CULTURA

Ile Ostropolsky y los jallos que trajo la marea

Arte y concienciación se aúnan en el trabajo que confecciona la pintora en los restos de madera que las corrientes traen hasta la Isla

Ile, en su casa-taller de Lajares. Foto: Carlos de Saá.
María José Lahora 0 COMENTARIOS 14/02/2021 - 08:58

Ileana Ostropolsky se levantó un día de hace diez años con ganas de pintar. Se hizo con todo el material necesario y empezó a jugar con los pinceles y el lienzo, aplicando sus conocimientos en diseño gráfico. Otro día, cambió el lienzo por la madera, pero no una madera cualquiera. Quería aprovechar los desechos de embarcaciones que la marea empuja al litoral norteño de Fuerteventura, esos jallos que llenaban el patio de su casa en Lajares, tras cada acción de limpieza que realizaba su pareja en la costa. Comprendió que, gracias a su faceta artística, podía aportar un granito de arena a la lucha por la concienciación medioambiental.

Stefan Friedel, su pareja, dice estar obsesionado con la causa. Como surfista, ha podido comprobar la erosión en el litoral majorero. El activista realiza al menos dos acciones a la semana en la costa, dependiendo de las mareas, en las que suele invitar a amigos u otras personas que comparten su filosofía.

Ile y Stefan conforman un tándem en la lucha contra el impacto medioambiental. Stefan ha hecho, incluso, sus pinitos como artista, con figuras de plástico, que también forman parte de la decoración de su hogar, aunque dice que lo hace para jugar. Ileana habla de la satisfacción personal que le permite contribuir a la concienciación desde su vertiente, así como “el placer que supone trabajar las maderas que tienen tantas historias”. Sobre la temática, comenta que empezó su carrera como pintora enfocada al retrato femenino, como medio también de contribuir a la visibilidad de la mujer.

La llegada a la Isla y comprobar ese cúmulo de residuos en los mares le llevó a experimentar con motivos marinos: “Fue pintar la primera ola y darme cuenta de que eso es lo que quería hacer a partir de entonces. Más tarde, sería una ballena, una tortuga, un faro...”.

Ahora juega también con el plástico para realizar composiciones en madera, como la que puede verse en la pared que da la bienvenida en su casa a los visitantes. Al lado, un peldaño de la escalera que perteneció a un barco sirve de lienzo para otra de sus obras, como la de la primera ola que le inspiraron los jallos.

Stefan suele realizar sus labores de limpieza siempre en la misma zona del north shore de la Isla. El activista habla de la dificultad para separar la arena del plástico y asegura que se ha topado en sus incursiones con envases que llevan en el mar más de diez años, a tenor de los datos de las etiquetas.

“Hasta que no ves la basura que llega a las playas no te das cuenta de la cantidad de plásticos que consumimos”, señala Ileana, consciente de su deseo de contribuir a dejar un mar en el que puedan bañarse las generaciones futuras.

“Es un placer trabajar las maderas que tienen tantas historias”

Hasta un simple cepillo de dientes puede suponer un riesgo medioambiental. Queda patente en la cantidad de estos utensilios que Stefan encuentra en sus jornadas de limpieza. Tras la criba, el trabajo continúa con la voluntad de reducir el consumo de plásticos y el aprovechamiento de esos desechos para confeccionar obras de arte que ayuden a concienciar al resto de la humanidad.

Las obras de Ileana pueden verse en galerías de Europa, según le comentan los propios clientes cuando regresan una y otra vez a su atelier a por nuevas piezas. Ahora, con la pandemia, ha tenido que cerrarlo al público, pero gustosamente atiende en su casa-taller a quien quiera colaborar en este proyecto.

También participa en el Mercado de Lajares, donde su pareja cuenta, además, con un espacio para la venta de camisetas que entre ambos han diseñado y serigrafiado. Mensajes de concienciación imprimen las telas de estas prendas como parte de este proyecto global en favor del respeto por el medio ambiente.

Tierra de artistas

Ileana destaca que Fuerteventura es “tierra de grandes artistas”, algo que, dice, le inspira también. “Incentivaba mucho estar rodeada de arte”, comenta. “Tengo más inspiración en la Isla con el arte que con el diseño gráfico”, añade.

Valora como “muy difícil el momento que los artistas están atravesando. En primer lugar, por la dificultad de organizar eventos culturales y, en segundo, porque el arte quedará relegado por los productos de primera necesidad”. “La cultura está siendo muy golpeada. Cierre de cines, mercados, museos, teatros..., con gente que vive al día”, concluye.

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