OTRA HISTORIA DE CANARIAS

Las aventuras del “Humboldt austriaco” en Isla de Lobos y Lanzarote

Se rescata un texto y numerosas fotografías inéditas del viaje que en 1890 hizo el científico Oscar Simony a las islas más orientales de Canarias

Mario Ferrer 0 COMENTARIOS 10/12/2025 - 06:56

Con el desarrollo de la Ilustración y del proyecto científico a partir del siglo XVIII, una cantidad significativa de estudiosos y viajeros del Viejo Continente se lanzaron a descubrir las maravillas naturales de otros territorios situados más allá de Europa. Y, como en etapas anteriores, Canarias se convirtió en un destino preferente por razones poderosas: estaba relativamente cerca pero aún mantenía una biodiversidad y geología exuberantes apenas estudiadas y una sociedad muy alejada de los estándares urbanos de los círculos académicos de Londres, París o Berlín.

En el siglo XIX, con el apoyo de una mejora de los transportes, se consolidó una corriente de ilustres visitantes (geólogos, botánicos o físicos, pero también eruditos cronistas, curiosos viajeros o intrépidas escritoras, como la célebre inglesa Olivia Stone), que se embarcaron desde Europa para estudiar y dar a conocer el patrimonio medioambiental y cultural de Canarias. Además, estos visitantes solían venir equipados con las novedosas cámaras de fotos de la época o con los más tradicionales cuadernos para hacer dibujos o acuarelas sobre lo que veían. De esta manera se generó un patrimonio literario, iconográfico y cultural de gran valor histórico y científico, que todavía sigue deparando gratas sorpresas, como el libro de Oscar Simony que Ediciones Remotas presenta estas semanas, 1890: Lanzarote y los islotes. Lanzarote und die islotes.

El valioso testimonio del siglo XVIII del escocés George Glas, el asombro del inglés Charles Darwin al ver el Teide, las indagaciones históricas del antropólogo francés René Vernau, el paso del alemán Alexander von Humboldt por La Graciosa o los dibujos de las hermanas Ella y Florence Du Cane son algunos de los ejemplos más famosos de esta corriente, pero existen muchos más casos de hallazgos científicos y relatos de esta naturaleza, varios de los cuales apenas son conocidos o están por redescubrir.

Tabaiba dulce de “cinco metros de ancho por dos metros de alto en un terreno arenoso rodeado de acumulaciones de escoria cerca de la costa este de Isla de Lobos”. Simony tomó esta fotografía el 15 de septiembre de 1890.

Distintas instituciones han hecho un esfuerzo importante por dar a conocer este tipo de obras. Por ejemplo, la Fundación Canaria Orotava de Historia de la Ciencia (Fundoro), lleva mucho tiempo desarrollando iniciativas editoriales, expositivas y digitales sobre naturalistas y científicas que pasaron por nuestro Archipiélago. Otro ejemplo parecido es el del Museo Canario, de hecho fue en este centro donde el investigador Carlos Reyes encontró una copia en alemán de la conferencia que el profesor Simony ofreció para la Asociación para la Divulgación de Conocimientos Científicos de Viena el 10 de febrero de 1892 con el título de Las islas canarias y especialmente Lanzarote y sus islotes.

Carlos Reyes contactó con Ediciones Remotas y el sello aprovechó una convocatoria de proyectos culturales de los Centros de Arte, Cultura y Turismo (CACT) para publicar una versión bilingüe, en español y alemán, de esta obra. Además, desde Ediciones Remotas fueron tirando del hilo en la investigación y llegaron al Museo de Historia Natural de Viena, que conserva muchas más fotografías de Oscar Simony de las que aparecen en la publicación original en alemán, cediendo algunas imágenes inéditas a la editorial canaria.

La vinculación de los CACT con Simony es evidente, porque el llamado “Humboldt austriaco” fue el primer descubridor del cangrejo ciego de los Jameos del Agua y además describe su visita a Timanfaya, el Risco de Famara y otros enclaves relacionados con los Centros de Arte, Cultura y Turismo, unos espacios que son visitados cada año por millones de personas, combinando el arte de César Manrique, con la cultura de la Isla y un valioso patrimonio natural que lleva mucho tiempo atrayendo a todos los amantes de la naturaleza. 

