SOCIEDAD

La activista Lorenza Machín, premio Meninas por la búsqueda de la igualdad

El Gobierno destaca que "ha centrado su vida en la lucha por las libertades individuales" y "por la defensa de los derechos de la mujer"

Lorenza Machín, en una actuación. Foto: Juan Santana.
Diario de Fuerteventura 0 COMENTARIOS 19/11/2019 - 10:37

La actriz, escritora y activista Lorenza Machín recibirá el próximo 25 de noviembre el premio Meninas, que el Gobierno otorga a personas, organizaciones o instituciones que contribuyen en la erradicación de la violencia de género y la búsqueda de la igualdad.

El acto institucional se celebra coincidiendo con el día internacional contra la violencia de género, está organizado por la Delegación del Gobierno en Canarias y este año se centra en la educación de los más jóvenes.

El premio se viene otorgando desde el año 2010 y, en esta edición, cuenta con la entrega de siete Meninas y tres menciones de honor.

En el caso de Fuerteventura, se premia a Lorenza Machín, "una mujer que ha centrado su vida en la lucha por las libertades individuales, por la defensa de los derechos de la mujer y que utiliza su arte como mecanismo pacífico para generar cambios en la sociedad".

Nacida en La Isleta de Las Palmas de Gran Canaria y curtida por el sol del Sahara durante su infancia, Lorenza pisó por primera vez Fuerteventura a la edad de nueve años. Un momento que recuerda con especial emoción pues marcaría el inicio de un idilio con la Isla que continúa.

Al poco de su llegada, recién cumplidos once años, abandonó los estudios para trabajar y ayudar al sustento de sus siete hermanos. Una responsabilidad que, sin duda, determinó ese carácter rebelde que comenzaría a manifestarse a los veinte años.

Fue entonces cuando, tras haber sido madre de Suso, retomó los estudios primarios en Radio Ecca y consiguió, no sólo hacerse con el título que marcaría el acceso a su larga vida laboral en el Hospital General Virgen de La Peña, sino también descubrir “el conocimiento de la realidad que existía alrededor y sembrar las inquietudes que siempre me acompañan”.

Al inicio de la década de los 70 fue cuando comenzó su dinámico activismo. Su contagiosa fuerza y energía alimentaron las reivindicaciones que en la época realizaban algunas asociaciones vecinales locales y que derivaron en grandes gestas, recuerda con orgullo.

“Luchamos contra la cárcel que querían poner en León y Castillo, hicimos ventorrillos y conseguimos recaudar 300.000 pesetas para instalar los primeros columpios en lo que hoy es una de las zonas de ocio para familias más importante de Puerto Cabras”, el parque de Las Américas, “aunque al principio le llamaban el parque de los rojos”, confesaba en una entrevista con la periodista Pía Peñagarikano para Diario de Fuerteventura.

A pesar de operar en la clandestinidad, era también notoria su participación en el Partido Comunista. Una implicación peligrosa que no terminó una vez muerto Franco. En la entrevista recordaba el 23-F, día del intento de golpe de Estado, cuando se acostó vestida en la cama “porque no quería que ellos (los militares) me hicieran pasar frío si venían”. Un temor que también anticipó su hija, su Estrella: “Se aferró a mí y me dijo, mamá, si vienen a buscarte, me llamas que yo me voy contigo”. Por fortuna llegó el alba y, con el sol, se recuperaron los aires de libertad.

Tras varios viajes a Cuba, donde constató sus diferencias con el dirigente comunista Santiago Carrillo, Lorenza se dio de baja del PCE y se inscribió en el Partido Comunista Marxista Leninista en el año 82.

Su marcado sentido de la justicia y de la ética le había llevado también a ser una de las fundadoras del sindicato Comisiones Obreras en Fuerteventura. Participó en la primera edición del Día Internacional del Trabajador que tuvo lugar en el terrero de lucha de la capital majorera.

Allí quedó patente su vocación de líder al pronunciar su primer discurso frente al público que la convirtió, según reconocieron algunos de los presentes, en “la primera mujer de Fuerteventura que alza la voz para defender a las mujeres”.

Un cometido que realizaría desde la Secretaría de la Mujer del sindicato hasta que abandonó sus filas en 1991, “cuando la gente de CC.OO. apoyó al alcalde de Puerto para que echara a 25 personas a la calle”.

Se cansó entonces de los “politiqueros”, como los llama, aunque nunca abandonó la lucha. Siguió canalizando sus esfuerzos a través de artículos y escritos de denuncia social, como venía haciendo desde su paso por Radio Ecca, y alzando, con orgullo, la bandera multicolor y la enseña saharaui que lleva en el corazón.

Mujer artista

Hace más de una década descubrió, de forma fortuita, el mundo de la interpretación cuando acompañó a un amigo a un casting y acabó participando también ella. Su primera obra, Los entremeses de Cervantes, la libró de la depresión producida por la deshonestidad del compañero. Encontró la vía para combatir el dolor y transformarlo en arte y creatividad dando así pábulo a todo su potencial.

En este tiempo, ha escrito y protagonizado decenas de trabajos y de cortometrajes. Ha dado vida de forma magistral a la Puta en el manicomio, de su admirado Darío Fo y su compañera Franca Rame, ha interpretado cortos como A vivir, firmado por Ángel Valiente y creado por la propia artista para tratar el tema del alzhéimer, ha escrito cuentos infantiles tan hechizantes como Las brujitas de Tindaya o ha dirigido y protagonizado llamativos montajes como Mujeres en la noche.

Su paso por grupos teatrales, como Caligrama, ha sido determinante así como su dedicación al colectivo LGTB, su apoyo a las asociaciones de mujeres y su implicación en numerosos proyectos solidarios que le han valido el reconocimiento de la sociedad majorera. Profeta en su tierra, en 2012 fue pregonera de las fiestas de Puerto del Rosario y el Cabildo también la reconoció como una “Mujer Ejemplar”.

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