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Playitas Resort, el oasis del deporte

El establecimiento, referencia en Europa, apuesta por la comida sana y el respeto al medio ambiente

Lourdes Bermejo 3 COMENTARIOS 26/08/2019 - 06:28

La marca Playitas (propiedad de DER Touristik, parte del grupo alemán REWE) se ha convertido en una referencia hotelera de primer orden para Fuerteventura. Se implantó en la Isla con Playitas Resort, en el pueblo del mismo nombre y cuenta con otro establecimiento en el sur, La Pared Powered By Playitas. La cadena está en plena expansión, con la reciente puesta en marcha del resort Aquavista, en Hurgada (Egipto), y preparando dos aperturas en ciudades europeas.

Sin embargo, Playitas Resort es el único establecimiento explotado directamente por DER Touristik, por lo que se ha convertido en un símbolo de la filosofía del grupo alemán, con su propuesta deportiva para toda la familia, pero, también, con implantación social en la zona en la que se localiza, el municipio de Tuineje.

La seña de identidad del resort es, además, la apuesta por la alimentación sana y el cuidado del medio ambiente. Una encuesta realizada recientemente entre doscientos vecinos de Gran Tarajal por el equipo Playitas Nature, encargado de regular los estandartes de responsabilidad social, medioambiental y de calidad turística, arroja un 94 por ciento de respuestas positivas a la pregunta de si considera beneficiosa para la comunidad la labor que desempeña Playitas Resort, con una filosofía de compatibilidad de crecimiento económico y protección del medio.

Entre las curiosidades del sondeo a la población del enclave en el que se ubica este resort, el de mayor oferta deportiva de Europa, destaca que un 34 por ciento de los encuestados o algún miembro de su familia ha trabajado en algún momento para Playitas Resort, experiencia calificada de “favorable” para el 83 por ciento.

Por su parte, quienes nunca han formado parte de la plantilla, admiten otras ventajas, por ejemplo, en el ámbito del comercio local, al tratarse de una compañía que no trabaja el denominado todo incluido. El 89 por ciento de los encuestados definen la actividad de Playitas como “más que favorable” para el desarrollo económico de Tuineje. El 41 por ciento de los vecinos señala la “significativa contribución” de Playitas en la celebración de eventos deportivos y culturales, donde la cadena es un patrocinador habitual.

De hecho, en 2018 el resort deportivo colaboró en la realización de 34 eventos en la Isla y promocionó a numerosos atletas locales, bajo su premisa ‘educar en el deporte’. Destaca la colaboración con el club deportivo Breñamen, con 200 inscritos entre niños y adultos de Tuineje. La directora comercial y de marketing de Playitas Resort, Juana Hernández, subraya que la línea de Playitas es “ofrecer unas vacaciones deportivas, no solo para profesionales sino para amateurs, ya sea familias, grupos, incluso viajes escolares, ahora que estamos diversificando el mercado que nos llega y acogemos turismo canario y peninsular”.

Si el complejo de Tuineje está más enfocado a triatletas, nadadores, trail, fitness o ciclismo, aprovechando la piscina olímpica, en La Pared se saca el máximo partido a las vistas y ubicación, para ofrecer yoga y surf, además de las actividades deportivas habituales.

Productos kilómetro cero

Marcos Roger, coordinador del equipo Playitas Nature (en el que se integran ocho personas de la plantilla, entre preparadores deportivos, un ingeniero, un asistente de dirección y responsables del departamento de comida y bebida) destaca la tendencia de comida sana y kilómetro cero que se sigue en el establecimiento, lo que ha propiciado el cultivo de verduras y frutas en sus propios huertos para abastecer los restaurantes y las llamadas esquinas “de proteína, carbohidratos, la esquina vegana y comida sana”.

Así, a los actuales mil metros cuadrados de ecogardens (huertos ecológicos) se sumarán, de manera inminente, otros dos mil metros repartidos entre La Pared y Playitas, con papayeros, cebollas, berenjenas, plátanos, pimientos, especias, lechugas, naranjeros, limas, “que vienen muy bien para las barras” y, desde este mismo mes, 250 ejemplares de olivo. Estos árboles serán plantados por los propios clientes, “que podrán hacer el seguimiento de su árbol, con placa incluida, en sucesivas visitas”, una acción que persigue compensar la huella de CO2 además de, en un futuro, contar con almazara propia para surtir de aceite los buffets.

Otra iniciativa ecológica es la producción de miel, con cinco colmenas instaladas en el campo de golf. “La servimos a los clientes y es una forma de polinizar naturalmente el campo”, indica Marcos Roger.

La parcela se abastece del agua que producen la desaladora y potabilizadora propias. Estas líneas ambientales, pioneras en el sector turístico de Fuerteventura, encuentran muy buena acogida por parte del director general de Playitas, Markus R. Kampen, “que no es que apoye las ideas del equipo, sino que, muchas veces, las propone él mismo”, asegura Juana.

El complejo ha eliminado en el último año más de un millón y medio de envases y otros elementos de plástico desechables. Markus Kampen recuerda, a este respecto, una anécdota acontecida tras su estancia de siete años en Marruecos. “Era vecino del rey Mohamed VI y, cuando dejé el país, le trasladé mi agradecimiento por la hospitalidad recibida, pero le dije: ‘si yo tuviera su poder, ordenaría erradicar el plástico de comercios y establecimientos’. No sé si fue por mi consejo, pero a los dos años se dio la orden y, desde 2016, Marruecos es un país libre de plásticos”, cuenta con orgullo mal disimulado.

