Cada año se anuncian presupuestos récord en la isla de Fuerteventura. El cabildo insular y los ayuntamientos rubrican cifras crecientes que podrían suscitar esperanza. Pero la ciudadanía vive otra realidad: servicios deficientes, infraestructuras obsoletas, patrimonio abandonado y una sensación clara de improvisación institucional.

Más recursos, misma carencia

Las partidas crecen, pero lo que importa no —o al menos no lo suficiente—: transporte urbano limitado  a solo  la capital, una única guardería pública para toda la capital (o prácticamente), un solo hospital que debe absorber residentes y visitantes, instalaciones deportivas envejecidas, planes urbanísticos y de ordenación territorial sin actualizar desde hace décadas. En este contexto, llama la atención que buena parte del gasto institucional se oriente a fiestas, eventos y conciertos, lo que refuerza la percepción de que los gobiernos locales funcionan más como comisiones de fiesta que como gestores del dinero público.

Eventos festivos antes que servicios esenciales

Ejemplos: el presupuesto del Cabildo Insular de Fuerteventura para 2025 incluye una partida de 350.435,62 € para “Festival Fuerteventura en Música” y se destinaron 700.000 € del remanente de tesorería a otro gran festival “Arena Negra”, además de fiestas patronales y privadas organizadas y financiadas con dinero público, incluidas en ese gran presupuesto que cada año bate récords. Mientras tanto, los ciudadanos reclaman mejoras en agua, transporte, sanidad o educación en general.

En pleno proceso de estabilización económica (que limita gasto y contrataciones públicas) ver esas prioridades festivas agrava aún más la percepción de mala gestión.

Patrimonio cultural: un valor ignorado

La isla posee un legado patrimonial extraordinario: yacimientos aborígenes, grabados rupestres únicos, molinos tradicionales, gavias, casas señoriales, aljibes, caseríos… Pero la administración ha relegado su conservación, mantenimiento y valorización:

- Montaña de Tindaya: Monumento natural y Bien de Interés Cultural (BIC) por sus grabados podomorfos, uno de los yacimientos más importantes del archipiélago.

- Molinos y molinas tradicionales: muchos protegidos legalmente, otros en ruina, vandalizados o sin restauración.

- Yacimientos arqueológicos sin vigilancia, sin vallado y sin estudios de conservación.

- Museos sin actualización, sin inversión estable en personal cualificado y varios de ellos cerrados a cal y canto.

- Expedientes de protección patrimonial paralizados durante años.

- Inmuebles históricos comprados en pasada legislatura que se deterioran

El resultado: un patrimonio que podría ser motor cultural, educativo y turístico de calidad, pero que sigue tratado como accesorio político.

Parálisis institucional y reclamos ciudadanos

- En el municipio de Tuineje se denuncia una paralización administrativa e institucional a todos los niveles: licencias que tardan meses, proyectos bloqueados, falta de respuestas. Y con la suspensión del pasacalles infantil del Tran Tran por falta de plan de seguridad como último esperpento

- En Pájara, la manifestación ciudadana bajo el lema “El Sur Despierta” evidencia la frustración vecinal con una gestión municipal que consideran incapaz de responder a necesidades básicas: agua, vivienda, alumbrado, urbanismo.

- Mientras tanto, la cuadratura del gasto público prioriza eventos antes que planificación, conservación y servicios esenciales.

Puerto del Rosario y La Oliva no escapan a la deficiente gestión, aumentada en el caso de La Oiva por una inseguridad ciudadana creciente y palpable en la ciudadanía , mientras en la capital, toda la esperanza que trajo un nuevo gobierno se ha difuminado en estos 2 años de total decepción para unos vecinos que ven desolados como estamos peor que en la pasada legislatura.

Prioridades invertidas

El dilema es claro: ¿es razonable invertir cientos de miles en conciertos cuando no se garantiza transporte en todos los municipios (excepto para poder acudir de manera gratuita a todos estos eventos, más que curioso), cuando el agua falla o cuando el patrimonio se desmorona? No se trata de demonizar la cultura o las fiestas, sino de colocar cada cosa en su nivel. Cuando lo esencial flaquea, todo lo demás pierde sentido.

Fuerteventura no está falto de recursos, sino de gestión. Los titulares de “presupuesto récord” pueden ser atractivos, pero la ciudadanía no mide cifras, mide resultados. Y en muchos barrios de la isla los resultados brillan por su ausencia.

Esta isla necesita administraciones que actúen con transparencia, urgencia y visión de futuro. Que pongan al ciudadano en el centro, no al evento. Que conserven lo que somos, para que podamos construir lo que queremos ser. Si no lo hacen, los presupuestos seguirán siendo solo promesas, y las fiestas solo escenografía.

*Secretario de SOS Fuerteventura