:39
4 Majorera Dom, 11/05/2025 - 10:09
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