Sector Primario

El aloe reclama su sello

El abandono institucional y la desunión de los productores son las principales trabas para impulsar un sector que se revalorizaría con una identificación propia

Daniel Acosta, gerente de Vidaloe. Fotos: Carlos de Saá.
María José Lahora 0 COMENTARIOS 29/03/2021 - 08:22

Los productores de aloe vera de Fuerteventura defienden el establecimiento de un sello identificativo para este cultivo que les permita revalorizar la producción majorera frente a competidores foráneos. El abandono institucional y la desunión entre los productores son los principales obstáculos para impulsar el sector en Canarias, lo que está propiciando que se comercialice como local una producción que, en realidad, procede de China o Península ante la ausencia de protección por parte de la legislación. “En Fuerteventura los cultivos han descendido. Cada vez hay más tiendas, pero menos producción”, comenta el gerente de Vidaloe, Daniel Acosta. 

En opinión de este productor y transformador majorero, es indispensable que Canarias disponga de una denominación de origen o identificación geográfica protegida para garantizar la autenticidad de esta producción: “Hace falta apoyo institucional para proteger la producción, así como una mayor unión”. Al respecto, indica que Vidaloe está integrada en Afavecan, Asociación de Fabricantes de Productos de Aloe Vera de Canarias. De contar con estos avales, Daniel está convencido de que se podría ampliar el cultivo y desarrollar la industria de transformación en la Isla. Además, ofrecería una alternativa económica con la generación de más puestos de trabajo. Daniel Acosta reprocha que la producción majorera se vea abocada a la exportación, dejando el valor añadido fuera de la Isla.

También lamenta la ausencia de apoyo institucional para respaldar la producción en Fuerteventura. El único apoyo llegó tarde y es escaso. Hasta 2018 no se aprobó la introducción del cultivo del aloe en el Programa Comunitario de Apoyo a las Producciones Agrarias de Canarias (POSEI) con el objetivo de promover la diversificación de la agricultura de Canarias. “Pero 500 euros por hectárea es algo insignificante en una zona con pequeñas extensiones de aloe”, explica Acosta. Un mayor respaldo a la innovación y transformación es otra de las demandas de este productor y transformador de aloe vera.

¿Es rentable incrementar la producción? Daniel Acosta estima que, de contar con este sello identificativo y con que sólo la mitad de las ventas de aloe vera de Canarias procediera de cultivo autóctono, la producción tendría que aumentar, con lo que el precio de la hoja también sería mayor.  

“El rendimiento del aloe es la transformación, es dotarlo de un valor añadido”

Vidaloe está volcada en la industria de la transformación tanto para producción propia como para otras firmas. No en vano, es uno de los dos únicos centros de transformación de la Isla. Acosta explica que sus productos se fabrican con cultivo procedente de su plantación, si bien para atender la demanda de sus clientes debe recurrir a otras plantaciones o bien transformar el aloe que le remiten las propias marcas para las que trabajan. “El rendimiento del aloe es la transformación, es dotarlo de un valor añadido”. 


Centro de transformación de Vidaloe en su finca de Agua de Bueyes.

La empresa majorera apuesta por la innovación para ofrecer nuevos productos a un mercado muy competitivo, de cremas hidrantes a desodorantes o dentífricos, “viendo cuál es la tendencia y diferenciando”. Al igual que con su otro producto estrella, la espirulina, con la que ya trabaja en la elaboración de productos de alimentación o presentación en comprimidos, tras el éxito del granulado de gran calidad que sacó al mercado en 2019.

Sello identificativo

“Un sello que garantice al turista que nos visita que lo que compra en Canarias es efectivamente de Canarias”. Esta es la principal demanda del productor de aloe vera majorero que, además, se enfrenta a los problemas de desunión ante la defensa de los intereses particulares por encima de los del sector. “Deberíamos estar más unidos”, considera Daniel Acosta, quien estima que buena parte de los problemas a los que se enfrenta este cultivo en Canarias la tienen los propios productores: “Nos vemos como competencia entre nosotros. Hace falta una visión global, en la que tengamos claro que nuestro oponente son las firmas que venden productos asegurando que proceden de cultivos canarios. Es un engaño al cliente. No pueden pretender que la producción de China se equipare a la del Archipiélago en cualidades, algo que, en definitiva, puede ser contraproducente al creer el consumidor que esa calidad inferior que adquiere es la que se produce en las Islas”. Los beneficios de estos “falsos” productos de aloe canario se verán reducidos considerablemente.