Otro proyecto en marcha es cubrir los techos del parking con placas fotovoltaicas, “para alimentar la flota de coches eléctricos del complejo y abastecer el resort en un 10 por ciento con esta energía alternativa”, indica Roger. Playitas contempla, a corto plazo, una inversión de 25 millones de euros para mejoras “que empiezan a ser urgentes”, según Juana, en el complejo de Tuineje.

“Necesitamos una segunda piscina olímpica porque estamos empezando a tener que rechazar grupos por no poder acoger tanta demanda”, asegura. Esta sentencia, inaudita en el ámbito hotelero isleño, ilustra el éxito del concepto Playitas, alejado del todo incluido y símbolo de que una forma distinta de gestionar la actividad turística es posible.

“Nos somos Hawai, somos mejor que Hawai”

Markus R. Kempen es director general de Playitas

-¿Qué reflexión hace del fenómeno todo incluido en la Isla?

-Este concepto se generó en Jamaica en los años 80 y nace para dar sensación de seguridad al turismo norteamericano, con el mensaje: ‘no hace falta que abandone el hotel en destinos poco seguros’. Así que solo se salía para hacer excursiones a los volcanes o los barrios rastafari. En una segunda etapa, Maldivas adoptó el concepto, ya que carecía de oferta de ocio local y, finalmente, el todo incluido se extendió internacionalmente, llegando a Europa por la petición de los clientes que habían visitado estos establecimientos. En esta tercera fase de implantación, fueron los agentes de viaje europeos quienes empezaron a hacerse eco de los comentarios de los clientes y comenzaron a demandarlo como argumento de venta. Algunos turoperadores como TUI se adhirieron y hay que recordar que, solo en Alemania, tiene 4.900 agencias de viaje. Puede decirse que los hoteleros presionaron y para los agentes era fácil de explicar a los clientes el atractivo, sobre todo en el precio. Sin embargo, en el caso de Fuerteventura, realmente no es necesario, porque es un destino muy seguro y con una oferta maravillosa de ocio, de restaurantes, de parajes, que hacen innecesario mantener recluidos a los visitantes.

-Playitas Resort está muy alejado de este concepto.

-Aquí llegan familias que pagan 1.900 euros suplementarios, sin contar con que hacen comidas fuera del hotel. Es un cliente muy interesante, que deja propinas y hace vivir al destino, dotándolo, además, de un plus de calidad. A mí me enorgullece que los empleados reciban propinas porque significa que hay un buen servicio. El hecho de tener incluido el servicio degrada la experiencia hotelera. El cliente exige lo que ha pagado por anticipado y el barman se convierte psicológicamente en un expendedor de café. Se pierde la relación, la simpatía, la profesionalidad y la propina.

-Se habla mucho de diferenciación. ¿Qué pautas puede dar usted, que dirige un establecimiento de turismo deportivo que es referencia en Europa?

-Hay que poner en perspectiva qué modelo deseamos en Fuerteventura, que, desde la recuperación de los mercados competidores, está en liza, en verano, con Turquía y, en invierno, con Egipto, países con un 90 por ciento de establecimientos todo incluido, frente a nuestro 70 por ciento. Lo primero que hay que aceptar es que no podemos competir en costes porque solo en personal la relación es de ocho empleados por cliente frente a uno en la Isla y, aun así, generando beneficios. De acuerdo a esos parámetros, en Playitas tendríamos que tener 500 empleados. O sea que, en todo incluido, es una guerra perdida. En alemán hay un refrán que dice ‘cuando se habla de dinero no hay emociones’. ¿Cómo podemos, pues, diferenciarnos? En mi opinión, la gran baza de la Isla es el medio ambiente. Es imposible eliminar la huella de carbono que generan las cuatro horas de avión para llegar a nuestro destino, pero sí podemos mandar el mensaje de que somos una Isla libre de plásticos, que aprovecha las excepcionales condiciones naturales para el abastecimiento energético. No somos Hawai, somos mejor que Hawai, que es símbolo del paraíso natural. En mi opinión, para diferenciarnos ambientalmente hay que diseñar una estrategia de destino, que incluya esta decisión y una apuesta de las administraciones públicas para agilizar las inversiones que se quieran realizar en el sector ambiental, una especie de fast line (línea rápida). Y, después, cada negocio puede apostar libremente por una oferta turística. Si yo contara con cinco establecimientos en Fuerteventura, seguro que uno o dos estarían dirigidos al segmento LGTBI, otro a la población senior, otro, incluso, a los jóvenes, que ahora se van de fiesta a Rumanía o Bulgaria. Digamos que el secreto está en conseguir que el cliente cumpla sus expectativas en su visita.

-También tiene una propuesta para dotar de vegetación Fuerteventura.

-En Playitas contamos con un programa de plantación de árboles al que invitamos a nuestros 45.000 usuarios anuales. Si cada hotel hiciera lo mismo, podríamos conseguir que Fuerteventura fuera un poco más verde. El compost saldría de los residuos orgánicos que genera la actividad turística y que ahora acaban en el mar. Sería como cerrar el círculo y crear una reputación de paraíso sostenible.

Comentarios

¡Qué cambio, tan extraordinario, ha experimentado ese lugar! A los que lo conocimos y disfrutamos en su estado "virginal", nos sorprende a todos, y aunos esta transformación les encanta, mientras que a otros no tanto, o nada.
A quien le puede gustar la transformación de un espacio natural en otro artificial? Pues a los urbanitas que viven entre cemento y asfalto, al resto nos parece una aberración
Si ahí pescaba yo cuando era una playa de los majoreros y podía transitar libremente. Pero claro, el negocio del turismo por el que ha hecho tanto nuestros políticos por un sueldo de m a camareras-ros cuando la riqueza se la llevan otros, ha hecho que nuestra playa se convierta en un resort. Que guay

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