Simony y Canarias

Oscar Simony nació en la Viena imperial de 1852. Era hijo de una aristócrata austriaca y de un destacado geógrafo y profesor universitario, lo que le llevó a interesarse por la ciencia desde muy temprano. Como docente se especializó en Matemáticas y Física, pero daba también el perfil de naturalista de curiosidad insaciable: además de la geología de Canarias, realizó indagaciones en campos como la botánica, la astronomía o la prehistoria de las Islas.

Vista panorámica de San Bartolomé tomada en 1890.

Simony descubrió el cangrejo ciego de Jameos y el lagarto gigante de El Hierro

Su relación con nuestro archipiélago fue intensa, realizando tres viajes a finales del siglo XIX y visitando todas las islas e islotes. En algunas de sus temporadas en el Archipiélago logró apoyo económico institucional desde Austria, pero en otras ocasiones no le quedó más remedio que costearse él mismo los gastos de unos viajes que mezclaban ciencia y aventura. En 1890: Lanzarote y los islotes. Lanzarote und die islotes, por ejemplo, Simony cuenta en una nota al pie que descubrió el cangrejo ciego endémico de los Jameos del Agua, cuando supo “por medio de un pastor, que en las proximidades de un jameo cercano existían unos grillos blancos”. Al estudiar aquellos grillos, Simony descubrió una especie nueva y única que hoy está considerada el símbolo animal de Lanzarote.

El investigador austriaco estuvo especialmente fascinado por el Teide, donde llegó a pasar largas estancias en solitario, preparando y ajustando aparatos científicos. Además de ser de los primeros en referenciar el famoso “jameíto”, Simony fue el descubridor del emblemático lagarto gigante de El Hierro, de hecho el nombre científico de la especie lleva su nombre: Gallotia simonyi.

Fruto de sus indagaciones en el patrimonio natural y cultural de Canarias, el austriaco legó a diversos museos un impresionante tesoro cultural de las Islas: una momia y numerosos restos óseos humanos de los primeros pobladores del Archipiélago, centenares de fotografías, una gran colección de rocas volcánicas y miles de ejemplares de distintos animales, especialmente reptiles e insectos. Tras sufrir un derrame cerebral, Simony se suicidó en 1915.

Vista panorámica de Arrecife tomada en 1890.

Crónica de viajes

Como en otros libros similares, esta conferencia rescatada de Simony ahora en formato de libro bilingüe, 1890: Lanzarote y los islotes. Lanzarote und die islotes, se centra en la parte medioambiental, con amplias descripciones sobre geología, botánica o flora de Lanzarote, La Graciosa, Isla de Lobos, Alegranza, Montaña Clara y los roques del Este y del Oeste, pero también tiene mucha miga en lo social, contando muchas anécdotas y detalles que revelan cómo era la población de aquella época.

La edición recupera fotografías no conocidas que estaban en Viena

De Arrecife por ejemplo, Simony cuenta que “no es para nada desagradable, a pesar de lo poco animado de sus pequeñas calles y la falta de jardines”, además de señalar las diferencias sociales, nombrando los “comerciantes adinerados”, pero también los “pobres [que] mendigaban agua como si fuera una limosna”.

Retrato del naturalista austriaco Oscar Simony (1852-1915).

De Fuerteventura, Simony ofrece varias consideraciones generales, asimilándola con Lanzarote, a la que estudia más detenidamente, pero también da algunos detalles de Puerto Cabras o Vega del Río Palmas. Donde sí se centra más es en Isla de Lobos, situada a ocho kilómetros “del pueblecito de pescadores de Corralejo”.

El austriaco diferencia claramente dos áreas en Canarias, “presentándose el paisaje del archipiélago oriental insular como predominantemente desértico, especialmente en aquel período del verano en el que todos los campos de cereales están en barbecho”.

Este nuevo libro, que cuenta con un prólogo de Ana Carrasco Martín, bióloga y responsable de la Oficina de la Reserva de la Biosfera del Cabildo de Lanzarote, también tiene un alto valor histórico por sus imágenes. Simony realizó más de 400 fotografías de Canarias entre 1888 y 1890, usando la técnica de la albúmina pegada a cartón. En este caso se recuperan más de 25 imágenes, algunas de las cuales eran inéditas y otras se consideran las más antiguas que se conocen hasta ahora de algunos de los lugares retratados.

Portada del nuevo libro de Oscar Simony publicado por Ediciones Remotas.

Esta nueva obra se presenta en el Islote de Fermina el jueves 11 de diciembre a las 18.30 horas, con la presencia de Ana Carrasco, Marcial Martín, antiguo director de los CACT, y Rubén Acosta, de Ediciones Remotas.

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