Basta con examinar el etiquetado del envase donde se enumeran los ingredientes por orden de concentración. “Si el aloe aparece como uno de los últimos componentes, la proporción será mínima y el aloe será en polvo”, explica el gerente de Vidaloe. “Lo lógico es que el ingrediente principal aparezca en primer lugar”, asevera Acosta. “El consumidor debe aprender a descifrar un etiquetado, pero, si no existe una legislación que respalde al aloe canario frente a otras producciones, no avanzamos nada”, añade.

Una de las ventajas con las que parte el aloe autóctono frente a las grandes producciones foráneas es que Canarias y, en particular las islas orientales, presentan unas condiciones climatológicas excepcionales para el cultivo de aloe vera, lo que favorece que, en esta zona, la planta desarrolle mucho mejor y más concentradas sus propiedades internas en comparación con otras regiones. Esto se debe principalmente a la alta incidencia solar, unas temperaturas estables durante todo el año, las escasas precipitaciones, la constante influencia de los vientos alisios y el tipo de suelo volcánico poroso, ligeramente ácido, y con una alta concentración de minerales. Todo ello, hace que el aloe de Canarias sea muy bien valorado, e incluso es considerado uno de los mejores aloes del mundo. “Lo que debemos hacer es explotar estas cualidades”, sentencia Acosta.

Legislación pendiente

El sector del aloe local se ve sumido en continuos impedimentos para su desarrollo. Las exigencias sanitarias han impedido durante muchos años a los transformadores majoreros competir en igualdad de condiciones con los foráneos. Sanidad obliga al productor canario a cumplir con exigencias de las que se liberaba a la producción importada. Un ejemplo: hasta 2011 no estaba permitida la producción de bebidas de aloe vera, aunque sí la venta y el mercado estaba colapsado por productos de procedencia extranjera. “Algo incomprensible”. Dice Daniel Acosta que a ellos les controlan hasta lo que publican en la página web, dado que está vetado inducir al consumidor a que crea que el aloe cura enfermedades. Sin embargo, circulan en la red infinitos portales asegurando que la planta es sanadora. “No estoy en contra de que nos inspeccionen y examinen la veracidad de los textos, pero que estas exigencias se extiendan a todos los comercializadores. Sólo reclamamos poder competir en igualdad de condiciones”, aclara.

El cultivo de aloe vera se ha mantenido en un limbo en la legislación durante décadas. No se considera una verdura ni una fruta, lo que dificulta la redacción de unas leyes que respalden la producción y transformación. La reglamentación se ha ido desarrollando conforme se introducía en el mercado nuevos productos foráneos. Esta limitación impide que la industria transformadora canaria pueda expandirse y diversificarse en su justa medida.

Flor de aloe

En ese sentido, Vidaloe trabaja en el aprovechamiento de las flores de aloe vera. En estas fechas, y con las lluvias, los campos de cultivo muestran un amarillo inusual. Estas flores de un sabor agradable al paladar podrían emplearse en numerosos usos si así se permitiera: infusión, gastronomía... El aloe vera no está contemplado como una de las plantas para las que se autorice su transformación, en este sentido.


El cultivo de aloe vera en la Isla ha descendido, mientras proliferan las tiendas de ‘falso’ aloe canario.

“Son todo trabas. De competir en las mismas condiciones que la producción foránea creo que tenemos muchas ventajas para que en Fuerteventura se desarrolle el sector del aloe vera, del que se ha producido una regresión provocando un descenso de los cultivos y de la industria de transformación, mientras que proliferan los establecimientos de comercialización de productos de aloe. El filón está en que los tres millones de turistas que viajan a la Isla son potenciales clientes y estas empresas obtienen beneficios a corto plazo comercializando productos de escaso coste de producción inflando el precio final”, sostiene Acosta.

A juicio de los responsables de Vidaloe, el aloe vera canario está más valorado en el exterior que en el propio Archipiélago, cuando se trata de un producto referente en Canarias. Los productores echan en falta una mayor representación de esta producción en ferias de turismo. Reprochan que “el político, cuando habla de los productos de Fuerteventura, hable solo del tomate y el queso”. A esta promoción se está incorporando el aceite de oliva, pero “el aloe vera ni se nombra. Su promoción es nula. Existe una falta de conciencia de la clase política que impide conferir el valor añadido al cultivo, lo que significaría generar riqueza y empleo”.

La pandemia ha contribuido al incremento de la venta online, canal por el que apuesta encarecidamente Vidaloe, aunque no lo suficiente para compensar el descenso de ventas. “Es un buen momento para buscar otras alternativas”, insiste Acosta. Al respecto, el experto trae a colación que, en la actualidad, las ventas de alimentación están superando a las de cosmética. “Una idea que nos orienta en el camino a seguir: la industria de la alimentación”, concluye.

 

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